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miércoles, 4 de agosto de 2021

Michael Caine: El "gentleman" del cine británico

 


Maurice Joseph Micklewhite, verdadero nombre de Michael Caine, nació el 14 de marzo de 1933 en un humilde hogar de un barrio del sur de Londres (Gran Bretaña). Su padre, Maurice, era mozo en un mercado de pescado y su madre, Ellen Frances Marie, asistenta. Durante los bombardeos alemanes de la segunda guerra mundial, él y su hermano Stanley, tres años menor, fueron evacuados y trasladados a una granja en Norfolk. Acabada la guerra, toda la familia se trasladó al East End, barrio obrero por excelencia. En la biografía que escribió en 1992, Caine recordaba que los dos únicos lujos de su infancia los tuvo por dos taras físicas: "Unas botas ortopédicas como remedio a una cojera producida por el raquitismo y unas gafas que necesitaba debido a una enfermedad llamada blefora, que tenían los cristales tan gruesos como su montura de concha negra".

Fascinado por el cine y las lecturas, Maurice vivió una infancia llena de privaciones y una primera juventud bastante conflictiva ya que se integró en una banda, de la que llegó a ser cabecilla. Por suerte, cuando tenía 14 años conoció a un sacerdote que le permitió salir del entorno de "hooligans" y le abrió las puertas al teatro de aficionados.

Soldado en la guerra de Corea y actor teatral

En 1949, con 15 años, dejó la escuela para desempeñar trabajos poco cualificados hasta que cumplió el servicio militar en Corea con los Fusileros Reales. Cuando lo licenciaron, continuó con el mismo tipo de ocupaciones, pero empezó a estudiar interpretación por las tardes. Su primer trabajo en teatro fue como ayudante de regidor y, al poco, ingresó en el Lowestoft Repertory Theatre de Suffolk, como joven protagonista con el nombre artístico de Michael Scott. Allí se enamoró de la primera actriz, Patricia Haines, con la que se casó en 1955 y tuvo una hija, Dominique. Su confianza en sí mismo y un cambio de apellido, tomado de "El motín del Caine", película que vio anunciada en la marquesina de un cine, le animaron a regresar a Londres, donde ingresó en la compañía Theatre Workshop de Joan Littlewood. Hizo un pequeño papel en la película "Un infierno en Corea" y trabajó como figurante en montajes del West End, pero todo eso no era suficiente para llegar a fin de mes. En 1958, ya divorciado de Patricia con la que la relación no había funcionado, Michael se fue a París, intentando una nueva vida. Al cabo de unos meses, volvió a Londres y, con la ayuda económica de su madre, siguió en el teatro, trabajando por todo el Reino Unido.

Después de muchas obras y televisión de segunda fila, suplió a Peter O'Toole en una obra teatral que tuvo mucho éxito en Londres y que le supuso una larga gira.

Disimuló su acento de barrio para ser teniente

Pero el gran giro en su carrera se produjo cuando, a los 30 años, obtuvo el papel del degenerado y aristocrático teniente Bromhead en "Zulú" (1964), para el que tuvo que disimular su acento "cockney" (típico de barrio y considerado muy vulgar en Londres, pero del que él se siente muy orgulloso). Los críticos se fijaron en un excelente trabajo y, traspasada la barrera del anonimato, encarnó a dos de sus personajes favoritos: Harry Palmer, el antihéroe triste y laborioso de "Ipcress" (1965) y el mujeriego y derrochador profesor de "Alfie" (1966), film que le convirtió en estrella y le valió su primera candidatura al Oscar. En lo que quedaba de años 60 y principios de los 70, Caine aumentó su prestigio como actor versátil, dando vida a personajes muy diversos en películas dirigidas por realizadores de la talla de Vittorio de Sica, Joseph Losey, Robert Aldrich, John Huston, Otto Preminger, John Frankeheimer o Joseph L. Mankiewicz. Su trabajo en un film de éste último, "La huella" (1972) -en magistral duelo con el gran Laurence Olivier -le valió una nueva nominación para el Oscar, premio que le arrebataría Marlon Brando con "El padrino".

Miembro activo de una pandilla de seductores y bebedores del calibre de Peter O'Toole, Richard Harris, Oliver Reed y Terence Stamp (con el que compartió piso), la bebida llegó a ser un serio problema para Caine en los años locos del "swinging London", hasta que un día vio un anuncio de café en televisión. No es que decidiera sustituir el "gin tonic" por los cortados, sino que se quedó fascinado con la protagonista. Removió cielo y tierra hasta dar con la que creía una bellísima brasileña. Resultó ser Shakira Baksh, una joven de ascendencia india nacida en la Guyana Británica, que, conocedora de su fama de crápula, se negó a salir con él. "Ella vivía en la zona de Fulham con su madre, que me cogía el teléfono y me decía que su hija no podía salir conmigo porque en ese momento se estaba lavando el pelo...Tras varias negativas idénticas, pensé que era la chica con el pelo más limpio de Londres", ha explicado el actor con su proverbial ironía. Tras dos semanas de insistencia, se conocieron y, en 1973, se casaron. Ahí acabó la vida disoluta de Caine, que, al poco, fue padre de su segunda hija, Natasha Halima. "Si solo me hubiera dedicado a actuar me habría vuelto loco", ha dicho, reconociendo que encontró en su segundo matrimonio una estabilidad emocional que aun dura. 

Dos Oscar para un caballero de la Reina

Amante de la jardinería, la vida hogareña y el "fish and chips", este actor, propietario de siete restaurantes y un productora de cine, se marchó en 1979 a EEUU para escapar de la presión fiscal británica. Logró su primer Oscar en 1987 por su trabajo en "Hannah y sus hermanas", de Woody Allen, mientras que el segundo llegó 13 años más tarde por su entrañable médico de "Las normas de la casa de la sidra". Ese mismo año 2000, Isabel II le nombró "sir". "Lo considero una victoria de mi gente, la clase obrera", declaró este hombre que ha trabajado en más de un centenar de películas. 

En 1997 encarnó al expresidente de Sudáfrica, Frederik de Klerk, que sacó a Nelson Mandela de la cárcel en la película "Mandela and the Klerk".

En 2000 la Corte Real británica le nombró caballero, lo que le convirtió en Maurice Micklewhite. Él escogió recibir su caballería bajo su verdadero nombre como un signo de respeto por su padre, que se llama de la misma manera. En el interior del Actors Studio en 1998, indicó que se trataba de una tradición gitana la de poner el nombre Maurice al primogénito en la familia. Contrariamente a la costumbre generalizada entre los actores, Caine siempre ha utilizado su nombre verdadero en la vida real.

En 2013, a sus 80 años interpretó a Matthew Morgan en la película "Mr. Morgans Last Love" junto a Clemence Poesy, personificando a un viudo octogenario que entabla una cercana relación con una mujer joven (Pauline). En la película aparecen también Gillian Anderson y Justin Kirk.

Recientemente ha explicado que la muerte (natural o por algún cáncer) es su principal preocupación y está librando una batalla para prolongar su longeva existencia mejorando drásticamente su estilo de vida siendo apoyado por su esposa. Michael Caine se ha posicionado a favor de la separación de Reino Unido de la Unión Europea, votando a favor del "Brexit".



lunes, 19 de julio de 2021

Amparo Muñoz: Actriz y ex "Miss Universo"

 


Amparo Muñoz Quesada nació en la localidad malagueña de Vélez-Málaga el 21 de junio de 1954. Fue la primogénita de los seis hijos del matrimonio formado por Manuel Muñoz, profesor de Carpintería Metálica, y Juana Quesada, ama de casa. Hasta los 7 años, la criaron sus padrinos, que no habían tenido descendencia y se ofrecieron a hacerse cargo de la niña para descargar de trabajo a su madre, que tuvo los primeros tres embarazos muy seguidos.

Durante su adolescencia, fue testigo de una grave crisis en la relación de sus progenitores. "Papá siempre fue muy independiente, muy de ir por libre, sobre todo cuando los hijos éramos pequeños. Con tanto ir y venir, cuando yo tenía 12 o 13 años, el matrimonio de mis padres se tambaleó. Por primera vez en mi vida, comprobé lo delgada que puede ser una pared cuando dos personas están discutiendo en el dormitorio de al lado", relató en su libro de memorias, que tituló "La vida es el precio". Tras un ultimátum de la propia Amparo, su padre cambió de actitud y se volcó en la vida familiar.

Dejó los estudios muy joven para, con unos cursos de taquigrafía y mecanografía, emplearse como auxiliar administrativa en el diario "Sur". En el verano de 1973, cuando tenía 19 años, el director del rotativo la llamó a su despacho para hacerle un ofrecimiento que la sorprendió: quería que se presentara a la elección de "Miss Costa del Sol", concurso de belleza del que era promotor. Pese a la oposición de sus padres, aceptó y ganó el certamen. Poco antes, había roto con Antonio su novio desde los 14 años.

Máximo Valverde, su primer amor famoso

Tras conseguir su primer título de belleza, ganó también el concurso de "Miss España". "Al día siguiente decenas de periodistas se agolpaban en el aeropuerto. Me temblaban las piernas. Era una niña. No había salido nunca sola de mi casa. Las preguntas eran ingenuas, absurdas: ¿cuál es tu color favorito? ¿qué te gusta comer? Los "flashes" me desconcertaban. Me sentía desorientada, perdida...", recordaba de esa experiencia. Al poco de ser elegida la mujer más guapa de España, el productor José Luis Dibildos le hizo su primera oferta para ser actriz, un trabajo que le atraía muchísimo. Debutó ante las cámaras en "Vida conyugal sana", película a la que le siguieron otros títulos de cine de destape como "Tocata y fuga de Lolita", "Sensualidad" o "Clara es el precio". En el ambiente cinematográfico, conoció al actor Máximo Valverde, que se convirtió en su novio.

Unas medidas perfectas

En Enero de 1974, participó en el certamen de "Miss Europa 1973", donde proclamarse Segunda Dama de Honor le permitió representar a España en "Miss Universo", concurso que se celebró aquel mismo verano en Filipinas. Pese a sus extraordinarios ojos verdes y sus medidas perfectas (90-60-90), Amparo no estaba entre las favoritas y le sorprendió alzarse con el cetro. "El presentador imprimió mucho suspense a la proclamación. Durante esos segundos, dejé la mente en blanco. Al oír el nombre y la ovación, pensé que la ganadora había sido la galesa. Me adelanté hacia ella para cogerle el ramo de flores y volver al grupo, pero me detuvieron los abrazos del resto. En ese momento, comprendí que era la nueva "Miss Universo", declaró.

El título incluía un férreo contrato que la obligaba a viajar por todo el mundo para participar en todos los actos publicitarios que quisiera la organización, cuyos responsables redactaron una nueva biografía de Amparo porque consideraban la suya poco atractiva para una "miss". El ritmo de trabajo era tan agotador que la joven se desmayó en un par de eventos. Los  médicos le recomendaron reposo, pero apenas si la dejaron descansar un par de días. Tras seis meses de reinado, se sentía tan manipulada que decidió renunciar al título. A pesar de que la amenazaron con hundirla profesionalmente por incumplir su contrato, Amparo siguió con su carrera cinematográfica en España. Y fue en 1976, rodando "La otra alcoba", cuando conoció al cantautor vasco Patxi Andión, por el que se sintió atraída desde que interpretaron la primera escena de amor. "Me quedé prendada de aquella mezcla de deseo y sentimiento que no tenía nada que ver con los besos que había recibido hasta ese momento", declaró. Se enamoraron y se marcharon a vivir juntos. A los tres meses, se casaron por la Iglesia el 16 de mayo de 1976 en la navarresa ermita de Andión, tierra natal del novio.

Apenas un mes después de su boda, Amparo supo que estaba encinta. Se trataba de un embarazo extrauterino y el ginecólogo le recomendó que hiciera reposo, pero, a pesar de las precauciones, perdió el bebé a los cuatro meses. Sumida en una profunda depresión, Amparo, de 22 años, no encontró en su marido el consuelo y el respaldo que esperaba y las discusiones empezaron a ser frecuentes. "Siempre me decía que yo no era una buena actriz y que lo único que buscaban los directores de mí era mi físico, que saliera en pelotas", relató en sus memorias.

Un corto matrimonio con Patxi Andión

Su decisión de volver a trabajar en el cine, a lo que se oponía Patxi, agravó la crisis en su matrimonio y, un año y medio después de haber pasado por el altar, la pareja decidió separarse, aunque no se divorciarían hasta 1983. Tras su separación, Amparo pasó por un bache económico, del que salió gracias al dinero que ganó por posar desnuda para "Interviú". Por aquel entonces, empezó una relación sentimental con el director y productor Elías Querejeta, quien le facilitó su intervención en títulos de importancia como "Mamá cumple cien años", de Carlos Saura, o "Dedicatoria", de Jaime Chávarri, actuaciones que llamaron la atención de otros directores, tanto en España como en México. Rodando allí "El tahúr" tuvo un romance con el actor mexicano Tomi Farkas, lo que supuso su ruptura con Querejeta. Tras otra aventura con un piloto, se quedó embarazada, pero abortó. De regreso a Madrid, en 1981, un día recibió la visita de Flavio Labarca, un empresario chileno al que había conocido en una fiesta en México. "Quién iba a sospechar que un hombre tan atento, tan cariñoso, tan diferente a los que había conocido hasta entonces me haría descender hasta el abismo", declaró. En un viaje a Venecia, Labarca le propuso probar heroína mezclada con cocaína. Amparo lo hizo por curiosidad, pero no tardó en habituarse y la droga empezó a cambiarle el carácter y la vida. En Filipinas, donde fijó durante algunos años su residencia, tuvo problemas con la justicia cuando la denunciaron por haber agredido físicamente a la jefa de producción de una película en la que trabajaba porque ésta había llamado "calvo" a Flavio. La condenaron a cuatro años de prisión, que no cumplió porque ya no se encontraba en el país. Poco después de ese incidente, en 1983, viajó con Labarca a Bali donde se casaron por el rito balinés, unión sin validez en España. La estabilidad conyugal sólo duró unos meses y el "matrimonio" se separó en 1984.

Aunque ella siempre negó que hubiera sido adicta a las drogas, sí reconoció que era consumidora de heroína, sustancia que le ayudaba a sobrellevar la profunda soledad que sentía en la década de los 80. Por aquel entonces, vivió un tierno idilio con Antonio Flores, al que conoció rodando "El balcón abierto". Sus padres la llevaron a Málaga para que se desenganchara, pero volvió a recaer a su vuelta al trabajo. En 1987, fue detenida en Barcelona -rodaba "Vidas privadas"- comprando heroína en una redada antidroga. "Mi suerte estaba echada. Droga y Amparo Muñoz empezaron a ser dos términos estrechamente relacionados", aseguró.

En 1990, se rumoreó que la ex "miss" estaba al borde de la muerte en un hospital madrileño a causa del sida. Ella misma se encargó de desmentir que estuviera enferma, pero algunos medios apuntaron que toda la historia podía haber sido un montaje impulsado para cobrar por aparecer en el programa "La máquina de la verdad". Este episodio la afectó profundamente y, para superarlo, fue vital el papel de su pareja Víctor Rubio, al que había conocido unos meses antes. "Me proporcionó no sólo cariño y comprensión: levantó un muro que me defendió de todos los ataques que, sin merecer, empecé a recibir", afirmó.

Vendió la exclusiva de su tercera boda

En la primavera de 1991, Amparo sufrió una pancreatitis aguda y la factura del hospital subió más de un millón de pesetas (6.000 euros). Como no tenía dinero para hacerle frente, decidió vender la exclusiva de su boda con Víctor. Pero tanto su tercer marido como ella consumían droga, por lo que las discusiones entre la pareja eran tan habituales como violentas. Otro punto de desencuentro fue que Víctor no trabajaba y Amparo tenía que acarrear con todos los gastos. Para salir a flote, se deshizo de gran parte de los inmuebles que había ido adquiriendo a lo largo de su carrera. Pero la convivencia se hizo insostenible y, en 1993, el matrimonio se separó.

Tras pasar una larga temporada en la Costa Brava, donde aseguró que había dejado de consumir droga, Amparo Muñoz retomó su faceta de actriz en 1996 con las películas "Licántropo", de Paul Naschy, y "Familia", de Fernando León de Aranoa. En 1998, a los 43 años, inició una relación sentimental con el fotógrafo Daniel Tortajada, 19 años más joven, con el que convivió hasta principios del 2001 cuando los mareos y las sucesivas migrañas que padecía le hicieron sospechar que sufría una enfermedad grave. Los médicos le confirmaron que tenía un tumor cerebral y una malformación arterial en las proximidades del cerebelo y que podía morir en cualquier momento. Pese al riesgo que suponía la intervención, en el 2003 decidió operarse. La recuperación fue lenta y con muchas complicaciones.

En el 2005, con 51 años, tras publicar sus memorias se retiró a vivir a Málaga, donde permaneció alejada de los medios de comunicación. Una de sus últimas entrevistas fue en el programa de "La noria", en el que se la vio ya bastante deteriorada. A principios del año 2011 se tomaron una imágenes suyas en las que se apreciaba que debía caminar con ayuda y que se expresaba con bastante dificultad. Aunque no hubo ninguna información al respecto, los síntomas indicaban que podría haberse producido una recaída en la enfermedad. Alejada de las cámaras que tantas veces habían captado su excepcional belleza, Amparo Muñoz murió a los 56 años el 27 de febrero en su casa malagueña. Siete años antes había pronunciado una frase que resultó premonitoria: "Salí de casa con 18 años y volví, enferma, a morir entre los míos".


jueves, 15 de julio de 2021

Geraldine Chaplin: Digna heredera de su padre

 


Geraldine Leigh Chaplin nació el 31 de julio de 1944 en Santa Mónica, California. Fue la primera de los ocho hijos que Charles Chaplin, «Charlot» tuvo con Oona O'Neill, la hija del dramaturgo y premio Nobel Eugene O'Neill, que tenía 17 años cuando se casó con el actor, de 57. La privilegiada infancia de Geraldine transcurrió en una gran mansión cerca del océano, a escasos kilómetros de Hollywood, donde su padre aún frecuentaba a la flor y nata de la meca del cine.

Educada en los mejores colegios suizos

Sin embargo, a los 8 años, cuando Charlot fue declarado persona non grata en Estados Unidos por sus ideas comunistas, toda la familia emigró a Suiza, un país que los acogió con los brazos abiertos. Allí, Geraldine recibió una educación exquisita, con profesores privados y en escuelas elitistas donde aprendió a hablar con fluidez el francés y el español. Su nuevo hogar, un espectacular caserón en Corsier-sur-Vevey, tenía un gran jardín donde los más pequeños jugaban y hacían perrerías al servicio. Geraldine era una niña alegre, rebelde, bromista, dicharachera y el ojito derecho de Chaplin: «Era la favorita, pero también la que abrió el camino a todas esas nulidades de hermanos. Mis padres eran tan fantásticos que nos hacían sentir a todos como el favorito, pero eso lo descubrimos después, hablándolo entre nosotros», suele recordar. En 1952, debutó en el cine en un filme de su padre, «Candilejas», y empezó a tomar clases en la Royal Ballet School de Londres.

Su sueño de ser bailarina se frustró porque su cuerpo no dio para más y tuvo que abandonar, pero encontró consuelo en la actuación, a pesar de las reticencias de Charlot. Tras hacer teatro y circo en París, su primer papel importante fue al lado de Omar Shariff en «Doctor Zhivago» (1965), que se rodó principalmente en España, y al año siguiente, intervino en la última película de su padre, «La condesa de Hong Kong», al lado de Sofía Loren y Marlon Brando.

En esa época, conoció al prestigioso director español Carlos Saura, quien, además de intentar convertirla en la nueva musa del cine español con películas tan relevantes como «Peppermint Frappé» (1967), «Cría cuervos» (1975) o «Elisa, vida mía» (1976), se convirtió en su pareja sentimental hasta 1979. Su llegada a España causó sorpresa y se la recibió con ciertas reservas, pues a la gente le llamaba la atención su aspecto frágil, su sonrisa fácil y su fuerte acento. La apodaron «la Gerarda», lo que le hacía mucha gracia y muchos creían que era hija de los hermanos Marx o del Gordo y el Flaco. Geraldine quedó encantada con nuestro país y, desde entonces, vive entre Madrid, Miami y Suiza.

Una tormentosa relación con Carlos Saura

En 1974, fruto de su relación con Saura, con quien nunca se llegó a casar, nació su primer hijo, Shane, que es toda una eminencia en el ámbito de la Psicología, pero su relación de pareja empezaba a hacer aguas: «Durante años, mi cabeza parecía un bosque de cuernos. Carlos tuvo varias aventuras, fueron momentos difíciles, pero desde la distancia todo se ve de otra manera. Y no le guardo rencor. Hace más de 20 años que no le veo, hicimos un trabajo estupendo juntos y tuvimos una relación muy íntima. No soy tan moderna como para verle y tomar el té. ¿Qué le podría decir? ¿Hola?» 

De repente, mientras nuestro cine la olvidaba, Geraldine viajaba por Europa y Estados Unidos para rodar con Martin Scorsese, Alain Resnais o Alan Rudolph. «Creo que, en España, dejaron de llamarme porque, tras mi separación de Carlos, me veían demasiado identificada con sus películas», confesó hace poco. Tras «Mamá cumple 100 años» (1979), no volvió a trabajar en nuestro país hasta 18 años después en «Finisterre» (1977).

El fallecimiento de su padre en 1977 le provocó un gran vacío. A modo anecdótico, suele recordar que «a Charlot nunca le gustó la Navidad ni disfrutar de ella y creo que murió justamente ese día para recordarnos a todos la fecha de su muerte». En los ochenta, Geraldine Chaplin estuvo a punto de comprarse una masía en Barcelona, «porque pasaba mucho tiempo en coche para ir a Suiza desde Madrid, pero vi los precios y no la compré». Parece extraño que, con su estatus, no pudiera hacerlo, pero también sorprende que, durante una de sus visitas a Barcelona, para ver a su hermana en el circo, se alojaran en una pensión de las Ramblas convertida en un prostíbulo. Poco después de dejar a Saura, se enamoró del realizador chileno Patricio Castilla, al que llama cariñosamente «el sudaca». Con Patricio, que es su marido desde hace 11 años, tuvo a su hija , Oona, de 31, que también es actriz y junto a la que comparte pantalla en el filme «Imago Mortis». «¡Es tan guapa! -dice Geraldine llena de orgullo-. Alta, morena y corpulenta. Parece más hija de Sofía Loren que mía».

Orgullosa de sus arrugas

Con espíritu de madraza suele contar que «tengo dos hijos biológicos. Luego, hay otros dos de Saura a los que crié como si fueran míos, porque, tras la separación, se vinieron a vivir conmigo. Y Patricio tiene otros dos a los que también quiero con locura. Así que ahora tengo seis hijos y cinco nietos con los que paso los mejores momentos de mi vida». Generosa, divertida, atrevida en su forma de vestir y muy con los pies en el suelo, Geraldine saborea una dorada madurez con mucho trabajo. «Estoy encantada con mi edad. Aquí, ser la única actriz con arrugas me aporta muchos papeles y fuera ocurre más o menos lo mismo. Hace unos años estuve en un "casting" en el que se requerían arrugas y sólo se presentaron tres actrices. Una de ellas era Jacqueline Bisset». Con gran sentido del humor relata  que «los hijos de mis vecinos me ven tan vieja y arrugada que cuando ven las películas de Chaplin le preguntan a sus padres si están seguros de que soy la hija de Charlot y no la madre».

Tras la muerte de su madre, Oona, en 1991, dejó de hablarse con sus hermanos, pues estaba cansada de pelearse por los derechos de imagen de su padre y se rindió. «Hemos tenido mucho amor y mucho odio. Ahora, todos me son absolutamente indiferentes, excepto una hermana. De pequeños había mucha alegría, nunca nos aburríamos, pero todo aquello se acabó y ahora pienso que hubiera sido mucho mejor ser hija única. A ellos les horroriza ver la imagen de mi padre en unos calzoncillos y a mí me hace sentir muy feliz. Son más papistas que el Papa y siempre se negaron a que pasaran sus películas por televisión. Querían que se vieran en el altar de una catedral y todos de rodillas. Me parece vergonzoso que la familia tenga los derechos. Deberían ser patrimonio universal». Muchas cosas buenas y malas se han escrito sobre Charlot, pero ella le recuerda con nostalgia: «Era un genio, mi héroe. Sé que no siempre era la persona más simpática del mundo, pero era admirable la disciplina que tenía en el trabajo. Su relación con los niños tampoco era fácil. Él necesitaba siempre público, en casa y en la calle. Una vez nos mostró "La quimera del oro" y mi hermano lloraba en ciertas escenas. Mi padre exclamó:¡Qué le pasa a este niño! ¡Que se lo lleven! Si tocaba reírse, había que reírse».

Premiada con un Goya

En los últimos años, Geraldine Chaplin se ha convertido en una de las actrices más solicitadas del panorama cinematográfico, sobre todo, europeo. Almodóvar la contrató para «Hable con ella» (2002), Juan Antonio Bayona para «El orfanato» (2007) y volvió a contar con ella para su película «Lo imposible» (2012). El cine español se ha reconciliado, por fin, con esta intérprete versátil que, entre otros galardones, atesora un premio Goya a la mejor actriz de reparto por «En la ciudad sin límites» (2002) o la Medalla de oro de la Academia del Cine en 2006.


lunes, 12 de julio de 2021

Bette Davis: Una de las mejores "malas" de Hollywood


Ruth Elizabeth Davis nació el 5 de abril de 1908 en Lowell, Massachussets (EEUU). Fue la primogénita de Harlow Morrell Davis, abogado, y Ruthie Augusta Favor, ama de casa. Su nacimiento no fue motivo de alegría para su padre, que, al saber del embarazo de su mujer, le pidió que abortara para poder prosperar en su carrera laboral. El hecho de que su progenitor nunca la hubiera querido marcó el carácter de Ruth, para quien la vida fue siempre una carrera de obstáculos. En 1909, nació su hermana Bárbara, a la que llamaban Bobbie. Betty, que cambiaría su apelativo familiar por Bette tras la lectura de la novela de Balzac "La cousine Bette", fue una niña tímida y asustadiza, de frente abombada, nariz pequeña y dientes desiguales.

Cuando tenía siete años sus padres se divorciaron y su madre, que era una mujer de carácter, decidió, en 1921, trasladarse con sus hijas a Nueva York donde al principio salió adelante trabajando como maestra de una residencia femenina. Mientras las dos niñas estudiaban en un internado, estudió fotografía y montó su propio estudio. En la escuela, Bette fue una alumna brillante y perfeccionista. A los ocho años había visto su primera película, una sentimental cinta protagonizada por Mary Pickford, que despertó su fascinación por el cine. También le encantaban los cuentos de los Hermanos Grimm, las novelas de Louise May Alcott y los romances históricos.

Estudiante de arte dramático y danza

Estudio arte dramático en la Academia Cushing, donde conoció al que luego sería su primer marido, Harmon Nelson, y actuó en producciones escolares, compañías de repertorio estivales y grupos semiprofesionales. Tras ser rechazado su ingreso en la prestigiosa escuela teatral de Eva LeGallienne por tener "una actitud fría y poco sincera", estudió danza con Martha Graham y asistió a las clases de John Murray Andreson's Acting Dramatic School. George Cukor, el que años más tarde sería uno de los más destacados directores de la época dorada de Hollywood, le ofreció su primer papel pagado, debutó en Broadway en 1929 y, en una de sus funciones, un cazatalentos de la Universal le propuso hacer una prueba para el cine. Así un frío día invernal de 1930, Bette y su madre llegaron a Los Ángeles en tren. No vieron a nadie en el andén aunque, según ella misma explicó años más tarde, "había alguien del estudio esperándonos en la estación, pero se fue de allí porque no vio a nadie con aspecto de actriz". Los inicios de su carrera cinematográfica fueron en la Universal, compañía que la contrató tras someterla a una segunda prueba de cámara, y, en 1931, debutó con "Bad sister". Cinco películas después, la contrató la Warner Brothers.

Una boda, dos Oscar y un romance con Wyler

En 1932, año en que se casó con Harmon Nelson, la actriz se decía a sí misma que "si Hollywood no funciona, estoy preparada para ser la mejor secretaria del mundo". Pero funcionó. Más de veinte filmes después, obtuvo excelentes críticas por "Cautivos del deseo" (1934) y, al año siguiente, ganó su primer Oscar por "Peligrosa". Tuvieron que pasar otras 12 películas para que ganara de nuevo el Oscar a la Mejor Actriz por "Jezabel" (1938), donde compartía protagonismo con Henry Fonda. Durante el rodaje mantuvo una relación amorosa con el director, William Wyler, al que describió como "el hombre causante de mi perfecta felicidad". Se adoraban de una forma pasional. Bette le insistía en que se casaran, pero él le daba largas y la ruptura llegó de una forma inesperada: Wyler le envió una carta en la que le pedía que se casara con él, advirtiéndole de que, si no le respondía en 24 horas, se casaría con otra. Davis tardó una semana en abrir la misiva y la relación se rompió. Eso no fue óbice para que trabajaran de nuevo juntos en una película que, ironías del destino, se llamó "La carta". Al poco, Bette se emparejó con el multimillonario Howard Hughes y su marido, cansado de sus aventuras, presentó el divorcio alegando "comportamiento lascivo y ademanes crueles". Por su parte, ella aseguró: "No sé por qué me casé con Ham. Era un hombre blando, sin carácter. Supongo que, en aquellos momentos, necesitaba estabilidad sentimental".

"La cantina de Hollywood" con Cary Grant

Cansada de los papeles flojos e insulsos que le daba la Warner, dejó colgados a estos estudios para irse a Inglaterra, pero aquello le costó un juicio que perdió y tuvo que volver a EEUU, donde le rebajaron el sueldo y tuvo que aceptar todo lo que le proponían. En 1940, se casó con Arthur Farnsworth y, junto a Cary Grant, montó "La cantina de Hollywood", un bar por el que tanto pasaban las estrellas como los militares. A lo largo de la década de los 40 hizo algunos de sus trabajos más prestigiosos como "La loba" o "El señor Skffington" y, en 1945, dos años después de haber enviudado ya que su segundo marido falleció de un infarto, se casó por tercera vez con el ex boxeador William Grant Sherry, con el que, en 1947, tuvo a su hija Bárbara Dee Bee. Tras su maternidad, volvió al cine para protagonizar la película de Mankiewicz "Eva al desnudo", que le proporcionó una nominación al Oscar por su excelente interpretación y un nuevo marido, ya que se enamoró del actor Gary Merrill. Se casaron en el verano de 1950 y, durante su relación, adoptaron dos hijos: una niña, Margot, que sufría retraso mental, y un niño, Michael. Pero, la vida familiar nunca fue el fuerte de esta mujer que ha sido, para muchos, la mejor "mala" de la historia del cine y, para otros, una de las grandes estrellas de la etapa dorada de Hollywood. Dotada de una mirada magnética, su imagen de mujer fría, colérica, neurótica y egocéntrica le acompañó durante toda su carrera. No por casualidad, desde luego.

Tras una nueva etapa de teatro en Broadway, Frank Capra la recuperó para Hollywood con "Un gangster para un milagro" (1961), cuyo rodaje fue un infierno por las peleas entre Davis y Glenn Ford. Al parecer, éste había declarado que él había aconsejado la contratación de Bette en agradecimiento a la oportunidad que ella le había brindado años atrás. Lejos del agradecimiento, la reacción de la actriz fue tan fulminante como acerada: "¿Quién es ese hijo de perra que se ha atrevido a decir que ha ayudado a que me llamasen de nuevo? ¡Ese tío de mierda no me hubiera ayudado ni a salir de una cloaca! ¡Jamás debí volver a Hollywood!"

Duelo real y escénico con Joan Crawford

Al año siguiente, junto a la diva Joan Crawford, Bette protagonizó "¿Qué fue de Baby Jane?", en cuyo rodaje se vivieron algunos de los enfrentamientos más famosos de la historia del cine. Ambas actrices demostraron su carácter. En la escena donde Davis golpeaba a Crawford, los golpes fueron tan fuertes que a Joan le tuvieron que dar puntos. En la secuencia que la Davis arrastraba a la Crawford, ésta última puso pesas en sus bolsillos para que la Bette se dañara la espalda. Lo más divertido fue cuando Bette colocó una máquina dispensadora de Coca-Cola en el "set" para enojar a Joan, ya que su esposo era un alto ejecutivo de Pepsi. En lo verbal, la cosa no fue mejor, ya que la Davis le dedicó frases como "No la mearía aunque estuviese ardiendo en llamas" o "ha dormido con todas las estrellas masculinas de la MGM, menos con Lassie".

Aunque la truculenta composición que hizo en aquella película la había convertido de nuevo en una de las actrices mejor pagadas del cine americano, su carrera empezó a tocar fondo y, con su vitriólico humor, publicó un anuncio en la revista "Variety" con el siguiente texto: "Se ofrece actriz con treinta años de experiencia en el cine y dos Oscar. Capaz de moverse y más afable de lo que dicen los rumores. Madre de tres hijos y divorciada. Desea empleo estable en Hollywood". Pero no hubo suerte para una actriz 10 veces nominada al Oscar que, por su intensidad y amaneramiento, siempre se imponía a sus personajes, y su carrera entró en un imparable declive.

Nueve últimas películas

Entre 1965 y 1989, año de su muerte, sólo intervino en nueve películas, la mayoría de muy baja calidad y que aceptó para poder mantener a sus hijos y a su hermana, ingresada en un hospital mental. En los años 80, los múltiples avatares de su vida privada quedaron al descubierto en un libro -"My mother's keeper"- publicado por su hija Bárbara, que no dejaba a la actriz muy bien parada y que provocó que la desheredara. Davis publicó, después, una biografía que tituló "Esto y aquello".

En 1983, mientras rodaba el episodio piloto de la serie "Hotel", la operaron de un cáncer de mama y tuvo cuatro embolias que le causaron parálisis en el lado derecho de la cara, en el brazo izquierdo y dificultad para hablar. Tras una dura rehabilitación, intervino en "Las ballenas de agosto" (1987) junto a la leyenda del cine mudo Lillian Gish y, cuando ya creía que todo el mundo se había olvidado de ella, acudió muy enferma, en septiembre de 1989, al Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde le otorgaron el Premio Donostia por toda su trayectoria. En su discurso de agradecimiento, dijo emocionada: "Ustedes me han devuelto la vida". Pero le quedaba muy poca. El 6 de octubre cuando estaba a punto de volver a Los Ángeles, tuvo que ser internada en un hospital de Neuilly (París) en el que falleció a consecuencia del cáncer que se le había vuelto a reproducir. En su epitafio hizo inscribir: "Lo hizo del modo más difícil". Por el centenario de su nacimiento, Correos de EEUU sacó una edición limitada de sellos con su efigie.


 

lunes, 5 de julio de 2021

Peter O'Toole: Protagonista del filme "Lawrence de Arabia"

 


Peter Seamus O'Toole nació el 2 de agosto de 1932 en Connemara, County Galway (Irlanda). Fue hijo de Patrick Joseph, orfebre y corredor de apuestas de caballos, y Constance Jane, una enfermera escocesa. Siendo un bebé, sus progenitores viajaron durante unos cinco años por el norte de Inglaterra donde se realizaban las mejores apuestas.

Poco después de iniciarse la II Guerra Mundial fue evacuado a Leeds, donde estuvo durante seis o siete años en un colegio católico de monjas, donde le golpeaban con la regla porque era zurdo: "Aquel lugar era maravilloso, pero las monjas querían que yo hiciera todo con la derecha, no podían soportar que un niño fuera diferente".

De pequeño, soñaba con ser periodista y, tras dejar el colegio a los 14 años, ejerció como tal en el "Yorkshire Evening News". Tiempo después, se enroló en la Royal Navy como telegrafista. De regreso a Leeds, un amigo le animó a que se dedicara a la actuación y se inscribió en la Royal Academy of Dramatic Art, donde coincidió con Richard Harris, Alan Bates y Albert Finney, quien se convirtió en uno de sus amigos íntimos. O'Toole empezó su carrera en los escenarios del Bristol Old Vic Theater, donde se especializó en obras clásicas.

Boda con Sian Phillips, madre de sus dos hijas

Su debut en el prestigioso West End londinense, en 1957 con la comedia "Oh, My Papa", fue tan desastroso que se emborrachó y terminó en los juzgados. En una obra de teatro se enamoró de la actriz Sian Phillips, que se quedó embarazada estando aún casada con otro. Tras lograr un divorcio rápido en México, O'Toole se casó con ella y nació su primera hija, Kate, en 1960. Ese mismo año empezó a hacer pequeños papeles en películas como "Kidnapped", "Los dientes del diablo" y "El robo al banco de Inglaterra", hasta que el director David Lean le dio el papel protagonista de "Lawrence de Arabia", película que se convertiría en uno de los clásicos del séptimo arte. Gracias a este trabajo, el hasta entonces desconocido actor logró su primera nominación al Oscar. No lo ganó, pero se convirtió en una estrella de primera magnitud, cuya intensa mirada azul se hizo tan legendaria como la de Elizabeth Taylor y Paul Newman. O'Toole bordó la interpretación de Thomas Edward Lawrence, quie, en la vida real, había sido uno de los hijos ilegítimos de Sir Thomas Chapman, arqueólogo especializado en el Medio Oriente. Poco antes de la I Guerra Mundial, Lawrence trabajó para una compañía topográfica que, en realidad, era una tapadera del espionaje británico. Tras ser aceptado como consejero militar, se unió al príncipe Faysal -convertido posteriormente en Faysal I de Iraq- y juntos organizaron la sublevación e insurrección de los árabes contra el Imperio turco, aunque sus esfuerzos a favor de la independencia del pueblo árabe no tuvieron fruto. Falleció en 1935 en un accidente de moto tras licenciarse de las Fuerzas Aéreas Reales (RAF).

Burton y Harris, compañeros de juergas

En 1963, Peter O'Toole fue padre de otra niña, Patricia y su carrera cinematográfica avanzaba a toda máquina, ya que obtuvo su segunda nominación a la estatuilla por "Becket" (1964), donde trabajó con Richard Burton, uno de sus compañeros de juergas y borracheras. "El, Richard Harris y yo hacíamos, en público, lo que los demás hacían en privado. Bebíamos y sabíamos lo que era la maría", explicó en una ocasión.

En los años 60 rodó películas tan inolvidables como "Lord Jim" (1965); "Cómo robar un millón y..." (1966) con Audrey Hepburn; "La Biblia" (1966) y "El león en invierno" (1968), junto con Katharine Hepburn, con la que no se llevó muy bien hasta que protagonizaron la siguiente anécdota: "Decía que yo estaba medio loco y tuvimos mala relación hasta que ella dio un puñetazo a un taxista. Eso nos empató y desde entonces fuimos buenos amigos. Era una mujer divina". En 1969, protagonizó "Adiós, míster Chips" y "¿Qué tal Pussycat?", primera aparición cinematográfica de Woody Allen.

En la siguiente década, su carrera empezó a deteriorarse, siendo una excepción el filme "El hombre de la Mancha" (1972), con Sofía Loren, porque estaba más ocupado en emborracharse que en actuar. Protagonizó tantas juergas hasta altas horas de la madrugada que, en una ocasión, salió a tomar una copa en París y se despertó en Córcega. En 1975, estuvo a punto de morir por lo que fue descrito como una "irregularidad abdominal", pero la verdad fue que le tuvieron que extirpar parte del estómago y del intestino a causa de su abuso del alcohol. "No me arrepiento de una sola gota", solía repetir. Su esposa, que tiempo después manifestó que O'Toole "era un ser peligroso y perjudicial", le abandonó por otro hombre tras protagonizar numerosas broncas. El actor jamás volvió a casarse, al parecer porque su moral católica le hacía ver mal el divorcio.

En 1979, protagonizó la escandalosa "Calígula" y, tres años más tarde, conoció a la modelo Karen Brown, con la que convivió durante seis años y con la que tuvo a su tercer hijo, Lorcan, nacido en 1983 y que ha seguido sus pasos profesionales, aunque con menor éxito. La pareja se separó y, tras una agria disputa por la custodia del niño, fue finalmente el actor quien se encargó de criarle. Padre e hijo se lo pasaban muy bien, compartían confidencias en su casa de Hampstead -a las afueras de Londres- y se divertían practicando cricket, deporte favorito de O'Toole.

Oscar honorífico por toda su carrera artística

Poco a poco fue menguando su actividad en el cine. Tenía los ojos tan sensibles que los focos de los estudios y del teatro habían empeorado su visión hasta casi dejarle ciego. Sobre su estado de salud comentaba que "he tenido todas las enfermedades posibles e imaginables, salvo, para mi fortuna, el infarto de miocardio y el cáncer. Físicamente siempre he sido muy vulnerable" y así lo dejó patente en sus últimas apariciones públicas.

Durante el rodaje de "Fantasmas" (1998) se enamoró platónicamente de Rose Mcgowan, quien, años después, saltó a la fama con la serie "Embrujadas". También se comentó que había tenido un breve romance con Ursula Andress. A partir de los años 80, intervino en películas como "Masada" (1981), "El último emperador" (1987), "Los viajes de Gulliver" (1996) y "Troya" (2004). Ni las drogas ni el alcohol habían mermado su memoria y su genio interpretativo y, de hecho, se sabía de memoria los 154 sonetos de Shakespeare, a quien consideraba el escritor más importante del mundo.

Ganó cuatro Globos de Oro, un Emmy, un Bafta y estuvo nominado ocho veces a los Oscar, pero jamás lo obtuvo como mejor intérprete. La Academia intentó hacer justicia otorgándole, en el 2003, una estatuilla honorífica, que, en principio, él rechazó porque creía que aún tenía posibilidad de "ganar esa mierda de premio de forma rotunda, pero mis hijos me convencieron". Hombre amable y discreto, jamás hablaba mal de nadie y dedicaba su ocio a la lectura.

Un retiro sin lágrimas y mucho agradecimiento

En julio del 2012, anunció su retirada a través de un comunicado: "Queridos todos, me ha llegado la hora de tirar la toalla. Me retiro del cine y del teatro. Me he quedado sin aliento y no volveré", añadiendo que "uno debe decidir por sí mismo cuándo es el momento de irse. Me voy de la profesión sin una lágrima y profundamente agradecido". A partir de ese momento no concedió ninguna entrevista y se dedicó a escribir sus memorias. Con todo, no se pudo negar a aceptar un papel en "Catalina de Alejandría"´. Finalmente, un cáncer se llevó al actor, en su casa de Londres, el pasado 14 de diciembre de 2013.


viernes, 4 de junio de 2021

Olivia Newton-John: La "novia" de Travolta en "Grease"

 


Olivia  Newton-John nació el 26 de septiembre de 1948 en Cambridge (Inglaterra). Fue la segunda hija del profesor inglés Brin Newton-John y de Irene Born, hija de un premio Nobel de Física, el alemán Max Bohr. Cuando solo tenía 5 años se trasladó a Australia con su familia (tiene una hermana mayor llamada Rhona), porque a su padre le habían ofrecido un trabajo en una Universidad de Melbourne. Los inicios como cantante de Livvy, como la apodaban en la familia, se remontan a su infancia, cuando cantaba en numerosas ocasiones con una voz y una técnica sorprendentes para una niña. A los 14 años, en Canberra formó el grupo Sol For con otras tres amigas, pero el conjunto no duró demasiado tiempo. Un año después, fue la ganadora de un popular programa de la televisión australiana que buscaba talentos -"Sing, sing, sing"-, cuyo primer premio consistía en un viaje a Londres. Olivia grabó su primer single para Decca Records en 1966, cuando tenía 18 años, con la canción "Till You Say You'll Be Mine". A los 19 años regresó a Inglaterra, donde formó dúo con otra amiga australiana. Aporreaban una guitarra y se desgañitaban por los pubs del norte del país. En 1970, logró ser seleccionada para formar parte del grupo Tomorrow, la versión británica de The Monkees, con el que grabó un único disco y participó en una película que llevaba el mismo título.

Medalla de la Orden del Imperio Británico

Más tarde Bruce Welsh, su primer novio y miembro del grupo Shadows, la convenció para que probara suerte en solitario. Con su apoyo, Olivia grabó, en 1971, la canción de Bob Dylan "If not for you". El tema tuvo aceptación, así como una versión de un tema folk, "Banks of the Ohio", que se clasificó entre los primeros puestos de las listas de ventas. En 1972, el cantante Cliff Richard la seleccionó para colaborar en su programa televisivo "It's Cliff Richard", que supuso su carta de presentación para el público británico, al que encantó por su voz cristalina y su angelical belleza rubia. Ese año, con el elepé "Olivia" y la canción "What is life" -una versión de un tema del "beatle" George Harrison-, se proclamó "cantante inglesa del año". Tanta popularidad alcanzó que la reina Isabel II le impuso la medalla de la Orden del Imperio Británico.

Tampoco se le resistió el público norteamericano, mercado en el que entró en 1973 para promocionar la canción "If you love me let me know", "single" de un disco que ganó los Grammy al mejor álbum, mejor artista y mejor solista femenina de música country del año. En 1974 representó al Reino Unido en el Festival de Eurovisión que se celebró en la ciudad inglesa de Brighton. Cantó "Long live love", tema con el que alcanzó la cuarta posición en un año en el que ganó el grupo Abba. Desde entonces se convirtió en una de las cantantes más comerciales del momento, lo que le valió poder grabar un nuevo disco cada año.

"Grease" la película que la hizo famosa

Pero iba a ser el cine lo que la hiciera famosa en el mundo entero. "Grease", el filme que la dio a conocer, llegó al celuloide desde las tablas del teatro. Se había estrenado en el Martin Eden Theatre de Nueva York el 14 de febrero de 1972 y, después de 128 representaciones, pasó a una sala mejor y más grande, en Broadway, donde siguió en cartel hasta 1980. La película se estrenó en el 78, cuando arrasaba la música disco y empezaba el desmesurado culto al cuerpo. John Travolta ya había hecho estragos con "Fiebre del sábado noche" y los estudios le buscaron una novia que fuera rubia, bailarina y cantante. "Todo comenzó cuatro meses antes de rodarse la película. En una fiesta me presentaron a Allan Carr, el productor y me dijo que yo resultaría bien en el cine. No me lo tomé en serio, pero a los pocos días me llamaron para unas pruebas con Travolta", explicó en una ocasión del filme en el que encarnaba a Sandy, una dulce muchacha de 15 años aunque ella ya había cumplido los 30. Con el tiempo, "Grease" se convirtió en una palícula de culto y su banda sonora fue un absoluto bombazo, especialmente el tema principal, compuesto por Barry Gibb, de los Bee Gees. Pese al éxito, los intentos de volver a juntar a la pareja ("Tal para cual") fueron bastante desastrosos, mientras que Olivia intentó superar el fracaso de "Xanadú", un musical donde tenía de "partenaire" a un Gene Kelly bastante mayor y con la música de la Electric Light Orchestra. Durante el rodaje de esta película Olivia conoció al bailarín Matt Lattanzi, diez años menor que ella y que hacía de "doble" del primer personaje masculino. "Fue un flechazo", dijo Olivia, que había estado unida sentimentalmente a Lee Kramer, su mánager, y a Andy Gibb, otro hermano Bee Gees. Después de cuatro años de vida en común en la finca que la actriz y cantante tiene en Malibú, se casaron el 15 de diciembre de 1984. Dos años después, en enero de 1986, nació su primera y única hija, Chloe Rose. Olivia se concentró en su vida familiar, aunque periódicamente salía en las revistas, vistiendo camisetas de algodón de su firma, Koala Blue, y rodeada de sus caballos, perros, gallinas y conejos. Pero diversos errores financieros llevaron a su empresa de ropa, que vendía mucho en EEUU y Australia, a la bancarrota en 1992, aunque pudo recuperarse de la quiebra gracias a la publicidad y a telefilmes para la pequeña pantalla.

Comprometida en la lucha contra el cáncer

Ese mismo año, poco después de que falleciera su padre, Olivia anunció públicamente que sufría un cáncer de mama para evitar especulaciones. La cantante pudo superar la enfermedad, que había sido detectada en una fase muy inicial, y desde entonces ha quedado firmemente comprometida en la lucha contra el cáncer. En 1996, un año después de divorciarse de su marido y de sacar un nuevo disco, "Gaia", se unió sentimentalmente a Patrick McDermott, un operador de cámara originario de Hong-Kong que desapareció en extrañas circunstancias durante una excursión de barco en el 2005. Algunas fuentes aseguraron que la desaparición había sido voluntaria y que McDermott había simulado su muerte para evitar pagar sus deudas, entre ellas, la pensión alimenticia de su hijo de 15 años. Fuera como fuese, el suceso fue un duro golpe para Olivia, que se refugió en la música para intentar superarlo.

Su hija, Chloe, sufrió anorexia nerviosa

Newton-John estuvo al lado de su hija cuando ésta, en el año 2007, presentó su primer disco. Entonces se supo que Chloe, de 21 años y que también ha hecho sus pinitos como actriz, había superado una anorexia nerviosa que la había hecho estar en los huesos. En julio del 2008, Newton-John sorprendía al mundo casándose, casi en secreto, con John Easterling, diez años más joven que ella y propietario de Amazon Herb Company, una empresa de productos naturales para la salud que, curiosamente, la cantante había tomado mientras se recuperaba del cáncer de mama. 

El 30 de mayo de 2017, luego de 25 años de la detección de su cáncer, Olivia anunció la reincidencia de la enfermedad, lo que le producía un dolor de espalda que le obligó a posponer presentaciones. Este dolor fue el anuncio de que el mal se ha extendido al hueso sacro de su espalda. Por este motivo se sometió a terapias naturales y a un periodo de radiación en un centro de tratamiento del cáncer que lleva su nombre en Australia.

En 2018, la actriz y cantante australiana, reveló que fue diagnosticada con un cáncer por tercera vez. Explicó que los médicos le diagnosticaron un tumor en la base de la columna vertebral, y que fue sometida a radioterapia; también dijo seguir terapias naturales y consumir aceite de cannabis para los dolores. "Sigo en tratamiento, en tratamiento natural y estoy muy bien​", declaró al canal australiano Channel Seven desde su residencia en California.


martes, 1 de junio de 2021

Fernando Fernán Gómez: Actor, director, escritor y académico de la lengua

 


Fernando Fernández Gómez nació el 21 de agosto de 1921 en Lima (Perú), aunque fue inscrito a los siete. días en el registro civil de Buenos Aires (Argentina), nacionalidad que conservó hasta 1984, año en que consiguió la española. Fue hijo natural de la actriz Carola Fernández Gómez (aunque usaba el apellido artístico de Fernán Gómez), que se  encontraba de gira por Latinoamérica con la compañía de María Guerrero cuando dio a luz al que sería su único hijo. Con pocos meses de edad, Fernando embarcó con su abuela, Carola Gómez, rumbo a España y se instalaron en Madrid a la espera de que volviera la madre del pequeño. En los primeros, vivieron en pensiones o compartiendo habitación con otras familias hasta que la situación económica les permitió instalarse en un pequeño piso de alquiler de la calle Álvarez de Castro.

Su abuela. Carola, referente de su infancia

Allí creció Fernando, con su abuela como gran referente. "Para mí, era la ternura, el calor, la compañía", escribió el propio Fernán Gómez en su libro de memorias, "El tiempo amarillo", publicado en 1990. De la mano de su abuela aplaudió la proclamación de la República, cuando él tenía 10 años, mientras que su madre, monárquica, veía con preocupación la llegada del nuevo régimen. Estudiante en los Hermanos Maristas, este polifacético artista tuvo una infancia en la que su madre y su abuela se "esforzaban en que me pareciera natural el hecho de no tener padre y yo me esforzaba en que ellas no se dieran cuenta de que yo no me daba cuenta de que aquello no era normal", escribía. Hizo sus pinitos como actor en el colegio y, a los 16 años, cuando su abuela opinaba que tenía que tener "un oficio limpio" mientras su madre replicaba que "obrero, de ninguna manera", empezó a estudiar declamación en la Escuela de Actores de la CNT. Para entonces era un lector compulsivo, que tenía "Los Miserables", de Víctor Hugo como libro predilecto. Finalizada la guerra, y tras un breve paso por Filosofía y Letras, entró de meritorio en una compañía de teatro. Su primer actuación fue de comparsa en el teatro Pavón y, en su primera función, con una compañía de vodeviles, en el teatro Eslava, el miedo le impidió pronunciar las dos frases de su papel. Pero el dramaturgo Enrique Jardiel Poncela supo apreciar lo que valía y le dio un papel en "Los ladrones somos gente honrada". "La obra había sido un gran éxito; mi actuación mereció muchos comentarios, pero en las críticas que aparecieron al día siguiente del estreno no había ni una mención destacada para mí. (...) Más adelante sí tuve una mención elogiosa en una crítica, porque Jardiel Poncela le pidió al crítico Alfredo Marquerie el favor de que me mencionara", escribía Fernán Gómez en sus memorias. Y es que aquel pelirrojo larguirucho y delgadísimo tenía prisa por encontrarse con su destino: el de ser uno de los actores más importantes que ha habido en España. No era solo una cuestión de vanidad ni de necesidad de reconocimiento, sino que había razones sentimentales: se había enamorado de María Dolores Pradera, entonces una joven actriz que aún no había empezado cu carrera como cantante, y quería casarse.

6000 pesetas por su primer papel en cine

En 1943, estaba actuando en "Los habitantes de la casa deshabitada", de Jardiel Poncela, cuando recibió una oferta de Cifesa: 6000 pesetas por tres meses del rodaje en "Cristina Guzmán", una película de Gonzalo Delgrás. Como en el teatro ganaba 20 pesetas diarias, no dudó en aceptarlo. Aquel mismo año participó en ocho películas más, convirtiéndose en lo que se llamaba galán cómico debido a su rostro excéntrico y a su vozarrón inconfundible. Su recién iniciada carrera cinematográfica, que simultaneó con la radio y el doblaje de películas, le permitió contraer matrimonio con María Dolores el 29 de agosto de 1945. "Quiero tener 11 hijos, por lo menos, para formar un equipo de fútbol", decía entonces. Su prole, sin embargo, quedó reducida a dos hijos: Elena y Fernando. 

Celos artísticos y dos caracteres muy fuertes

En 1947, "Botón de ancla", uno de los grandes éxitos del cine español de posguerra con el Dúo Dinámico como protagonistas, le dio popularidad. El éxito llamaba a su puerta mientras su estabilidad conyugal se rompía. Al parecer, los celos profesionales y la fortísima personalidad de ambos provocaron que, doce años después de la boda, la pareja se separase.

Años antes, su papel de joven calavera en "Balarrasa" había confirmado la popularidad de este artista que, a lo largo de su carrera, participó en casi 200 películas. Actor en el Instituto Italiano de Cultura, donde se montaban obras de dramaturgos comprometidos y se organizaban las primeras proyecciones de películas del neorrealismo italiano, el cine que había entonces Fernán Gómez era más bien "alimenticio". Los productores le llamaban para personajes intrascendentes en películas insulsas, salvo honrosas excepciones como "Esa pareja feliz" (una joya del neorrealismo a la española firmada por Bardem y Berlanga), "La ironía del miedo", o "El soltero". En 1952, Fernán Gómez hizo su debut tras la cámara, codirigiendo con Luis María Delgado su primera película, "Manicomio". Al año siguiente, ya solo realizó la segunda: "El mensaje". También en aquella época se inició como director teatral con "La vida en un bloc", obra que le deparó un gran éxito. Al poco, creó su propia compañía.

En 1957, Fernán Gómez se unió sentimental y profesionalmente a la argentina Analía Gadé. Juntos obtuvieron gran popularidad protagonizando comedias producidas por José Luis Dibildos como "La vida por delante", "La vida alrededor" o "Solo para hombres", con guión y dirección de Fernando. Excelente escritor, la publicación en 1961 de su primera novela "El vendedor de naranjas", cuyo protagonista era un guionista pluriempleado, fue acogida con escaso interés por el público, lo que le llevó a aparcar esa faceta hasta los años 80, cuando resurgió con fuerza el novelista que llevaba dentro con títulos tan apreciados, entre otros, como "El viaje a ninguna parte", "El mal amor", "El ascensor de los borrachos" u "Oro y hambre", una relectura de la novela picaresca medieval. También probó suerte con la poesía y ejerció como articulista de prensa.

"El extraño viaje", su obra maestra

En 1963, firmó la carta de protesta contra las torturas a los mineros de Asturias y, a partir de entonces, quedó marcado como "rojo" con las inevitables secuelas negativas laborales. Pero, más que comunista, era un espíritu libre, bohemio y libertario. Al año siguiente, dirigió "El extraño viaje", una extraordinaria comedia negra ambientada en la sociedad rural franquista, que muchos consideran la mejor de las 25 películas de su filmografía como director. En 1968, su popularidad se afianzó con su interpretación en televisión de "El pícaro".

Fue precisamente a finales de los años 60 cuando conoció a la actriz catalana Emma Cohen, de 22 años, que ha sido la mujer de su vida y de la que ha dicho en ocasiones que le rescató del "desastre sentimental" en el que se encontraba. Así debió ser, porque el inicio de su convivencia con Cohen, en 1970, coincidió con la etapa más fructífera de su trayectoria profesional.

Numerosos premios

Requerido por excelentes directores de la época como Jaime de Armiñán, Carlos Saura, Víctor Erice, Josefina Molina, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez, Pedro Olea o Fernando Trueba, Fernán Gómez dejó su impronta de genial intérprete en películas como "Ana y los lobos", "El amor del capitán Brando", "El espíritu de la colmena", "Pim, pam, pum, fuego" o "Mamá cumple cien años", entre otras muchas. "El anacoreta", de Juan Estelrich, le permitió ganar en 1976 el Oso de Plata al mejor actor en la Berlinale. Un premio al que siguieron muchos más: siete Goyas, tres "osos" berlineses, Premio Nacional de Cinematografía, Premio Nacional de Teatro. Premio Donostia, Premio Príncipe de Asturias de las Artes y la "parte" que le corresponde del Oscar que ganó Fernando Trueba por la coral "Belle époque". En 1978, ganó el Premio Lope de Vega por "Las bicicletas son para el verano", una obra escrita y dirigida por él que fue todo un fenómeno teatral. Un mundo del que decidió retirarse en 1985, decisión que mantendría salvo contadas excepciones, como en el año 2004 cuando estrenó "Morir cuerdo y vivir loco", una aproximación melancólica al Quijote, personaje por el que sentía debilidad. Hombre de verbo rotundo, no tenía ningún empacho en proclamar que le molestaba la presencia del público en los teatros. "No me gusta que la gente me mire mientras trabajo", decía. También aseguraba que no escogía las películas en las que intervenía. Solo ponía algunas condiciones para aceptarlas: tener fechas libres, que le pagaran su sueldo, que no hubiera escenas de riesgo físico y que no tuviera que montar a caballo, cantar ni tocar un instrumento. Y nada de improvisaciones. "Y, si no, que me paguen como guionista", afirmaba. En los 80 se asomó a la tele con "Los ladrones van a la oficina", y "Mambrú se fue a la guerra", "La lengua de las mariposas" o "El abuelo" fueron algunas de las películas de los 90. De timidez casi enfermiza, le divertía cultivar la que él llamaba su "natural antipatía". Famoso se hizo el estentóreo "¡Váyase usted a la mierda!" que le soltó a un admirador pesado que intentaba conseguir un autógrafo. Pero, pese a la fama de cascarrabias malhumorado y al celo huraño con que preservaba su vida privada, sus amigos lo retratan como un excelente conversador, un pensador original y una persona tan cálida y educada que parecía salido de otro siglo. Él se definía como un hombre de pocas palabras y amante de la lectura. "Más que culto, hice un buen bachillerato", decía con sorna este hombre que copiaba a Einstein para exclamar: "No soy feliz, ni falta que hace". Polifacético en lo artístico, reconocía no saber conducir, ni nadar, ni montar en bici. Le apasionaba el whisky, el flamenco y el tango y odiaba hablar por teléfono.

Boda de un académico

En el 2000, se casó con Emma Cohen al poco de pronunciar su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua, donde ocupaba el sillón B. Ese mismo año. mientras rodaba "Lázaro de Tormes", le ingresaron por un cáncer. Restablecido de su enfermedad, siguió trabajando. "Mia Sarah", de Gustavo Ron, ha sido la última aparición en la pantalla grande de este actor genial e irrepetible. Galardonado con un premio otorgado por sus compañeros de profesión -para los que ha sido un maestro-, el actor fue ingresado a finales de octubre de 2007 en el hospital de La Paz, de Madrid. El 19 de noviembre fue ingresado en el área de oncología para ser tratado de una neumonía. Falleció el miércoles 21 de noviembre a los 86 años de edad, acompañado por su mujer y sus dos hijos.


jueves, 20 de mayo de 2021

Frank Sinatra: La Voz de la música norteamericana

 


Frank Albert Sinatra nació el 12 de diciembre de 1915 en un barrio de clase media de Hoboken (Nueva Jersey). Fue el único hijo de Anthony Martin Sinatra, Marty, procedente de Sicilia, y de Natalie Della Agravantes, Dolly, de origen genovés. De día, Marty trabajaba de bombero y, por las noches, regentaba una taberna y Dolly, activa militante del Partido Demócrata, ejercía de comadrona, yendo a parar a la cárcel varias veces por practicar abortos ilegales. Tanto Dolly como su bebé estuvieron a punto de morir, ya que ella era una mujer menuda que tuvo que parir una criatura de más de 6 kilos. El médico extrajo a Frank con forceps, dejando a la madre imposibilitada para tener más hijos y al niño con una cicatriz tras la oreja izquierda y una rotura de tímpano. El bebé no respiraba y su abuela, también partera, lo puso bajo un chorro de agua fría y Frank dio su primer do de pecho.

Frank Sinatra era un niño gamberrete y fanfarrón, que se acostumbró a andar solo por el barrio, ya que su madre se tenía que ausentar a menudo por su actividad política y social. No era buen estudiante pero en el David F. Rue Junior High School divertía a compañeros y profesores con sus imitaciones de los famosos del momento. Después, pasó al instituto A.J. Demarest, donde actuó por primera vez. En 1931, abandonó los estudios para trabajar como repartidor de periódicos, recadero, camionero... Eran los difíciles años de la Gran Depresión, pero gracias a la influencia política de su madre Frank tenía trabajo, a pesar de que llevaba una vida desordenada. Le gustaba el boxeo y, sobre todo, la música. Soñaba con ganarse la vida como cantante y, de noche, actuaba en clubs de medio pelo a cambio de un bocadillo, cigarrillos o nada.

A los 19 años, Frank se hizo novio de Nancy Barbato. Una noche, la pareja fue a un concierto de Bing Crosby, el ídolo de Frank, y Sinatra se dio cuenta de que «no quería imitarle a él porque todos los chicos de mi escalera copiaban su estilo. Yo sabía que mi voz era más aguda y me dije: "tengo que ser un cantante distinto"».

Empezó en la radio, con «The Hoboken Four»

En 1935, Sinatra se presentó al «casting» de un concurso radiofónico y ganó, junto a un trío llamado «The Flashes». Los responsables del programa les propusieron actuar juntos y se convirtieron en «The Hoboken Four». Su interpretación en el programa batió todos los récords de llamadas recibidas jamás y la cadena organizó una gira por todo el país para que el público lo conociese en directo. Los fans acudían a verles, enloquecidos, y hasta les llevaban comida por si echaban de menos la cocina casera. A pesar del éxito, el grupo se disolvió al acabar la gira.

Boda con Nancy, con la que tuvo tres hijos

En 1938, Frank se casó con Nancy y, al año siguiente, entró en la orquesta de Harry Arden, con la que actuaba cada noche en una emisora de Nueva York. Allí lo escuchó Harry James, el famoso trompetista de la orquesta de Benny Goodman, que lo fichó para su propio grupo. La orquesta pasó por graves problemas económicos y acabó disolviéndose. Fueron tiempos difíciles para Frank y también para Nancy. Ella lo acompañaba en sus giras a pesar de estar embarazada de su primera hija, Nancy, que nació el 8 de junio de 1940.

Por esa época, Frank Sinatra fue contratado por Tommy Dorsey para su orquesta. Además de aprender muchísimo, tanto de música como del negocio del espectáculo, junto a Dorsey grabó su primer disco, «I'll never smile again», que llegó al número uno de la famosa lista de éxitos Billboard. Con Dorsey, Sinatra grabó varios discos más y comenzó a saborear la popularidad, pero las desavenencias entre ellos propiciaron que el cantante abandonase la banda en 1942 con una estricta cláusula de rescisión que le otorgaba a Dorsey el 43% de los beneficios de Frank de por vida, un yugo del que Sinatra se deshizo años después.

A finales de 1942, «La Voz», como ya se le apodaba, participó como estrella invitada en un espectáculo de la orquesta de Benny Goodman en el Teatro Paramount de Nueva York y descubrió que se había convertido en el ídolo de la juventud, sobre todo, de las quinceañeras, que lo perseguían y asediaban de una manera inusual para la época.

En apenas un año, su fama se disparó: fichó por la Columbia Records para la música y por la RKO para el cine, fue portada de la revista «Life» y empezó a cobrar un millón de dólares al año. En 1944, el mismo año en el que nació su segundo hijo, Frank Jr., comenzó a emitirse por radio el programa «The Frank Sinatra's Show», que estaría en antena 14 años. Había debutado en el cine en 1941 con «Las Vegas nights», pero no tuvo éxito hasta tres años después, cuando hizo con Gene Kelly la exitosa «Levando anclas». Su vida profesional no podía ser mejor, pero Frank y Nancy pasaban por una grave crisis. Mujeriego empedernido, el cantante no ocultaba sus romances con toda mujer que se le pusiera a tiro. Nancy, con la que en 1948 tuvo a su tercera hija, Tina, sufría en silencio las juergas de su díscolo cónyuge, pero sabía que siempre regresaba a casa. Hasta que un día se cruzó en la vida del cantante la escultural Ava Gardner. Aunque a la bellísima actriz Sinatra le pareció un tipo «arrogante, engreído y prepotente», no tardaron en iniciar una relación apasionadamente violenta.

Ava Gardner, un amor apasionado y violento

Aquella vez, Sinatra no volvió con con Nancy y el 7 de diciembre de 1951, tras obtener el divorcio pese a la negativa inicial de su mujer, el cantante se casó con Ava. La relación se convirtió en un amor loco: tanto podían pasarse días enteros encerrados en la habitación como gritarse como salvajes. A los celos enfermizos de Frank se añadió la rotunda negativa de la actriz a ser madre. Tras abortar en dos ocasiones, la pareja se divorció en 1957 coincidiendo con el momento más bajo de la carrera de Sinatra. Sus películas no gustaban y sus canciones se habían quedado antiguas. Cuando expiró su contrato con Columbia Records, nadie quiso ficharle.

En 1953, Sinatra se obsesionó por conseguir un papel en la película de Fred Zinnemann «De aquí a la eternidad» y lo consiguió. Su actuación le valió el Oscar al Mejor Actor Secundario. En los dos siguientes años protagonizó 11 películas y estuvo nominado como mejor actor por «El hombre del brazo de oro» (1955). Fichó por Capitol Records, que relanzó su carrera, y la cadena ABC, lo contrató para conducir el televisivo «The Frank Sinatra's show».

En esa época el cantante fraguó su amistad con otros artistas como Sammy Davis Jr., Dean Martin, Peter Lawford y Joey Bishop con los que formó la «Rat Pack» («pandilla de ratas», nombre con el que la actriz Lauren Bacall bautizó al grupo de juerguistas. Además de con Bacall (con la que estuvo a punto de casarse), se le relacionó en esa época con Judy Garland, Kim Novak, Lana Turner, Marilyn Maxwell, Marlene Dietrich y Zsa Zsa Gabor, entre otras.

Cansado de luchar contra los productores de Capitol Records, que, según su criterio, le imponían unas canciones y una forma de grabar que no le gustaban, consiguió anular el contrato y creó su propia productora: «Reprise» e inició una exitosa carrera como empresario. En los años 60 ya era millonario gracias a sus cuatro compañías discográficas, sus productoras de cine y televisión, sus acciones en la radio, sus inversiones inmobiliarias y sus negocios de juego en Las Vegas y el Lago Tahoe. Entre sus producciones se cuentan la gala de investidura de John F. Kennedy, en 1961, o el mítico programa televisivo en el que actuó con Elvis Presley, que cobró 100.000 dólares por 10 minutos de actuación.

Relaciones con Marilyn Monroe y con la Mafia

En la década de los años 60, a Sinatra se le relacionó con Marilyn Monroe y Juliet Prowse, una bailarina de 26 años con quien anunció que iba a casarse, aunque luego el compromiso se suspendió. Pero había otras «relaciones» que preocupaban más a la justicia y, en 1963, tuvo que testificar ante el Consejo de Control del Juego del Estado de Nevada, que había presentado cargos contra él por haber alojado en uno de sus hoteles al mafioso Sam Giancana. Sinatra decidió renunciar a su licencia de juego y a los beneficios de sus casinos de Las Vegas. A finales de ese mismo año, se llevó otro enorme susto cuando tres hombres secuestraron a su hijo. Se lo devolvieron 54 horas después, sano y salvo.

Matrimonio fugaz con la jovencísima Mia Farrow

A punto de cumplir los 50 años, Frank conoció a la actriz Mia Farrow, de 19, y en julio de 1966, la pareja se casó. Sin embargo, el matrimonio se rompió a los 13 meses cuando, al parecer, él quiso prohibirle que participara en la película «La semilla del diablo».

A finales de los 60, Sinatra empezó a padecer la enfermedad de Dupuytren, una disminución del tejido muscular de la mano derecha por la que necesitó ser operado en 1970. Ese mismo año, la Comisión Investigadora del Estado de Nueva Jersey volvió a interrogarle en relación a su posible vinculación con la Mafia, pero el cantante lo negó todo y, pocos meses después, aparecía como el principal apoyo de Ronald Reagan, candidato a gobernador de California. Seis años después, Sinatra era fotografiado a la salida de un concierto junto a rostros conocidos del crimen organizado, como Jimmy Fratianno o Carlo Gambino. Extremadamente leal con sus amigos, sus pasiones tenían que ver con el juego, la buena mesa, la ropa exquisita y el lujo.

En el terreno sentimental, Sinatra conoció en 1974 a la también actriz Barbara Marx, esposa del pequeño de los Hermanos Marx, con la que se casó dos años después. Vivieron una relación de altibajos, pero no se separaron. En los años 70, y sobre todo en los 80, «La Voz» recorrió el mundo con una gira de macroconciertos. A finales de la década, cuando rondaba los 75 años, su memoria empezó a fallar y las cataratas que tenía no le permitían ver bien las pantallas gigantes en las que su equipo le ponía las letras. En 1993, tras 10 años sin grabar un disco, «La Voz» se metió en el estudio para crear «Duets», un álbum de versiones  de su repertorio más popular interpretadas junto a otras estrellas como Bono, de U2, Julio Iglesias o Liza Minelli. El disco llegó a número uno de las listas. Luego, grabó «Duets II».

Tras recibir un Grammy a toda su carrera, el 25 de febrero de 1995 ofreció el postrer concierto de su vida. La última canción que cantó fue «Lo mejor está aún por llegar». Enfermo de cáncer, Sinatra sufrió un ataque al corazón que acabó con su vida el 14 de mayo. Murió en Los Ángeles, a los 82 años, dejando una herencia de más de 180 millones de euros que agravaría aún más la mala relación entre su esposa y sus hijos.



miércoles, 12 de mayo de 2021

Jane Fonda: Activista y actriz ganadora de dos Oscar

 


Jane Seymour Fonda nació el el 21 de diciembre de 1957 en Nueva York. Fue la primogénita del actor Henry Fonda y de su segunda esposa, Frances Seymour, perteneciente a una familia de la alta sociedad norteamericana y que ya tenía una hija, Pan Brokaw de un anterior matrimonio. A los pocos meses del nacimiento de Jane, la familia se trasladó a Los Ángeles, donde Henry Fonda empezaba una prolífica carrera cinematográfica que le llevaría a convertirse en leyenda del Séptimo Arte. Los Fonda vivieron en una gran casa en Beverly Hills, en la que la pequeña -una niña hermosa, tímida y juguetona a la que apodaban "lady Jane"- recibía los arrumacos de estrellas como Greta Garbo, Judy Garland, James Stewart o Ginger Rogers. Tras nacer su hermano Peter, en 1940, toda la familia se trasladó a una enorme granja en las colinas de Santa Mónica, donde había establos y huerto.

Su madre se suicidó

A pesar de vivir en un aparente cuento de hadas, la infancia de Jane estuvo marcada por la falta de afecto. Henry empalmaba una película con otra y nunca le demostró cariño, mientras que  su madre se preocupaba más por los actos sociales que por sus hijos. Aquello marcó profundamente a la futura actriz, que décadas más tarde afirmó que, "si un padre y una madre que te mimen y te digan 'te quiero', resulta muy difícil llegar a quererse uno mismo. Mi padre era un héroe para los que les gustaba el cine, pero a casa no traía aquel espíritu. Su trabajo solo nos dio problemas y desavenencias, jamás la felicidad. Y mi madre siempre  estuvo desequilibrada con grandes depresiones". La situación familiar se hizo insostenible. Henry pidió el divorcio, lo que fue un durísimo mazazo para el delicado equilibrio psíquico de la madre. La internaron en un sanatorio y el 25 de abril de 1950 se quitó la vida cortándose el cuello con una cuchilla de afeitar. A Jane y Peter, que se fueron a vivir con su abuela materna, les dijeron que Frances había muerto de un ataque al corazón, pero, años más tarde, descubrieron por la prensa lo que había pasado.

Graves problemas de bulimia y anorexia

Tras estudiar en la Brentwood School y en la Emma Willard School, ingresó en un internado donde empezaron sus trastornos alimenticios. Quería ser una chica guapa y delgada para atraer a los chicos. Esos problemas derivaron en una bulimia grave, alternada con períodos de anorexia, que mantuvo en secreto durante más de veinte años.

Adolescente poco brillante en sus estudios, trabajó en dos películas junto a su padre. A instancias de éste, que estaba en contra de que Jane siguiera sus pasos profesionales, ingresó en el elitista Vassar's College y se especializó en música y pintura, lo que la llevó a trasladarse a París para continuar su formación. Pero, al poco tiempo, regresó a casa con la firme intención de dedicarse a la interpretación. Influida por una amiga, la actriz Susan Strasberg, en 1956 se matriculó en el célebre Actor's Studio, de Nueva York. Para pagarse las clases, trabajó como modelo, siendo muy cotizada.

Tras intervenir en varias  obras teatrales, en 1959, el director Joshua Logan, que era su padrino, la contrató para su primera película: "Me casaré contigo", que protagonizó junto a Anthony Perkins. Durante el rodaje se le disparó la bulimia, tuvo episodios de sonambulismo, de miedo a los hombres y problemas de identidad. En esa época descubrió el ballet, al que se hizo "adicta" porque le permitía controlar y cambiar la forma de su cuerpo. Hasta que empezó con el "Programa de Gimnasia de Jane Fonda", en 1978, practicaba ballet en cualquier parte del mundo donde estuviera. Tras su primer gran éxito con "Un domingo en Nueva York" (1963), el director francés Roger Vadin, descubridor de la actriz Brigitte Bardot, la llamó para protagonizar "Juegos de amor a la francesa". Durante el rodaje surgió el amor y se casaron en 1965. A partir de ahí, Jane alternó el cine francés con el americano. Tuvo un gran éxito con "Descalzos por el parque" (1967), junto a Robert Redford, y, al año siguiente, estrenó "Barbarella", que la convirtió en "sex symbol" de la época. Apodada la "Bardot americana", en 1968 tuvo a su primera hija, Vanessa. Tras el Mayo francés y un iniciático viaje a la India tomó  conciencia política, una faceta que nunca ha abandonado.

Por su trabajo en la excepcional "Danzad, danzad, malditos" (1969), de Sidney Pollack, recibió su primera candidatura al Oscar, pero su relación con Vadim se iba desmoronando. Sus colaboraciones profesionales no tenían éxito y, a veces, complacía a su marido realizando tríos sexuales. "Nunca me obligó a nada, sabía lo que estaba haciendo, pero sentía que si no lo hacía, Vadim me dejaría. Pensaba que, sin él, no existiría", confiesa descarnadamente en su biografía, "Jane Fonda. Memorias" ("Temas de hoy"), publicada hace unos años.

Oscar por "Klute" y boda con Tom Hayden

En 1970 la pareja se separó, Jane dejó a Vanessa al cuidado de su padre y se metió de lleno en temas sociales. Tras ganar el Oscar a la Mejor Actriz por "Klute" (1971), en cuyo rodaje se enamoró de Donald Sutherland, se convirtió en uno de los personajes famosos que se manifestaba contra la guerra de Vietnam: apoyó a los norvietnamitas, denunció la actuación de los soldados americanos y viajó al país asiático. Fue acusada de "traidora" y la apodaron "Hanoi Jane". Además, se convirtió en feminista radical, luchó contra la marginación de indios y negros, fue detenida en cinco ocasiones y el FBI le abrió un expediente. Les llevó a juicio, que ganó al demostrar que habían atentado contra sus derechos civiles. En 1973, se casó con Tom Hayden, un radical de origen apache que comulgaba con sus mismas ideas. Seis meses después nació su segundo hijo, Troy Garity. Durante los años 70 intervino en filmes tan conocidos como "El pájaro azul" (1976), "Julia" (1977) -que le valió otra nominación al Oscar por su interpretación de la escritora Lillian Hellman-, "El regreso" (1978), junto a John Voight, con la que ganó su segunda estatuilla, y "El síndrome de China" (1979), apología contra las centrales nucleares que le valió una tercera nominación al más preciado premio de Hollywood.

Después de muchos años distanciados, a principios de los 80 se produjo la reconciliación definitiva con su padre, entonces ya muy enfermo. Su nueva relación quedó plasmada en una gran película: "En el estanque dorado" (1981), en una de cuyas escenas se dijeron por primera vez "te quiero". Aquella interpretación le valió a Henry Fonda el Oscar al Mejor Actor, que no pudo recoger porque falleció al año siguiente víctima del cáncer.

El aerobic la convirtió en multimillonaria

Para superar sus problemas de autoestima, Jane encontró su tabla de salvación en el aerobic, ideó un programa de televisión con ejercicios, comercializó libros y vídeos, que son, hasta la fecha, los más vendidos de la historia de su especialidad. Aquello la convirtió en multimillonaria. Durante los 80, Fonda intervino en "Agnes de Dios" (1985), "A la mañana siguiente" (1986) -un trabajo por el que fue nuevamente nominada al Oscar- "Gringo viejo" (1989), con un entrañable y veteranísimo Gregory Peck, y "Cartas a Iris" (1989). junto a Robert de Niro, con la que decidió retirarse de la interpretación.

Tercera boda con el presidente de la CNN

Para entonces, se había separado de Tom y, en 1990, consiguió el divorcio. Cuando se hizo pública la noticia, recibió una llamada de Ted Turner, propietario de la cadena de televisión estadounidense CNN, que la invitó a salir. "No estoy con ánimos, llámame en tres meses", le contestó, pero el magnate de la comunicación insistió hasta derrotar las resistencias de la actriz. El 21 de diciembre de 1991, día de su 54º cumpleaños, Jane y Ted se casaron en Atlanta y ella asumió el papel de devota esposa. "Siempre estuve tan desesperada por complacer a los hombres de mi vida que me volví completamente desapegada de mi yo auténtico", explicó en una ocasión. Aunque descubrió, al poco tiempo, que su marido tenía una amante, la pareja no se rompió. Por su parte, el empresario seguía anclado en una parte de su pasado, ya que su padre también se había suicidado y seguía sin superarlo. En sus múltiples apariciones públicas ofrecían la imagen de pareja feliz, pero Jane seguía sin sentirse una mujer completa y, a pesar de disfrutar de aviones privados, mansiones de ensueño y trajes de alta costura, decidió divorciarse en abril del 2001.

Sola de nuevo, y sin intención de volver a ponerse el anillo de casada, la actriz reside en Atlanta, donde disfruta de la compañía de sus dos nietos: Malcolm y Viva. En los últimos años se dedica a la filantropía y el activismo, colabora en la prevención de los embarazos en adolescentes, la educación sexual y el desarrollo del concepto de resilencia (capacidad para sobreponerse a las circunstancias adversas que experimentan algunas personas siendo niños). Abrió el "Jane Fonda Center for Adolescent Reproductive Health" en la universidad de Emory.

En el 2005, tras casi veinte años retirada, aceptó un papel en "Una suegra de cuidado", y "Georgia Rule". En septiembre del año 2007, la entonces princesa Letizia le entregó un premio de la fundación "Save the Children" por su defensa de los derechos de la infancia.

En los últimos años Jane Fonda ha incrementado su presencia en el cine. Encarnó a Nancy Reagan en The Butler (El mayordomo), participó en la comedia This Is Where I Leave You (Ahí os quedáis) y también ha tenido un papel en la multipremiada Youth (La juventud) de Paolo Sorrentino, codeándose con Michael Caine y Harvey Keitel.

En 2019, comenzó unos "Fire Drill Fridays", donde se dedicaba a protestar frente al Capitolio de los Estados Unidos para intentar evitar lo peor de la crisis climática. Por ello, ha sido arrestada cuatro viernes seguidos.