Mostrando entradas con la etiqueta Bailarina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bailarina. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de diciembre de 2021

Josephine Baker: La Venus Negra

 


Freda Josephine Carson nació en St. Louis, Missouri, el 3 de junio de 1906. Siendo aún muy niña, su padre, Eddie Carson, percusionista de vaudeville, las abandonó a ella y a su madre, la lavandera Carrie McDonald.

Al poco tiempo, Carrie se volvió a casar con un hombre llamado Arthur Martin. Según contaba Josephine, Arthur era una bellísima persona, pero siempre estaba en paro, por lo que la situación de la familia, a la que, además, llegaron un niño y otras dos niñas, era precaria. Así las cosas, Josephine se vio forzada a dejar el colegio para trabajar como empleada del hogar y niñera en las casas de acomodadas familias blancas, en donde le recordaban a menudo que no besase a los niños.

Con solo 13 años, encontró un trabajo de camarera en The Old Chauffeur's Club. Trabajando allí conoció a su primer marido, Willie Wells, de quien se divorció poco después. A pesar de haberse casado, Josephine no dejó de trabajar, ya que, acostumbrada desde niña a salir adelante, nunca quiso depender económicamente de sus parejas.

En 1921, con solo 15 años, se casó de nuevo, esta vez con Willie Baker, de quién también se divorció. No obstante, conservó el apellido de su segundo marido.

Al año siguiente comenzó a trabajar como actriz cómica con The Jones Family Band y The Dixies Stepers junto a quienes recorrió los Estados Unidos. Cuando no tenía gira, la joven intentaba convencer a sus jefes de que la aceptaran como bailarina en The Dixies Steppers, pero solía ser rechazada por ser demasiado "flaca y oscura de piel", por lo que era relegada a labores de ayudante de vestuario. Eso sí, si alguna bailarina estaba enferma o faltaba, Josephine ocupaba su lugar. En el escenario, la chica explotaba su vis cómica bailando torpemente. Al público le encantaba y eso le valió el ganarse un puesto en el cuerpo de baile.

Tras una breve temporada de moderado éxito en el Plantation Club de Nueva York y en el Cotton Club de Harlem, Josephine se trasladó a Paris en 1925 para formar parte del grupo de coristas del espectáculo "La Reveu Négre". Aún no había cumplido  18 años pero, junto a su pareja de baile, Joe Alex, y ataviada simplemente con una falda de plumas, deslumbró a todo París con un baile fresco y sensual llamado "Danse Sauvage", que se representó por primera vez el 2 de octubre de 1925 en el Music-Hall de los Campos Elíseos.

Atrás quedaban ya los años de penurias en Missouri. Ahora, Josephine era una estrella que se gastaba su abultado sueldo en ropa, joyas y, sobre todo, mascotas. Según se dice, llegó a tener, a la vez, un leopardo (Chiquita) -al que ponía un collar de diamantes para salir a pasear por los Campos Elíseos-, un chimpancé (Ethel). un cerdo (Albert), una serpiente (Kiki), una cabra, un loro, varios periquitos, peces, tres gatos y siete perros.

Su gran salto al estrellato


Acabada la temporada de "La Reveu Négre" fue contratada como protagonista para "La Folie du Jour", que se representaba en el teatro Folies Bergère. Fue su salto definitivo al estrellato.


Con una voz privilegiada para el jazz y sin complejos para bailar vestida exclusivamente con una falda hecha de plumas o, la más popular, con 16 plátanos, se ganó los apelativos de "la Venus Negra", "La Diosa Criolla" o "la Perla Negra" y se convirtió en uno de los mayores iconos sexuales de los locos años 20 en Francia. Pronto abrió su propio club, Chez Josephine.


Se dice, incluso, que a ella se debió el éxito del charleston en Europa y que las pálidas parisinas comenzaron a usar productos para oscurecer su piel y parecerse a la Baker.


Su altísimo estatus le permitió, entonces, trasladar a su familia de St. Louis a Les Milandes, su finca en Castelnaud-Fayrac, Francia. Y es que, en 1927, era la artista del espectáculo mejor pagada de toda Europa y rivalizaba con Gloria Swanson y Mary Pickford por ser la mujer más fotografiada del mundo. El cine también se fijó en ella y, a principios  de los años 30, Josephine rodó dos películas "Zou-Zou" y "La princesa Tam-Tam".


Adoptó a doce niños de diferentes etnias


La vida no podía mostrarle una sonrisa mejor, pero, a su vuelta a los Estados Unidos, en 1936, la Baker descubrió que las pieles y las joyas que lucía no evitaban que los blancos siguieran sin aceptarla. Presentó un espectáculo en el Ziegfield Follies, pero las duras críticas -el New York Times hablaba de ella como "esa chica negra", cuando en Europa era una celebridad- y el rechazo del público forzaron su regreso a París, en donde adquirió la nacionalidad francesa y se casó por tercera vez con Jean Lion, de quien también acabó divorciándose.


A pesar de ser norteamericana, Josephine se implicó completamente en la causa francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Fue alférez del cuerpo auxiliar de mujeres de las Fuerzas Aéreas, llegando a ser condecorada por ello con la Cruz de Lorena en oro, y también cantó para las tropas (cuenta la leyenda que algunas de sus canciones contenían mensajes en clave para la Resistencia).


Pasada la guerra, en 1947 volvió a casarse. Esta vez se trataba del director de orquesta Jo Bouillon, con quien decidió adoptar a doce niños de diferentes etnias a los que llamaba "La Tribu del Arcoiris". Permitía a la gente entrar libremente en su finca francesa para que vieran lo felices que eran los pequeños a pesar de pertenecer a razas y religiones diferentes e, incluso, en un acto reivindicativo, llevó a todos sus hijos a Estados Unidos, haciendo gala de lo bien que vivían todos juntos.


No hay duda de que la discriminación racial a la que fue sometida desde pequeña la marcó mucho y, por eso, la integración se convirtió en su nueva lucha. Solía decir que "el odio racial no es natural, sino una emoción inventada" y, por eso, regresó a Estados Unidos, a principios de los años 50, para plantar cara a la discriminación. Exigía que en sus representaciones, el público estuviese mezclado, pero la respuesta de sus compatriotas fue desigual. En Miami consiguió un público mixto, pero en Atlanta se vio forzada a anular una actuación tras serle prohibida la entrada en un hotel. También el Strok Club de Nueva York rechazó su espectáculo y, por ello, Josephine inició una batalla periodística sin precedentes. En reconocimiento a su gran esfuerzo, la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) eligió el 20 de mayo como día de Josephine Baker.


Volvió al escenario tras haber anunciado su retirada


A finales de los 50, la estrella anunció su retirada, pero los enormes gastos que generaba su querida "Tribu del Arcoiris" la obligaron a volver a los escenarios en más de una ocasión.


Así, en 1973, aceptó presentar un espectáculo en el Carnegie Hall de Nueva York. Aunque sus anteriores experiencias en Estados Unidos no le hacían presagiar nada bueno, esta vez el público la recibió en pie, con una calurosa ovación.¡Por fin, empezaba a ser profeta en su tierra!


Divorciada de nuevo comenzó una relación con el artista Robert Brady, con quien nunca se casó legalmente, aunque, en 1973, se intercambiaron sus votos matrimoniales en una iglesia de Acapulco, México, en la más estricta intimidad ya que Josephine temía que la ridiculizaran o que no tomaran en serio este nuevo compromiso.


Brady permaneció a su lado hasta su muerte, el 12 de abril de 1975. La actriz había superado un infarto en 1964, pero, esta vez, una hemorragia cerebral acabó con su vida. Solo cuatro días antes, la Baker se había subido al escenario del Bobino Theater de París para celebrar los 50 años de su carrera. La Princesa Grace de Mónaco o Sophia Loren fueron algunas de las personalidades que le aplaudieron entonces y, tras su muerte, más de 20.000 personas abarrotaron las calles de París porlas que pasó  el cortejo fúnebre en su camino hasta la iglesia de la Madeleine. El Gobierno francés la honró con una salva de 21 cañonazos, siendo Josephine Baker la primera mujer norteamericana que recibía honores militares en Francia. Fue enterrada en Mónaco.