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jueves, 2 de diciembre de 2021

Olivia de Havilland: La dulce Melania de "Lo que el viento se llevó

 


Olivia Mary de Havilland nació el 1 de julio de 1916 en Tokio (Japón). Fue la primogénita del abogado inglés y aristócrata Walter August de Havilland y la actriz norteamericana Lillian Ruse. Al año siguiente nació la segunda y última hija del matrimonio, Jean de Beauvoir, que años más tarde sería la actriz Joan Fontaine. En 1919, el médico aconsejó que las niñas, a las que no sentaba nada bien el clima de la capital japonesa, visitasen a un médico en EEUU. Instaladas madre e hijas en Saratoga (California), la mejoría física fue notable. Las cosas fueron muy bien hasta que el padre envió un telegrama a su mujer diciéndole que le pedía el divorcio para casarse con su sirvienta. La mujer accedió y, al poco tiempo, también ella volvió a casarse con George Fontaine, propietario de un almacén de suministros industriales.

Nueve veces pareja de cine de Errol Flynn


Olivia tenía entonces 8 años y tanto ella como su hermana habían recibido una buena educación, que incluía clases de canto y declamación. Ambas hermanas se interesaron por la interpretación. Con 17 años, Olivia entró en un grupo de teatro aficionado y su actuación en "Alicia en el país de las maravillas" fue muy bien recibida. Aunque su padrastro se negaba a que fuera actriz, su firme empeño venció todas las dificultades y, en 1935, debutó en el cine de la mano del director Max Reinharth en "El sueño de una noche de verano". Inmediatamente, la Warner Bross la contrató para rodar "El capitán Blood" (1935), emparejándola con el atractivo Errol Flynn bajo la dirección de Michael Curtiz. La fórmula funcionó tan bien que la pareja protagonizó nada menos que nueve películas, entre las que destacan "Robin de los bosques", "La carga de la brigada ligera", "Dodge City, ciudad sin ley", "Camino de Santa Fe" o "Murieron con las botas puestas". Unos años antes, cansada de encarnar siempre el mismo personaje, Olivia se presentó al casting para el papel de Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó", película que producía la Metro Golden Mayer. La rechazaron pero, días después, le ofrecieron el papel de la dulce Melania. Tras conseguir que la Warner la cediera, aceptó un personaje que dejaría huella en su vida ya que, estrenada en Atlanta el 15 de diciembre de 1939, "Lo que el viento se llevó" se ha convertido en título mítico del Séptimo Arte. Fue nominada al Oscar a la Mejor Actriz Secundaria, galardón que finalmente ganaría Hattie McDaniel por su inolvidable criada negra Mammy en una película que consagró a los actores Vivien Leigh, Clark Gable y Leslie Howard.


Enemistada de por vida con su hermana


A partir de ahí, Olivia luchó a brazo partido con la Warner para evitar que le dieran papeles sin importancia y conseguir librarse de su draconiano contrato. Cedida a la Paramount, volvieron a nominarla a la estatuilla como Mejor Actriz Protagonista por "Si no amaneciera" (1941), el mismo año en el que su hermana, Joan Fontaine, se llevó el galardón por su papel en "Sospecha", de Alfred Hitchcock. Aquello consolidó la mala relación de las dos hermanas, que siempre se habían llevado como el perro y el gato, y hasta la muerte de Joan en diciembre de 2003, nunca volvieron a hablarse. Mientras litigaba con la Warner, su vida sentimental trascurría entre romances con el multimillonario Howard Hughes, el actor James Stewart y el director John Houston. Ninguna de estas relaciones llegó a buen puerto e hicieron mella en la joven actriz, que llegó a demandar a sus jefes de la Warner por los papeles insulsos que le ofrecían. La tensión fue tan fuerte que, en represalia, Olivia estuvo casi tres años sin trabajar. En 1946, se casó con el novelista Marcus Aurelius Goodrich y consiguió su primer Oscar como protagonista por "La vida íntima de Julia Norris". Dos años después, en 1948, volvió a ser nominada por "Nido de víboras", que le valió un gran reconocimiento internacional, pero sería en 1949 cuando lo volvería a ganar por "La heredera", de William Wyler. La felicidad por el premio se completó con el nacimiento ese año de su primer hijo, Benjamín. Pero el que parecía un idílico matrimonio se rompió en 1953 y ella volvió a retomar su relación con John Houston.


Casada en segundas nupcias con un francés


En la década de los 50 su trabajo se resintió y empezaron a escasear sus apariciones en pantalla, aunque destacan sus papeles en "Mi prima Raquel", "No serás un extraño" o "La noche es mi enemiga". Poco después de romper con Houston viajó a Francia para asistir al Festival de Cine de Cannes y se enamoró del periodista Pierre Galante, con el que se casó en 1955. Tras la boda, la pareja se instaló en París y un año después nació su hija, Gisele Baptistine. Alejada del bullicio de Hollywood y asentada en la capital gala decidió dar prioridad al cuidado de sus dos hijos. Aficionada a la lectura y a la escritura, en 1962 publicó su primer libro, "Every Frenchman Has One" (Cada francés tiene uno), sobre las dificultades de una americana para adaptarse a la vida francesa. Combinó su escritura con apariciones en el cine como en "Luz en la ciudad" o "Canción de cuna para un cadáver", en 1964, que hizo junto a su gran amiga Bette Davis. A partir de los 70, tal y como ocurriera con la gran mayoría de las viejas glorias del cine, Olivia cayó en el olvido salvo para colaborar en algunas películas de éxito como "Aeropuerto 77" o "El quinto mosquetero", en 1979, y se refugió en la televisión, que se convirtió en cementerio de mitos vivientes. Intervino en las mini series "Raíces: la nueva generación", "El romance real de Carlos y Diana", "Anastasia: el misterio de Anna" o "Norte y Sur parte II", en 1986, y su último trabajo fue dos años después con la telemovie "La mujer que él amó", sobre la vida de los duques de Windsor.


Tras su divorcio de Pierre Galante, en el 79, se dijo que tuvo un romance con el primer ministro británico Edward Heath. Eso no fue impedimento para que ella siguiera siendo muy amiga de su ex marido. En 1991, sufrió la tragedia más grande de su vida al perder a su hijo Benjamín, víctima de un cáncer. Sin embargo, su gran fortaleza y fuerte vitalidad la salvaron de una gran depresión, así como el apoyo de su segundo marido y de su hija.


Cuidó de su ex marido, que murió de cáncer

Fue tal la amistad que quedó entre la pareja que, cuando a Pierre le diagnosticaron un cáncer, canceló todos sus compromisos y lo cuidó hasta su muerte, en 1998. Al año siguiente, participó en el documental y fiesta del 60º aniversario de "Lo que el viento se llevó".

Una de sus últimas apariciones fue como presentadora de uno de los premios de la 75ª edición de los Oscar, en 2003.

De Havilland narró el documental de 2009, Recuerdo mejor cuando pinto. La película trata sobre la importancia del arte en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. El 22 de marzo de 2011, se presentó la película en una proyección especial en París.

El 17 de noviembre de 2008 a la edad de 92, Olivia de Havilland recibió la Medalla Nacional de las Artes.

El 9 de septiembre de 2010, a la edad de 94, fue nombrada Caballero de la Legión de Honor, una distinción que otorga el Presidente de la República Francesa.

En febrero de 2011, Olivia de Havilland apareció en la ceremonia de entrega de los Premios César. Jodie Foster la presentó y de Havilland recibió una ovación con el público puesto en pie.

En junio de 2017, con casi 101 años, Olivia fue nombrada Dama del Imperio Británico por la reina Isabel II

La afilada columnista de prensa americana Louella Parsons la consideró como "una de las actrices más inteligentes, cultas y educadas de Hollywood".

Falleció por causas naturales el 25 de julio de 2020 a los 104 años de edad en su residencia de París mientras dormía, apagándose así con ella la última estrella de la época dorada de los mejores años del cine de Hollywood de todos los tiempos.

 

sábado, 5 de junio de 2021

Óscar Niemeyer: El arquitecto brasileño más importante del siglo XX

 


Óscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho nació el 15 de diciembre de 1907 en Río de Janeiro (Brasil). Fue el segundo de los siete hijos de Óscar Niemeyer y Delfina, un matrimonio de clase acomodada y liberal, que tenía una inmensa casa en el barrio de Laranjeiras, donde convivían varias generaciones. El gran referente de su vida fue su abuelo, Antonio Augusto Ribeiro de Almeida, miembro del Tribunal Supremo Federal, del que heredó los valores que le hicieron buscar siempre la solidaridad y la justicia. "Fue un hombre útil y murió pobre, ¡Qué orgullo cuando hay tantos robando dinero público hoy!".

Estudió en el Colegio dos Barnabitas Santo Antonio, donde fue el típico adolescente alegre y despreocupado y entre los 17 y los 21 años llevó una vida bohemia. Tenía 21 años cuando contrajo matrimonio con Annita Baldo, con la que estuvo casado hasta el fallecimiento de ésta, en el 2004. Se puso a trabajar en el taller de tipografía de su padre y, en 1929, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes para cursar Arquitectura "por el gusto de dibujar", según explicó. Dos años después, nació su única hija, Anna María, una diseñadora de interiores que le dio 5 nietos, 13 biznietos y 5 tataranietos y que falleció en junio del año 2012 a los 82 años debido a un enfisema pulmonar.

Alumno aplicado, Niemeyer estaba en tercero de carrera cuando empezó a trabajar como delineante en el estudio de Lucio Costa y Carlos Leáo, uno de los más importantes de Río. "Todo lo que sé de arquitectura lo aprendí allí", aseguraba Niemeyer, que aceptó trabajar sin cobrar con el objetivo de encontrar respuestas a sus dudas como estudiante. A los 27 años, ya licenciado, tuvo la oportunidad de conocer a Le Corbusier, arquitecto suizo que unos años antes había revolucionado los conceptos de la construcción, al que Costa había invitado para que le asesorara en el proyecto de construcción del nuevo Ministerio de Educación en Río de Janeiro, entonces capital brasileña. Los principios de Le Corbusier -planta libre, fachada libre, separación entre cerramiento y estructura, ventana corrida y cubierta ajardinada- influyeron decisivamente en Niemeyer, quien, ya como asociado del estudio de Costa, proyectó el pabellón brasileño de la feria de Nueva York de 1939. Un año más tarde, Juscelino Kubitschek, que más adelante sería presidente de Brasil, le encargó varias construcciones en Pampulha, una humilde aldea de Belo Horizonte. De los edificios que construyó llamó poderosamente la atención la capilla de San Francisco de Asís por su techo de bóvedas con forma de oleaje y que no sería consagrada hasta 1959 porque a las autoridades eclesiásticas no les gustó la sinuosidad de su diseño curvo y asimétrico.

Edificios emblemáticos en la ciudad de Brasilia

Convertido ya en un arquitecto famoso por su peculiar manera de entender las formas y no atenerse a las normas, Niemeyer colaboró con su admirado Le Corbusier en el proyecto de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York e hizo obras tan singulares como el edificio Copan, en Sao Paulo (1950), un innovador bloque de planta ondulada. Pero el gran encargo de su carrera fue a mediados de los años 50, cuando, al poco de llegar a la presidencia, Kubitschek lo citó en su despacho y le dijo: "Voy a construir una nueva capital para este país y quiero que me ayudes. Una capital moderna, la más hermosa del mundo". El plan urbanístico de Brasilia -situada en Planalto, la zona central del país, entonces prácticamente deshabitada- se le adjudicó a Costa mientras que Niemeyer hizo los edificios, que dibujó y erigió con aire escultórico. Uno de los más vistosos fue la catedral de Brasilia, construida en hormigón y cristal con forma de granada abierta. También fueron suyos los palacios de Alborada, Planalto y la Corte Suprema de Brasilia, ciudad que fue inaugurada el 21 de abril de 1960.

Exilio forzoso en París

Concienciado con la pobreza y la desigualdad, Niemeyer era miembro del Partido Comunista desde 1945 y cayó en desgracia cuando los militares derrocaron, en 1964, el gobierno democrático. Apartado de los proyectos oficiales, perdió también muchos clientes por lo que empezó a trabajar en el extranjero y se acabó instalando en París en 1967, donde empezó una nueva etapa en su carrera. Entre sus obras europeas y africanas de ese periodo están la sede del Partido Comunista Francés en París, el Centro Cívico de Argel, la sede de la Editorial Mondadori en Milán, la universidad de Constantine en Argelia, el Centro Cultural de Le Havre, el Museo de Caracas y el palacio de Brazaville en el Congo. Pese a la distancia, no perdió su amistad con Fidel Castro, que aseguraba de ambos: "Somos los dos últimos comunistas del planeta".

En los años 80, una cierta apertura democrática en Brasil le permitió volver a su país para enseñar en la Universidad de Río de Janeiro, donde explicaba a sus alumnos la importancia de la curva en su vida: "No me atrae el ángulo recto ni la línea dura e inflexible creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas, en el curso sinuoso de los ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida y las del universo".

En 1988, se creó la Fundación Óscar Niemeyer y, entre 1991 y 1996, realizó lo que muchos expertos consideran una de sus mejores obras, el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, muy cerca de Río de Janeiro. "La arquitectura siempre ha sido mi vida, pero también lo ha sido la familia", solía comentar, orgulloso de sus descendientes. Después de casi 80 años dedicado a su profesión, afirmaba: "La arquitectura está en mi cabeza. Soy capaz de hacer un proyecto sin utilizar un lápiz".

Hombre desenvuelto, sereno, excelente tertuliano y gran amigo de sus amigos, Niemeyer fue un ávido lector y un apasionado de la cosmología. "¡Me entusiasma apreciar el contraste entre la grandeza del cosmos y la situación del ser humano, frágil, siempre corriendo el riesgo de desaparecer!", comentó este genio de la arquitectura al que le gustaba oír samba, comer dulces y tomar café. Entre los numerosos galardones que ganó a lo largo de su dilatada carrera figuran el Premio Pritzker (1988) -equivalente al Nobel en Arquitectura-; el Príncipe de Asturias de las Artes (1989); el León de Oro de la Bienal de Venecia (1996); el Premio Imperial Japón (2004) y el de la Orden de las Artes y las Letras de España (2009).

Casado, a los 98 años, con su secretaria

En su oficina con vistas a la playa de Copacabana, a la que seguía yendo siendo centenario, diseñó la mayoría de los 700 edificios que hizo durante sus más de 70 años de carrera. Uno de sus últimos proyectos fue el Centro Niemeyer de Avilés (Asturias), visitado por celebridades como Woody Allen y Brad Pitt y su única obra en España. En el 2006, sorprendió al mundo al contraer matrimonio por segunda vez a los 98 años con Vera Lucía Cabreira, su secretaria personal 40 años más joven que él. Lo mantuvo tan en secreto que su hija se enteró un par de horas antes de oficiarse la ceremonia. Al cumplir los 100 años dijo que "lo principal es mirar hacia atrás y sentirse bien conmigo mismo". Aquejado de serios problemas de salud en los últimos años, es te genial arquitecto aseguró que le gustaría "ser recordado como un hombre que pasó más de seis décadas sobre la mesa de trabajo, preocupado por la arquitectura, pero siempre listo para contribuir a la lucha política, a la superación de este régimen de clases que creó el capitalismo y que desmerece a la humanidad".

El miércoles 5 de diciembre de 2012, falleció a los 104 años de edad en Río de Janeiro, su ciudad natal.

viernes, 4 de junio de 2021

Olivia Newton-John: La "novia" de Travolta en "Grease"

 


Olivia  Newton-John nació el 26 de septiembre de 1948 en Cambridge (Inglaterra). Fue la segunda hija del profesor inglés Brin Newton-John y de Irene Born, hija de un premio Nobel de Física, el alemán Max Bohr. Cuando solo tenía 5 años se trasladó a Australia con su familia (tiene una hermana mayor llamada Rhona), porque a su padre le habían ofrecido un trabajo en una Universidad de Melbourne. Los inicios como cantante de Livvy, como la apodaban en la familia, se remontan a su infancia, cuando cantaba en numerosas ocasiones con una voz y una técnica sorprendentes para una niña. A los 14 años, en Canberra formó el grupo Sol For con otras tres amigas, pero el conjunto no duró demasiado tiempo. Un año después, fue la ganadora de un popular programa de la televisión australiana que buscaba talentos -"Sing, sing, sing"-, cuyo primer premio consistía en un viaje a Londres. Olivia grabó su primer single para Decca Records en 1966, cuando tenía 18 años, con la canción "Till You Say You'll Be Mine". A los 19 años regresó a Inglaterra, donde formó dúo con otra amiga australiana. Aporreaban una guitarra y se desgañitaban por los pubs del norte del país. En 1970, logró ser seleccionada para formar parte del grupo Tomorrow, la versión británica de The Monkees, con el que grabó un único disco y participó en una película que llevaba el mismo título.

Medalla de la Orden del Imperio Británico

Más tarde Bruce Welsh, su primer novio y miembro del grupo Shadows, la convenció para que probara suerte en solitario. Con su apoyo, Olivia grabó, en 1971, la canción de Bob Dylan "If not for you". El tema tuvo aceptación, así como una versión de un tema folk, "Banks of the Ohio", que se clasificó entre los primeros puestos de las listas de ventas. En 1972, el cantante Cliff Richard la seleccionó para colaborar en su programa televisivo "It's Cliff Richard", que supuso su carta de presentación para el público británico, al que encantó por su voz cristalina y su angelical belleza rubia. Ese año, con el elepé "Olivia" y la canción "What is life" -una versión de un tema del "beatle" George Harrison-, se proclamó "cantante inglesa del año". Tanta popularidad alcanzó que la reina Isabel II le impuso la medalla de la Orden del Imperio Británico.

Tampoco se le resistió el público norteamericano, mercado en el que entró en 1973 para promocionar la canción "If you love me let me know", "single" de un disco que ganó los Grammy al mejor álbum, mejor artista y mejor solista femenina de música country del año. En 1974 representó al Reino Unido en el Festival de Eurovisión que se celebró en la ciudad inglesa de Brighton. Cantó "Long live love", tema con el que alcanzó la cuarta posición en un año en el que ganó el grupo Abba. Desde entonces se convirtió en una de las cantantes más comerciales del momento, lo que le valió poder grabar un nuevo disco cada año.

"Grease" la película que la hizo famosa

Pero iba a ser el cine lo que la hiciera famosa en el mundo entero. "Grease", el filme que la dio a conocer, llegó al celuloide desde las tablas del teatro. Se había estrenado en el Martin Eden Theatre de Nueva York el 14 de febrero de 1972 y, después de 128 representaciones, pasó a una sala mejor y más grande, en Broadway, donde siguió en cartel hasta 1980. La película se estrenó en el 78, cuando arrasaba la música disco y empezaba el desmesurado culto al cuerpo. John Travolta ya había hecho estragos con "Fiebre del sábado noche" y los estudios le buscaron una novia que fuera rubia, bailarina y cantante. "Todo comenzó cuatro meses antes de rodarse la película. En una fiesta me presentaron a Allan Carr, el productor y me dijo que yo resultaría bien en el cine. No me lo tomé en serio, pero a los pocos días me llamaron para unas pruebas con Travolta", explicó en una ocasión del filme en el que encarnaba a Sandy, una dulce muchacha de 15 años aunque ella ya había cumplido los 30. Con el tiempo, "Grease" se convirtió en una palícula de culto y su banda sonora fue un absoluto bombazo, especialmente el tema principal, compuesto por Barry Gibb, de los Bee Gees. Pese al éxito, los intentos de volver a juntar a la pareja ("Tal para cual") fueron bastante desastrosos, mientras que Olivia intentó superar el fracaso de "Xanadú", un musical donde tenía de "partenaire" a un Gene Kelly bastante mayor y con la música de la Electric Light Orchestra. Durante el rodaje de esta película Olivia conoció al bailarín Matt Lattanzi, diez años menor que ella y que hacía de "doble" del primer personaje masculino. "Fue un flechazo", dijo Olivia, que había estado unida sentimentalmente a Lee Kramer, su mánager, y a Andy Gibb, otro hermano Bee Gees. Después de cuatro años de vida en común en la finca que la actriz y cantante tiene en Malibú, se casaron el 15 de diciembre de 1984. Dos años después, en enero de 1986, nació su primera y única hija, Chloe Rose. Olivia se concentró en su vida familiar, aunque periódicamente salía en las revistas, vistiendo camisetas de algodón de su firma, Koala Blue, y rodeada de sus caballos, perros, gallinas y conejos. Pero diversos errores financieros llevaron a su empresa de ropa, que vendía mucho en EEUU y Australia, a la bancarrota en 1992, aunque pudo recuperarse de la quiebra gracias a la publicidad y a telefilmes para la pequeña pantalla.

Comprometida en la lucha contra el cáncer

Ese mismo año, poco después de que falleciera su padre, Olivia anunció públicamente que sufría un cáncer de mama para evitar especulaciones. La cantante pudo superar la enfermedad, que había sido detectada en una fase muy inicial, y desde entonces ha quedado firmemente comprometida en la lucha contra el cáncer. En 1996, un año después de divorciarse de su marido y de sacar un nuevo disco, "Gaia", se unió sentimentalmente a Patrick McDermott, un operador de cámara originario de Hong-Kong que desapareció en extrañas circunstancias durante una excursión de barco en el 2005. Algunas fuentes aseguraron que la desaparición había sido voluntaria y que McDermott había simulado su muerte para evitar pagar sus deudas, entre ellas, la pensión alimenticia de su hijo de 15 años. Fuera como fuese, el suceso fue un duro golpe para Olivia, que se refugió en la música para intentar superarlo.

Su hija, Chloe, sufrió anorexia nerviosa

Newton-John estuvo al lado de su hija cuando ésta, en el año 2007, presentó su primer disco. Entonces se supo que Chloe, de 21 años y que también ha hecho sus pinitos como actriz, había superado una anorexia nerviosa que la había hecho estar en los huesos. En julio del 2008, Newton-John sorprendía al mundo casándose, casi en secreto, con John Easterling, diez años más joven que ella y propietario de Amazon Herb Company, una empresa de productos naturales para la salud que, curiosamente, la cantante había tomado mientras se recuperaba del cáncer de mama. 

El 30 de mayo de 2017, luego de 25 años de la detección de su cáncer, Olivia anunció la reincidencia de la enfermedad, lo que le producía un dolor de espalda que le obligó a posponer presentaciones. Este dolor fue el anuncio de que el mal se ha extendido al hueso sacro de su espalda. Por este motivo se sometió a terapias naturales y a un periodo de radiación en un centro de tratamiento del cáncer que lleva su nombre en Australia.

En 2018, la actriz y cantante australiana, reveló que fue diagnosticada con un cáncer por tercera vez. Explicó que los médicos le diagnosticaron un tumor en la base de la columna vertebral, y que fue sometida a radioterapia; también dijo seguir terapias naturales y consumir aceite de cannabis para los dolores. "Sigo en tratamiento, en tratamiento natural y estoy muy bien​", declaró al canal australiano Channel Seven desde su residencia en California.