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martes, 4 de enero de 2022

Chicho Ibáñez Serrador: El creador del mítico "Un, dos, tres"

 


Narciso Ibañez Serrador nació el 4 de julio de 1935 en Montevideo (Uruguay), ciudad donde sus padres -los actores Narciso Ibáñez Menta y Pepita Serrador- actuaban en el transcurso de una gira artística. Cinco generaciones de artistas precedieron su nacimiento. Su madre volvió a escena al poco del parto por lo que, casi desde recién nacido, Chicho quedó al cuidado de Antonia de Forno, mujer que siguió a las órdenes de Pepita Serrador cuando se separó de su marido. Chicho tenía entonces 4 años. También le cuidó su abuelo paterno, un personaje ingenioso, divertido e imaginativo.

Creció en un entorno de intelectuales españoles exiliados y su infancia no fue la de un niño normal. Enfermo de púrpura hemorrágica, una especie de hemofilia, no podía jugar ni pelearse porque cualquier pequeño golpe podía provocarle una gravísima hemorragia interna. Así que desarrolló otras capacidades y encontró en la lectura un refugio privilegiado y una forma de superar sus limitaciones. A los cinco años, leía a Emilio Salgari y, a los ocho, a Edgar Allan Poe, cuyas historias de terror no le causaban miedo alguno.

Su madre, una mujer que marcó su carácter

La personalidad de Chicho estuvo marcada por la figura de su madre, una mujer hermosa, de carácter muy fuerte y duro que hizo de padre y madre para él. "Mi madre me lo dio todo. Con ella aprendí a apreciar las cosas, a saber leer, a saber volver a los sitios donde se ha estado. Era inteligente y cultísima. Sus amigos eran Jacinto Benavente, Ortega y Gasset y Baroja. Escribía para el "ABC" y para "La Nación" y "La Prensa", en Argentina", explicaba Chicho de esta mujer que falleció a los 51 años tras ser mal diagnosticada.

"Tuve muy poca infancia", decía de aquellos primeros años que transcurrieron entre tertulias, viajes e inseguridad económica. Igual disponían de mucho dinero como no tenían para comprar alimentos básicos. "La cantidad de dinero que debes tener es la que te permita decir no, es la única forma de comprar tu libertad", le decían sus padres.

En 1947, cuando tenía 12 años, se instaló con su madre en España. Para entonces era un adolescente tan tímido que tartamudeaba, pero aprendió a camuflar sus problemas de dicción hablando despacio. Por sí mismo llegó a la conclusión de que, o vencía la timidez y el miedo al mundo, o el mundo le comería a él. A los 16 años, curado de su enfermedad, se lanzó a una vida de aventuras. "En Mallorca me enamoré de una muchacha que se llamaba Magdalena Alomar, hija de diplomático que vivían en El Cairo. Fui a su cumpleaños. No le llevé ningún regalo porque le prometí que algún día le llevaría rosas a El Cairo. Fue de esos amores que ni te besas ni te coges la mano, pero dejan un recuerdo imborrable". Al poco, se enroló en un mercante turco, con el que recorrió el Mediterráneo.

Un "cuentacuentos" en El Cairo

Cuando llegó a El Cairo, se dio cuenta de que había iniciado aquella singladura más para hacer realidad sus sueños infantiles de ver mundo que por Magdalena. En la capital egipcia se convirtió en un "cuentacuentos" que explicaba historias en francés por los cabarets y, sin conocer la ciudad, ejerció de guía turístico. Luego, se fue a Tánger, donde trabajó como fotógrafo de chicas en biquini. Estas fotos para calendarios se enviaban a España por lancha con artículos de estraperlo, como camisas, medias o tabaco rubio americano.

Pasado un tiempo, regresó a España e ingresó en la compañía de su madre donde pasó por todos los puestos técnicos y artísticos: maquinista, electricista, apuntador, escenógrafo, regidor, director... Debutó como actor en 1954 con la obra "Filomena Marturano" y en los siguientes tres años representó hasta 34 títulos. Se inició como director en el teatro Windsor de Barcelona con "El zoo de cristal", de Tennessee Williams, autor al que conocía porque era amigo de su madre. También escribió novelas radiofónicas y, en 1957, estrenó su primera comedia, "Obsesión", que firmó como Luis Peñafiel, seudónimo que correspondía a su tercer nombre y su cuarto apellido.

En 1958, Chicho se fue a Buenos Aires, donde residía su padre, para representar como actor "Ornifle" de Jean Anouilh, y "El amor de los cuatro coroneles", de Peter Ustinov. En la capital argentina empezó a trabajar en televisión, un medio recién nacido que él había visto por primera vez en la ciudad brasileña de Recife.

Boda religiosa con una "miss" argentina


En Argentina escribió y dirigió programas de televisión de todo tipo, consiguiendo éxitos y premios por espacios como "Los Premios Nobel", "Obras maestras del terror", "Cuentos para mayores", "Zarzuelas de ayer y hoy" o "España y su teatro", un ciclo que supuso el debut en televisión de la actriz catalana Margarita Xirgu, gran amiga de la familia y a la que Chicho siempre consideró una figura irrepetible del teatro. En aquellos años, Ibáñez Serrador llegó a tener a su cargo hasta cuatro programas semanales. También entonces conoció a Adriana Gardiazábal, una joven "miss" argentina de la que se enamoró. Tras un cortísimo noviazgo se casaron, pero muy pronto se dieron cuenta de que había sido un error y acabaron divorciándose, en 1961, sin haber tenido hijos.


En 1963, regresó a España y volvió a los escenarios teatrales con "Aprobado en inocencia", comedia que ya había representado en Argentina y que estuvo cuatro años en cartel en el madrileño Teatro Lara. Al año siguiente de su vuelta, entró en TVE, que, en 1963, produjo sus famosas "Historias para no dormir", una espléndida serie de 13 programas que combinaba el terror efectista, el suspense, la ciencia-ficción y las referencias a los clásicos del género en la literatura y el cine. Imaginativos y excelentemente resueltos, fueron el primer gran éxito de Ibáñez. El capítulo "El asfalto", con Narciso Ibáñez Menta, Fiorella Faltoyano y Joaquín Dicenta en los principales papeles, fue uno de los mejores episodios y, en 1967, fue premiado con la Ninfa de Oro del Festival de Montecarlo, certamen en el que "El diablo sobre ruedas", de Steven Spielberg, quedó segundo.


Obsesivo, perfeccionista y adicto al trabajo

A raíz del éxito, Chicho fue nombrado, en 1968, director de Programas para el Exterior de Televisión Española y, en 1969, se estrenó como director de cine con la película "La residencia", protagonizada por Lilli Palmer. "Cuando se estrenó tenía tal incertidumbre que me escondí en un retrete", decía este hombre que se autorretrataba como un obsesivo del perfeccionismo y un adicto al trabajo. "Cuando no trabajo, pienso en hacerlo compulsivamente o empiezo a ponerme malo y a desear meterme en la cama, que es un síntoma de depresión. Soy sensible a estados depresivos, el trabajo me mantiene vivo y, cuando no tengo nada que hacer, me lo busco, porque es como si se acabara el mundo", contaba este barbudo hiperactivo que no dejaba de pensar ni un minuto.

Viajero incansable, Chicho alternó el trabajo con sus viajes: visitó la mayoría de los países europeos, recorrió el norte de Africa, India, Tailandia, Camboya y Birmania. Residió una temporada en Hong Kong, donde hizo un documental para le BBC. Entró en la China comunista y fue testigo, en Saigón, de la guerra de Vietnam. Logró llegar hasta un monasterio en la frontera de Nepal y Tíbet y convivió un tiempo con una congregación de lamas.

A principios de los 70, TVE le encargó a Chicho poner en marcha un concurso inspirándose en uno que había hecho en Argentina, Chicho creó "Un, dos, tres... responda otra vez", uno de los programas de más éxito de la historia de la televisión. Basando su estructura en combinar juegos de preguntas, de habilidad y psicológicos, en enero de 1972 se emitió el primer programa en el que todavía no había un tema central, ni actores, ni prácticamente decorado. Presentado por el peruano Kiko Ledgard, las mejores bazas del programa eran la amenaza de la calabaza, el premio gordo del coche, las minifaldas de las azafatas y Don Cicuta, un personaje contrario a los concursantes que interpretaba Valentín Tornos. En esa primera edición del "Un, dos, tres" se emitieron 83 programas con audiencias de 23 millones de personas.

Dos hijos con una azafata del "Un, dos, tres"

En el ámbito personal, el programa fue importantísimo para Chicho, ya que se enamoró de una de las azafatas (apenas duró un par de semanas como tal), la venezolana Diana Nauta, de 20 años, con la que se casó el 14 de noviembre de 1974 y tuvo dos hijos: Pepita, nacida en 1977, y Alejandro Narciso, que vino al mundo en 1980. 

Antes, en 1976, Chicho estrenó su segunda película, "¿Quién puede matar a un niño?" y volvió con la segunda entrega de "Un, dos, tres", nuevamente con Kiko Ledgard como presentador y en la que destacaba la jovencísima Victoria Abril como azafata. La enorme popularidad del programa fue un trampolín a la fama para muchos de los que participaron en esas primeras dos ediciones y en las que se sucederían en los 22 años que, con intervalos de descanso estaría el programa en antena. Fue el caso de Mayra Gómez Kemp, Bigote Arrocet, Raúl Sénder, las hermanas Hurtado (Las Tacañonas), el Dúo Sacapuntas, Juan Tamarit, Silvia Marsó, Beatriz Carvajal, Lydia Bosch, Miriam Díaz Aroca, Jordi Estadella, Fedra Lorente (La Bombi), Nina, Arévalo o María Casal, entre otros. Durante 1981 y 1982 (año en que también se emitió la segunda edición de "Historias para no dormir"), Chicho hizo "Mis terrores favoritos", programa donde presentaba con maestría películas de suspense.

Fórmula exportada a otras televisiones


Cuando el concurso estrella de TVE (que contaba con un presupuesto semanal de siete u ocho millones de pesetas) iba por su tercera temporada, se empezó a vender el formato a otras televisiones, al tiempo que llovían los premios y se introducían pequeños cambios para renovarlo sin cambiarlo. La última edición del concurso fue en 1993, con Josep María Bachs como presentador. Ese mismo año se supo que Chicho y su mujer llevaban varios años separados. Una separación en la intimidad, de la que pocos sabían, porque Diana acompañaba a su marido a muchos actos públicos. Chicho cenaba en la casa, pero trabajaba y dormía en el estudio, situado en un piso superior del inmueble del domicilio familiar.


En 1988, durante una de las épocas de descanso de "Un, dos, tres", Chicho volvió a triunfar con "Waku Waku", un programa sobre animales cuya primera edición presentó Consuelo García Berlanga y, la segunda, Nuria Roca. En el programa concursaban famosos que donaban sus ganancias a asociaciones y ONG. En 1990, Chicho puso en marcha otro programa que supuso un gran atrevimiento y marcó un hito en la historia de TVE. Presentado por la psicóloga Elena Ochoa, "Hablemos de sexo" se convirtió en el primer programa de información y divulgación sexológica de la cadena pública. El espacio consiguió tal éxito que tuvo su secuela: "Luz roja", también presentado por Elena Ochoa, con la que se rumoreó que Chicho mantenía un idilio. Nada cierto, ya que en el corazón del realizador había entrado una joven farmacéutica 30 años menor que él, Lorena Martínez, con la que se casó en 1993.


Otro de los programas que causó impacto fue "El semáforo", que presentaban Jordi Estadella y Marlene Mourreau y donde cualquier persona podía participar haciendo lo que quisiera con la única condición de someterse al juicio del público. "Resultó un experimento fascinante, desconcertante", decía Chicho de un  programa que fue antesala de otros posteriores donde la gente de a pie se convierte en protagonista.


Un regreso que no tuvo el favor del público


Con algunas incursiones en la radio y el teatro, Chicho volvió al medio televisivo en 2003 con un concurso sobre animales, "Jimanji Kanana", y con "Un, dos tres... a leer esta vez". Pero el éxito no acompañó a este notable conversador, aficionado a los puros habanos y al que no le acababan de gustar los vientos que soplaban en la televisión. Aseguraba que sus hijos "son lo mejor que he hecho en esta vida" y mantuvo una estrecha relación con ellos. Pepa es documentalista en la BBC y Alejandro trabaja como diseñador gráfico.


El 15 de mayo de 2004 fallecía su padre, a los 91 años, tras una larga enfermedad.


Enfadado con TVE por la manera en que dieron carpetazo al fracasado "Un, dos, tres... esta vez a leer", en 2005 la cadena privada Telecinco le pidió la grabación de varias películas de televisión bajo el título Películas para no dormir, para las que Chicho contó con directores como Álex de la Iglesia o Enrique Urbizu entre otros. Sin embargo, la cadena no se decidió a emitirlas hasta 2007, y el espacio fue relegado a las pocas semanas a los canales de TDT del grupo. Anteriormente, las películas habían sido publicadas en un pack de DVD.


Su última creación fue "Memoria de elefante" (2003-2008), un programa presentado por Patricia Pérez y poco conocido por haber sido emitido por la cadena autonómica Castilla-La Mancha TV. Era un concurso de 25 minutos de duración en el que los concursantes aparecían montados en un gran elefante y vestidos al estilo Las mil y una noches, teniendo que asociar imágenes ayudándose de su memoria.


En sus últimos años de vida, Ibáñez Serrador se vio afectado por una enfermedad degenerativa que le hizo perder movilidad, requiriendo de una silla de ruedas para desplazarse. Pese a haber sido una persona locuaz, la enfermedad le había dificultado el habla.


Residía en su casa de Somosaguas, una lujosa urbanización al noroeste de Madrid, donde vivía completamente retirado del trabajo. Seguía disfrutando de la lectura, pero se había refugiado en los textos que ya conocía: “Me gusta lo conocido para encontrar giros que me habían pasado inadvertidos. Estoy en una época decadente”.Las dificultades para moverse también le hacían pasar muchas horas frente al televisor.


Pese a su enfermedad, intentó acudir a los diversos premios y homenajes que se le realizaron. De este modo, en 2009 fue homenajeado en la Seminci de Valladolid, acto al que acudió personalmente, y por el Festival de Cine de Alicante por su contribución en el cine fantástico y de terror. En 2010, fue galardonado por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional de Televisión en reconocimiento a toda su trayectoria. En 2016 reapareció en el programa Late motiv de Andreu Buenafuente para dar una sorpresa al director de cine de terror Juan Antonio Bayona. Un año después, Ibáñez Serrador participó en el programa de TVE Imprescindibles: Historias para recordar, que giraba en torno a su trayectoria. Su último acto público tuvo lugar en febrero de 2019, al recibir el Goya de Honor que otorga la Academia de Cine, pero su estado de salud le impidió acudir a Sevilla, donde se realizaba la ceremonia, realizándose un acto especial en Madrid, que sirvió también como su despedida de la vida pública. 


El 7 de junio de 2019, falleció en un hospital de Madrid a los 83 años. Sus restos mortales descansan en Granada, enterrados junto a los de su madre.


        

        


lunes, 22 de noviembre de 2021

Carlos de Inglaterra: Heredero del trono británico

 


Charles Philip Arthur George de Mountbatten-Windsor nació el 14 de noviembre de 1948 en el palacio de Buckingham, en Londres. Fue el primogénito de la entonces princesa Isabel y de su esposo, Felipe, que se encontraba jugando al squash mientras tenía lugar el parto. Su bautizo en la sala de música del palacio de Buckingham, a cargo del arzobispo de Canterbury, se convirtió en todo un acontecimiento social en un Londres de posguerra que intentaba recuperar la normalidad tras el drama de la Segunda Guerra Mundial. Al cumplir ocho meses, su familia se trasladó a Clarence House, donde Carlos dio sus primeros pasos bajo la atenta mirada de su asistente personal, Richard Brown, y de dos niñeras escocesas, Mabel Anderson y Helen Lightbody, que se encargaban de darle los besos de buenos días y buenas noches. Sus padres estaban tan ocupados que, si tenían tiempo libre, le veían un ratito por la mañana y otro por la tarde.

Tenía 4 años en la coronación de su madre


Desde su más tierna infancia, la vida de Carlos se rigió por los estrictos horarios de palacio, que le impedían disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas. El 5 de agosto de 1950 nació su hermana, Ana, que se convirtió en su compañera de juegos y habitación. Tenía cuatro años cuando, tras la repentina muerte de su abuelo, el rey Jorge VI, su madre ascendió al trono con el nombre de Isabel II y Carlos se convirtió en el heredero de la corona. La familia volvió a instalarse en Buckingham, residencia oficial de los monarcas, y, a partir de ese momento, recibió el trato de Su Alteza Real y los títulos de duque de Cornualles, duque de Rothesay, conde de Carrick, barón de Renfrew, Lord de las Islas y Gran Mayordomo de Escocia. En 1953, asistió a la fastuosa coronación de su madre en la abadía de Westminster, donde ocupó un puesto de honor junto a su abuela y su tía, la princesa Margarita.


Primer heredero que acudió a una escuela


Siempre fue un niño tímido, sensible y asustadizo, rasgos que se acentuaron a medida que fue creciendo, debido a la falta de cariño de sus padres -a los que llamaba "mother" (madre) y "sir" (señor)- y al severo y frío ambiente de palacio. Entre los 5 y 8 años se educó con una institutriz privada, Catherine Peebles, que le enseñó la historia de su país -que en gran parte era la de su propia familia-, al tiempo que tomaba clases de equitación, piano y gimnasia. Fue el primer heredero al trono británico que acudió a una escuela, concretamente a Hill House, donde transcurrió una de las etapas más felices de su vida, al poder poder estar con niños de su edad. Nunca fue un alumno brillante. Llevaba fatal las matemáticas, la lengua, la geografía, el cricket y el fútbol, aunque destacaba en historia y pintura, una de sus grandes aficiones. Su padre, un hombre duro, frío y severo, decidió entonces enviarle al internado de Cheams, a 100 kilómetros de Londres, donde aprendió a hacerse la cama, limpiarse los zapatos, planchar y servir en el comedor a los alumnos más veteranos.


Posteriormente, ingresó en el internado de Gordonstoun, en el noreste de Escocia, lo que fue una de las más terribles experiencias de su vida. Allí, los alumnos recibían castigos corporales, les obligaban a ducharse con agua fría y a nadar en aguas heladas. Pero lo peor fueron sus compañeros, que se reían de sus orejas y no le dirigían la palabra. En su diario escribió: "Por las noches es un infierno porque la gente en el dormitorio es horrenda. Me tiran zapatillas o me golpean con la almohada o vienen corriendo y me pegan con todas sus fuerzas. ¡Quisiera tanto estar en casa!¡Este sitio es un agujero!". Mientras estudiaba en esos centros nacieron sus dos hermanos pequeños -Andrés, el 19 de febrero de 1960, y Eduardo, el 10 de marzo de 1964-. Los veía poco ya que estaba sometido a una férrea disciplina. A los 16 años, como cualquier chico de su edad, quiso saltarse las reglas y, junto a dos amigos de Gordonstoun, se escapó a un pub cercano donde un periodista le pilló bebiendo alcohol, la noticia salió en la prensa y el director del centro le retiró todos los privilegios.


Lord Mountbatten, su confidente y mentor


Tras una temporada en un colegio australiano, Carlos aprobó con éxito los exámenes finales de Gordonstoun y, a sugerencia de su padre y de su tío-abuelo, Lord Mountbatten, su confidente y mentor, ingresó en el prestigioso Trinity College, de Cambridge. Allí fue algo más feliz. Podía pasear en bicicleta, hizo algunos amigos y su habitación fue redecorada especialmente para él con una alfombra, un teléfono y una cocina, verdaderos lujos a los que no tenían acceso el resto de estudiantes.


En 1969, su madre invistió a Carlos como príncipe de Gales, título que reciben los herederos y que causó un gran revuelo, ya que en aquel momento la relaciones entre Gales e Inglaterra no pasaban por sus mejores momentos. Tomó posesión de su escaño en la Cámara de los Lores en 1970, y, entre 1971 y 1976, hizo la carrera militar en las fuerzas aéreas y en la Armada británica.


Camila Shand, una joven desinhibida


Tras estudiar antropología, arqueología e historia, se convirtió en el tercer miembro de la familia real que obtenía titulación universitaria. En aquella época, además, tuvo su primera pareja, Lucía Santa Cruz, hija del embajador de Chile y tres años mayor que él. La relación se rompió y, en 1970, en un partido de polo en Windsor, conoció a Camilla Shand. Desinhibida y descarada, la joven le espetó: "¿Sabía que su tatarabuelo fue amante de mi bisabuela? Creo que tenemos algo en común". En ese momento empezó una relación que llevaría a Carlos a enamorarse perdidamente de Camilla. Pasado un tiempo el Príncipe le propuso matrimonio, pero ella lo rechazó. Primero, porque sabía que la Reina jamás aceptaría como nuera a una mujer con "tanto pasado"; segundo, porque ella no quería la vida plagada de deberes y compromisos que correspondía a una princesa de Gales y, tercero, porque estaba obsesionada con el mayor del ejército Andrew Parker-Bowles, el único hombre que no había caído rendido a sus pies, y al que finalmente, en 1973, consiguió llevar al altar. "El tiempo mitigará mi desesperanza", escribió en su diario Carlos, que no quiso perder la amistad de su ex amante y sería el padrino de Thomas, el primer hijo de Camilla. Mientras, el príncipe empezó a salir con otras chicas: lady Kanga Tyron, lady Jane Ward, Davina Sheffield, la modelo Fiona Watson, la actriz Susan George, la princesa Marie-Astrid de Luxemburgo o lady Sarah Spencer, hermana mayor de Diana. Muchas de ellas no resultaron del agrado de su madre y la gran mayoría ni eran vírgenes ni querían asumir responsabilidades. En 1976 volvió a encontrarse con Diana (la había visto por primera vez cuando ella tenía 4 años y él 17) en una cacería en la finca de sus padres. Coincidieron de nuevo tres años más tarde, justo cuando Carlos estaba terriblemente abatido por la muerte de lord Mountbatten en un atentado del IRA. Para entonces, Carlos era un joven solitario, introvertido, madrugador y apasionado del polo, la caza del zorro, la lectura, la ecología y la pintura. Su soltería empezaba a ser una preocupación de Estado. Un día, su abuela, la Reina Madre, y una de sus amigas, lady Fermoy, abuela materna de Diana, idearon un plan para que la pareja se enamorase. Aunque Carlos siempre fue consciente de la "conspiración", aceptó el reto y se "enamoró" de aquella jovencita virginal, tímida y sin personalidad definida, a la que el 29 de julio de 1981 convirtió en su esposa. La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Sant Paul, con más de 3.500 invitados y una audiencia televisiva de 750 millones de personas. Pero aquella boda de cuento de hadas iba a acabar en pesadilla. Carlos seguía enamorado de Camilla y la noche antes de la ceremonia la había pasado con ella. Según el columnista de prensa Peter McKay, experto en la casa real británica, "Camilla escogió a Diana porque pensaba que sería la esposa menos dispuesta a interferirse en la amistad que mantenía el príncipe con ella".


Guillermo, el príncipe de la continuidad


El 21 de julio de 1982 nació el primogénito de la pareja, el príncipe Guillermo. Un nacimiento que llenó de alegría a su padre, ya que aseguraba la continuidad dinástica, y que volvió a repetirse el 15 de septiembre de 1984 cuando nació su segundo hijo, Enrique.


Aunque poco dado a las demostraciones de cariño en público, en la intimidad siempre fue cariñoso con sus hijos, a los que leía cuentos antes de ir a dormir, siempre que se lo permitía su apretada agenda, ya que como príncipe de Gales tenía que atender a más de 500 compromisos oficiales al año. Todo parecía ir bien hasta que, en 1986, la prensa sensacionalista británica empezó a hablar de crisis matrimonial. Los príncipes de Gales trataban de ofrecer la imagen de una familia bien avenida, pero lo cierto es que lady Di cada vez hacía más viajes en solitario. El verano siguiente, los Reyes de España les invitaron a pasar unos días en Mallorca, y ahí se hizo patente la frialdad entre el matrimonio.


El libro de Andrew Morton, "Diana: su verdadera historia", publicado en 1992 y basado en las confidencias que hizo la princesa, desencadenó la separación, al oficializarse la relación de Carlos con Camilla y descubrirse que lady Di había padecido depresiones, bulimia, anorexia y varios intentos de suicidio. Por si fuera poco, ese mismo año saltó el "Camillagate", a raíz de la publicación en un periódico de una conversación de alto contenido erótico entre Carlos y Camilla. La presión era tan fuerte que, en diciembre, la reina dio luz verde a que se anunciara la separación de los príncipes de Gales. Carlos abandonó el domicilio conyugal y se instaló en Highgrove, su casa de campo, en la que podía ver sin problemas a su amante, quien, ya separada de su marido, se convirtió en una persona odiada por el público británico.


El 28 de agosto de 1996 se hizo efectivo el divorcio y, poco a poco, Carlos fue introduciendo a Camilla en su círculo, mientras seguía atendiendo sus compromisos oficiales e intereses personales, como la defensa medioambiental, las obras de caridad o el respaldo a diferentes instituciones relacionadas con el arte y la arquitectura. Se volcó, sobre todo, en la comercialización de sus propios productos ecológicos y biológicos a través de su empresa, Duchy Originals, que le reporta más de 50 millones de euros anuales. El 31 de agosto de 1997 lady Di, entonces unida sentimentalmente a Dodi Al Fayed, con el que se decía que iba a casarse, falleció en accidente de coche en París, un drama que unió al príncipe todavía más a sus hijos.


Carlos ha estado siempre muy pendiente de la educación de sus vástagos. Ha seguido de cerca sus estudios universitarios -en la selecta escuela de Eton- y sus posteriores carreras militares. Les apoya en todas sus decisiones, habla con ellos como si fuera su colega y no ha dudado en reñirles y castigarles cuando alguno de ellos ha cometido algún error de juventud.


De todos es sabido que Carlos de Inglaterra ha hecho un gran esfuerzo por hacer "más amable" su imagen entre el público. También es conocida su gran tacañería -un rasgo familiar que comparte con su madre, la Reina-, su aversión por los alimentos transgénicos o su mala relación con el duque de Edimburgo, su padre, al que tacha de insensible y duro. Menos conocida es su pasión coleccionista por las tapas de wáter, que almacena en una sala del palacio de Saint James; que bajo su escritorio tiene un botón para que aparezca un secretario cuando una entrevista se alarga demasiado; que a uno de sus perros le dejaba orinar en la alfombra; que en las recepciones de Buckingham no suele beber por temor a que le entre el hipo y que, cuando alguno de sus invitados le "carga", arquea una ceja y uno de sus criados acude con un mensaje "importante". Aficionado al espiritismo, no soporta el ruido de las cañerías y le molesta la calefacción demasiado alta.


Casado en segundas nupcias con Camilla


Después de muchos años luchando contra viento y marea, Carlos consiguió casarse con Camilla el 9 de abril del 2005 (cuatro años después de que falleciera la Reina Madre) en una ceremonia celebrada en el Ayuntamiento de Windsor, lo que convertía al príncipe en el primer miembro de la realeza británica casado por lo civil. Tras el enlace, Camilla recibió el título de duquesa de Cornualles y, aunque le pese a muchos, si Carlos llega al trono, algún día se convertirá en reina consorte, aunque por el momento Isabel II no parece tener intención alguna de abdicar.


Carlos de Inglaterra, con 73 años es, todavía, heredero al trono, lo que parece no preocuparle demasiado porque está felizmente casado y se ha convertido en el "rey" de su imperio de productos ecológicos, que ha comenzado a expandirse por EEUU y Asia y ha puesto en marcha la venta por Internet.

 

Camilo Sesto: La voz romántica de la década de los 70

 


Camilo Blanes Cortés nació el 16 de septiembre de 1946 en Alcoy (Alicante). Fue el sexto hijo de Eliseo Blanes de Mora, electricista, y de Joaquina Cortés Garrigós, ama de casa. Pese a la dureza de la posguerra, la familia Blanes Cortés llegaba a final de mes sin problemas económicos, por lo que Camilo, que era el benjamín, fue un niño mimado que jugaba con coches de hojalata, trenes de cuerda y pelotas de trapo.

A los 3 años estuvo a punto de morir por una infección estomacal, pero varias transfusiones de sangre de su hermana Chelo, 12 años mayor, le salvaron la vida. El futuro cantante le devolvería el favor cuando, años después, la salvó de morir ahogada en una balsa de riego. De su infancia, el artista siempre ha recordado que nació "rodeado de montañas, me crié muy en contacto con la naturaleza y mis recuerdos infantiles están impregnados de aire libre. Fui un chico revoltoso, más amigo de las pandillas que de los libros y en un par de ocasiones me echaron del colegio".

En los Salesianos, donde estudiaba, los profesores descubrieron que tenía una voz portentosa y lo incorporaron al coro del colegio como solista. Las actividades extraescolares se le daban muy bien, pero sudaba tinta para aprobar las matemáticas. Siendo un crío, tenía muy claro que de mayor no quería ser ni bombero, ni futbolista, ni electricista. "Durante muchos años quise ser Joselito. Me sabía de memoria todas sus canciones, veía todas sus películas, fue mi primer ídolo y, aunque era muy diferente físicamente a mí, era el espejo en el que yo deseaba verme", explicó Camilo en una ocasión.

Sus inicios como cantante de bodas y bautizos

A los 13 años dejó sus estudios de bachillerato para dedicarse a la pintura, que le apasionaba, y se matriculó en la Escuela Municipal de Bellas Artes, al tiempo que empezaba a trabajar con su padre, llevándole los asuntos de la oficina. Pero la música seguía siendo su gran sueño y, con 18 años recién cumplidos, formó con unos amigos el grupo pop "Los Dayson", con el que cantaba en bodas y bautizos por la zona de Alcoy. Además de interpretar temas de Bee Gees, Beatles o el Dúo Dinámico, Camilo empezó a componer temas y, tras editar un primer disco en 1965, el grupo decidió ir a Madrid para participar en el concurso de TVE "Salto a la Fama", donde tocaron "Flamenco", de Los Brincos. Instalado allí, la vida en la capital era muy dura porque la música no le daba para vivir, así que se ganaba un dinero extra haciendo coros para otros artistas y vendiendo en el Rastro los paisajes y bodegones que pintaba. Con todo ello, pagaba la habitación de la pensión que compartía con un amigo.

Laura Cassale, el primer gran amor de su vida

"Los Dayson" pasaron sin pena ni gloria, pero a Camilo lo contrataron como solista de "Los Botines", que actuaron en aquella época como teloneros del dúo Juan & Junior (Juan Pardo y Junior). Su voz y su físico empezaban a ser muy populares y, con 21 años, ya había intervenido en dos películas: "El flautista de Hamelin", con Miguel Ríos, y "Los chicos de PREU", uno de los filmes más vistos en la historia del cine español. Comenzaba a ser famoso entre las quinceañeras, pero Camilo sólo tenía ojos para Laura Cassale, una compañera de profesión rubia, guapa y muy simpática. "Me enamoré por primera vez a los 19 años. Ya no era virgen y vivía en Madrid. Fue un gran amor, con todas sus consecuencias, para bien y para mal, y siempre lo recordaré", ha explicado.

Su incipiente éxito musical se vio eclipsado al tener que cumplir el servicio militar en Almería, pero a su regreso a Madrid intimó con Juan Pardo que, en 1970, le produjo su primer sencillo en solitario bajo el nombre de Camilo Sexto -por ser el número seis de sus hermanos-, que no tuvo una gran acogida. Su imagen con pantalones ajustados y acampanados, su pelo largo y su extraordinaria voz le convirtieron en todo un referente, especialmente con las canciones "Lanza tu voz" o "Ay, ay, Rosseta", dedicada a su novia, Rosseta Arbex, hermana del fundador de Los Brincos. Pero el éxito definitivo le llegó en 1971, -ya con el apellido artístico de Sesto-, con la canción "Algo de mí", una de sus letras más emblemáticas, con la que cruzó el Atlántico por primera vez en 1972. En Argentina triunfó y recibió su primer disco de Oro, y, en 1973, logró el quinto puesto en el Festival OTI de la Canción. Los dos años siguientes se convirtieron en los más fructíferos de su carrera con éxitos musicales como "Ayúdame" o "¿Quieres ser mi amante?", así como con la puesta en marcha de la ópera rock "Jesucristo Superstar". En ella, él daba vida a Cristo, Teddy Bautista era Judas y Ángela Carrasco hacía de María Magdalena. Al acabar la obra, la empresa Gillette le ofreció 40.000 euros si se afeitaba la barba en uno de sus anuncios, dinero que el cantante donó a un asilo de niños huérfanos.

En el capítulo sentimental se dijo que en aquella época vivió un idilio con Lucía Bosé, con quien compuso el tema "Amor, amar". En cualquier caso, entre ambos hubo una gran amistad y, en 1976, Camilo produjo el primer disco de Miguel Bosé, el hijo de la actriz. Famoso ya en todo el mundo, desde Japón hasta América Latina, una de sus actuaciones en el Radio City Music Hall de Nueva York recaudó 300.000 euros, y en su "show" en el Madison Square Garden fue presentado a los asistentes como "The Sinatra of Spain". En 1978, grabó una de sus canciones más conocidas y exitosas, "Vivir así es morir de amor".

Soltero empedernido y nada derrochador

Poco a poco empezó a nadar en la opulencia, pero lejos de comportarse como un advenedizo, llevó a rajatabla las enseñanzas de sus padres: "No me gusta la ostentación porque todo lo que brilla por su suntuosidad es una ofensa para quien no tiene nada. No soy un derrochador, pero tampoco un tacaño; lo que he ganado a lo largo de mi carrera lo he invertido porque quiero una vejez tranquila".

Pese a los continuos rumores sobre su posible homosexualidad, Camilo siempre ha estado rodeado de mujeres hermosas, "porque me divierten, me distraen, me gustan y me apasionan, pero no pienso casarme jamás. Me confieso un poco egoísta al no querer perder mi completa libertad". Por sus brazos pasó la artista argentina Marcia Bell, con la que vivió un tórrido romance en 1974, que después se convirtió en una fuerte amistad hasta que ambos dejaron de hablarse en los últimos años: "Se ha convertido en una persona muy extraña, no sale de casa, es un ermitaño. Durante nuestra relación mantuvimos relaciones sexuales a pesar de que se dijo que era gay y en sus ratos libres le encantaba peinarme, vestirme y pintarme", declaró ella. También estuvo enamorado de la modelo Denise Brown. Con la actriz Maribel Martín estuvo a punto de casarse, la miss puertorriqueña Lizette Rodríguez le dejó una profunda huella y Andrea Bronston, hija del director Samuel Bronston, fue una de sus mejores amigas.

Un hijo con Lourdes Ornelas, una de sus fans

Pero fue la mexicana Lourdes Ornelas, una de sus fans más entusiastas, quien le dio su bien más preciado el 24 de noviembre de 1983, cuando nació su hijo, Camilo Michel, llamado familiarmente Camilín. No pasó mucho tiempo antes que aquella paternidad fuera puesta en entredicho. "¿Si fue un hijo querido o un accidente? Cuando alguien es amiga íntima surgen situaciones en las que el amor y la pasión estallan. Con nosotros pasó eso y mi hijo es fruto del amor", aseguró el cantante.

En 1987, Camilo se retiró por primera vez de los escenarios "porque quiero hacerme mayor viendo crecer a mi hijo. No porque me esté muriendo, como dicen algunos, sino porque quiero vivir de otra manera". Sin embargo, desde algunos sectores se apuntaba que la retirada del cantante se debía al gran cansancio que sentía después de los más de 6.000 conciertos realizados desde su debut. Dos años más tarde, protagonizó un gran revuelo al distanciarse de Lourdes y obtener la custodia de su hijo en medio de una agria disputa entre ambos. Lourdes alegaba que Camilo quería comprarle a su hijo y el cantante aseguraba que "Lourdes no le puede dar una buena vida porque no sé a qué se dedica ni sé cuál es su domicilio". Desde entonces, el cantante ejerció de "pama" (papá y mamá). "Dejé de cantar para estar a su lado. La paternidad en solitario es dura, pero tiene un halo de luz que te abraza y te hace ver uno de los milagros de la vida. Lo que mi hijo me aporta es algo tan grande que no se puede describir en palabras", declaró. En 1991, volvió a la música con el disco "A voluntad del cielo" y realizó giras multitudinarias por diferentes países de habla hispana. Tras residir en Miami durante varios años, en 1997 volvió a España, donde sacó el disco recopilatorio "Camilo Superstar" y se puso manos a la obra para grabar "El fantasma de la Ópera", uno de sus proyectos musicales de más envergadura qué, sin embargo, no llegó a comercializarse por motivos legales.

Enfermedades varias y un trasplante de hígado

Personaje misterioso y enigmático (siempre permanece recluido en su casa, ajeno a las fiestas y eventos sociales), su delgadez, su extrema palidez y su característica melena han dado lugar a los más variados rumores sobre su estado de salud. Se dijo que había muerto en diferentes ocasiones, que había donado sus ojos, que tenía SIDA, hepatitis, leucemia, enfermedades contagiosas, agorafobia y que era maníaco depresivo. "Todo han sido mentiras. Me han adjudicado todas las enfermedades del mundo, menos mal que sé resucitar o que tengo cien vidas como los gatos", asegura. Sin embargo, los rumores sobre su delicado estado de salud dejaron de serlo, en el 2001, para convertirse en una realidad cuando tuvo que someterse a un trasplante de hígado. "Mi mayor éxito es estar vivo. En esta vida no le tengo miedo a nada y me sigo aferrando a las cosas terrenales con más fuerza que nunca", admitía semanas después de la operación.

En cuanto se recuperó, editó el disco "Alma", cuyo sencillo "Mola Mazo" fue un auténtico bombazo entre la gente joven. Este trabajo musical le trajo quebraderos de cabeza, ya que su amiga Isabel Patton le acusó de no haberle pagado ni un euro por haber publicado varias canciones en las que la voz femenina era la de ella. Desde entonces, son muchos los sucesos que han intentado manchar el nombre de Camilo, como, por ejemplo, las declaraciones de su ex novia Marcia Bell contando en diferentes programas las rarezas y manías del artista, el extraño accidente de su hijo al caerse desde el tercer piso de un hotel o cuando salió a la luz el crudo distanciamiento con su hermana Chelo, una situación polémica ya que se dijo que el cantante la había echado de casa.

Ajeno a los dimes y diretes, Camilo siguió con su trabajo y, en 2008, inició su gira de despedida que tituló "Camilo Pura Vida", con la que ha recorrido Ecuador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Venezuela, EEUU, Chile o Madrid, donde en 2010 grabó el único disco en directo de toda su carrera, llamado "Todo de mí", que asegura que será el último disco que editará.

Desde 2014 y pese a su retiro anunciado, Camilo continuó realizando actuaciones esporádicas en países como Argentina, Chile, Perú, Colombia, Puerto Rico, México y Estados Unidos.

A finales de 2016, coincidiendo con su cumpleaños número 70, se publica un nuevo recopilatorio llamado Camilo70, este CD contiene 60 canciones, entre éxitos y temas inéditos.

En 23 de noviembre de 2018, se publicó el álbum Camilo Sinfónico, donde que incluyen algunos de sus grandes éxitos con la Orquesta Sinfónica de RTVE.

El 8 de septiembre de 2019 el equipo de Camilo Sesto anunció su fallecimiento a través de la cuenta oficial del artista en la red social Twitter: «Queridos amigos y amigas, lamentamos mucho comunicaros que nuestro gran y querido artista Camilo Sesto nos acaba de dejar. Descanse en paz». Posteriormente, la madre de su hijo, Lourdes Ornellas y también su representante, Eduardo Guervos, confirmaron su deceso a los medios.

La causa de la muerte de Camilo Sesto fue un paro cardiorrespiratorio asociado a un fallo renal, por el cual ya mantenía un delicado estado de salud desde hacía varios años.

Varias figuras del mundo del espectáculo lamentaron el deceso del cantante, entre ellos Raphael, Julio Iglesias, Isabel Pantoja, Alejandro Sanz, Antonio Banderas, Marta Sánchez, Pablo Alborán, Paloma San Basilio, José Luis Perales, Yuri, Ángela Carrasco y Carlos Baute entre otros.


domingo, 17 de octubre de 2021

Carmen Cervera: Baronesa Thyssen

 


María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra nació el 23 de abril de 1943 en Barcelona. Fue la benjamina de los tres hijos de Enrique Cervera, ingeniero industrial según algunas fuentes y, según otras, mecánico de coches, y María del Carmen Fernández, ama de casa. Tita, como la llamaban en casa, no conoció a su hermana mayor, Gloria, fallecida de niña por una neumonía. Cuando tenía 5 años, sus padres se separaron y ella y su hermano, Guillermo, se instalaron con su madre en un piso de la zona alta de Barcelona. Estudió en el Liceo Francés y, tras dos años en un internado de Madrid, estuvo en L'Estonac, un centro de religiosas, donde protagonizó la siguiente anécdota: "Me encantaba Esther Williams y su película 'Escuela de Sirenas' por lo que, durante un permiso de fin de semana, lucí un bañador en las piscinas del Turó Park de Barcelona contraviniendo las normas de las monjas. Me castigaron y mamá me cambió de colegio".

Concurso de belleza

Abierta, divertida y coqueta, Tita pasaba los veranos en Los Arcos, localidad navarra de donde era originaria la familia de su madre. Con 14 años tuvo su primer novio, Manuel Pierre, de 24 y que, al no tener dinero ni una elevada posición social, no encarnaba el ideal de hombre que doña Carmen ansiaba para su hija, por lo que la obligó a cortar por lo sano. Mientras perfeccionaba su inglés en Londres, una amiga le enseñó un recorte sobre un concurso de belleza y a Carmen le pareció una buena posibilidad para convertirse en estrella. Un jurado presidido por Luis Miguel Dominguín, la duquesa de Alba y Natalia Figueroa la eligió "Miss España" en 1961. Después, quedó tercera en "Miss Europa" y, antes de presentarse a "Miss Mundo", viajó hasta Long Beach (California) para participar en "Miss Internacional Beauty", donde conoció a algunos de sus ídolos cinematográficos como Frank Sinatra, Dean Martin o Sammy Davis Jr.

"Marilyn Monroe era pequeñita y bellísima"

Pero sería el recuerdo de Marilyn Monroe el que dejaría mayor impronta en ella: "De adolescente coleccionaba sus fotos y, de repente, tenía al mayor 'sex-symbol' de la historia ante mí. Recuerdo que Sinatra me estaba contando un chiste, que no entendí y debía de ser algo subido de tono, porque ella se enfadó y le dijo: '¿Por qué le cuentas esos chistes verdes? No la perviertas. Parece una chica buena e ingenua'. Marilyn era pequeñita, parecía una sirena, llevaba un traje de lamé plateado y era bellísima".

Tras quedar tercera en "Miss Mundo", el destino de Carmen estaba a punto de cambiar. Durante las Navidades de 1962, cuando viajaba con su madre desde Roma hacia Gstaad (Suiza), donde su hermano estudiaba, vieron en el aeropuerto al actor estadounidense Lex Barker, famoso por haber sido Tarzán en la pantalla grande. Doña Carmen la instó a que le pidiera un autógrafo y ella, nerviosa y con vergüenza, simuló que se lo pedía para una amiga. El actor le dijo: "Te lo doy pero, a cambio, me has de dar tu teléfono". Horas después, en pleno vuelo, Tita escribió en su diario:"Aquí, entre las nubes, acabo de conocer... a mi marido". Después de las fiestas navideñas y pese a la diferencia de edad -ella tenía 20 y él, 46-, se vieron en Barcelona e iniciaron un romance que el 6 de marzo de 1965 acabó en boda. Tras la ceremonia, que tuvo lugar en Ginebra, Tita se convirtió en la quinta señora Barker. El matrimonio se instaló en Los Ángeles y pasaron a ser figuras habituales en las fiestas de Hollywood. Dos años después, Alfonso de Hohenlohe les propuso que se compraran una mansión en Marbella (entonces centro emergente de la jet-set), pero al final adquirieron un terreno en Sant Feliu de Guíxols (Costa Brava), donde se construyeron una casa que llamaron Mas Mañanas. Parece ser que Lex no quería que su mujer hiciera cine, pero Tita participó con él en una película -"Mister Dynamit", 1967- y le acompañaba a todos los rodajes. La única pena de la joven era que, desde el principio, Lex le había dejado claro que ya tenía tres hijos y no quería más. El padre de Carmen Cervera murió en 1971, sin que, según se recoge en el libro "Carmen Cervera. La baronesa", de Teo Lozano y Goya Ruiz, aquella fuera una gran pérdida para ella porque estaba muy distanciada de su progenitor, al que veía muy poco.

Dos años después, saltó a la prensa la noticia de que Tita y Lex se iban a separar porque el matrimonio iba de mal en peor y ella ya no aguantaba el carácter celoso y controlador de su marido. Pero el divorcio no llegó a producirse porque el 11 de mayo de 1973 el actor falleció en Nueva York, víctima de un infarto fulminante.

Espartaco Santoni, un "playboy" que la cautivó

Con sólo 29 años, Tita se convirtió en viuda de Barker y heredera de su fortuna tras litigar con los hijos del actor. Enseguida encontró consuelo en Kirk Kerkorian, el multimillonario dueño de los estudios MGM que quería convertirla en estrella de Hollywood. Pero el todopoderoso productor no logró su propósito, porque en el camino de Carmen Cervera se cruzó Espartaco Borja Santoni, un actor y productor venezolano de 38 años que desplegó todos sus encantos para seducirla. Y lo consiguió. A Carmen le encantó aquel hombre atractivo, divertido y amante de la juerga, pero a su madre no le gustaba Santoni, sabedora de que había dilapidado la fortuna de sus anteriores mujeres -Tere Velásquez y Marujita Díaz-. Aún así, la pareja contrajo matrimonio el 28 de febrero de 1975 en Nueva York. Tampoco a Kerkorian le gustaba aquel matrimonio de Tita y había intentado disuadirla, asegurándole que Santoni no le convenía. Lo cierto es que le acabó dando problemas ya que, cuando cumplieron un año de casados, Espartaco fue encarcelado por presunta estafa y falsedad de documentos. Tita pagó la fianza, se arruinó y le embargaron hasta los muebles pero, pese a los consejos maternos, siguió unida a Santoni. Probó de nuevo suerte en el cine y, en 1977, protagonizó "Objetivo:matar", en el que hizo su primer desnudo cinematográfico, destape que completaría con un posado ligera de ropa para "Interviú". Pero, al año siguiente, llegaría su segundo divorcio. Según dijo Tita en una entrevista, "me enteré de que el matrimonio era nulo porque Espartaco era bígamo al seguir casado con Tere. Me lo dijo el juez que nos casó, Di Falco, que era amigo mío". Sin embargo, los hijos de Santoni, muerto en 1998 de un cáncer, aseguran que tal bigamia nunca existió.

Borja, el hijo que llevó sus apellidos

Soltera de nuevo, Kerkorian volvió a desplegar su multimillonario encanto y la citó en Marbella con intención de volverla a conquistar. Tampoco esta vez lo consiguió. A través de su amiga Paula Patier -que años después la traicionaría vendiendo las fotos de Tita desnuda y embarazada a la revista "Interviú"- conoció a Manolo Segura, un exitoso publicista al que tildaban de "playboy" por haber tenido romances con Ursula Andress y Raffaella Carrá. Lo suyo parecía ir en serio, pero cuando Manolo supo que Tita se había quedado embarazada, rompió la relación. Así, el 24 de julio de 1980, Carmen dio a luz a su hijo, Borja Alejandro, como madre soltera. En aquel momento, hubo un montón de rumores sobre la identidad del padre y, aunque Tita dijo entonces quién era, las dudas persistieron durante años.

La maternidad se convirtió en su prioridad, aunque no le impidió vivir varios romances, como el que mantuvo con el ginecólogo de las famosas Adolfo Abril -aquel romance si disgustó a Doña Carmen-, o con el actor estadounidense Al Pacino. Pero fue en agosto de 1981 cuando la vida de Tita cambió para siempre. Estaba en Mas Mañanas cuando recibió una invitación de la familia Davidoff, dueños de la conocida marca suiza de productos de lujo y amigos suyos desde su matrimonio con Lex Barker, para que pasara con ellos unos días en Cerdeña. Fue allí donde se conocieron Tita y Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, magnate industrial, propietario de la mayor colección privada de arte del mundo y uno de los hombres más ricos de Europa. El multimillonario austríaco estaba a punto de divorciarse de su cuarta mujer, la brasileña Denise Shorto, y quedó prendado de aquella hermosa rubia que, según después diría, "estaba radiante, viva, desbordando alegría y simpatía". El romance estaba servido: Tita se quedó más días en Cerdeña y después acompañó al barón a Nueva York para visitar una exposición. Los rumores se difundieron enseguida por España, donde el productor José Frade -ex de Norma Duval- le ofreció trabajar en la película "El primer divorcio", dirigida por Mariano Ozores y que sería su última aparición en cine. Durante los dos siguientes años estuvo desaparecida de la escena pública para reaparecer después en las revistas del corazón de la mano del barón. Heini estaba tan enamorado que, antes de casarse, adoptó como hijo a Borja. La ceremonia se celebró el 16 de agosto de 1985 en el espectacular castillo inglés de Daylesford, propiedad de Heini. Con posesiones en todo el mundo, los recién casados se instalaron en Villa Favorita, una mansión suiza del siglo XVII que albergaba la impresionante colección de arte de la familia. En cuanto la nueva baronesa -que en 1986 fue coronada Lady España, título que la encumbraba como reina de la "beautiful people" española- supo que la colección Thyssen dejaría Villa Favorita, influyó en su marido para que fuera a España en lugar de a Inglaterra, ya que el príncipe de Gales había demostrado un gran interés.  Gracias a la labor del ya fallecido Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz y cuñado del rey Juan Carlos, en 1988 el entonces ministro de Cultura, Javier Solana firmó el contrato de préstamo de la colección. Años después, su sucesor, Jorge Semprún, refrendó el contrato de venta.

Diamantes, mansiones, avión privado y yate

Desde que se casaron, los Thyssen acapararon las portadas de la prensa rosa europea y se convirtieron en anfitriones de las fiestas más glamurosas que se celebraban en todo el mundo. Los diamantes brillaban en el cuello de Tita, sus trajes de alta costura eran referente para miles de mujeres y su elevado tren de vida -ocho mansiones repartidas por el mundo, un yate y un avión privado- provocaba la envidia de muchos. Pero los ricos también lloran y, en febrero de 1992, Tita recibió uno de los golpes más duros de su vida con el fallecimiento de su madre, uno de los pilares de su vida. Ocho meses después, se inauguró oficialmente el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid, con la asistencia de los Reyes de España.

Tita estaba encantada con su ritmo de vida, aprendía sobre arte, había comenzado su propia colección privada y, sobre todo, le estaba dando a Borja todos los caprichos, algo que nunca fue del agrado de los otros cinco hijos del barón. En 1997, ocurrió lo que muchos habían vaticinado años antes: estalló la guerra de los Thyssen, cuando Georg, primogénito de Heini, se enfrentó a su padre para controlar el holding familiar, valorado en 3.100 millones de euros, y éste le demandó por malversación de fondos. A partir de ese momento, Tita supo proteger sus intereses y los de Borja y luchó contra quien se pusiera por delante. Francesca, la única hija del barón, se posicionó del lado de Georg y manifestó: "La Cenicienta no se ha escrito por casualidad. El síndrome de la madrastra malvada ha destruido un sinnúmero de familias". Pero Tita hacía oídos sordos a palabras que consideraba necias, sonreía y posaba con la familia como si no pasara nada. De puertas adentro, las cosas eran muy diferentes y los gastos en abogados eran considerables. Aquel duro enfrentamiento familiar empezó a minar la delicada salud de Heini, que ya había sufrido varias apoplejías. En cada reportaje fotográfico, el barón aparecía más alicaído y sus ingresos hospitalarios eran cada vez más frecuentes. A duras penas caminaba y casi no hablaba, aunque era normal oírle repetir que "Tita ha sido una de las mejores enfermeras que he tenido y la única mujer que me ha querido de verdad. Más allá de mi dinero". El 14 de febrero de 2002 se firmó el "Pacto de Basilea", nombre que se le puso al acuerdo tras la guerra familiar iniciada unos años antes. Georg, Francesca, Lorne, Alexander y Borja se repartieron la herencia del barón en vida. Al hijo de Tita le correspondieron 620 millones de euros y 30 cuadros. El 27 de abril de ese mismo año, Heini falleció de un ataque al corazón en la mansión de Tita en Sant Feliu y fue enterrado en el castillo familiar de Landsberg (Alemania). "Le quise tanto que sé que llegará un momento en que, fuera del espacio y del tiempo, nos volveremos a reunir", comentaba la baronesa tiempo después.

Madre de dos hijas por vientre de alquiler

Tita encontró refugio en sus obras de arte y en su hijo, a quien intentaba inculcar su pasión por el arte. Pero el joven, como cualquier chico de su edad, prefería despilfarrar el dinero divirtiéndose y Tita tenía miedo de que cayera en manos de alguna cazafortunas. Así las cosas, Borja, de 17 años, conoció en un desfile a Blanca Cuesta, una aspirante a modelo de 22. Iniciaron un romance y, en principio, la relación de Tita con esta joven barcelonesa fue excelente. Algunas fuentes aseguran que la baronesa le pagó una operación de aumento de pecho y era normal verles juntos por Barcelona, Marbella, Ibiza o disfrutando de la Semana Santa andaluza. La alegría parecía completa cuando, en el 2006, la baronesa adoptó a sus dos hijas mellizas, María del Carmen y Sabina, nacidas de un vientre de alquiler en Estados Unidos. Pero las cosas se torcieron cuando Borja y Blanca anunciaron que estaban esperando un hijo y que iban a casarse. La ceremonia tuvo lugar en una iglesia de Terrassa (Barcelona) en octubre del 2007 sin que la baronesa se dignase asistir. Cuatro meses después, en enero del 2008, nació Sacha en una clínica de Barcelona. La llegada del primer nieto de la baronesa pareció limar asperezas, a pesar de que Tita le reclamó a su hijo que se hiciera las pruebas de paternidad. Cuando ésta se confirmó, Carmen declaró: "Acepto los resultados de las pruebas y estoy muy contenta por los tres, pero no tengo por qué pedirle disculpas a nadie", añadiendo, para echar más leña al fuego del conflicto: "Me sorprendió el embarazo de Blanca porque hoy hay medios para evitarlo". No hay constancia de que Tita haya conocido a su segundo nieto, Eric, nacido en agosto del 2010, ni al tercero, Enzo, nacido en octubre del 2012.

Contra el abandono de animales y la tala de árboles en Madrid

Además de su pasión por el arte, la baronesa, que tiene 24 perros, es una firme defensora de los derechos de los animales -en especial de las mascotas abandonadas- y medioambientales, lo que la llevó, en el 2007, a manifestarse públicamente contra la tala de 700 árboles del paseo de Recoletos de Madrid. En el 2009, negó que tuviera una relación sentimental con Javier Báñez, que había sido profesor karateka de su hijo. En marzo del 2011, se inauguró el Museo Carmen Thyssen de Málaga, apadrinado por el actor malagueño Antonio Banderas, y en mayo Borja llevó a su madre a los tribunales reclamándole parte de una herencia. Así, la tormenta entre madre e hijo no parece amainar. Tita intentó parar, sin éxito, la producción de la serie "La baronesa" en la que tres actrices -Esmeralda Moya, Mar Regueras y Silvia Tortosa- interpretaban su vida.


miércoles, 11 de agosto de 2021

Carlos Larrañaga: Popular actor español

 


Carlos Larrañaga Ladrón de Guevara nació en Barcelona el 11 de marzo de 1937. Fue hijo de la gran actriz María Fernanda Ladrón de Guevara, casada en segundas nupcias con el actor y médico Pedro Larrañaga. Su hermana, Amparo Rivelles, era hija del primer matrimonio de su madre con el actor Rafael Rivelles. Con sólo 4 años, Carlos debutó en "Alma de Dios", y, a los 9, intervino en "Serenata española", protagonizada por su hermana. Debido a las largas giras de sus progenitores, pasó parte de su infancia en Cuba. A los 13 años dejó los estudios para dedicarse al teatro y, en 1950, rodó "Pequeñeces", un clásico del cine español protagonizado por Aurora Bautista y Jorge Mistral. "Orgullo y pasión" (1957) le abrió las puertas grandes del cine español tras haber trabajado junto a Sofía Loren, Frank Sinatra y Cary Grant quien, según dicen, quedó perdidamente enamorado de la belleza del actor, de cuyo perfil decía que era el más perfecto y helénico que había visto jamás. "Sufrí acoso, pero no derribo", aseguró décadas más tarde.

Padre de su primer hijo con una bailarina

Durante esa época tuvo una breve relación con una bailarina sevillana, Isabel Raya, que meses después le comunicó que había dado a luz un hijo suyo: Juan Carlos, familiarmente llamado Kako. "Mi madre y yo nos hicimos cargo del bebé y, como los dos estábamos rodando, le llevamos a un centro de pediatría en Navacerrada donde le cuidó Mimi, un ama tan agradable que nos la llevamos a casa", contó en una ocasión.

Tras un corto noviazgo, Carlos contrajo matrimonio el 26 de julio de 1959 con María Luisa Merlo con la que tuvo tres hijos más: Amparo (1963), Pedro (1965) y Luis (1966). El matrimonio creó una compañía teatral con el propósito de pasar más tiempo juntos, pero tras representar "Vidas privadas", en 1970, se produjo su primera separación y la disolución de su compañía. A pesar de que se reconciliaron a las pocas semanas y en 1973 obtuvieron un gran éxito con la serie "La pareja a través de la historia", su relación estaba tocada y en 1975 se separaron definitivamente, aunque María Luisa siempre ha sido para Larrañaga una de las mujeres más importantes de su vida. "Le tengo un gran cariño, la respeto y no puedo ni quiero borrarla de mi vida. Conservo un maravilloso recuerdo de ella", asegura.

Su fracaso matrimonial coincidió con el luto por la muerte de su madre. "Mi vida tiene dos partes: antes y después de su muerte", ha dicho siempre. Pero el amor volvió pronto a su vida y, en los ensayos de la obra "La gata sobre el tejado de zinc", se enamoró de la actriz y guionista Ana Diosdado. "Lo nuestro fue un flechazo. Nos gustamos desde el primer momento".

Boda en Londres con Ana Diosdado


El 14 de abril de 1979 contrajeron matrimonio civil en Londres y cuatro años después -cuando ya hubo ley de divorcio en España- volvieron a casarse en Toledo. El inicio de esta nueva unión coincidió con su retirada de los escenarios durante siete años, aunque Carlos no dejó de trabajar, ya que protagonizó algunas de las series más famosas de TVE como "Los gozos y las sombras" (1982), "Goya" (1984) y "Tristeza de amor" (1985) con Alfredo Landa, "uno de mis mejores amigos y uno de los grandes actores de todos los tiempos".


En lo personal, Carlos era feliz. Sus hijos habían continuado con la saga artística, aunque por diferentes caminos. Kako se dedicaba a temas técnicos, Pedro -actual marido de Maribel Verdú- es productor y Amparo y Luis son actores. "Todos ellos son maravillosos, me dan ganas de vivir, he respetado siempre sus decisiones y sólo me dan alegrías". La plenitud familiar llegó en 1982, cuando se convirtió en abuelo a los 45 años, ya que Pedro fue padre de su hijo Carlos Javier y Amparo tuvo a Ismael Vicente. "Me encanta que me llamen abuelo y ejerzo el papel a la antigua usanza. No me preocupa envejecer, asumo el paso del tiempo con dignidad y jamás me sometería a una operación de cirugía estética", confesaba en esa época.


Junto a Alberto Closas y Arturo Fernández se convirtió en el galán de referencia del cine español -se dice que se acostaba con la mayoría de sus compañeras de rodaje-, pero Carlos asegura que la etiqueta de hombre guapo ha sido como un lastre y, según él, "he sido una víctima de las mujeres hombriegas". A principios de los 80, se definía como un cazador arrepentido, "ya que cada vez me da más pena matar a un animal", pero ha seguido cultivando "hobbies" como fumar, pescar, pintar o leer.


Nostálgico de las tablas, en 1986 reanudó su romance con el teatro con "¿Qué tal, cariño?", que se prolongó ininterrumpidamente hasta 1990, año en el que empezó a trabajar en "Farmacia de guardia" (1991 - 1995), una de las series más exitosas en la historia de la televisión (algunos de sus capítulos los vieron más de 11 millones de personas) y por la que ganó dos TP de Oro. Durante esa época, Carlos explicaba riéndose de uno de sus nietos: "No le preocupa ponerse enfermo porque sabe que su abuelo tiene una farmacia".


Un tercer matrimonio que acabó ante el juez


Al poco de divorciarse de Ana Diosdado en 1999, Carlos volvió a sus andadas amatorias y conquistó a Pilar Velázquez, su compañera en la obra "Todas las mujeres de Jack". Aquel romance duró unos meses y tras la ruptura, llegó otra actriz, la canaria Isabel Prinz, de la que dijo: "Sólo le pido lealtad, amor y paciencia", algo que no debió ofrecerle porque la relación también fue breve. La siguiente en caer rendida a sus encantos fue María Teresa Ortiz Bau, directora de comunicación de la Fundación Wintherthür, con la que se casó por lo civil en un cigarral toledano el 13 de noviembre del 2000. Ambos prodigaban su amor a los cuatro vientos, se les veía contentos y felices en los numerosos actos públicos a los que asistían y todo parecía indicar que lo suyo iba a ser eterno hasta que, en el 2004, estalló el escándalo: María Teresa se enteró a través de una exclusiva vendida a una revista por su marido -condecorado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en el 2002- que su matrimonio se había acabado. Algunas fuentes aseguraban entonces que María Teresa había sido estafada por su marido, que se había quedado con una importante cantidad de dinero. Las desavenencias entre ellos llegaron hasta los tribunales, ante los que María Teresa lo acusó de ser un maltratador. "No la maltraté y la jueza me dio la razón", se defendió el actor, que curó sus heridas al lado de Sarah Glattstein, entonces directora de la revista "Cosmopolitan". Una relación que, al parecer, simultaneaba con otra secreta con María Durán, quien llegó a conservar en su móvil montones de mensajes románticos del tipo: "No tengas miedo, mi amor. Todo saldrá bien. Te quiero. Duerme tranquila". La actriz aseguró que Larrañaga "me repetía constantemente que estaba enamorado de mí y que no quería estar con nadie más que conmigo". Sin embargo, al final, no fue ni la una ni la otra. En octubre de 2006, el actor volvió a la primera página de actualidad porque su primogénito, Kako, le acusó públicamente de unos supuestos malos tratos cuando era pequeño y por su boda -la cuarta- con Ana Escribano, una actriz 38 años más joven que le hizo nuevamente padre tras el nacimiento de una niña llamada Paula. Sin embargo, en el 2010 llegó el divorcio: "Han sido cuatro años de una locura maravillosa", declaró, poco antes de poner punto final a su historia.


Un ictus y la operación de urgencia de un cáncer

Carlos sufrió un ictus que estuvo a punto de costarle la vida y por el que tuvo que pasar hasta en cinco ocasiones por el quirófano. Cuando preparaba su regreso a los escenarios con la obra "Quizás, quizás", un grave problema de salud le volvió a apartar de la vida pública: fue ingresado para ser operado de un tumor en la vías urinarias en el Xanit Hospital Internacional de Benalmádena (Málaga). El 20 de agosto de 2012 fue ingresado de urgencia en la UCI del Hospital Xanit Internacional de Benalmádena, a causa de una descompensación cardíaca. Carlos Larrañaga falleció la tarde del 30 de agosto de 2012, tras no poder superar dichas complicaciones cardíacas.

 


lunes, 12 de abril de 2021

Carlos, el "chacal": Terrorista internacional

 


Ilich Ramírez Sánchez nació el 12 de octubre de 1949 en Caracas (Venezuela). Fue le primogénito de José, abogado, y Elba María. Su nombre fue elegido por su padre, de ideología marxista-leninista, que llamaría a sus otros dos hijos, Lenin y Vladimir, completando así el nombre del líder de la revolución soviética. En su infancia, Ilich y sus hermanos fueron educados en casa por profesores particulares. A partir de los 10 años, la familia vivió en México, Jamaica, Colombia y EEUU. En 1964, regresaron a Caracas e Ilich inició estudios secundarios en el prestigioso instituto Verenne Corot. "Mi carrera política empezó en la escuela. En 1964, me afilié al Partido Comunista Estudiantil y, al año siguiente, ya era jefe de mi sección. La escuela estaba en el centro de Caracas y coordiné muchas manifestaciones", dijo en una entrevista.

Aunque ya se habían separado, tanto José Ramírez como Elba María Sánchez desaprobaban las actividades violentas de su hijo e intentaron alejarlo de aquel ambiente enviándolo a estudiar a Londres, pero Ilich no dejó su activa militancia y, en la capital británica, fundó una organización estudiantil internacional. Tras dos años en Gran Bretaña, se trasladó a Moscú, ya que el Partido Comunista de Venezuela le pagó su formación en la Universidad Patricio Lumumba. Pero lejos de estudiar, dedicaba la mayor parte del tiempo a montar fiestas en las que no faltaban el alcohol ni las mujeres.

En el verano de 1970 viajó a Beirut para asistir a un seminario organizado por el Frente para la Liberación de Palestina, organización con la que simpatizó y que le instruyó como guerrillero. Uno de sus líderes, Wadi Haddad, le eligió el alias con el que pasaría a la posteridad: Carlos.

Participó en el Septiembre Negro palestino

Su primera participación en la lucha armada coincidió con el conflicto conocido como Septiembre Negro, que enfrentó a palestinos y jordanos. Expulsado de la universidad moscovita, que desaprobaba el camino que había tomado, Ilich prosiguió su formación en Londres, donde mantuvo una relación sentimental con una joven española. En 1973, llevó a cabo su primera misión en solitario. Le habían encargado matar al empresario Joseph Sieff, vicepresidente de la Federación Sionista Británica. Carlos se presentó en su casa y, aunque le disparó tres veces, sólo consiguió herirle en la boca. Por aquel entonces, el terrorista ya tenía su propia teoría sobre cómo debía ser el golpe perfecto: "Para llevar a cabo un asesinato como es debido hacen falta dos pistolas, una con silenciador, y otra, muy potente, para defenderte en caso de sorpresa. También son necesarias dos granadas y un chófer. Esto es el mínimo estricto para que la operación tenga éxito". Tras el fallido asesinato, Ramírez tiró dos bombas en un banco israelí de Londres, provocando graves desperfectos en el edificio. La policía dio con su apartamento, pero el terrorista ya había huido. Entre sus pertenencias, encontraron un ejemplar de la novela "Chacal", de Frederick Forsyth, por lo que la Interpol lo apodó así.

Instalado en Francia, siguió protagonizando actos violentos. En París, lanzó una granada contra un restaurante que provocó dos muertos y treinta heridos. Carlos estuvo a punto de ser detenido por la policía francesa cuando se encontraba en una fiesta, pero logró escapar matando a dos agentes y al delator que había llevado a los agentes al lugar donde podían encontrarlo. Para esconderse, se trasladó a Beirut. En la capital del Líbano, reunió un pequeño grupo de seis personas y planeó el asalto a la reunión de la OPEP en Viena, en la que participaban ministros de todo el mundo. El 21 de diciembre de 1975, entraron en la sede del encuentro y tomaron más de 60 rehenes. Carlos fue el encargado de llevar a cabo las negociaciones con el gobierno austriaco y consiguió que le facilitaran un avión con el que, el 22 de diciembre, iniciaron un periplo que los llevó a Bagdad, Trípoli y Argelia. En cada etapa fueron liberando a parte de los retenidos. Según algunos, el comando recibió 20 millones de euros de un gobierno árabe para evitar la muerte de sus representantes y Carlos se apropió de ese dinero.

En 1977, se asentó en Yemen donde formó su propia organización terrorista con hombres y mujeres procedentes de todo el mundo. Ilich y el nuevo grupo se convirtieron en mercenarios a sueldo, aunque actuaban sobre todo contra los intereses de potencias occidentales. Desde entonces, se le consideró como uno de los criminales más temidos de todo el mundo. En esa época, el venezolano inició una relación con Magdalena Kopp, una ciudadana alemana de su organización.

"Chacal" se relacionó con la Stasi, la Policía Secreta de la República Democrática Alemana, perpetrando diversos atentados en la República Federal, como el ataque a la emisora Europa Libre de Munich en 1981. Asimismo, recibió encargos de la Securitate rumana y, según algunos de sus biógrafos, también colaboró con el KGB soviético y la organización terrorista ETA.

Acciones para liberar a su mujer de la cárcel

En febrero de 1982, Magdalena Kopp fue detenida en París junto a otro miembro de la organización. A partir de entonces, todos los actos violentos de Carlos se centraron en intereses franceses con el objetivo de presionar al gobierno galo para que no encarcelara a su novia. En el mes de marzo, cinco personas murieron en un atentado contra el tren que cubría el trayecto entre Toulouse y París y, pocas semanas después, un coche bomba explotó en las inmediaciones de la sede de la revista árabe francesa "Al Watan Al Arabi", provocando un muerto y numerosos heridos. En 1983, Carlos y su grupo hicieron descarrilar un convoy del TGV. Mientras el terrorista llevaba a cabo estas actividades, Magdalena cumplió tres años de prisión, siendo liberada en 1985 por buena conducta. Se reunión con Ilich, con el que se casó en Damasco, capital siria donde nació su hija, Elba Rosa, el 17 de agosto de 1986.

Con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, también terminó la guerra fría, por lo que los "servicios" de Carlos ya no fueron requeridos por los países para los que solía trabajar. Tras residir en diversas zonas de Oriente Medio, se instaló en Jordania, donde conoció a Abdel Salam Adhman Jarrar Lana, una joven de 23 años (19 menos que él) que se convirtió en su segunda esposa. Este segundo matrimonio no impidió que "Chacal" acudiera a fiestas y flirteara con otras mujeres. "Lo único que sé es que un día me asesinarán. Y punto. por eso vivo por todo lo alto", había comentado. A finales de 1993, el terrorista más buscado del momento se instaló en Sudán, sin sospechar que el gobierno de ese país africano lo traicionaría, revelando su paradero a Francia, que lo buscaba desde 1975 por el asesinato de tres personas (dos agentes de policía y un delator). La detención tuvo lugar el 14 de agosto de 1994 en Jartum, la capital sudanesa, donde Carlos estaba convaleciente de una operación de varicocele (una dolencia testicular). El venezolano estaba durmiendo tranquilamente cuando un comando entró de madrugada en su habitación y le inyectó un narcótico para mantenerlo inconsciente. Trasladado inmediatamente a París, se le comunicó su detención e ingresó en la prisión de La Santé.

Casado, por el rito musulmán, con su abogada

Después de que él mismo se declarara autor de 83 asesinatos, fue juzgado en diciembre de 1977 y condenado a cadena perpetua. A pesar de estar entre rejas, volvió a enamorarse. Carlos inició una relación con su abogada francesa, Isabelle Coutant-Peyre, con la que se casó, en el 2001, en una ceremonia musulmana, puesto que la ley islámica permite a un hombre tomar varias esposas. En el 2003, publicó un libro con diversas reflexiones escritas en la cárcel, en las que aprobaba el comportamiento de Osama Bin Laden o Sadam Hussein.

La vida de este criminal venezolano ha sido recogida por escritores y cineastas. En 1993, David Yallop escribió "Hasta los confines de la Tierra. La caza del chacal". El filme mexicano "Carlos el terrorista" (1979) y el estadounidenses "Caza al terrorista" (1997) también están basados en su existencia, así como la francesa "Carlos" (2010). Asimismo, diversos documentales han abordado el perfil del terrorista.