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viernes, 4 de febrero de 2022

Harrison Ford: El "héroe" de Hollywood

 



Harrison Ford nació el 13 de julio de 1942 en Chicago. Su padre, Christopher Ford, fue un ex actor y publicista de origen católico-irlandés y su madre, Dora Nidelman, una ex actriz radiofónica de origen judeo-ruso. Su infancia transcurrió en el seno de una familia de clase media, sin ninguna ostentación.

Aficionado al cine junto con su hermano, Terence

De pequeño le encantaba escuchar las historias de su abuelo, un ex comediante de vodevil y, junto a su hermano Terence iba mucho al cine, siendo "Bambi, de Walt Disney, la primera película que le marcó. Este "hobby" aumentó a medida que empezó a salir con chicas ya que "las salas de cine eran los mejores lugares para ir con ellas, eran oscuras, baratas y pasábamos buenos momentos", explicó, una vez convertido en estrella. En la escuela fue un alumno normal y corriente y, a diferencia del resto de sus compañeros, jamás perteneció a ninguna pandilla, no se metía en problemas y era un chico muy educado.

Solitario, introvertido y tímido con las chicas

Aquella personalidad solitaria e introvertida le marcó durante algunos años, hasta que se inscribió en los Boy Scouts de América, donde participó en todo tipo de actividades. En el instituto prosiguió con su carácter reservado, a duras penas hablaba con las chicas, pero poco a poco se fue abriendo y participando en la asociación de alumnos, acudía a las clases de gimnasia, al Club del Ferrocarril y, de tanto en tanto, ejercía como locutor en la emisora de de la escuela. Tras graduarse en 1960, a los 18 años, se matriculó en Literatura Inglesa y Filosofía en Ripon, una pequeña universidad de Wisconsin. "Era una persona muy perezosa, me costaba abrir un libro, siempre tenía la sensación de estar al borde del fracaso y carecía de ambición. No me interesaba nada lo que enseñaban", así que, al no sacar adelante su tesis sobre el dramaturgo Edward Albee, abandonó la universidad pocas semanas antes de su graduación. Sin embargo, no todo fue tan negativo, ya que durante sus estudios se enamoró de su compañera Mary Marquardt: "Éramos dos jovenes alocados, en aquel momento creíamos que no había ningún problema en la vida que un chico y una chica sinceramente enamorados no pudieran solucionar", decía de esa época. Tras dejar los estudios y pese a su timidez, se matriculó en un curso de arte dramático. Le daba terror enfrentarse al público, pero le fue pillando el tranquillo a la actuación y ésta se convirtió en su pasión. En esa época se sacó el carnet de conducir y, debido a su poca experiencia, tuvo un accidente de coche que le dejó una cicatriz en la barbilla que nunca se arregló con cirugía estética. Tras casarse con Mary en 1964, dejaron Wisconsin para instalarse en Los Ángeles, en busca de una nueva oportunidad.

Camarero, vendedor de yates y ebanista

En aquella época había miles de actores buscando su primera oportunidad, así que Harrison, para llegar a final de mes, tuvo que trabajar como camarero, vendedor de yates, pizzero, aprendiz de contable en unos grandes almacenes y ebanista. Tras intervenir en una modesta producción local, le gestionaron una entrevista con un cazatalentos de los estudios Columbia y consiguió un contrato de siete años por 150 dólares semanales. Su primera película fue "Ladrón y amante" (1966), a la que siguieron otras con papeles insignificantes. En 1967, enfadado, rescindió su contrato y entró en la nómina de la Universal. Empezó a intervenir en series tan populares como "El virginiano" o "Kung Fu", pero las cosas no marcharon como el esperaba y se planteó dejar de ser actor para mantener debidamente a sus dos hijos, Benjamín (nacido en 1968) y Williard (1969). Dedicó gran parte de su tiempo a estudiar carpintería y le llovieron un montón de ofertas. "Siempre he tenido una gran habilidad con las manos y me alegré enormemente cuando el músico Sergio Mendes me llamó para que le reconvirtiera un antiguo garaje en un estudio de grabación. A partir de ese momento me llamaron muchísimas personas para que arreglara su casa y empecé a ganar mucho más dinero como carpintero que como actor", ha admitido. Entre esos clientes y amigos estaba un director de cine llamado Fred Roos, que no dudó en poner su nombre entre las decenas de aspirantes a participar en "American Graffiti" (1973), realizada por un entonces desconocido director llamado George Lucas, con el que entabló una sólida amistad. Una de las anécdotas más divertidas de su carrera ocurrió en esa época, "ya que la actriz Sally Kellerman me contrató para que hiciera unas reformas en su casa, pero me llamó Lucas para incorporarme al rodaje y no fui a casa de Sally. Cuando me la encontré años después me dijo que todavía estaba esperando a que fuera a hacerle aquella reparación. No sé, tal vez me anime algún día...".

"American Graffiti", su primer gran éxito

Para sorpresa de todos , "American Graffiti" se convirtió en un gran éxito y la carrera de Harrison empezó a despegar. Compró una casa más grande  y confortable para su familia, con la que salía a comer a orillas del Pacífico y, de tanto en tanto, montaban excursiones los fines de semana. Sin embargo, meses después las ofertas empezaron a escasear, tenía la moral por los suelos y pensó en volver a la carpintería. Por fortuna, la suerte volvió a cruzarse en su camino. Lucas estaba preparando una película de ciencia ficción, "La guerra de las galaxias. Episodio IV. Una nueva esperanza" (1977), pero uno de los actores tuvo un accidente de coche y llamó a su amigo Harrison para dar vida al capitán Han Solo.

Éxito profesional y crisis de su matrimonio

Este personaje le reportó 650.000 dólares y fue su plataforma a la fama, ya que la película se convirtió en objeto de culto en todo el mundo. Sin embargo, su éxito profesional coincidió con una gran crisis en su matrimonio, que terminó en divorcio en 1979. "Ninguno de los dos tuvo la culpa de la separación y nos empezamos a preocupar por nuestros hijos, ya que no queríamos que sufrieran", ha explicado. Tras protagonizar "La guerra de las galaxias. Episodio V. El imperio contraataca", Steven Spielberg le llamó para hacer de Indiana Jones en "En busca del arca perdida" (1981), que aún sigue siendo una de las películas más taquilleras de la historia. Aquel papel (al que había renunciado Tom Selleck porque tenía que protagonizar la serie "Magnum") le cambió la vida en dos sentidos: por un lado, se convirtió en la estrella más grande de todos los tiempos y Spielberg le presentó a su futura mujer, Melissa Mathison, guionista de "E.T.". La pareja se casó en marzo de 1983 y, en palabras del actor, "aquella unión era perfecta ya que los dos nos dedicábamos al mundo del cine y podíamos entender todos nuestros problemas". Junto a ella encontró nuevamente la estabilidad sentimental. No les gustaba frecuentar las fiestas y se compraron una gran mansión cerca de Hollywood a donde invitaban a sus amigos. Tras hacer "Blade Runner" (1982), protagonizó "La guerra de las galaxias, episodio VI. El retorno del Jedi" (1983), al año siguiente "Indiana Jones y el templo maldito" y, en 1985, "Único testigo", que le valió su primera nominación al Oscar. En 1987, nació su tercer hijo, Malcolm y, a los cuatro años, su hija Georgia.

El nombre de Ford empezó a cotizar bien alto y, siendo consciente  de que varias de sus películas estaban entre las más taquilleras de la historia, exigió un aumento de salario. Así, en poco más de 20 años, había pasado de ganar 150 dólares semanales a cobrar 12 millones y medio de dólares por "Presunto inocente" (1990), 22 millones por "Air Force One" (1997) o un millón de dólares por minuto por "K-19" (2002). Es decir, 25 millones de dólares más un 20% de la recaudación de taquilla.

Unido a la joven actriz Calista Flockhart

En el 2003, anunció que protagonizaría la última entrega del superhéroe de aventuras Indiana Jones y, al año siguiente, después de 21 años de matrimonio, se separó de Melissa. El acuerdo de divorcio fue multimillonario y, a pesar del dolor de esta decisión, enseguida encontró consuelo en Calista Flockhart, protagonista de Ally McBeal y 22 años más joven que el actor. En los últimos años, la pareja pasea por todo el mundo su amor y, según se ha comentado, tiene intención de adoptar al hijo  de ésta, Liam. "Calista no solo está criando un hijo de 5 años, sino también otro de 65. No es que me sienta así, pero ella piensa que todavía lo soy. Es una mujer excepcional, con ella estoy pasando algunos de los mejores momentos de mi vida y me encantaría trabajar con ella porque es una actriz de gran talento", confesaba el autor que se considera un hombre normal y corriente. En lo político es un demócrata acérrimo y un luchador incansable por la conservación del medio ambiente.

Un rancho, aviones, helicópteros y motos

Aunque hace más de dos décadas, 1998, fue elegido por la revista "People" el hombre vivo más sexy del mundo, sigue siendo bastante tímido, es muy celoso de su vida privada, le enloquece jugar con sus nietos y no le gusta la ostentación. Gran parte de su fortuna la ha invertido en la compra de propiedades inmobiliarias, entre ellas, un rancho de 3,2 kilómetros cuadrados en Jackson (Wyoming), valorado en 30 millones de euros y que considera como su hogar. Cede cerca de la mitad de sus tierras al Jackson Hole Land Trust con fines de conservación de la naturaleza. Obtuvo su licencia de piloto privado en 1996 y extendió su práctica, más tarde, al pilotaje de hidroaviones monomotor y de helicópteros. Posee media docena de aviones y varios helicópteros que pilota él mismo y con los que ayuda en tareas de rescate. El 23 de octubre de 1999 fue víctima de un accidente de helicóptero durante un vuelo de entrenamiento de rutina sobrevolando el lago Piru, cerca de Santa Clarita en California. Durante una práctica de autorrotación, pierde altitud y se estrella violentamente contra el suelo. Ni él, ni su instructor resultan heridos de gravedad. Durante una entrevista televisiva en el programa Inside the Actor's Studio le preguntaron sobre el suceso, y él respondió simplemente: «Lo rompí». Tiene una flota de coches de lujo de coleccionista, unas cuantas Harley Davidson con las que se pierde por las carreteras de su país, una impresionante bodega de carísimos vinos y una colección de arte del siglo XIX valorada en 12 millones de euros.

En 2008 se estrenó en todo el mundo "Indiana Jones y el reino de la calavera de Cristal -con Cate Blanchett y John Hurt y dirigida por Steven Spielberg- en la que el héroe tiene la misión de encontrar un cráneo de cristal y evitar que caiga en manos de agentes soviéticos que quieren utilizarlo con fines siniestros.  

Crossing Over, se estrenó en marzo de 2009; en ella desempeña el papel del juez Max Brogan y comparte protagonismo con Ray Liotta y Ashley Judd. Este filme nos muestra a inmigrantes de diferentes nacionalidades que se esfuerzan en conseguir un estatus legal en Los Ángeles. Trata sobre las fronteras, la falsificación de documentos, el asilo, la naturalización y el choque de culturas.

En 2020 protagoniza The Call of the Wild, película de aventuras que combina imagen real y animación por computadora basada en la novela de 1903 del mismo título escrita por Jack London.

El oficio de actor, según él, no es nada más que un simple «curro» y que no tiene vocación de hacer feliz al espectador sino más bien ayudarlo a ser más altruista.

Contrariamente a sus comienzos, cuando reprochaba a los productores que no le permitían expresarse lo suficiente, él se califica de «servidor de la historia» e interpreta lo que se le dice. No se considera a sí mismo como una estrella, sino como alguien que tuvo mucha suerte al inicio de su carrera y todavía más para estar siempre en lo alto de la cartelera.

Contrariamente a la opinión que Ford tiene de sí mismo, el realizador Mike Nichols manifestó que le consideraba como «el Ferrari de los actores».

lunes, 12 de julio de 2021

Bette Davis: Una de las mejores "malas" de Hollywood


Ruth Elizabeth Davis nació el 5 de abril de 1908 en Lowell, Massachussets (EEUU). Fue la primogénita de Harlow Morrell Davis, abogado, y Ruthie Augusta Favor, ama de casa. Su nacimiento no fue motivo de alegría para su padre, que, al saber del embarazo de su mujer, le pidió que abortara para poder prosperar en su carrera laboral. El hecho de que su progenitor nunca la hubiera querido marcó el carácter de Ruth, para quien la vida fue siempre una carrera de obstáculos. En 1909, nació su hermana Bárbara, a la que llamaban Bobbie. Betty, que cambiaría su apelativo familiar por Bette tras la lectura de la novela de Balzac "La cousine Bette", fue una niña tímida y asustadiza, de frente abombada, nariz pequeña y dientes desiguales.

Cuando tenía siete años sus padres se divorciaron y su madre, que era una mujer de carácter, decidió, en 1921, trasladarse con sus hijas a Nueva York donde al principio salió adelante trabajando como maestra de una residencia femenina. Mientras las dos niñas estudiaban en un internado, estudió fotografía y montó su propio estudio. En la escuela, Bette fue una alumna brillante y perfeccionista. A los ocho años había visto su primera película, una sentimental cinta protagonizada por Mary Pickford, que despertó su fascinación por el cine. También le encantaban los cuentos de los Hermanos Grimm, las novelas de Louise May Alcott y los romances históricos.

Estudiante de arte dramático y danza

Estudio arte dramático en la Academia Cushing, donde conoció al que luego sería su primer marido, Harmon Nelson, y actuó en producciones escolares, compañías de repertorio estivales y grupos semiprofesionales. Tras ser rechazado su ingreso en la prestigiosa escuela teatral de Eva LeGallienne por tener "una actitud fría y poco sincera", estudió danza con Martha Graham y asistió a las clases de John Murray Andreson's Acting Dramatic School. George Cukor, el que años más tarde sería uno de los más destacados directores de la época dorada de Hollywood, le ofreció su primer papel pagado, debutó en Broadway en 1929 y, en una de sus funciones, un cazatalentos de la Universal le propuso hacer una prueba para el cine. Así un frío día invernal de 1930, Bette y su madre llegaron a Los Ángeles en tren. No vieron a nadie en el andén aunque, según ella misma explicó años más tarde, "había alguien del estudio esperándonos en la estación, pero se fue de allí porque no vio a nadie con aspecto de actriz". Los inicios de su carrera cinematográfica fueron en la Universal, compañía que la contrató tras someterla a una segunda prueba de cámara, y, en 1931, debutó con "Bad sister". Cinco películas después, la contrató la Warner Brothers.

Una boda, dos Oscar y un romance con Wyler

En 1932, año en que se casó con Harmon Nelson, la actriz se decía a sí misma que "si Hollywood no funciona, estoy preparada para ser la mejor secretaria del mundo". Pero funcionó. Más de veinte filmes después, obtuvo excelentes críticas por "Cautivos del deseo" (1934) y, al año siguiente, ganó su primer Oscar por "Peligrosa". Tuvieron que pasar otras 12 películas para que ganara de nuevo el Oscar a la Mejor Actriz por "Jezabel" (1938), donde compartía protagonismo con Henry Fonda. Durante el rodaje mantuvo una relación amorosa con el director, William Wyler, al que describió como "el hombre causante de mi perfecta felicidad". Se adoraban de una forma pasional. Bette le insistía en que se casaran, pero él le daba largas y la ruptura llegó de una forma inesperada: Wyler le envió una carta en la que le pedía que se casara con él, advirtiéndole de que, si no le respondía en 24 horas, se casaría con otra. Davis tardó una semana en abrir la misiva y la relación se rompió. Eso no fue óbice para que trabajaran de nuevo juntos en una película que, ironías del destino, se llamó "La carta". Al poco, Bette se emparejó con el multimillonario Howard Hughes y su marido, cansado de sus aventuras, presentó el divorcio alegando "comportamiento lascivo y ademanes crueles". Por su parte, ella aseguró: "No sé por qué me casé con Ham. Era un hombre blando, sin carácter. Supongo que, en aquellos momentos, necesitaba estabilidad sentimental".

"La cantina de Hollywood" con Cary Grant

Cansada de los papeles flojos e insulsos que le daba la Warner, dejó colgados a estos estudios para irse a Inglaterra, pero aquello le costó un juicio que perdió y tuvo que volver a EEUU, donde le rebajaron el sueldo y tuvo que aceptar todo lo que le proponían. En 1940, se casó con Arthur Farnsworth y, junto a Cary Grant, montó "La cantina de Hollywood", un bar por el que tanto pasaban las estrellas como los militares. A lo largo de la década de los 40 hizo algunos de sus trabajos más prestigiosos como "La loba" o "El señor Skffington" y, en 1945, dos años después de haber enviudado ya que su segundo marido falleció de un infarto, se casó por tercera vez con el ex boxeador William Grant Sherry, con el que, en 1947, tuvo a su hija Bárbara Dee Bee. Tras su maternidad, volvió al cine para protagonizar la película de Mankiewicz "Eva al desnudo", que le proporcionó una nominación al Oscar por su excelente interpretación y un nuevo marido, ya que se enamoró del actor Gary Merrill. Se casaron en el verano de 1950 y, durante su relación, adoptaron dos hijos: una niña, Margot, que sufría retraso mental, y un niño, Michael. Pero, la vida familiar nunca fue el fuerte de esta mujer que ha sido, para muchos, la mejor "mala" de la historia del cine y, para otros, una de las grandes estrellas de la etapa dorada de Hollywood. Dotada de una mirada magnética, su imagen de mujer fría, colérica, neurótica y egocéntrica le acompañó durante toda su carrera. No por casualidad, desde luego.

Tras una nueva etapa de teatro en Broadway, Frank Capra la recuperó para Hollywood con "Un gangster para un milagro" (1961), cuyo rodaje fue un infierno por las peleas entre Davis y Glenn Ford. Al parecer, éste había declarado que él había aconsejado la contratación de Bette en agradecimiento a la oportunidad que ella le había brindado años atrás. Lejos del agradecimiento, la reacción de la actriz fue tan fulminante como acerada: "¿Quién es ese hijo de perra que se ha atrevido a decir que ha ayudado a que me llamasen de nuevo? ¡Ese tío de mierda no me hubiera ayudado ni a salir de una cloaca! ¡Jamás debí volver a Hollywood!"

Duelo real y escénico con Joan Crawford

Al año siguiente, junto a la diva Joan Crawford, Bette protagonizó "¿Qué fue de Baby Jane?", en cuyo rodaje se vivieron algunos de los enfrentamientos más famosos de la historia del cine. Ambas actrices demostraron su carácter. En la escena donde Davis golpeaba a Crawford, los golpes fueron tan fuertes que a Joan le tuvieron que dar puntos. En la secuencia que la Davis arrastraba a la Crawford, ésta última puso pesas en sus bolsillos para que la Bette se dañara la espalda. Lo más divertido fue cuando Bette colocó una máquina dispensadora de Coca-Cola en el "set" para enojar a Joan, ya que su esposo era un alto ejecutivo de Pepsi. En lo verbal, la cosa no fue mejor, ya que la Davis le dedicó frases como "No la mearía aunque estuviese ardiendo en llamas" o "ha dormido con todas las estrellas masculinas de la MGM, menos con Lassie".

Aunque la truculenta composición que hizo en aquella película la había convertido de nuevo en una de las actrices mejor pagadas del cine americano, su carrera empezó a tocar fondo y, con su vitriólico humor, publicó un anuncio en la revista "Variety" con el siguiente texto: "Se ofrece actriz con treinta años de experiencia en el cine y dos Oscar. Capaz de moverse y más afable de lo que dicen los rumores. Madre de tres hijos y divorciada. Desea empleo estable en Hollywood". Pero no hubo suerte para una actriz 10 veces nominada al Oscar que, por su intensidad y amaneramiento, siempre se imponía a sus personajes, y su carrera entró en un imparable declive.

Nueve últimas películas

Entre 1965 y 1989, año de su muerte, sólo intervino en nueve películas, la mayoría de muy baja calidad y que aceptó para poder mantener a sus hijos y a su hermana, ingresada en un hospital mental. En los años 80, los múltiples avatares de su vida privada quedaron al descubierto en un libro -"My mother's keeper"- publicado por su hija Bárbara, que no dejaba a la actriz muy bien parada y que provocó que la desheredara. Davis publicó, después, una biografía que tituló "Esto y aquello".

En 1983, mientras rodaba el episodio piloto de la serie "Hotel", la operaron de un cáncer de mama y tuvo cuatro embolias que le causaron parálisis en el lado derecho de la cara, en el brazo izquierdo y dificultad para hablar. Tras una dura rehabilitación, intervino en "Las ballenas de agosto" (1987) junto a la leyenda del cine mudo Lillian Gish y, cuando ya creía que todo el mundo se había olvidado de ella, acudió muy enferma, en septiembre de 1989, al Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde le otorgaron el Premio Donostia por toda su trayectoria. En su discurso de agradecimiento, dijo emocionada: "Ustedes me han devuelto la vida". Pero le quedaba muy poca. El 6 de octubre cuando estaba a punto de volver a Los Ángeles, tuvo que ser internada en un hospital de Neuilly (París) en el que falleció a consecuencia del cáncer que se le había vuelto a reproducir. En su epitafio hizo inscribir: "Lo hizo del modo más difícil". Por el centenario de su nacimiento, Correos de EEUU sacó una edición limitada de sellos con su efigie.