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lunes, 5 de julio de 2021

Peter O'Toole: Protagonista del filme "Lawrence de Arabia"

 


Peter Seamus O'Toole nació el 2 de agosto de 1932 en Connemara, County Galway (Irlanda). Fue hijo de Patrick Joseph, orfebre y corredor de apuestas de caballos, y Constance Jane, una enfermera escocesa. Siendo un bebé, sus progenitores viajaron durante unos cinco años por el norte de Inglaterra donde se realizaban las mejores apuestas.

Poco después de iniciarse la II Guerra Mundial fue evacuado a Leeds, donde estuvo durante seis o siete años en un colegio católico de monjas, donde le golpeaban con la regla porque era zurdo: "Aquel lugar era maravilloso, pero las monjas querían que yo hiciera todo con la derecha, no podían soportar que un niño fuera diferente".

De pequeño, soñaba con ser periodista y, tras dejar el colegio a los 14 años, ejerció como tal en el "Yorkshire Evening News". Tiempo después, se enroló en la Royal Navy como telegrafista. De regreso a Leeds, un amigo le animó a que se dedicara a la actuación y se inscribió en la Royal Academy of Dramatic Art, donde coincidió con Richard Harris, Alan Bates y Albert Finney, quien se convirtió en uno de sus amigos íntimos. O'Toole empezó su carrera en los escenarios del Bristol Old Vic Theater, donde se especializó en obras clásicas.

Boda con Sian Phillips, madre de sus dos hijas

Su debut en el prestigioso West End londinense, en 1957 con la comedia "Oh, My Papa", fue tan desastroso que se emborrachó y terminó en los juzgados. En una obra de teatro se enamoró de la actriz Sian Phillips, que se quedó embarazada estando aún casada con otro. Tras lograr un divorcio rápido en México, O'Toole se casó con ella y nació su primera hija, Kate, en 1960. Ese mismo año empezó a hacer pequeños papeles en películas como "Kidnapped", "Los dientes del diablo" y "El robo al banco de Inglaterra", hasta que el director David Lean le dio el papel protagonista de "Lawrence de Arabia", película que se convertiría en uno de los clásicos del séptimo arte. Gracias a este trabajo, el hasta entonces desconocido actor logró su primera nominación al Oscar. No lo ganó, pero se convirtió en una estrella de primera magnitud, cuya intensa mirada azul se hizo tan legendaria como la de Elizabeth Taylor y Paul Newman. O'Toole bordó la interpretación de Thomas Edward Lawrence, quie, en la vida real, había sido uno de los hijos ilegítimos de Sir Thomas Chapman, arqueólogo especializado en el Medio Oriente. Poco antes de la I Guerra Mundial, Lawrence trabajó para una compañía topográfica que, en realidad, era una tapadera del espionaje británico. Tras ser aceptado como consejero militar, se unió al príncipe Faysal -convertido posteriormente en Faysal I de Iraq- y juntos organizaron la sublevación e insurrección de los árabes contra el Imperio turco, aunque sus esfuerzos a favor de la independencia del pueblo árabe no tuvieron fruto. Falleció en 1935 en un accidente de moto tras licenciarse de las Fuerzas Aéreas Reales (RAF).

Burton y Harris, compañeros de juergas

En 1963, Peter O'Toole fue padre de otra niña, Patricia y su carrera cinematográfica avanzaba a toda máquina, ya que obtuvo su segunda nominación a la estatuilla por "Becket" (1964), donde trabajó con Richard Burton, uno de sus compañeros de juergas y borracheras. "El, Richard Harris y yo hacíamos, en público, lo que los demás hacían en privado. Bebíamos y sabíamos lo que era la maría", explicó en una ocasión.

En los años 60 rodó películas tan inolvidables como "Lord Jim" (1965); "Cómo robar un millón y..." (1966) con Audrey Hepburn; "La Biblia" (1966) y "El león en invierno" (1968), junto con Katharine Hepburn, con la que no se llevó muy bien hasta que protagonizaron la siguiente anécdota: "Decía que yo estaba medio loco y tuvimos mala relación hasta que ella dio un puñetazo a un taxista. Eso nos empató y desde entonces fuimos buenos amigos. Era una mujer divina". En 1969, protagonizó "Adiós, míster Chips" y "¿Qué tal Pussycat?", primera aparición cinematográfica de Woody Allen.

En la siguiente década, su carrera empezó a deteriorarse, siendo una excepción el filme "El hombre de la Mancha" (1972), con Sofía Loren, porque estaba más ocupado en emborracharse que en actuar. Protagonizó tantas juergas hasta altas horas de la madrugada que, en una ocasión, salió a tomar una copa en París y se despertó en Córcega. En 1975, estuvo a punto de morir por lo que fue descrito como una "irregularidad abdominal", pero la verdad fue que le tuvieron que extirpar parte del estómago y del intestino a causa de su abuso del alcohol. "No me arrepiento de una sola gota", solía repetir. Su esposa, que tiempo después manifestó que O'Toole "era un ser peligroso y perjudicial", le abandonó por otro hombre tras protagonizar numerosas broncas. El actor jamás volvió a casarse, al parecer porque su moral católica le hacía ver mal el divorcio.

En 1979, protagonizó la escandalosa "Calígula" y, tres años más tarde, conoció a la modelo Karen Brown, con la que convivió durante seis años y con la que tuvo a su tercer hijo, Lorcan, nacido en 1983 y que ha seguido sus pasos profesionales, aunque con menor éxito. La pareja se separó y, tras una agria disputa por la custodia del niño, fue finalmente el actor quien se encargó de criarle. Padre e hijo se lo pasaban muy bien, compartían confidencias en su casa de Hampstead -a las afueras de Londres- y se divertían practicando cricket, deporte favorito de O'Toole.

Oscar honorífico por toda su carrera artística

Poco a poco fue menguando su actividad en el cine. Tenía los ojos tan sensibles que los focos de los estudios y del teatro habían empeorado su visión hasta casi dejarle ciego. Sobre su estado de salud comentaba que "he tenido todas las enfermedades posibles e imaginables, salvo, para mi fortuna, el infarto de miocardio y el cáncer. Físicamente siempre he sido muy vulnerable" y así lo dejó patente en sus últimas apariciones públicas.

Durante el rodaje de "Fantasmas" (1998) se enamoró platónicamente de Rose Mcgowan, quien, años después, saltó a la fama con la serie "Embrujadas". También se comentó que había tenido un breve romance con Ursula Andress. A partir de los años 80, intervino en películas como "Masada" (1981), "El último emperador" (1987), "Los viajes de Gulliver" (1996) y "Troya" (2004). Ni las drogas ni el alcohol habían mermado su memoria y su genio interpretativo y, de hecho, se sabía de memoria los 154 sonetos de Shakespeare, a quien consideraba el escritor más importante del mundo.

Ganó cuatro Globos de Oro, un Emmy, un Bafta y estuvo nominado ocho veces a los Oscar, pero jamás lo obtuvo como mejor intérprete. La Academia intentó hacer justicia otorgándole, en el 2003, una estatuilla honorífica, que, en principio, él rechazó porque creía que aún tenía posibilidad de "ganar esa mierda de premio de forma rotunda, pero mis hijos me convencieron". Hombre amable y discreto, jamás hablaba mal de nadie y dedicaba su ocio a la lectura.

Un retiro sin lágrimas y mucho agradecimiento

En julio del 2012, anunció su retirada a través de un comunicado: "Queridos todos, me ha llegado la hora de tirar la toalla. Me retiro del cine y del teatro. Me he quedado sin aliento y no volveré", añadiendo que "uno debe decidir por sí mismo cuándo es el momento de irse. Me voy de la profesión sin una lágrima y profundamente agradecido". A partir de ese momento no concedió ninguna entrevista y se dedicó a escribir sus memorias. Con todo, no se pudo negar a aceptar un papel en "Catalina de Alejandría"´. Finalmente, un cáncer se llevó al actor, en su casa de Londres, el pasado 14 de diciembre de 2013.