Mostrando entradas con la etiqueta Letra A. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Letra A. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de enero de 2022

Aretha Franklin: La reina del soul

 


Aretha Louis Franklin nació el 25 de marzo de 1942 en Memphis (Tennessee, Estados Unidos), pero creció en Detroit. Era hija del predicador Clarence LeVaughn Franklin y de la cantante de gospel Barbara Franklin, y tuvo cuatro hermanos, dos niños y dos niñas. Su madre abandonó a la familia cuando Aretha tenía sólo 6 años y falleció cuatro después. En 1950, comenzó a cantar gospel con sus hermanas Erma, 4 años mayor que ella, y Carolyn, 2 menor, en la Iglesia Baptista de Detroit, que regentaba su padre, un predicador apodado "La Voz del millón de dólares", que era uno de los confidentes del líder Martín Luther King, en cuyo funeral cantó Aretha.

Tuvo a su primer hijo a los 15 años

La pequeña pronto se reveló como una estrella en ciernes. Impactado por el talento de su hija, Clarence quiso que Aretha tomase clases de piano, pero la niña prefirió aprender por sí misma escuchando grabaciones de los clásicos. Admiraba a Clara Ward, James Cleveland y a Mahalia Jackson, quienes, además de ser las estrellas del momento, eran conocidas de la familia.

Pese a vivir en un ambiente tan pío, la joven Aretha no llevaba una vida puritana y tuvo a su primer hijo, Clarence Jr., con sólo 15 años. A los 17, repitió maternidad dando a luz a Eddie. Ambos fueron criados por la abuela de Aretha para que ella pudiera seguir adelante con la que prometía ser una gran carrera musical. Con sólo 14 años Aretha había abandonado el colegio para recorrer el país con su padre dando recitales gospel y ya entonces grabó su primer disco, "The gospel-soul of Aretha Franklin". En él abundaban las composiciones gospel con un potente sonido soul y las melodías de piano, instrumento que dominaba.

Su éxito la animó a viajar a Nueva York en 1960 para recibir clases de técnica vocal y danza y allí empezó a grabar maquetas para enviar a las discográficas. El mítico sello Motown se interesó por la joven prodigio, pero, finalmente firmó con Columbia, donde no se sintió bien tratada ya que la catalogaron como artista de jazz. Tras grabar un disco tributo a Dinah Washington, Aretha abandonó la discográfica en 1964. Dos años antes, a los 19, se había casado con su representante, Ted White, con quien tuvo a su tercer hijo, Teddy, pero se divorció en 1969, según algunas fuentes a causa de los malos tratos.

Tras abandonar Columbia, fichó por Atlantic Records, donde le propusieron profundizar más en su lado soul. El primer single que grabó allí fue "I never loved a man the way I love you", considerado por muchos críticos como una de las canciones más importantes del género. El tema fue un éxito, pero su verdadera consagración llegó en 1967 con el mítico "Respect", una versión que hizo casi olvidar el original de Otis Redding.

El 10 de marzo de 1967 Aretha Franklin publicó su primer álbum, "I never loved a man the way I love you", que contenía los dos singles anteriores, además de versiones de temas de Ray Charles o Sam Cooke Good y composiciones de la misma Aretha, como el famosísimo "Dr. Feelgood". Crítica y público se rindieron ante su poderosa voz -que más tarde sería oficialmente reconocida como "Bien Natural del Estado de Michigan"- y ese mismo año, ganó dos premios Grammy, siendo la segunda mujer en conseguirlo. También en 1967 publicó su segundo disco.

Madrina de la cantante Whitney Houston

Incansable, al año siguiente la cantante volvió a enamorar al público con "Lady soul", que contenía temas hoy clásicos como "Chain of fools" o "A natural woman" y una bonita colaboración con Eric Clapton. Los coros del disco los hacían The Sweet Inspirations, un cuarteto femenino en el que cantaba Cissy Houston, la madre de Whitney Houston, de quien Aretha es madrina. Sólo seis meses después, se publicó "Aretha now", que la mantenía en los primeros puestos de las listas de éxitos con canciones tan conocidas como "Think" o el popular tema de Burt Bacharach "I say a little prayer".

Aretha es una mujer de una personalidad arrolladora y, sin ser guapa, enamoraba e intimidaba a los hombres por igual. Mantuvo numerosas relaciones, siendo una de las más largas la que la unió a Dennis Edwards, del grupo The Temptations, pero él no se animó a casarse y ella se cansó: "Dennis llegó 15 años tarde. Cuando se dio cuenta de lo que tenía, a mí ya no me interesaba". Por su parte, el músico reconoce que "debería haberme casado con Aretha, pero me daba miedo unirme a una superestrella de tal calibre".

A finales de los 60, Aretha empezó a versionar temas de estilos tan distintos al suyo como el rock y el pop, cantando canciones de los Beatles o de Simon & Garfunkel. A pesar de ese giro, sus fans la seguían fielmente y su éxito no decaía. En 1971, la artista, que mantenía un romance con su representante Ken Cunningham, se volvió a quedar embarazada y dio a luz a su cuarto hijo, Kecalf. En esa época, empezó a interesarse por la música del momento, la disco, y cambió de imagen, apareciendo en la portada de "Let Me in Your Life", de 1974, como una gran "diva", envuelta en un abrigo de piel, lo que desagradó a muchos de sus seguidores.

Boda con un actor y fracasos discográficos

En 1978, se casó con el actor Glynn Turman, con quien no tuvo hijos y, cansada de sus fracasos discográficos, la cantante comenzó la década de los 80 cambiando de sello. En Arista, el productor Clive Davis relanzó su carrera con un soul modernizado y Aretha Franklin consiguió volver a lo más alto, pero sin renunciar a sus orígenes y, en 1984, grabó un disco de gospel en vivo en honor a su padre, Clarence, que falleció ese mismo año tras cinco en coma a causa de un tiro disparado por un ladrón. No fue una buena etapa para la cantante en su vida familiar, pues a la muerte de Clarence se unieron las de su hermana Carolyn, su abuela y uno de sus hermanos así como su divorcio de Turman.

Emocionada en la investidura de Obama

En los años posteriores, Aretha colaboró con los mejores artistas del momento, como Keith Richards, de los Rolling Stones, Elton John, Whitney Houston o George Michael, con quien llegó al número 1 de las listas con su dúo "I Knew You Were Waiting (For Me)" en 1987, el mismo año en que se convirtió en la primera mujer del Rock And Roll of Fame. Pero la cantante ya se sentía mayor para llevar el frenético ritmo de las estrellas de primera fila y dosificó sus actuaciones y grabaciones. Demócrata comprometida, cantó ante Bill Clinton en su investidura como presidente de EEUU en 1993 y repitió en la de Barack Obama, donde se mostró muy emocionada.

En 1990 dejó de fumar porque su voz ya no era la misma y, dos años después, recibió el Grammy por toda su carrera musical y acabó trasladándose definitivamente a Detroit -meca de la música negra- para crear su propia discográfica, Aretha Records. Unida sentimentalmente a Willie Wilkerson y aún en activo, ha sido elegida la mejor voz femenina del mundo.

La cantante tuvo que cancelar en 2010 dos apariciones en el barrio de Brooklyn, una en la mítica Coney Island y otra en Wingate, a causa de una enfermedad por la que tuvo que ser hospitalizada, y operada, durante varios meses pero de la cual no quiso ofrecer más detalles, aunque los medios barajaron la posibilidad de que la estrella de soul sufriera un cáncer de páncreas.

Aretha Franklin falleció el 16 de agosto de 2018 en su residencia de Michigan a los 76 años debido a ese cáncer de páncreas.



viernes, 7 de enero de 2022

Arantxa Sánchez Vicario: La única tenista española que ha sido número uno

 


Arantxa Sánchez Vicario nació el 18 de diciembre de 1971 en Barcelona, donde sus padres, el ingeniero de caminos madrileño Emilio Sánchez Benito, y la abulense Marisa Vicario Rubio, hija de militar, se habían asentado en junio del mismo año, tras residir en Valladolid, León, Madrid y Pamplona. En la capital habían nacido sus dos hijos mayores, Marisa y Emilio; el tercero, Javier, vino al mundo en Pamplona en 1967.

Encauzar a la familia por la senda del deporte

Pese a que no tenían ningún antecedente tenístico en la familia, el padre quiso encauzar a la prole por la senda del deporte y, para favorecer su integración social en Barcelona, se hicieron socios del Real Club de Tenis Barcelona. Así, mientras sus hermanos mayores entrenaban, ella, con apenas un año de edad, jugaba con la raqueta de frontón que su madre le había dejado. "El primer día que la cogió ya emplataba todas las pelotas en el centro. Siempre he creído que es la más dotada de la familia", decía su hermano Emilio años después. Algo de eso debía de haber porque las primeras palabras que aprendió a decir fueron papá, mamá y "aqueta". Con sólo 4 años, Arantxa ya dio sus primeros golpes sobre una cancha y, a los 8, peloteaba a las órdenes de Juan Ventura, su primer entrenador. Ponía tanta ilusión en su juego que su padre la inscribió en la escuela del Real Club de Tenis Barcelona. Un buen día la vio jugar el extenista Andrés Gimeno y se la llevó al Club Vilana, convirtiéndose en su preparador. "Me levanto a las siete y media. Antes de desayunar hago gimnasia durante media hora. A partir de las nueve entreno y, por la tarde, también practico. Después juego al fútbol y al baloncesto para adquirir fuerza y rapidez en las piernas", explicaba Arantxa, hablando de lo que era una de sus jornadas. Acompañada siempre por su madre y con el respaldo de su padre, que se había puesto a trabajar a media jornada para poder dirigir la carrera tenística de sus hijos, Arantxa empezó a destacar en los torneos infantiles en los que participaba, asombrando por su potencia al golpear a la pelota y por su capacidad para llegar a todas las bolas pese a su baja estatura. En 1985, se proclamó campeona de España absoluta, convirtiéndose en la tenista más joven -tenía 13 años- que lo conseguía. A esa edad tuvo sus primeros premios: un coche Panda y un reloj que le regaló Juan Antonio Samaranch. Aquel año, la familia tomó una decisión fundamental en su vida: Arantxa dejaría los estudios, excepto el inglés, para ir a vivir a Marbella, donde entrenaría a las órdenes del holandés Eric van Harpen. Pero la primera época en aquella escuela, donde sólo se hablaba alemán, fue durísima para ella, hasta el punto de que llegó a escaparse en una ocasión "cogiendo prestada" la motocicleta del cocinero.

Tenista profesional con apenas 15 años

Hasta su traslado a Marbella, la joven había estudiado en el Centro Cultural Casa Nostra, una escuela mixta de carácter religioso, donde hizo amigos que todavía conserva. En mayo de 1986, tras siete meses de intensos entrenamientos en Marbella, entró en el circuito internacional profesional y empezó a ganar dinero, de cuya administración se encargaba su padre. Pocos meses después llegó a la final del Open de Argentina, aunque perdió ante Gabriela Sabatini, y, en 1988, fue derrotada en la final de Tampa por Chris Evert, una de las tenistas a las que Arantxa más admira.

El 10 de junio de 1989, en París, se convirtió en una fecha inolvidable para la barcelonesa, ya que, con 17 años y ocupando la décima posición en el "ranking" de la WTP, dio la sorpresa al imponerse en la final a la entonces número uno, Steffi Graf, y se adjudicó su primer Roland Garros. "Ganarlo a esa edad es como tocar el cielo, pero hacerlo frente a la número uno del mundo supera todo lo que uno pueda imaginar", escribe la extenista en "Arantxa ¡Vamos!", el libro de memorias que publicó y que provocó una fuerte polémica por las acusaciones que en él vierte contra su familia. A la inmensa alegría por la victoria de entonces, se sumó un regalo muy especial para ella: un cachorro de Yorkshire, que le regaló Pastas La Familia, la primera empresa que la patrocinó, y a la que puso el nombre de Roland.

En los años siguientes, la tenista también triunfó en dobles, especialmente cuando empezó a formar pareja con la aragonesa Conchita Martínez. Juntas se alzaron con la medalla de plata en dobles femeninos en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. La rumorología aseguraba que tenían una pésima relación fuera de la pista, pero Arantxa afirma que siempre fueron buenas amigas. En 1994, la barcelonesa conquistó su segundo Roland Garros, siendo felicitada personalmente por los Reyes de España, que vieron el partido. "¡El Rey me dio dos besos fortísimos y la Reina me dio tal abrazo que parecía que yo fuera su hija! Para mí fue tan emocionante que se me puso la piel de gallina", explicó días después.

El periodista Joan Vehils, su primer marido

Aunque lo mantuvo en secreto durante más de un año, en 1994 la tenista había iniciado un noviazgo con el periodista deportivo catalán Joan Vehils, que cubría los partidos de tenis para Antena 3. Pero no todo eran cosas positivas y el año se cerró con mal sabor de boca para la deportista, ya que Hacienda inició un proceso contra ella, reclamándole impuestos impagados entre 1989 y 1993. Durante esos años, Arantxa había fijado su residencia en Andorra, pero la Agencia Tributaria española consideraba que no había pasado los 183 días anuales preceptivos en aquel país, por lo que debía tributar en España. El contencioso entre ambas partes se alargaría más de 15 años y, en el 2009, el Tribunal Supremo estableció que Arantxa debía pagar una cantidad que ascendía a más de 3 millones de euros.

En las pistas, no obstante, la pequeña de los Sánchez Vicario siguió encadenando una victoria tras otra. En 1994, ganó el Open de Estados Unidos y, un año después, llegó a las finales de Wimbledon y Roland Garros, en las que fue derrotada por Steffi Graf. Estos éxitos la llevaron, en febrero de 1995, a ocupar durante tres meses el número uno del ranking de la WTP. El mismo año, también lideró la lista en la categoría de dobles, convirtiéndose en la segunda jugadora de la historia que se encontraba al mismo tiempo en lo más alto de ambas clasificaciones. A pesar de sentirse inmensamente feliz por este hecho, la tenista confesaba que sus triunfos la habían obligado a renunciar a muchas cosas. "Siempre he echado de menos mi infancia, porque ha sido un periodo de mi vida que no he podido disfrutar como cualquier otra niña. Y ahora, la verdad es que tampoco puedo disfrutar al 100% de mi juventud, porque, si realmente quiero seguir ocupando un lugar como el que ahora tengo en el tenis, tengo que dejar de lado muchas cosas. Yo no puedo salir con mis amigos por las noches, ni dispongo de tiempo para estudiar una carrera", explicaba.

Premio Príncipe de Asturias de los Deportes

Siendo parte del equipo español de la Copa Federación (el equivalente femenino de la Copa Davis), Arantxa saboreó la victoria en cinco ocasiones: 1991, 1993, 1994, 1995 y 1998. Con 26 años, ganó por tercera vez Roland Garros, imponiéndose a Mónica Seles en la final. Por esta victoria y por la ingente cantidad de éxitos conseguidos, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1998. En julio de 1999, la tenista hizo público su compromiso matrimonial con Joan Vehils y anunció que pasarían por el altar antes de su participación en los Juegos Olímpicos de Sydney del 2000. "No quiero que la boda afecte a mi carrera. En ningún momento mi futuro en el tenis dependerá de mi matrimonio, siempre he intentado mantener al margen el tenis de mi vida privada", declaraba. La pareja se dio el "sí, quiero" el 21 de julio del 2000 en los jardines del castillo de Sant Marçal de la localidad barcelonesa de Cerdanyola del Vallès. Más de 500 invitados asistieron al enlace, al que no faltaron famosos y personalidades políticas como el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, o la infanta Pilar y su hijo Bruno Gómez-Acebo en representación de la Familia Real.

Retirada del tenis en noviembre de 2002

A los 10 meses de la boda, Arantxa emitió un comunicado en el que anunciaba el fin del matrimonio. "Quiero manifestar que, después de seis años de mantener una excelente relación con Joan, he decidido estar un tiempo sola", aseguraba. Separada, la tenista compaginó el tenis con la actividad solidaria que había emprendido años antes. Colaboraba con la Fundación Enriqueta Villavecchia, que trabaja con niños enfermos de cáncer, y con la Fundación Sánchez Vicario, creada por su familia y destinada a la ayuda de jóvenes tenistas sin recursos.

En verano del 2001, se la relacionó sentimentalmente con su nuevo entrenador, Antonio Hernández, su primera pareja tras su ruptura. Aunque no lo hizo público hasta un año después, por aquel entonces en la mente de Arantxa ya rondaba la idea de dejar el tenis. Una lesión sufrida en el 2000 mermó sus condiciones físicas, y, tras meditarlo mucho, decidió abandonar la competición. Lo comunicó en una rueda de prensa el 12 de noviembre del 2002, poco antes de cumplir los 31 años. "Nadie mejor que uno mismo conoce cuando ha llegado el momento, por mucho que te den consejos", declaró entre lágrimas, remarcando que era ella quien había tomado la decisión unilateralmente. "Ha llegado el momento de decir adiós y de empezar a pensar en mí misma. A partir de hoy lucharé por ser feliz y útil a la sociedad como una ciudadana más. Ahora empieza una nueva vida para mí. Me he sentido una privilegiada en todos los sentidos. No puedo pedir más", aseguró la ya extenista.

Retirada de la competición, Arantxa incrementó sus actividades solidarias y empezó a ser imagen pública de una conocida firma de joyería y complementos. Siguió vinculada al tenis haciendo de comentarista en Televisión Española y como directora deportiva del torneo Barcelona Kia. Tras romper con Antonio Hernández, salió con otro entrenador, Javier Rius, que después sería sustituido por otro joven, Jorge, hasta que en el 2007, llegó a su vida Pep Santacana. La pareja se conoció en una cena en casa de unos amigos y el flechazo fue inmediato. Pocos meses después, se fueron a vivir juntos y, en el 2008, decidieron formalizar su relación. Tras el anuncio de la segunda boda de la tenista, empezaron a surgir rumores sobre el precario estado financiero de su futuro esposo y se temió que el enlace no se celebrara, pero la extenista aseguró conocer los problemas de su prometido y siguió adelante con la boda, que se celebró el 12 de septiembre en el Castillo de Perelada, en la provincia de Girona, con la presencia de su familia, aunque se rumoreaba que Santacana no era muy del agrado de los Sánchez Vicario.

"Ser madre, el mejor partido de mi vida"

Apenas unos meses después de la boda, Arantxa hizo público que esperaba su primer hijo. La pequeña Arantxa vino al mundo el 27 de febrero del 2009 en la Clínica del Pilar de Barcelona. "Ni Roland Garros ni Wimbledon. Nada me ha dado tanta satisfacción como ser madre. Ese sí que ha sido el mejor partido de mi vida", declaró la excampeona. Encantada con la maternidad, repitió experiencia y, el 28 de octubre del 2011, dio a luz a su segundo hijo, Leo. "Así es mi vida en la actualidad: la de una madre dichosa y la de una esposa enamorada dedicada en cuerpo y alma a los suyos, que encuentra la razón de la existencia en el día a día de una familia bien avenida y feliz", escribe Arantxa, que además es capitana del equipo español de la Copa Federación.

En febrero de 2012 publicó su autobiografía Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, donde acusó públicamente a sus padres de controlar en exceso su vida y dinero, y de arruinarla por su mala gestión económica (incluyendo el fijar su residencia en Andorra). También acusó a sus padres de quedarse con todo el dinero que ganó, arguyendo que su hermano Javier tenía más dinero y propiedades a pesar de haber ganado mucho menos dinero durante su vida. Su madre, Marisa Vicario, calificó dichas acusaciones como "falsas", al tiempo que acogió con dolor y sufrimiento las mismas

Sin embargo, años después pidió perdón públicamente a su familia por esas acusaciones, achacándolas a manipulaciones por parte de su segundo marido.



martes, 4 de enero de 2022

Antonio Mercero: Director de cine y realizador de series de televisión.

 


Antonio Mercero Juldain nació el 7 de marzo de 1936 en Lasarte, Guipúzcoa. Se crió solo con su madre porque, cuando tenía apenas 6 meses, su padre fue asesinado al principio de la Guerra Civil por comandos anarquistas que consideraron un enemigo a aquel hombre que trabajaba como jefe de personal de la fábrica local de Michelín. Los trabajadores de la empresa hicieron todo lo posible para que la madre entrara a trabajar allí y pudiera sacar adelante al pequeño huérfano. Aquella tragedia no marcó su carácter, y Antxon, o Txomin, como le llamaban, fue un niño alegre, que jugó muchísimo con sus amigos. En su infancia feliz en Lasarte tiene un lugar privilegiado el recuerdo de cuando, como él explicaba en una entrevista, "nos colábamos en el hipódromo y, con los papeles de las apuestas a la espalda, corríamos como si fuéramos caballos".

A los 13 años, se fue a estudiar con los Marianistas en un colegio de San Sebastián, pero en las vacaciones volvía siempre a Lasarte. Acabado el bachillerato, optó por cursar Derecho en la Universidad de Valladolid para satisfacer la ilusión de su madre de tener un hijo notario. En aquella ciudad castellana, hospedado en el Colegio Mayor de Santa Cruz, Antonio descubrió la magia del teatro y, sobre todo, del cine. Estudió, leyó y actuó de la mano del padre Martín Descalzo, agitador cultural y organizador de la Semana de Cine de la ciudad.

Actor e imitador en los festivales de su pueblo

La interpretación le caló tan hondo que, cuando volvía en verano a su pueblo, montaba festivales y se subía al escenario para hacer sketches y parodias, imitando a quien se pusiera por delante. Tenía mucha gracia actuando, pero lo que él realmente quería era explicar historias a través del cine. "El día que le dije a mi madre que no iba a ser notario sino que quería ser director de cine, ella se llevó un disgusto monumental. Tuve muchos problemas familiares por eso", recordaba en una entrevista el director, al que un cura del pueblo intentó convencer para que siguiera por los caminos del derecho en lugar del efervescente ambiente de la farándula. Educado y respetuoso, pero firme en su decisión, Antonio Mercero no dio su brazo a torcer, y después de un tiempo, consiguió entrar en la Escuela de Cine de Madrid, donde se diplomó como realizador en 1962. Su madre no pudo evitar emocionarse el día que proyectaron en el cine "Trotín Troteras", trabajo de fin de diplomatura que fue premiado en la Bienal de Arte de París. También estaba allí su novia, Isabel, con la que se casó en 1963, con la que ha tenido 6 hijos.

Su primer largometraje fue un gran fracaso

Después de trabajar como ayudante de dirección de Jorge Grau y Herald Reinl, hizo su primer cortometraje, "Lección de arte", que ganó la Concha de Oro del prestigioso Festival de San Sebastián y el galardón del Círculo de Escritores Cinematográficos. Aquellos premios le granjearon la posibilidad de dirigir su primer largo, "Se necesita chico". "Mi primera película fue un fracaso. No fue nadie a verla, vamos que no gustó y se me cerraron las puertas. Fue una lucha tremenda. Durante seis años lo pasé muy mal. Estuve a punto de tirar la toalla y hacer las oposiciones a notarías como quería mi madre. Era tremenda la sensación de haberme equivocado", aseguraba. Tuvo la suerte de que un amigo, Horacio Valcárcel, le consiguiera trabajo en el departamento de cine y publicidad del Instituto Nacional de Consumo, donde estuvo durante dos años. Tras un tiempo dedicado a guiones y publicidad, en 1969, rodó un corto titulado "La balada de los cuatro jinetes", que le brindó la Espiga de Oro del festival de Valladolid y, al poco, entró a trabajar en Televisión Española, donde hizo primero documentales y después series. La primera de ellas fue "Crónicas de un pueblo" (1971), a la que siguieron "Verano azul" (1982), "Turno de oficio" (1986) -con Juan Echanove como su alter ego- y, con la llegada de las televisiones privadas, dirigió para Antena 3 "Farmacia de guardia" (1991), cuyo capítulo final batió récords de audiencia que ninguna otra serie de ficción española ha podido superar. "Trabajar era una fiesta, una verdadera gozada. Éramos unos críos de 14 años y, en ningún momento nos levantó la voz, rodar con él era como un juego. Tenía mucha autoridad; si te decía que había que estudiar más, te ponías las pilas. En el fondo él mismo era un actor y le veías poniendo la cara del Piraña o de Tito para dirigirlos. Yo nací como actor gracias a él. Me enseñó que éste es un mundo de sueños donde se puede crear una realidad distinta y se puede hacer jugando", aseguraba en una entrevista Juan José Artero, uno de los actores adolescentes que encarnaron a los chavales de "Verano azul", protagonizada por Antonio Ferrandis, que se ha repuesto hasta siete veces en TVE y que tuvo también una enorme difusión internacional.

"La cabina", una obra maestra con Emmy

Pero antes de los "bombazos" que supusieron sus series, Mercero rodó una verdadera pieza obra maestra. Realizada en 1972, en formato de 30 minutos e interpretada por un inconmesurable José Luis López Vázquez, "La cabina" ganó un Emmy (los oscar de la televisión), una hazaña que ningún realizador español ha repetido. En aquel inquietante y desasosegador guión trabajó José Luis Garci. "La cabina" que para Mercero ha sido "su mejor película porque, a pesar del tiempo, sigue estando vigente", fue galardonada con el Premio de la Crítica Internacional de Montecarlo, el Premio Marconi de Milán y el Quijote de Oro al Mejor Director.

Los trabajos para televisión ocupan un importante espacio en la carrera profesional de Mercero, pero sus incursiones en la pantalla grande han dejado también una marca profunda en los aficionados al Séptimo Arte. En 1977, dirigió "La guerra de papá", un largometraje inspirado en la novela "El príncipe destronado", de Miguel Delibes, uno de sus novelistas favoritos. Protagonizada por Verónica Forqué y el niño Lolo García, la película supuso un taquillazo que le permitió estrenar, al año siguiente, "Tobi" también con Lolo y que iba de un niño al que le salían alas. En 1982, tras un paréntesis ocupado por el rodaje de "Verano azul", que le hizo descubrir la localidad malagueña de Nerja, Mercero volvió al cine con "La próxima estación", una pequeña joya no suficientemente valorada y protagonizada por Lola Herrera y Alfredo landa. Al año siguiente, dirigió la película infantil "Buenas noches, señor monstruo" y, en 1987, estrenó el largometraje "Espérame en el cielo", un delicioso filme sobre el supuesto doble del dictador Francisco Franco. A "El tesoro" (1988), basada en otra obra de Delibes, le siguió "Don Juan, mi querido fantasma" (1989). Su siguiente trabajo para la pantalla grande, "La hora de los valientes" (1998), con un anarquista como protagonista, dejó bien claro que Mercero es un hombre que no conoce el rencor. Excelente conversador, optimista, amante de la buena mesa, forofo de la Real Sociedad y con un sentido del humor que le hace reírse muchas veces al día, algunos de los que han trabajado con él le describen como "el niño que se hizo genio, pero que supo seguir siendo niño". Dotado de una paciencia infinita para dirigir a niños (un elemento que, con los animales, convertía un rodaje en un infierno según Hitchcock), Mercero siempre ha dicho de sí mismo que no es "un hombre de proyectos, sino más bien de realidades". Por eso y aunque el cine es su gran pasión, pone por delante a su familia. "La familia me equilibra. Soy un poco gallina clueca y quiero tenerles a todos bajo mis alas. Mi casa siempre está llena, nos juntamos muchos", explicaba cuando ya peinaba canas y malcriaba nietos.

El alzheimer, eje central de su último trabajo

Poseedor de una fórmula magistral para combinar dolor y ternura, Mercero llevó al cine el guión que Albert Espinosa escribió sobre los 10 años que pasó enfermo de cáncer. "Antes de cada día de rodaje, Mercero hablaba con una fotografía de de John Ford que tiene en su casa. Mercero le comentaba cómo iba a rodar la secuencia y le pedía consejo al maestro", contaba Espinosa, añadiendo que en su cine "siempre hay homenajes a 'Cantando bajo la lluvia' (su película favorita) y a los sonidos hechos con la boca (él hace sinfonías con sus carretes)". Mercero demostró su gran humanidad al hacer del alzheimer, enfermedad que sufre, el tema de su último trabajo: "¿Y tú quién eres?".

El 14 de febrero de 2010 Mercero recibió el Goya de Honor por los casi 50 años que este hombre, de 73, ha pasado tras las cámaras. Demasiado enfermo para asistir a la gala, mercero recibió en su casa el galardón, que después ha agradecido públicamente su familia.


lunes, 3 de enero de 2022

Antoni Tàpies: Uno de los grandes pintores contemporáneos

 


Antoni Tàpies i Puig nació el 13 de diciembre de 1923 en Barcelona en el seno de una familia burguesa, catalanista y culta. Su padre, Josep Tàpies Mestres, era un prestigioso abogado y su madre, María Puig Guerra, pertenecía a una familia de libreros y editores. Desde su más tierna infancia estuvo influenciado por la actividad política de su abuelo y por las personalidades de la cultura y el republicanismo catalanista más importantes del momento.

Tifus, fiebre de Malta y enfermo del corazón

Entre el 1926 y el 1932, pasó por varias escuelas de Barcelona, donde estudió primaria y, al igual que sus hermanos, enfermó de tifus. Tras el estallido de la Guerra Civil española, prosiguió sus estudios en el Liceo Práctico de Barcelona mientras, en sus horas libres, aprendía a pintar y dibujar de forma autodidacta. Gracias a la revista catalana "D'Ací i d'Allà", en la que había reproducciones de artistas de la talla de Picasso, Kandinsky o Miró, empezó a familiarizarse con el arte contemporàneo. Sus estudios de bachillerato se vieron interrumpidos por unas fiebres de Malta y un grave problema de corazón. "Fue uno de los golpes más duros de mi vida, me dieron casi por muerto y me llegaron a dar los últimos sacramentos", explicó en una ocasión. Se recuperó, aunque al poco tiempo sufrió una enfermedad pulmonar que le obligó a guardar reposo durante dos años en varios sanatorios. A los 21 años, ya restablecido y a instancias de su padre, empezó Derecho en la Universidad de Barcelona, donde hizo amistad con el poeta Jaime Gil de Biedma y el político y exdirector de RTVE Alberto Oliart. Pero, debido al influjo del poeta y crítico de arte Josep M. Junoy dejó la carrera y se dedicó al arte. Impresionado por la guerra y el lanzamiento de la bomba atómica, las primeras obras que realizó datan de 1946. Al año siguiente, descubrió en el cartón el soporte material más adecuado para su temperamento "porque su color es anónimo y como material permite la violencia. Podía rascarlo, frotarlo, destrozarlo y, al mismo tiempo, hacerlo vivir". Centró su interés en la tierra, la materia, el polvo y las partículas, que se convirtieron en los materiales que le gustaba emplear, ajenos a la expresión plástica academicista. En aquellos años conoció a las personalidades que más influencia tendrían en su obra: Dalí, Miró y el poeta Joan Brossa, con el que fundó la revista "Dau al Set", elemento fundamental en el aperturismo en el mundo del arte. En esos momentos sus dibujos mostraban su fascinación por el esoterismo, el jazz, los sueños o el simbolismo.

Artista abstracto con un estilo inconfundible

En 1950, hizo su primera exposición en solitario en Barcelona y se marchó a París becado por el Instituto Francés. En la capital gala conoció a Picasso y se familiarizó con el cubismo, el marxismo, el existencialismo y las vanguardias del momento, que le llevaron a convertirse en artista abstracto, con un estilo tan propio que resultó inconfundible desde el principio. En 1952, participó en la prestigiosa Bienal de Venecia y realizó varias muestras individuales. Especialmente importante fue la de Nueva York, en la galería de Martha Jackson, que se convertiría en su marchante americana hasta el fallecimiento de ésta. Al año siguiente, Tàpies usó una técnica llamada "mixtura" en la que mezclaba polvo de mármol con pintura al óleo con el objetivo de resaltar el carácter matérico de su obra. "Negro con macha roja" (1954) es uno de los cuadros hechos así.

El artista utilizó elementos tan diversos a lo largo de su carrera artística como la caligrafía, los signos y símbolos pertenecientes a su universo interior relacionados con la muerte o la sexualidad. Así, eran habituales en él el círculo ("Óvalo blanco", 1957), el cuadrado ("Puerta gris", 1958), el triángulo ("Forma triangular sobre gris", 1961) y, sobre todo, la cruz -latina, griega, en aspa o en forma de T, asociada a la inicial de su apellido-, que simbolizaba la meditación o el límite del conocimiento humano frente a la naturaleza o el espíritu.

Artista comprometido con la lucha social

A principios de los 50, se convirtió en el precursor de lo que los críticos llamaron "muros", al buscar la expresividad en los materiales más que en las formas y el color, y al usar en los cuadros tierras, incisiones o "collages". Nunca olvidó su compromiso social y en todas sus obras se plasmaban sus inquietudes nacionalistas, poéticas, políticas e intimistas.

Culto, reservado y apasionado por Oriente, en 1954 se casó con Teresa Barba, con la que tuvo 3 hijos: Antoni, Clara y Miquel. Uno de los elementos más representativos de su arte -la silla- surgió de un sueño de Teresa. "Me contó con emoción que había soñado que estaba sentada en una silla, que aparecía como elevada y suspendida en el espacio y a sus pies observaba briznas de paja, desperdicios y objetos rotos. Aquella imagen tan sencilla la plasmé en seguida en un cuadro", explicó sobre esta mujer fundamental en su vida y su obra, cuya etapa más importante fue a finales de los 50 y principios de los 60. De entonces es la obra más cara del pintor: "Blanc amb signe vermellós", de 1963, vendida por 1.14 millones de euros.

A principios de los 60 se compró una antigua masía en Campins, en el Montseny, donde instaló un taller, que simultaneaba con un gran espacio en su casa barcelonesa de Sant Gervasi. Antifranquista a ultranza y defensor del catalán -no renunció al acento abierto de la "a" de su apellido ni a ser Antoni-, firmó numerosos manifiestos y participó en muchas manifestaciones y actos contra el régimen de Franco. De semblante serio y distante, aunque tenía un gran sentido del humor, no tenía reparos en confesar que "me gusta ensuciarme cuando trabajo. Voy con el clima, con el buen tiempo. Cuando llega la primavera siento ganas de pintar. En verano puedo trabajar casi desnudo, me levantó muy temprano, trabajo en pijama y levanto mucho polvo. En otoño hago los encargos que tengo pendientes y en invierno, hiberno". Su gama cromática fue desde el colorido neutro con predominio de grises, negros, blancos y ocres, hasta tonos más vivos como amarillos, azules, rojos, naranjas y rosas. Artista polifacético, ha trabajado en pintura, escultura, serigrafía, tapices y mosaicos. Entre sus obras más representativas figuran "Homenaje a Picasso" (1990), "Nocturno y Gesto" (1995) y el cartel del centenario del Fútbol Club Barcelona (1999). Influido por el budismo, llegó a decir que "conocer el dolor hace que sus efectos atenúen y mejore la calidad de vida". Uno de los golpes más duros como artista se produjo en 1992 cuando el Museo Nacional de Arte de Cataluña le encargó una escultura. Tàpies propuso un calcetín roto de 18 metros de largo, pero la maqueta de la obra fue rechazada. Sin embargo, no renunció a ella y hace unos años instaló una versión más pequeña -sólo 2.75 metros- en la Fundació Tàpies -creada en 1990- donde comparte protagonismo con otra obra polémica, "Núvol i cadira", ubicada en el tejado de su sede.

Ni capilla ardiente, ni funeral ni homenajes

Los Reyes le otorgaron en el 2010 el título de marqués de Tàpies a este hombre que, a lo largo de su vida, ha obtenido los galardones más prestigiosos del mundo y cuya producción artística -cifrada en unas 8.000 piezas- está repartida por más de 100 museos y figura en las más prestigiosas colecciones privadas. Con la salud muy deteriorada a causa de dolencias cardíacas, intestinales y de la vista, su última aparición pública fue a finales de 2011 en la inauguración de la que sería su postrera exposición en la galería de su hijo. Tras una cortísima agonía, Antoni Tàpies falleció el pasado 6 de febrero de 2012 en su casa. Tenía 88 años y con su muerte se perdía uno de los más grandes artistas contemporáneos. Por expreso deseo de su familia y pese a que los elogios hacia el artista se extendieron por todo el planeta, no se instaló capilla ardiente, ni hubo funeral ni ningún otro tipo de homenaje institucional. Sólo se abrieron las puertas de la Fundació para que, quien quisiera, firmara en el libro de condolencias, llamamiento al que respondieron, con emoción contenida, miles de barceloneses.


martes, 14 de diciembre de 2021

Antonio Ozores: Uno de los maestros del humor surrealista español

 


Antonio Ozores Puchol nació el 24 de agosto de 1928 en Burjassot (Valencia). Sus padres, Mariano Ozores y Luisa Puchol, eran descendientes de varias generaciones de actores. Se casaron en 1920 y tuvieron tres hijos varones, José Luis, "Peliche" (1922), Mariano (1926), director y guionista clave en la etapa del "destape", y Antonio, que también siguió los pasos de sus padres y debutó, a los 8 años de edad, en un teatro de barcelona haciendo, en catalán, "Els Pastorets", y pasó su infancia de pueblo en pueblo con la Compañía de Comedias Cómicas Puchol-Ozores, con la que hizo numerosas comedias. En 1950, debutó en el cine con "El último caballo", al lado de Fernando Fernán Gómez, Conchita Montes y Julia Caba Alba. Sería la primera de las 168 películas en las que intervendría. En 1958, se casó con la también actriz Elisa Montes, hermana de Emma Penella y Terele Pávez, con la que tuvo a su única hija, Emma, nacida en 1966. Al poco, la pareja se separó, aunque no consiguieron el divorcio hasta 20 años después. La relación acabó tan mal que, en una entrevista, Ozores afirmó: "Afortunadamente me separé de Elisa hace más de 40 años. Lo único que me queda hacia mi ex mujer es rencor porque se portó muy mal con Emma y eso no se me podrá olvidar nunca". Pese a los problemas personales, el actor dejaba las penas en casa y se esforzaba por hacer reír a los demás, que era lo que más le ha gustado en la vida. De ahí, que a partir de los años 50 se especializara en registros cómicos, en los que su desgarbado porte y su hablar anárquico y surrealista, así como su capacidad para la improvisación se convirtieron en su marca de identidad artística.

En 1952, junto a su padre y sus dos hermanos, había publicado chistes en la famosa revista de humor "La Codorniz", dibujos que años después recuperó para estamparlos en camisetas, bolsos y joyas, lo que le ayudaba a redondear una economía en tiempos en los que ser actor no era sinónimo de riqueza.

Presentador del primer concurso de televisión

Durante su juventud, salió a menudo de parranda con otros actores como Paco Rabal o Fernando Fernán Gómez, con los que las juergas duraban hasta altas horas de la madrugada. Con su hermano José Luis presentó en 1956 "Piense, acierte y premio", considerado el primer concurso televisivo, y protagonizó la primera serie de TVE titulada "¡Qué felices somos!". En aquellos años en que se rodaba con poco presupuesto, Ozores llegó a trabajar hasta en tres películas a la vez. "Era tan duro y estaba tan cansado que me iba a un rodaje y me dormía. Al despertarme, preguntaba: '¿Qué película es ésta?', me decían el título y ya me hacía con ella", explicaba. Ahí quedarán para siempre títulos emblemáticos como "Manolo guardia urbano" (1956), "¡Cómo está el servicio!" (1968) o "El turismo es un gran invento" (1968), en los que trabajó al lado de los más grandes como Concha Velasco, Tony Leblanc, Gracita Morales, Pepe Isbert, o Paco Martínez Soria. Ya en la segunda fase de su carrera cinematográfica, a finales de los 70, participó en casi todas las películas de su hermano Mariano, actor y productor de muchas de las películas del destape y el "landismo".

Cuando su hija cumplió 11 años, se fue a vivir con él y, desde entonces, han sido inseparables. Con tanto trabajo le costó apañárselas para cuidarla: "Lo pasé fatal porque entre función y función iba a casa a hacerle la cena, la dejaba acostada, volvía al trabajo... Desde luego mi hija tiene un estómago a prueba de bombas porque comía todas las tonterías que yo le cocinaba. Así está ella de sana, fuerte y llena de vida".

Compartió su vida con Maribel Tello durante unos años, pero la relación también se deterioró y, tras la separación, decidió anteponer la risa al sexo y al amor. "La gracia de vivir en pareja es jugar. Por ejemplo, en la cama les hablo de usted y les propongo decir mentiras. Un día una mujer aceptó y le dije: 'Tienes un culo gordísimo y la celulitis te desborda por los lados de la silla'... ¡Me dio un bofetón y se enfadó! No lo entiendo", así era su sentido del humor. En 1983, debutó en la dirección con "Los caraduros" y actuó junto a Fernando Esteso y Andrés Pajares en la comedia "Agítese antes de usarla", pero fue en 1986 cuando logró sus mayores cotas de popularidad gracias al concurso "Un, dos, tres... responda otra vez", donde daba vida a un personaje que explicaba cosas sin pies ni cabeza con una peculiar y atropellada forma de hablar y donde hizo famosa la coletilla "No, hija, no". Repitió en el concurso de Chicho Ibáñez Serrador en el 2004.

Radio, libros y la gestión del teatro Arlequín

Otra de sus facetas más conocidas fue la radio. Trabajó con Luis del Olmo desde 1985 hasta 1994 en "El Estado de la Nación", espacio del programa "Protagonistas" junto a Mingote, Tip y Coll, Gila, Forges, Chummy Chúmez o Manuel Summers. Tras aparecer  por última vez en la gran pantalla en "El pelotazo nacional" (1993), se dedicó a escribir y dirigir obras de teatro -"Achipé, achipé" o "Mientes con todos tus dientes"-, editó varios libros -"La profesión más antigua del mundo" o "Antonio Ozores. Su autobiografía"- y, gestionaba junto a su hija el teatro Arlequín de Madrid, donde estrenó "El último que apague la luz". Le gustaba decir que era "un hombre muy vago. No quiero trabajar, aunque siempre tengo que hacerlo". El dinero le servía para completar la pensión de 810 euros que percibía, aunque él, con su estrafalario sentido del humor aseguraba que "como soy un señor mayor y he ganado mucho dinero, tengo para jamón de York y pan hasta que me muera".

Durante los últimos años su hija Emma se había convertido en su principal apoyo, la persona que le acompañaba a todas partes: "Es absolutamente anormal porque tiene una bondad innata, un gran sentido del humor, es muy buena gente y quiere a todo el mundo", decía de la joven, que ha seguido sus pasos, al igual que su prima, Adriana, hija del ya fallecido José Luis. En la faceta sentimental, Ozores bromeaba diciendo que esperaba "a una chica guapa, alta, de ojos claros, inteligente y más joven que yo. Pero como no llega, me quedo con mi perra, llamada No sé, a la que considero mi señora porque la quiero muchísimo. Creo que el perro y el hombre son los únicos animales que mueven el rabo cuando están contentos".

Un homenaje al que ya no podría asistir

Consciente de lo muchos homenajes que le estaban dando en vida -el 31 de mayo del 2010 le dieron, en el VII Festival de Cine de Alicante, el Premio a Toda una Vida, que ya no pudo recibir personalmente-, solía comentar que "he trabajado muchísimo y quedamos pocos, porque todos se han muerto. Me da igual cómo vaya a ser recordado porque como no voy a estar, que piensen lo que quieran". Durante muchos años se le denominó "el Groucho Marx español" y se le comparaba con Charles Chaplin, porque actuaba, escribía y dirigía.

El actor falleció al mediodía del 12 de mayo del 2010 en la Clínica Oncológica Anderson, de Madrid, tras perder una dura batalla contra el cáncer.


sábado, 20 de noviembre de 2021

Albano: Popular cantante italiano

 


Albano Carrisi nació el 20 de mayo de 1943 en Cellino San Marco, un pueblecito del sur de Italia. Fue el mayor de los dos hijos varones de un matrimonio de campesinos pobres formado por Iolanda Ottino y Carmelo Carrisi, quien, a raíz de combatir en el ejército italiano en Albania, le pidió a su mujer que llamaran a su primogénito Albano. Al pequeño le pusieron Franco. El gusanillo de la música le picó siendo un crío, cuando su padre le compró una radio y empezó a cantar los temas de Domenico Modugno y Claudio Villa. "Al acabar, la gente de la calle me aplaudía", ha recordado en alguna ocasión. A los 12 años, tras componer su primera canción improvisándola con la guitarra, les dijo a sus padres que se dedicaría al mundo de la música.

Albañil, operario metalúrgico y pizzero


A los 17 años, persiguiendo su sueño, dejó el instituto y se mudó a Milán. "Mi familia cortaba la uva y se la vendía a los latifundistas, pero cuando me fui, les dije a mis padres que un día volvería y construiría una bodega para ellos. Al principio no compartían que yo quisiese dedicarme a la música, pero los acabé llevando conmigo a todas las partes del mundo", comentaría años después. A su llegada a la gran ciudad, trabajó como albañil, operario metalúrgico y pizzero, mientras en sus ratos libres cantaba y componía. Cuando trabajaba en el restaurante Il Dollaro, frecuentado por celebridades, conoció al productor Pino Massara, que le ofreció hacer una prueba en su estudio, que buscaba nuevos talentos bajo la atenta mirada del célebre cantautor Adriano Celentano, a la sazón ídolo de Albano. Así, en 1965, grabó su primer disco, "La Strada", con el nombre artístico de Al Bano. Un año después, debutó en el Festival de la Rosa y empezó a componer canciones como "Io di notte", "Pensando a te" y "Acqua di mare", algunas de ellas incluidas en las películas que protagonizaba, pero su primer gran éxito fue en 1967 con "Nel sole". Precisamente en el rodaje de una película con ese mismo nombre conoció a la mujer de su vida, la norteamericana Romina Power. El romance entre los jovenes se fue fraguando, aunque a Linda Christian, la madre de Power, no le convencía.


En aquel momento, Al Bano era una de las voces más prometedoras de la música italiana y, en 1968, participó en el prestigioso Festival de San Remo, donde consiguió el premio a la mejor canción por "La siepe". Aunque Linda amenazó con no asistir a la boda, la pareja se casó el 26 de julio de 1970 en la iglesia de Caterine de Cellino San Marco, localidad donde fijaron su residencia. Su primer hijo, Ylenia, nacio en 1971 y, dos años más tarde, vino al mundo Yari Marco. En 1975, formaron el dúo Al Bano & Romina Power, con el que editarían 20 discos, participarían dos veces en Eurovisión (en 1976 con "We'll live it all again" y, en 1985, con "Magic oh Magic") y cinco en el Festival de San Remo (el tema que cantaron la primera vez que fueron, "Felicitá", en 1982, vendió más de seis millones de copias en todo el mundo.


Desaparición de Ylenia en Nueva Orleans


A lo largo de su carrera artística, Al Bano y Romina se convirtieron en una de las parejas pop más conocidas en Alemania, Austria, Francia, Europa del Este, Latinoamerica y, sobre todo, en España. En 1986, fueron padres de su tercer hijo, Cristel Chiara, y al año siguiente llegó Romina Iolanda. Para el mundo eran la pareja perfecta y la estampa de la felicidad, el equilibrio, el amor y la serenidad.


Con motivo del vigésimo aniversario de su boda, el cantante comentó que no había "secreto en nuestra felicidad, sólo se necesita mucho amor, comprensión y tener muy claro el concepto del matrimonio y de la familia. No creo que haya fórmulas para conseguir esto; si acaso, un diálogo inteligente. La mejor enseñanza respecto a esto la aprendí de mis padres, que llevan juntos más de medio siglo y no pueden pasar el uno sin el otro". En 1993, Al Bano demandó a Michael Jackson asegurando que el tema "Will you be there", del álbum "Dangerous", era una copia del suyo "I cigni di Balaka", publicado con anterioridad. Aunque seis años más tarde Jackson fue declarado culpable, en el 2001 fue absuelto.


Mientras la familia Carrisi al completo viajaba por EEUU rodando el documental "La América perdida", Ylenia Carrisi decidió quedarse ella sola en Nueva Orleans, donde el 6 de enero de 1994 desapareció misteriosamente. Según la investigación oficial, la joven se suicidó tirándose al río Mississippi, pero lo cierto es que el cuerpo nunca fue encontrado. La tragedia por haber perdido a su primogénita golpeó duramente al matrimonio y resquebrajó los cimientos de su relación. Mientras Al Bano se aferraba a su fe católica para entender la muerte de Ylenia, Romina se negaba a admitirlo y buscaba cualquier pista que la diera por viva. La magia que había vivido el matrimonio se perdió y, poco a poco, se fueron convirtiendo en dos extraños. La gota que colmó el vaso fueron las noticias falsas propagadas por numerosos investigadores y periodistas, en especial la difundida por Lydia Lozano quien, en Telecinco, aseguró que la joven vivía en la República Dominicana.


En 1996, Al Bano comenzó una carrera musical en solitario -el dúo había publicado ese mismo año su último disco, "Ancora... Zugabe"- con el tema "È la mia vita" que cantó, con éxito, en países como Rusia y Japón. En 1999, el cantante decidió separarse, profesional y personalmente de Romina porque para entonces ya no tenían nada en común. "Todo lo que hacía no le gustaba a ella y viceversa. Estar bajo el mismo techo se hacía cada vez más difícil. Ella hacía tiempo que seguía una cultura distinta a la mía. Tomaba drogas blandas, estaba sujeta a altibajos de humor. El único camino era la separación, que yo propuse y, después de algunos años, ella aceptó", explicó.


Loredana Lecciso, su segunda esposa


En el 2000, Al Bano rehizo su vida con la "showgirl" italiana Loredana Lecciso, casi tres décadas más joven y a la que conoció de una forma bastante particular: se habían visto varias veces a las puertas del colegio de monjas en el que estudiaban las dos hijas pequeñas del cantante, Cristel y Romina, y a donde Loredana iba a buscar a su hermana pequeña, compañera de Romina jr. Iniciada su relación, enseguida llegaron los bebés: Jasmine Caterina nació en el 2001 y Albano Giovanni, en el 2002. De puertas afuera todo parecía ir sobre ruedas, pero en la intimidad las cosas eran muy diferentes y, en el 2005, Loredana abandonó el hogar conyugal en Cellino San Marco cuando el cantante participaba en la República Dominicana como parte de reality "La isla de los famosos". Tras estas dos separaciones, Al Bano comprendió que "lo que sentí por Romina ha sido lo más intenso e indiscutible de mi vida y con Loredana Lecciso me faltaba la conexión con la música que me unía a mi primera mujer". Hace dos años, la aparente corrección que había entre el exmatrimonio y exdúo se rompió cuando Romina acudió a "Sálvame deluxe" y desveló aspectos secretos de su relación: "Al Bano me pegó una patada y algunas bofetadas. Era muy posesivo. Los hombres no podían ni mirarme y si yo miraba a un joven en la calle se enfadaba"; "No hubo maltratos graves, no me dejó cicatrices. Él no sentía amor, sino obsesión"; "Ylenia tenía un completo rechazo por su padre, no quería hablar con él"; "No pensaba que podría separarme de un hombre así, un dictador", fueron algunas de sus declaraciones. Al Bano no tardó en contestarle: "Es todo mentira, nunca la maltraté, jamás le pegué. Me siento como de otro mundo, esto carece de sentido y veracidad"; "Ella no vive la realidad"; "La he amado siempre y le mandaba rosas, ¿Esto es maltratarla?"; "Es la madre de mis hijos y absolutamente ha sido la mujer de mi vida". Tras aquellas duras acusaciones, el cantante sentenció: "El enfrentamiento con Romina me ha parecido incomprensible. Pero la guerra ya se terminó".

 

Embajador de la FAO y productor de vino


A lo largo de su carrera, Al Bano ha conseguido 26 discos de oro, 8 de platino, ha cantado 7 veces ante el papa Juan Pablo II, es embajador de buena voluntad de la FAO y se dedica en cuerpo y alma a sus viñedos. Empezó a cultivar vides en 1973 y, después de mucha paciencia y esfuerzo, ahora ya comercializa a nivel mundial tres estupendos caldos: Felicità, Platone y Don Carmelo. "Mi padre estaba seguro de que lo conseguiría. Siempre me decía: 'Eres terco como un mulo y si te empeñas en algo, no paras hasta conseguirlo'". Cumplidos los 70 años y tras haber superado un cáncer de próstata, Al Bano puede vanagloriarse de haber conseguido prácticamente todos sus sueños. 


Participó con la canción Nel perdono en el Festival de San Remo de 2007; allí se encontró con Romina Power después de diez años, aunque ya se habían visto en algunas ocasiones. En diciembre de 2016 fue operado del corazón tras sufrir dos ataques cardíacos cuando se encontraba realizando las pruebas para el concierto de Navidad en el Auditorio Conciliazione de Roma, cercano a la Plaza de San Pedro del Vaticano.. En Marzo de 2017 fue ingresado de urgencia tras sufrir una leve isquemia.


Alan Turing: Precursor de la informática moderna

 


Alan Turing nació el 23 de junio de 1912 en Londres (Gran Bretaña), pero fue concebido en Chatrapur, estado indio en el que su padre, el funcionario inglés Julius Mathison Turing, estaba destinado y donde vivía con su esposa, Ethel Sara Stoney. En Chatrapur pasó Turing, junto con su hermano mayor, John, los primeros años de su vida. Siendo muy pequeño, ya destacó por su inteligencia: aprendió a leer en tres semanas y se mostraba muy interesado por los números y los rompecabezas. La familia volvió a Gran Bretaña y, a los 6 años, el niño empezó su etapa escolar en el colegio Hazelhurst, donde dejó estupefactos a sus profesores por los conocimientos que poseía y la facilidad con que aprendía. Cuando le enseñaron a sacar la raíz cuadrada de un número, él solo dedujo cómo encontrar la raíz cúbica.

El duro golpe de la muerte de su primer amor

En 1926, cuando tenía 14 años, sus padres lo matricularon en la Sherborne School, una prestigiosa escuela-internado de Dorset. Como el primer día de curso coincidía con una huelga general, a Alan le dijeron que no podría trasladarse hasta el centro porque no habría transporte público. Pero como sus deseos de asistir a clase eran tan grandes, no dudó en recorrer en bicicleta los 95 kilometros que separaban su casa de la escuela, lo que le obligó a pasar una noche en una posada. Los periódicos de la época se hicieron eco de su tenacidad. En la nueva escuela, demostró un interés especial por las matemáticas y la ciencia y, a los 16 años, ya comprendía los planteamientos de Albert Einstein. Esto no fue del agrado de sus profesores, más partidarios de estudiar a los científicos "clásicos", pero, a pesar de ello, los responsables del centro reconocían que Turing tenía unas dotes muy por encima de lo normal.

En febrero de 1930, cuando tenía sólo 17 años, la vida le dio un duro golpe ya que Christopher Morcom, un compañero de clase de quien se había enamorado, murió de forma súbita tras contraer tuberculosis bovina a consecuencia de haber bebido leche de una vaca infectada. Esa pérdida hizo añicos la fe religiosa del joven, que se volvió ateo y estaba convencido de que todos los fenómenos, incluido el funcionamiento del cerebro humano, eran procesos materiales.

Terminados sus estudios en Sherborne, Turing aspiraba a entrar en el Trinity College de Londres, pero su falta de interés por los clásicos le hizo suspender los exámenes finales y acabó ingresando en el King's College, en Cambridge. Fue un estudiante solitario que mantenía relaciones sentimentales esporádicas con alguno de sus compañeros. Su historia con James Atkins, al que Alan comparaba con el desaparecido Christopher, fue la que duró más tiempo.

Turing se licenció en Matemáticas en 1934 y le ofrecieron un trabajo como profesor en el mismo King's College. Paralelamente, inició sus investigaciones sobre el "problema de decisión", una cuestión clave de las matemáticas que logró solventar y cuyas conclusiones publicó en 1936, en un estudio titulado "Sobre los números computables". Con ese trabajo sentó las bases teóricas de un cerebro electrónico capaz de ejecutar todas las operaciones matemáticas resolubles. Es decir, acababa de inventar la idea del ordenador. Con un aparato al que llamó "la máquina de Turing" creó el concepto de algoritmo computacional, que es la base del funcionamiento de todos los ordenadores actuales, y todavía hoy, tantas décadas después, es el objeto central de estudio en la teoría de la computación.

Espía durante la II Guerra Mundial


Tras dos años haciendo un doctorado en la Universidad de Princeton y trabajando con Alfonzo Church, toda una eminencia en Lógica, Turing volvió a Cambridge, donde asistió a las clases de Ludwig Wittgenstein, con el que chocó abiertamente por la diferente visión de las matemáticas que ambos tenían. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue reclutado por los servicios de inteligencia británicos para que descifrara los códigos secretos con los que se comunicaba el ejército nazi. Trabajó en Bletchlay Park, la célebre instalación militar, y casi en solitario logró descubrir cómo funcionaba Enigma, la máquina encriptadora creada por los alemanes, y, con sólo 28 años, diseñó la suya propia, Bombe, capaz de romper los códigos de Enigma y permitir a los aliados anticipar los ataques nazis. Su colaboración con los servicios de inteligencia no se ha conocido hasta ahora, coincidiendo con los 100 años de su nacimiento.


Máscara antigás contra su alergia al polen


En Bletchley Park, Alan dio muestras de su excéntrico carácter: combatía su alergia al polen primaveral llevando una máscara antigás y encadenaba su taza de café al radiador porque estaba convencido de que se la robarían. Cuando estaba desanimado, abrazaba su oso de peluche; aseguraba que su película favorita era "Blancanieves y los 7 enanitos" (1938) y había días en los que ni se vestía, poniéndose el abrigo sobre el pijama si tenía que salir al exterior. Apasionado por el deporte, le gustaba salir a correr porque le ayudaba a pensar, y participó en diversos maratones. En los años en los que trabajó para los servicios de inteligencia, inició un noviazgo con la matemática Joan Clarke, a quien le reveló su homosexualidad. Ella no creyó que eso fuera un impedimento para casarse pero, finalmente, fue el científico quien rompió la relación.


Acabada la guerra, Turing comenzó a trabajar en el Laboratorio Nacional de Física hasta que fue nombrado director de computación de la Universidad de Manchester, donde desarrolló el "software" del Manchester Mark I, uno de los primeros ordenadores que se comercializó. En 1950 publicó el artículo "Máquinas de computación e inteligencia" donde concibió el Test de Turing, base de los partidarios de la inteligencia artificial y la robótica. Ese test intenta probar que si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, es inteligente, e, incluso, sensible. Aunque ninguna máquina ha podido superar el Test de Turing, éste tiene actualmente aplicaciones como la detección de "spam" ("mails" basura).


En enero de 1952, Turing conoció en un cine de Manchester a Arnold Murray, un joven de 19 años. Congeniaron e iniciaron un romance que terminó cuando Alan descubrió que Arnold había pagado a un cómplice para que robara en la vivienda del científico. Denunció los hechos y, durante la investigación, tuvo que reconocer su homosexualidad, que entonces era un delito en Gran Bretaña. Como condena le permitieron elegir entre un año de prisión o someterse a un tratamiento hormonal destinado a reducir su líbido. El matemático eligió la castración química y, durante un año, le inyectaron estrógenos que le hicieron crecer pechos, aumentar de peso y le dejaron impotente.


Muerto al morder una manzana envenenada


Sus problemas con la justicia provocaron que el gobierno británico le prohibiera trabajar para sus departamentos. Cada vez más deprimido y solo, Turing centró sus estudios en la Biomatemática, pero el 8 de junio de 1954 su empleada doméstica encontró el cuerpo sin vida del científico, que tenía 41 años. La autopsia reveló que había muerto por envenenamiento con cianuro y la investigación concluyó que se trataba de un suicidio ya que se encontró una manzana mordida cerca del cadáver de Turing, a la que, al parecer, él mismo habría inyectado la sustancia letal. No obstante, la madre del matemático siempre creyó que se trató de un accidente por el poco cuidado de su hijo con los productos químicos con los que experimentaba.


Tras su muerte, el considerado padre de la informática actual recibió numerosos reconocimientos por parte de sus colegas y, en 1966, se constituyeron los Premios Turing, galardón anual que podría equipararse al Nobel en el campo de la informática. En el 2009, el entonces primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, pidió públicamente disculpas por el trato que se le había dispensado al insigne científico.


Hollywood ha realizado una película sobre el matemático, protagonizada por Leonardo di Caprio.



 


viernes, 19 de noviembre de 2021

Adele: Cantante pop británica

 





Adele Laurie Blue Adkins nació el 5 de mayo de 1988 en el barrio londinense de Tottenham. Fue la única hija habida de la relación de Penny Adkins, que tenía 18 años cuando nació la niña, y Mark Evans, que las abandonaría cuando la pequeña contaba 3 años. Aunque Adele siguió viendo a su progenitor, su relación siempre ha sido algo distante. Desde pequeña fue una niña muy alegre que nunca se sintió sola. "Tenía 30 primos que vivían cerca de casa. Iba a verlos y siempre estaban peleándose. Luego volvía a casa, a mi habitación ordenada, con juguetes que no estaban rotos y no tenía que pelear por mi Barbie. Tenía lo mejor de ambos mundos", ha explicado. A los 4 años ya le encantaba cantar y, sobre todo, imitar las voces y coreografías de su grupo favorito: las Spice Girls. "Daba pequeños conciertos en mi habitación para mi madre y sus amigos. Mamá se ocupaba de la parte artística y movía todas las lámparas para que me iluminaran mientras ellos se sentaban en la cama para verme", explica en su web.

A los nueve años, la madre de Adele, que trabajaba como profesora para adultos, tuvo que mudarse a Brighton, llevándose a su hija con ella. También las acompañó el marido de su madre, al que Adele siempre ha llamado papá. En 1999, la familia regresó a Londres y la niña vivió uno de los momentos más dolorosos de su vida con la muerte de su abuelo materno, John Adkins, al que estaba muy unida.

Fascinada por la voz de la cantante Pink

Mientras estudiaba secundaria, Adele se interesó por el Rythm&Blues y escuchaba a artistas como las Destiny's Child o Aaliyah. A los 14 años, asistió a un concierto de Pink en la Brixton Academy, experiencia que la fascinó: "Nunca antes había oído a nadie cantar en directo de aquella manera. Fue increíble". Terminada la secundaria, se matriculó en la Brit School os Perfoming Arts de Croydon, centro que tiene entre sus famosos exdiscípulos a Amy Winehouse y KateNash. Allí, Adele reafirmó su decisión de dedicarse profesionalmente al mundo de la música. En la Brit School, una de las personas que más influyeron en ella artísticamente fue su vecina de cuarto, Shingai Shoniwa, cantante del grupo The Noisettes. "Solía oírla a través de las paredes y su voz y su música me hicieron desear ser autora y no sólo cantar las canciones de las Destiny's Child", ha declarado. Según sus compañeros, Adele era una chica divertida, ingeniosa y extrovertida, con una voz prodigiosa. Para ayudarla, sus amigos crearon, en el 2006, una página en MySpace donde colgaron algunas de las canciones que Adele había grabado para un trabajo de clase.

Pocos meses después de que sus temas llegaran a Internet, la joven, que acababa de graduarse, recibió una llamada de la discográfica XL Recordings, proponiéndole una entrevista de trabajo. Adele pidió a una amiga que la acompañara porque nunca había oído hablar de esta compañía. Los directivos y la cantante llegaron a un acuerdo para que la británica grabara su primer álbum, que Adele eligió llamarlo "19", la edad que tenía entonces. Inspirándose en los recuerdos de su infancia en Tottenham, la cantante compuso el primer sencillo, "Hometown Glory", que se publicó en octubre del 2007.

Traumática ruptura con su primer novio

El disco "19", que salió al mercado en enero del 2008, se convirtió en un éxito de ventas y, en pocas semanas, Adele pasó a ocupar el número 1 de las listas. Cuatro meses después, debía iniciar una gira por Estados Unidos pero la suspendió repentinamente alegando  problemas personales. Tras una dolorosa ruptura con su novio, la joven quiso aislarse del mundo y no ver a nadie. "Ahora no puedo creer que hiciera eso. Fui tan desagradecida... Además , estaba bebiendo demasiado porque ésta era la base de mi relación con él", ha contado. Tras meses sumida  en esa crisis, se prometió dejar la bebida y recuperar la normalidad.

En octubre del 2008, Adele intervino  en EEUU en "Saturday Night Live", emisión que consiguió la mejor audiencia del programa en 14 años. Los dos temas que interpretó cautivaron al público estadounidense convirtiéndose, al día siguiente, en los más descargados en iTunes. En los Grammy del 2009, la británica estuvo nominada en las categorías de mejor artista revelación y de mejor actuación femenina de pop, pero no se llevó ninguno de los premios. A lo largo de ese año, la cantante alternó los conciertos promocionales de su disco con actuaciones benéficas, que tenían como objetivo recoger fondos para los colectivos más desfavorecidos.

A lo largo del 2010, Adele trabajó intensamente en el que fue su segundo disco "21", cuyas canciones nacieron del trance que le supuso la ruptura con su novio, cuya identidad nunca ha desvelado. "Aún le quiero. He sacado un disco de él. Le he usado yo más a él que él a mí", dijo, confesando que por ese amor lo hubiera dejado todo: "Ahora estaría cantando en la ducha, pero sí... hubiese renunciado a mi carrera, a mis amigos, a mis aficiones..."

Ventas millonarias

Entre las influencias musicales más destacables de su segundo disco se encuentra el country, que Adele conoció por el conductor del autobús en el que realizó su gira por el sur de EEUU. El disco, que salió en enero de 2011 en el Reino Unido y poco después en el resto del mundo, se colocó en el número 1 en casi una veintena de países. En un mes, vendió dos millones de copias de este trabajo, que contiene "Rolling in the deep", uno de sus temas más logrados. En el mes de noviembre, la joven se convirtió en la primera artista europea que vendía más de un millón de copias en iTunes. Hasta la fecha, "21" ha alcanzado los 18,1 millones de ejemplares, cifra que lo convierte en el disco más vendido de lo que llevamos de siglo.

Mientras saboreaba el éxito de su segundo trabajo, Adele recibió la noticia de que debía ser operada de la garganta tras serle detectado un pólipo benigno en las cuerdas vocales. La cantante se vio obligada a cancelar todos los conciertos que le quedaban ese año y no reapareció hasta febrero del 2012, cuando actuó en la gala de los premios Grammy, ceremonia en la que se coronó como la gran triunfadora al llevarse seis galardones, entre ellos, el de mejor disco del año (por "21"), mejor canción ("Rolling in the deep") o mejor interpretación de pop solista por "Someone like you".

Retirarse de la música por amor a su pareja

A principios del 2012, Adele sorprendía anunciando que se retiraría durante cuatro o cinco años para que su carrera no interfiriera en la relación que mantiene con Simon Konecki, un empresario 13 años mayor que ella, pero pocos días después se desdecía de sus declaraciones a través de su blog. El éxito de la cantante provocó que un fotógrafo francés asegurase que tenía un vídeo comprometedor de la artista manteniendo relaciones sexuales. Han trascendido fotos, con primeros planos de Adele, pero ningún tipo de imágenes, lo que hace pensar que podría ser un montaje.

A lo largo de su corta pero intensa carrera, la artista ha tenido que escuchar muchos comentarios sobre su figura como el de, por ejemplo, el diseñador Karl Lagerfeld, que la tildó de "gorda". Un comentario que no pareció afectarla y aseguró que "me encanta la comida y odio ir al gimnasio. No quiero estar en la portada de "Playboy" o "Vogue", quiero estar en la de "Rolling Stone", pero lo cierto es que empezó a hacer dieta y practicar Pilates para perder unos kilos. Mujer de carácter fuerte, Adele, que ya se ha comprado una gran casa con lo que ha ganado, no dudó en hacer una "peineta" cuando en los Brit Awards le quitaron el micrófono por extenderse demasiado en su alocución tras ser premiada. Ahora su nombre suena como la artista que podría cantar el tema principal de la nueva película de James Bond.


Al Pacino: Uno de los grandes actores de Hollywood

 


Alfredo James Pacino nació el 25 de abril de 1940 en el East Harlem de Manhattan (Nueva York, EEUU). Su padre, Salvatore Alfredo Pacino, tenía sólo 17 años cuando se casó con su madre, Rose Gerard, de 22, y el matrimonio se divorció cuando el pequeño Al apenas había cumplido 2 años. Salvatore se enroló como soldado, mientras que Al y su madre se mudaron al barrio del Bronx para vivir con sus abuelos maternos -oriundos del siciliano pueblo de Corleone- en un pequeño apartamento que compartían con dos ancianas tías sordas. Cuando dejó el Ejército, Salvatore (al que todos conocían como Sal) se instaló en Covina (California). Allí abrió un restaurante, en el que solía animar a sus clientes cantando y actuando. Dotado de un gran atractivo, Sal Pacino volvió a casarse en cuatro ocasiones más, matrimonios de los que nacieron cuatro hijas: Josette, Roberta, Paula y Desirée. La ausencia de su padre, con el que no tuvo mucha relación durante la infancia, marcó a Al, dándole un punto retraído y tímido a su carácter, aunque su abuelo materno, James, fue para él un gran referente. Gracias a su madre, con la que cada sábado iba al cine, Pacino descubrió hasta qué punto le gustaba el cine y la facilidad que tenía para imitar a los actores en su forma de hablar y de gesticular. Tan bien lo hacía, que en su casa le apodaban "el actor". Tras ser rechazado por el Ejército debido a su baja estatura (mide 1,65), dejó los estudios y la casa de sus abuelos y se matriculó en las clases de Arte Dramático de la High School for Perfoming Arts. Para costeárselas, trabajó en empleos tan diversos como mensajero, limpiador, conserje o recitando poesías en la calle para luego pasar el sombrero. Abrirse camino le fue extremadamente duro, sobre todo, porque su madre, que enfermó gravemente, no podía ayudarle en nada. Su precariedad económica le obligó a dormir en más de una ocasión en la calle o a las puertas de los teatros.

Empezó a hacer sus primeras obras en sótanos de Nueva York y luego se unió a la Herbert Bergdof Studio, donde conoció a su amigo y mentor, el actor Charles Laughton, su principal apoyo cuando le detuvo la policía por un error y su gran consuelo cuando en 1962 murió su madre. Rose tenía sólo 43 años y no pudo ver a su hijo convertido en una de las más influyentes estrellas de Hollywood. Al año siguiente, la tragedia volvió a golpearle, ya que falleció su abuelo. A pesar de la tristeza, en 1966 consiguió pasar las pruebas de admisión del prestigioso Actor's Studio, donde estudió en el mismo curso que Dustin Hoffman, con el que se dice que desde entonces mantiene una gran rivalidad. Allí ya se vio que aquel joven de mirada penetrante y cuerpo menudo tenía futuro como actor.

Coppola le convenció para hacer "El Padrino"

Su debut en Broadway fue en 1969 con "Does the tigre wear a necktie?", con la que consiguió un premio Tony, y ese mismo año apareció en la pantalla grande en "Yo, Natalie", película que pasó sin pena ni gloria, por lo que volvió a los escenarios. En una de esas representaciones le vio Francis Ford Coppola, que preparaba una nueva película sobre la mafia y le ofreció el papel de Michael Corleone. "Yo no me veía en el papel, no creía en mis posibilidades, estaba inseguro, pero Coppola me convenció y acepté", recuerda el actor, en el que tampoco creían los productores de la cinta, que hubieran preferido a Robert Redford o Jack Nicholson. Contra todo pronóstico, su excelente trabajo en "El Padrino" (1972) le consagró como intérprete, con una nominación al Oscar como mejor actor secundario. No lo ganó, pero su nombre dejó de ser anónimo. Pacino estaba encantado porque había trabajado con su ídolo, Marlon Brando, de quien dijo que "es como de otro planeta, un planeta donde sólo surgen grandes actores. Es imposible trabajar con él y no sentirse influenciado. Su forma de actuar es la que más ha influido en mi carrera". En el rodaje conoció a Diane Keaton, con la que vivió un romance que, con altibajos, duró 15 años. En los 70, protagonizó tres de los filmes más importantes de su carrera y que le reportaron tres nominaciones a los Oscar: "Serpico" (1973), "El Padrino II" (1974) y "Tarde de perros" (!975), donde hacía de un ladrón de bancos gay en un momento en que la homosexualidad era tabú en Hollywood. Ese papel, junto con el de "A la caza" (1980), donde interpretó a un policía que se disfrazaba de homosexual para descubrir a un asesino en serie, estuvieron a punto de costarle su carrera.

Convertido en una gran estrella, en lo personal seguía siendo bastante introvertido y desconfiado, "excepto con mi familia y amigos, pero con el tiempo tuve que ir aprendiendo a bajar la guardia porque soy una persona con una gran necesidad de afecto", según ha comentado este hombre que canalizaba su ansiedad fumando hasta cuatro cajetillas diarias y bebiendo. "A veces es difícil asumir el éxito y en la bebida encontré el coraje que necesitaba. Fue una tontería y me arrepiento de ello, pero en aquel momento fue mi tabla de salvación. Con respecto a la fama, a veces me encantaría convertirme en una mosca y desaparecer", confesó hace unos años al revelar que había dejado el alcohol y el tabaco.

Muchos romances y padre de tres hijos

En 1983, protagonizó la aclamada "Scarface", mientras sentimentalmente seguía sin estabilizarse. Tras sus fracasos amorosos con las actrices Jill Clayburgh, Marthe Keller, Debra Winger o Ellen Barkin, encontró la estabilidad con la profesora de Arte Dramático Jan Tarrant, con la que en 1989 tuvo a su primera hija, Julie Marie. "Disfrutaba muchísimo jugando con ella, contándole cuentos y dándole un beso de buenas noches. Cuando su madre y yo nos separamos, nuestra relación no cambió y nos veíamos a menudo. Tenemos muy buena química entre los dos", ha explicado. En 1990, protagonizó "El Padrino III" e intervino en "Dick Tracy" y, dos años después, le dieron el Oscar al mejor actor por "Esencia de mujer", en la que daba vida a un teniente coronel ciego y jubilado. Director de tres películas -"The local stigmatic", "Looking for Richard" y "Chinese Coffee"-, en 1996 recibió un homenaje a toda su carrera en el Festival de Cine de San Sebastián y ese mismo año se emparejó con la actriz Beverly d'Angelo, que le convirtió en padre de los gemelos Anton James y Olivia Rose. De nuevo separado en el 2003 (un año después de la muerte de su padre), se refugió en el trabajo. En el 2004, recibió un Globo de Oro por "Angels in America" y el 14 de abril de 2010 estrenó su trabajo "You don't know Jack", un telefilme en el que encarnaba al Doctor Muerte. A la presentación le acompañó su novia, la argentina Lucila Polak, 36 años menor que él y con la que no piensa casarse  porque Pacino nunca se ha casado.

Sus últimos trabajos son "Son of no one" (2011), un drama policíaco, y la comedia "Jack & Jill" (2011) en la que aparece como él mismo.

El 13 de febrero de  2012 el presidente Obama le impuso la Medalla de las Artes. El presidente quiso rendir homenaje al actor por su contribución a la cinematografía del país, también como director, por ser "una figura emblemática y duradera" y participar en "una de las décadas más interesantes del cine estadounidense, la década de 1970".

"Su intensidad como actor fue perfeccionándose en el escenario, bajo la tutela de Lee Strasberg y se ha convertido en uno de los artistas estadounidenses más destacados y exitosos".