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domingo, 17 de octubre de 2021

Carmen Cervera: Baronesa Thyssen

 


María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra nació el 23 de abril de 1943 en Barcelona. Fue la benjamina de los tres hijos de Enrique Cervera, ingeniero industrial según algunas fuentes y, según otras, mecánico de coches, y María del Carmen Fernández, ama de casa. Tita, como la llamaban en casa, no conoció a su hermana mayor, Gloria, fallecida de niña por una neumonía. Cuando tenía 5 años, sus padres se separaron y ella y su hermano, Guillermo, se instalaron con su madre en un piso de la zona alta de Barcelona. Estudió en el Liceo Francés y, tras dos años en un internado de Madrid, estuvo en L'Estonac, un centro de religiosas, donde protagonizó la siguiente anécdota: "Me encantaba Esther Williams y su película 'Escuela de Sirenas' por lo que, durante un permiso de fin de semana, lucí un bañador en las piscinas del Turó Park de Barcelona contraviniendo las normas de las monjas. Me castigaron y mamá me cambió de colegio".

Concurso de belleza

Abierta, divertida y coqueta, Tita pasaba los veranos en Los Arcos, localidad navarra de donde era originaria la familia de su madre. Con 14 años tuvo su primer novio, Manuel Pierre, de 24 y que, al no tener dinero ni una elevada posición social, no encarnaba el ideal de hombre que doña Carmen ansiaba para su hija, por lo que la obligó a cortar por lo sano. Mientras perfeccionaba su inglés en Londres, una amiga le enseñó un recorte sobre un concurso de belleza y a Carmen le pareció una buena posibilidad para convertirse en estrella. Un jurado presidido por Luis Miguel Dominguín, la duquesa de Alba y Natalia Figueroa la eligió "Miss España" en 1961. Después, quedó tercera en "Miss Europa" y, antes de presentarse a "Miss Mundo", viajó hasta Long Beach (California) para participar en "Miss Internacional Beauty", donde conoció a algunos de sus ídolos cinematográficos como Frank Sinatra, Dean Martin o Sammy Davis Jr.

"Marilyn Monroe era pequeñita y bellísima"

Pero sería el recuerdo de Marilyn Monroe el que dejaría mayor impronta en ella: "De adolescente coleccionaba sus fotos y, de repente, tenía al mayor 'sex-symbol' de la historia ante mí. Recuerdo que Sinatra me estaba contando un chiste, que no entendí y debía de ser algo subido de tono, porque ella se enfadó y le dijo: '¿Por qué le cuentas esos chistes verdes? No la perviertas. Parece una chica buena e ingenua'. Marilyn era pequeñita, parecía una sirena, llevaba un traje de lamé plateado y era bellísima".

Tras quedar tercera en "Miss Mundo", el destino de Carmen estaba a punto de cambiar. Durante las Navidades de 1962, cuando viajaba con su madre desde Roma hacia Gstaad (Suiza), donde su hermano estudiaba, vieron en el aeropuerto al actor estadounidense Lex Barker, famoso por haber sido Tarzán en la pantalla grande. Doña Carmen la instó a que le pidiera un autógrafo y ella, nerviosa y con vergüenza, simuló que se lo pedía para una amiga. El actor le dijo: "Te lo doy pero, a cambio, me has de dar tu teléfono". Horas después, en pleno vuelo, Tita escribió en su diario:"Aquí, entre las nubes, acabo de conocer... a mi marido". Después de las fiestas navideñas y pese a la diferencia de edad -ella tenía 20 y él, 46-, se vieron en Barcelona e iniciaron un romance que el 6 de marzo de 1965 acabó en boda. Tras la ceremonia, que tuvo lugar en Ginebra, Tita se convirtió en la quinta señora Barker. El matrimonio se instaló en Los Ángeles y pasaron a ser figuras habituales en las fiestas de Hollywood. Dos años después, Alfonso de Hohenlohe les propuso que se compraran una mansión en Marbella (entonces centro emergente de la jet-set), pero al final adquirieron un terreno en Sant Feliu de Guíxols (Costa Brava), donde se construyeron una casa que llamaron Mas Mañanas. Parece ser que Lex no quería que su mujer hiciera cine, pero Tita participó con él en una película -"Mister Dynamit", 1967- y le acompañaba a todos los rodajes. La única pena de la joven era que, desde el principio, Lex le había dejado claro que ya tenía tres hijos y no quería más. El padre de Carmen Cervera murió en 1971, sin que, según se recoge en el libro "Carmen Cervera. La baronesa", de Teo Lozano y Goya Ruiz, aquella fuera una gran pérdida para ella porque estaba muy distanciada de su progenitor, al que veía muy poco.

Dos años después, saltó a la prensa la noticia de que Tita y Lex se iban a separar porque el matrimonio iba de mal en peor y ella ya no aguantaba el carácter celoso y controlador de su marido. Pero el divorcio no llegó a producirse porque el 11 de mayo de 1973 el actor falleció en Nueva York, víctima de un infarto fulminante.

Espartaco Santoni, un "playboy" que la cautivó

Con sólo 29 años, Tita se convirtió en viuda de Barker y heredera de su fortuna tras litigar con los hijos del actor. Enseguida encontró consuelo en Kirk Kerkorian, el multimillonario dueño de los estudios MGM que quería convertirla en estrella de Hollywood. Pero el todopoderoso productor no logró su propósito, porque en el camino de Carmen Cervera se cruzó Espartaco Borja Santoni, un actor y productor venezolano de 38 años que desplegó todos sus encantos para seducirla. Y lo consiguió. A Carmen le encantó aquel hombre atractivo, divertido y amante de la juerga, pero a su madre no le gustaba Santoni, sabedora de que había dilapidado la fortuna de sus anteriores mujeres -Tere Velásquez y Marujita Díaz-. Aún así, la pareja contrajo matrimonio el 28 de febrero de 1975 en Nueva York. Tampoco a Kerkorian le gustaba aquel matrimonio de Tita y había intentado disuadirla, asegurándole que Santoni no le convenía. Lo cierto es que le acabó dando problemas ya que, cuando cumplieron un año de casados, Espartaco fue encarcelado por presunta estafa y falsedad de documentos. Tita pagó la fianza, se arruinó y le embargaron hasta los muebles pero, pese a los consejos maternos, siguió unida a Santoni. Probó de nuevo suerte en el cine y, en 1977, protagonizó "Objetivo:matar", en el que hizo su primer desnudo cinematográfico, destape que completaría con un posado ligera de ropa para "Interviú". Pero, al año siguiente, llegaría su segundo divorcio. Según dijo Tita en una entrevista, "me enteré de que el matrimonio era nulo porque Espartaco era bígamo al seguir casado con Tere. Me lo dijo el juez que nos casó, Di Falco, que era amigo mío". Sin embargo, los hijos de Santoni, muerto en 1998 de un cáncer, aseguran que tal bigamia nunca existió.

Borja, el hijo que llevó sus apellidos

Soltera de nuevo, Kerkorian volvió a desplegar su multimillonario encanto y la citó en Marbella con intención de volverla a conquistar. Tampoco esta vez lo consiguió. A través de su amiga Paula Patier -que años después la traicionaría vendiendo las fotos de Tita desnuda y embarazada a la revista "Interviú"- conoció a Manolo Segura, un exitoso publicista al que tildaban de "playboy" por haber tenido romances con Ursula Andress y Raffaella Carrá. Lo suyo parecía ir en serio, pero cuando Manolo supo que Tita se había quedado embarazada, rompió la relación. Así, el 24 de julio de 1980, Carmen dio a luz a su hijo, Borja Alejandro, como madre soltera. En aquel momento, hubo un montón de rumores sobre la identidad del padre y, aunque Tita dijo entonces quién era, las dudas persistieron durante años.

La maternidad se convirtió en su prioridad, aunque no le impidió vivir varios romances, como el que mantuvo con el ginecólogo de las famosas Adolfo Abril -aquel romance si disgustó a Doña Carmen-, o con el actor estadounidense Al Pacino. Pero fue en agosto de 1981 cuando la vida de Tita cambió para siempre. Estaba en Mas Mañanas cuando recibió una invitación de la familia Davidoff, dueños de la conocida marca suiza de productos de lujo y amigos suyos desde su matrimonio con Lex Barker, para que pasara con ellos unos días en Cerdeña. Fue allí donde se conocieron Tita y Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, magnate industrial, propietario de la mayor colección privada de arte del mundo y uno de los hombres más ricos de Europa. El multimillonario austríaco estaba a punto de divorciarse de su cuarta mujer, la brasileña Denise Shorto, y quedó prendado de aquella hermosa rubia que, según después diría, "estaba radiante, viva, desbordando alegría y simpatía". El romance estaba servido: Tita se quedó más días en Cerdeña y después acompañó al barón a Nueva York para visitar una exposición. Los rumores se difundieron enseguida por España, donde el productor José Frade -ex de Norma Duval- le ofreció trabajar en la película "El primer divorcio", dirigida por Mariano Ozores y que sería su última aparición en cine. Durante los dos siguientes años estuvo desaparecida de la escena pública para reaparecer después en las revistas del corazón de la mano del barón. Heini estaba tan enamorado que, antes de casarse, adoptó como hijo a Borja. La ceremonia se celebró el 16 de agosto de 1985 en el espectacular castillo inglés de Daylesford, propiedad de Heini. Con posesiones en todo el mundo, los recién casados se instalaron en Villa Favorita, una mansión suiza del siglo XVII que albergaba la impresionante colección de arte de la familia. En cuanto la nueva baronesa -que en 1986 fue coronada Lady España, título que la encumbraba como reina de la "beautiful people" española- supo que la colección Thyssen dejaría Villa Favorita, influyó en su marido para que fuera a España en lugar de a Inglaterra, ya que el príncipe de Gales había demostrado un gran interés.  Gracias a la labor del ya fallecido Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz y cuñado del rey Juan Carlos, en 1988 el entonces ministro de Cultura, Javier Solana firmó el contrato de préstamo de la colección. Años después, su sucesor, Jorge Semprún, refrendó el contrato de venta.

Diamantes, mansiones, avión privado y yate

Desde que se casaron, los Thyssen acapararon las portadas de la prensa rosa europea y se convirtieron en anfitriones de las fiestas más glamurosas que se celebraban en todo el mundo. Los diamantes brillaban en el cuello de Tita, sus trajes de alta costura eran referente para miles de mujeres y su elevado tren de vida -ocho mansiones repartidas por el mundo, un yate y un avión privado- provocaba la envidia de muchos. Pero los ricos también lloran y, en febrero de 1992, Tita recibió uno de los golpes más duros de su vida con el fallecimiento de su madre, uno de los pilares de su vida. Ocho meses después, se inauguró oficialmente el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid, con la asistencia de los Reyes de España.

Tita estaba encantada con su ritmo de vida, aprendía sobre arte, había comenzado su propia colección privada y, sobre todo, le estaba dando a Borja todos los caprichos, algo que nunca fue del agrado de los otros cinco hijos del barón. En 1997, ocurrió lo que muchos habían vaticinado años antes: estalló la guerra de los Thyssen, cuando Georg, primogénito de Heini, se enfrentó a su padre para controlar el holding familiar, valorado en 3.100 millones de euros, y éste le demandó por malversación de fondos. A partir de ese momento, Tita supo proteger sus intereses y los de Borja y luchó contra quien se pusiera por delante. Francesca, la única hija del barón, se posicionó del lado de Georg y manifestó: "La Cenicienta no se ha escrito por casualidad. El síndrome de la madrastra malvada ha destruido un sinnúmero de familias". Pero Tita hacía oídos sordos a palabras que consideraba necias, sonreía y posaba con la familia como si no pasara nada. De puertas adentro, las cosas eran muy diferentes y los gastos en abogados eran considerables. Aquel duro enfrentamiento familiar empezó a minar la delicada salud de Heini, que ya había sufrido varias apoplejías. En cada reportaje fotográfico, el barón aparecía más alicaído y sus ingresos hospitalarios eran cada vez más frecuentes. A duras penas caminaba y casi no hablaba, aunque era normal oírle repetir que "Tita ha sido una de las mejores enfermeras que he tenido y la única mujer que me ha querido de verdad. Más allá de mi dinero". El 14 de febrero de 2002 se firmó el "Pacto de Basilea", nombre que se le puso al acuerdo tras la guerra familiar iniciada unos años antes. Georg, Francesca, Lorne, Alexander y Borja se repartieron la herencia del barón en vida. Al hijo de Tita le correspondieron 620 millones de euros y 30 cuadros. El 27 de abril de ese mismo año, Heini falleció de un ataque al corazón en la mansión de Tita en Sant Feliu y fue enterrado en el castillo familiar de Landsberg (Alemania). "Le quise tanto que sé que llegará un momento en que, fuera del espacio y del tiempo, nos volveremos a reunir", comentaba la baronesa tiempo después.

Madre de dos hijas por vientre de alquiler

Tita encontró refugio en sus obras de arte y en su hijo, a quien intentaba inculcar su pasión por el arte. Pero el joven, como cualquier chico de su edad, prefería despilfarrar el dinero divirtiéndose y Tita tenía miedo de que cayera en manos de alguna cazafortunas. Así las cosas, Borja, de 17 años, conoció en un desfile a Blanca Cuesta, una aspirante a modelo de 22. Iniciaron un romance y, en principio, la relación de Tita con esta joven barcelonesa fue excelente. Algunas fuentes aseguran que la baronesa le pagó una operación de aumento de pecho y era normal verles juntos por Barcelona, Marbella, Ibiza o disfrutando de la Semana Santa andaluza. La alegría parecía completa cuando, en el 2006, la baronesa adoptó a sus dos hijas mellizas, María del Carmen y Sabina, nacidas de un vientre de alquiler en Estados Unidos. Pero las cosas se torcieron cuando Borja y Blanca anunciaron que estaban esperando un hijo y que iban a casarse. La ceremonia tuvo lugar en una iglesia de Terrassa (Barcelona) en octubre del 2007 sin que la baronesa se dignase asistir. Cuatro meses después, en enero del 2008, nació Sacha en una clínica de Barcelona. La llegada del primer nieto de la baronesa pareció limar asperezas, a pesar de que Tita le reclamó a su hijo que se hiciera las pruebas de paternidad. Cuando ésta se confirmó, Carmen declaró: "Acepto los resultados de las pruebas y estoy muy contenta por los tres, pero no tengo por qué pedirle disculpas a nadie", añadiendo, para echar más leña al fuego del conflicto: "Me sorprendió el embarazo de Blanca porque hoy hay medios para evitarlo". No hay constancia de que Tita haya conocido a su segundo nieto, Eric, nacido en agosto del 2010, ni al tercero, Enzo, nacido en octubre del 2012.

Contra el abandono de animales y la tala de árboles en Madrid

Además de su pasión por el arte, la baronesa, que tiene 24 perros, es una firme defensora de los derechos de los animales -en especial de las mascotas abandonadas- y medioambientales, lo que la llevó, en el 2007, a manifestarse públicamente contra la tala de 700 árboles del paseo de Recoletos de Madrid. En el 2009, negó que tuviera una relación sentimental con Javier Báñez, que había sido profesor karateka de su hijo. En marzo del 2011, se inauguró el Museo Carmen Thyssen de Málaga, apadrinado por el actor malagueño Antonio Banderas, y en mayo Borja llevó a su madre a los tribunales reclamándole parte de una herencia. Así, la tormenta entre madre e hijo no parece amainar. Tita intentó parar, sin éxito, la producción de la serie "La baronesa" en la que tres actrices -Esmeralda Moya, Mar Regueras y Silvia Tortosa- interpretaban su vida.


lunes, 19 de julio de 2021

Amparo Muñoz: Actriz y ex "Miss Universo"

 


Amparo Muñoz Quesada nació en la localidad malagueña de Vélez-Málaga el 21 de junio de 1954. Fue la primogénita de los seis hijos del matrimonio formado por Manuel Muñoz, profesor de Carpintería Metálica, y Juana Quesada, ama de casa. Hasta los 7 años, la criaron sus padrinos, que no habían tenido descendencia y se ofrecieron a hacerse cargo de la niña para descargar de trabajo a su madre, que tuvo los primeros tres embarazos muy seguidos.

Durante su adolescencia, fue testigo de una grave crisis en la relación de sus progenitores. "Papá siempre fue muy independiente, muy de ir por libre, sobre todo cuando los hijos éramos pequeños. Con tanto ir y venir, cuando yo tenía 12 o 13 años, el matrimonio de mis padres se tambaleó. Por primera vez en mi vida, comprobé lo delgada que puede ser una pared cuando dos personas están discutiendo en el dormitorio de al lado", relató en su libro de memorias, que tituló "La vida es el precio". Tras un ultimátum de la propia Amparo, su padre cambió de actitud y se volcó en la vida familiar.

Dejó los estudios muy joven para, con unos cursos de taquigrafía y mecanografía, emplearse como auxiliar administrativa en el diario "Sur". En el verano de 1973, cuando tenía 19 años, el director del rotativo la llamó a su despacho para hacerle un ofrecimiento que la sorprendió: quería que se presentara a la elección de "Miss Costa del Sol", concurso de belleza del que era promotor. Pese a la oposición de sus padres, aceptó y ganó el certamen. Poco antes, había roto con Antonio su novio desde los 14 años.

Máximo Valverde, su primer amor famoso

Tras conseguir su primer título de belleza, ganó también el concurso de "Miss España". "Al día siguiente decenas de periodistas se agolpaban en el aeropuerto. Me temblaban las piernas. Era una niña. No había salido nunca sola de mi casa. Las preguntas eran ingenuas, absurdas: ¿cuál es tu color favorito? ¿qué te gusta comer? Los "flashes" me desconcertaban. Me sentía desorientada, perdida...", recordaba de esa experiencia. Al poco de ser elegida la mujer más guapa de España, el productor José Luis Dibildos le hizo su primera oferta para ser actriz, un trabajo que le atraía muchísimo. Debutó ante las cámaras en "Vida conyugal sana", película a la que le siguieron otros títulos de cine de destape como "Tocata y fuga de Lolita", "Sensualidad" o "Clara es el precio". En el ambiente cinematográfico, conoció al actor Máximo Valverde, que se convirtió en su novio.

Unas medidas perfectas

En Enero de 1974, participó en el certamen de "Miss Europa 1973", donde proclamarse Segunda Dama de Honor le permitió representar a España en "Miss Universo", concurso que se celebró aquel mismo verano en Filipinas. Pese a sus extraordinarios ojos verdes y sus medidas perfectas (90-60-90), Amparo no estaba entre las favoritas y le sorprendió alzarse con el cetro. "El presentador imprimió mucho suspense a la proclamación. Durante esos segundos, dejé la mente en blanco. Al oír el nombre y la ovación, pensé que la ganadora había sido la galesa. Me adelanté hacia ella para cogerle el ramo de flores y volver al grupo, pero me detuvieron los abrazos del resto. En ese momento, comprendí que era la nueva "Miss Universo", declaró.

El título incluía un férreo contrato que la obligaba a viajar por todo el mundo para participar en todos los actos publicitarios que quisiera la organización, cuyos responsables redactaron una nueva biografía de Amparo porque consideraban la suya poco atractiva para una "miss". El ritmo de trabajo era tan agotador que la joven se desmayó en un par de eventos. Los  médicos le recomendaron reposo, pero apenas si la dejaron descansar un par de días. Tras seis meses de reinado, se sentía tan manipulada que decidió renunciar al título. A pesar de que la amenazaron con hundirla profesionalmente por incumplir su contrato, Amparo siguió con su carrera cinematográfica en España. Y fue en 1976, rodando "La otra alcoba", cuando conoció al cantautor vasco Patxi Andión, por el que se sintió atraída desde que interpretaron la primera escena de amor. "Me quedé prendada de aquella mezcla de deseo y sentimiento que no tenía nada que ver con los besos que había recibido hasta ese momento", declaró. Se enamoraron y se marcharon a vivir juntos. A los tres meses, se casaron por la Iglesia el 16 de mayo de 1976 en la navarresa ermita de Andión, tierra natal del novio.

Apenas un mes después de su boda, Amparo supo que estaba encinta. Se trataba de un embarazo extrauterino y el ginecólogo le recomendó que hiciera reposo, pero, a pesar de las precauciones, perdió el bebé a los cuatro meses. Sumida en una profunda depresión, Amparo, de 22 años, no encontró en su marido el consuelo y el respaldo que esperaba y las discusiones empezaron a ser frecuentes. "Siempre me decía que yo no era una buena actriz y que lo único que buscaban los directores de mí era mi físico, que saliera en pelotas", relató en sus memorias.

Un corto matrimonio con Patxi Andión

Su decisión de volver a trabajar en el cine, a lo que se oponía Patxi, agravó la crisis en su matrimonio y, un año y medio después de haber pasado por el altar, la pareja decidió separarse, aunque no se divorciarían hasta 1983. Tras su separación, Amparo pasó por un bache económico, del que salió gracias al dinero que ganó por posar desnuda para "Interviú". Por aquel entonces, empezó una relación sentimental con el director y productor Elías Querejeta, quien le facilitó su intervención en títulos de importancia como "Mamá cumple cien años", de Carlos Saura, o "Dedicatoria", de Jaime Chávarri, actuaciones que llamaron la atención de otros directores, tanto en España como en México. Rodando allí "El tahúr" tuvo un romance con el actor mexicano Tomi Farkas, lo que supuso su ruptura con Querejeta. Tras otra aventura con un piloto, se quedó embarazada, pero abortó. De regreso a Madrid, en 1981, un día recibió la visita de Flavio Labarca, un empresario chileno al que había conocido en una fiesta en México. "Quién iba a sospechar que un hombre tan atento, tan cariñoso, tan diferente a los que había conocido hasta entonces me haría descender hasta el abismo", declaró. En un viaje a Venecia, Labarca le propuso probar heroína mezclada con cocaína. Amparo lo hizo por curiosidad, pero no tardó en habituarse y la droga empezó a cambiarle el carácter y la vida. En Filipinas, donde fijó durante algunos años su residencia, tuvo problemas con la justicia cuando la denunciaron por haber agredido físicamente a la jefa de producción de una película en la que trabajaba porque ésta había llamado "calvo" a Flavio. La condenaron a cuatro años de prisión, que no cumplió porque ya no se encontraba en el país. Poco después de ese incidente, en 1983, viajó con Labarca a Bali donde se casaron por el rito balinés, unión sin validez en España. La estabilidad conyugal sólo duró unos meses y el "matrimonio" se separó en 1984.

Aunque ella siempre negó que hubiera sido adicta a las drogas, sí reconoció que era consumidora de heroína, sustancia que le ayudaba a sobrellevar la profunda soledad que sentía en la década de los 80. Por aquel entonces, vivió un tierno idilio con Antonio Flores, al que conoció rodando "El balcón abierto". Sus padres la llevaron a Málaga para que se desenganchara, pero volvió a recaer a su vuelta al trabajo. En 1987, fue detenida en Barcelona -rodaba "Vidas privadas"- comprando heroína en una redada antidroga. "Mi suerte estaba echada. Droga y Amparo Muñoz empezaron a ser dos términos estrechamente relacionados", aseguró.

En 1990, se rumoreó que la ex "miss" estaba al borde de la muerte en un hospital madrileño a causa del sida. Ella misma se encargó de desmentir que estuviera enferma, pero algunos medios apuntaron que toda la historia podía haber sido un montaje impulsado para cobrar por aparecer en el programa "La máquina de la verdad". Este episodio la afectó profundamente y, para superarlo, fue vital el papel de su pareja Víctor Rubio, al que había conocido unos meses antes. "Me proporcionó no sólo cariño y comprensión: levantó un muro que me defendió de todos los ataques que, sin merecer, empecé a recibir", afirmó.

Vendió la exclusiva de su tercera boda

En la primavera de 1991, Amparo sufrió una pancreatitis aguda y la factura del hospital subió más de un millón de pesetas (6.000 euros). Como no tenía dinero para hacerle frente, decidió vender la exclusiva de su boda con Víctor. Pero tanto su tercer marido como ella consumían droga, por lo que las discusiones entre la pareja eran tan habituales como violentas. Otro punto de desencuentro fue que Víctor no trabajaba y Amparo tenía que acarrear con todos los gastos. Para salir a flote, se deshizo de gran parte de los inmuebles que había ido adquiriendo a lo largo de su carrera. Pero la convivencia se hizo insostenible y, en 1993, el matrimonio se separó.

Tras pasar una larga temporada en la Costa Brava, donde aseguró que había dejado de consumir droga, Amparo Muñoz retomó su faceta de actriz en 1996 con las películas "Licántropo", de Paul Naschy, y "Familia", de Fernando León de Aranoa. En 1998, a los 43 años, inició una relación sentimental con el fotógrafo Daniel Tortajada, 19 años más joven, con el que convivió hasta principios del 2001 cuando los mareos y las sucesivas migrañas que padecía le hicieron sospechar que sufría una enfermedad grave. Los médicos le confirmaron que tenía un tumor cerebral y una malformación arterial en las proximidades del cerebelo y que podía morir en cualquier momento. Pese al riesgo que suponía la intervención, en el 2003 decidió operarse. La recuperación fue lenta y con muchas complicaciones.

En el 2005, con 51 años, tras publicar sus memorias se retiró a vivir a Málaga, donde permaneció alejada de los medios de comunicación. Una de sus últimas entrevistas fue en el programa de "La noria", en el que se la vio ya bastante deteriorada. A principios del año 2011 se tomaron una imágenes suyas en las que se apreciaba que debía caminar con ayuda y que se expresaba con bastante dificultad. Aunque no hubo ninguna información al respecto, los síntomas indicaban que podría haberse producido una recaída en la enfermedad. Alejada de las cámaras que tantas veces habían captado su excepcional belleza, Amparo Muñoz murió a los 56 años el 27 de febrero en su casa malagueña. Siete años antes había pronunciado una frase que resultó premonitoria: "Salí de casa con 18 años y volví, enferma, a morir entre los míos".