Mostrando entradas con la etiqueta India. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta India. Mostrar todas las entradas

martes, 3 de agosto de 2021

Pramod Karan Sethi: Médico creador del "pie de Jaipur", la prótesis de los pobres

 


Pramod Karan Sethi nació en 1927 en Varanasi, ciudad del norte de la India. Su padre era un eminente físico, discípulo del premio Nobel R. Radam del que Pramod heredó unas creencias basadas en los ideales de Gandhi, ideales de justicia que el férreo sistema de castas negaba a sus compatriotas. Perteneciente a una familia acomodada que daba mucha importancia a la educación, Sethi contó con recursos económicos para hacer Medicina, estudios que finalizó en Gran Bretaña. Tras doctorarse, volvió a su país donde empezó a trabajar como profesor  de cirugía en el Sawai Mansingh, un gran hospital de la ciudad de Jaipur, conocida entre los indios como "la ciudad de los médicos"

Sethi se convirtió en cirujano ortopédico sin buscarlo, casi por casualidad. Una inspección en el hospital obligó a la institución a crear un departamento de fisioterapia del que le hicieron responsable.

En realidad, el "departamento" era una pequeña habitación, sin apenas recursos, al que llegaban cientos de tullidos y discapacitados. La mayoría lo eran por haber estado enfermos de polio, pero también había amputados por accidentes de tráfico o en trenes, los que habían nacido sin piernas por alguna enfermedad congénita o aquellos a quienes la lepra les arranca alguna de sus extremidades. El denominador común de todas aquellas personas era su discapacidad y su extrema pobreza. "En un hospital público como éste, un taller ortopédico no era considerado una prioridad -explicó en una ocasión Sethi-, pero no tenía sentido seguir operando a mis pacientes de polio si luego no podía llegar a la meta, que era hacerlos caminar de nuevo. Solo se podían conseguir aparatos  protésicos en Bombay, y mis pacientes no tenían medios. Regresaban a sus aldeas y de nuevo adquirían malformaciones o deformidades. Mis operaciones eran un ejercicio de pura futilidad", pero el hospital público no quería destinar fondos a hacerles más fácil la vida a los parias amputados.

Ayudado por un artesano y escultor

Así fue como Sethi, un hombre serio, modesto y muy trabajador, empezó a darle vueltas y más vueltas  a cómo podía ayudar a sus pacientes, demasiado pobres para poder comprar prótesis occidentales. Su encuentro con el artesano y escultor Ramachandra Sharma, que en la década de los años sesenta se convirtió en su ayudante, fue definitivo para que pudiera conseguir su objetivo. Viendo a un hombre arreglar un neumático pinchado, Sharma tuvo la idea de utilizar caucho. El primer diseño fue una prótesis de pie demasiado pesada y rígida, así que decidieron modificarla y utilizar una pieza rígida para los dedos y un caucho esponjoso especial para el talón. Tras muchas pruebas -porque no había ningún trabajo sobre el que se pudieran basar- y momentos de desaliento en los que estuvo a punto de abandonar, en 1969, nació una prótesis a la que llamaron el "pie de Jaipur", en honor a la ciudad. Para entonces, este médico de tez cetrina y pelo prematuramente plateado, ya se había casado y era padre de cuatro hijos, un varón y tres chicas.

Ya perfeccionada, la prótesis estaba hecha a partir de diferentes tipos de goma, madera y aluminio. El invento no se patentó, era fácil de producir y su coste era de solo apenas 4 dólares por pie (poco más de 3 euros) por lo que su uso se extendió por todo el mundo, especialmente en países pobres y con muchos amputados por guerras como Afganistán, Camboya, Irak, Kenia, Bangladesh o Nicaragua, entre otros. En cada uno de esos países, los materiales utilizados se ajustaban a lo que había disponible. Por ejemplo, en Afganistán -la nación con el mayor número de mutilados en el mundo- algunos artesanos han usado restos de artillería y, en Camboya, se emplea la goma de los neumáticos viejos. Extremadamente ligero y pensado para poder utilizarlo sin zapato, "el pie de Jaipur" es una prótesis a prueba de agua y los que la usan pueden llevar una vida totalmente normal: ponerse en posición de cuclillas, correr o montar en bicicleta. "Solo bastaba con bajarse del pedestal y hablar con los amputados para darse cuenta de que hasta entonces habíamos usado una prótesis que correspondía al estilo de vida occidental. Estaba concebida para gente que usa zapatos y los indios pobres, el 90 por ciento de los habitantes de este país usan chanclas o van descalzos y viven en el suelo. Pasan mucho tiempo en cuclillas o con las piernas cruzadas o caminando sobre superficies irregulares. En definitiva, con el pie torcido. La prótesis inglesa estaba diseñada para gente cuyo pie está siempre en ángulo recto, gente que vive en lo que llamo cultura de silla", explicaba Sethi.

Aplaudido en un Congreso Ortopédico

En 1971, Sethi se sintió suficiente seguro de la eficacia de su prótesis para presentarla a un Congreso Internacional Ortopédico, celebrado en Oxford (Gran Bretaña), donde los especialistas quedaron impresionados por la eficacia y durabilidad de la prótesis, que solo tiene el inconveniente de que no puede ser aplicada a las personas amputadas por encima de la rodilla. Costó lo suyo que la Cruz Roja -desbancando las fortísimas presiones de las multinacionales occidentales ortopédicas- incorporara estas prótesis efectivas y baratas a personas amputadas en zonas de conflictos armados.

Después de que Sethi ganara un premio internacional en 1981 por el invento, su relación con Chandra se distanció hasta el extremo de que dejaron de verse. El artesano, que trabaja desde 1972 en una clínica de Jaipur que distribuye gratis cientos de prótesis, aseguró que se sentía engañado por no haber obtenido parte del dinero que correspondía al premio.

Considerado una personalidad en su país

Pramod Karan Sethi fue considerado en su país como una gran personalidad por el servicio prestado a la población más pobre, y su prótesis está disponible en más de 25 países del mundo. Falleció el día 13 de enero de 2008, a la edad de 80 años y sin haber dejado de trabajar, víctima de un ataque cardiaco.