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domingo, 28 de noviembre de 2021

Jan Morris: Primera transexual de la historia

 


James Humprey Morris nació el 2 de octubre de 1926 en Clevedon, en el condado de Somerset (Inglaterra). Fue el cuarto hijo de un galés y una inglesa que educaron a sus hijos en el afecto, el sentido común, el amor a los animales y los buenos modales. Un día, cuando James tenía 3 o 4 años y escuchaba a su madre tocar a Sibelius bajo el piano de casa, "me di cuenta de que había nacido en el cuerpo equivocado, que en realidad debía ser una niña". Aquel primer recuerdo le marcó porque, aunque no lo compartió entonces con nadie, dio inicio a la voluntad que guiaría el resto de su vida: abandonar la masculinidad de su sexo para hacer aflorar la feminidad que sentía como género. Conforme fue creciendo se fue haciendo más solitario y retraído. Sentía que vivía una mentira. "Iba disfrazada: mi realidad femenina, para cuya definición no tenía palabras, se vestía fraudulentamente de hombre". A los 9 años, cantaba en el coro de la Christ Church de la Universidad de Oxford, cuyos majestuosos y antiguos edificios escondían tantos secretos que el suyo propio pasó totalmente desapercibido. James quería desvelar su verdadera identidad, pero las estrictas normas sociales de la época se lo prohibían. Estudió secundaria en el internado de Lancing College de Sussex, donde tuvo sus primeros devaneos con otros alumnos, y descubrió su pasión por el periodismo trabajando en el diario "Bristol's Western Daily News".

Acabados los estudios, ingresó en la prestigiosa academia militar de Sandhurst -allí estudiaron Alfonso XII, Winston Churchill y los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra, entre otros- y, más tarde, ingresó en el 9º Regimiento Real de Lanceros de la Reina. Se graduó como oficial de Inteligencia y se incorporó al servicio activo a finales de la II Guerra Mundial. Ser militar le permitió descubrir el placer de viajar: estuvo en Oriente Medio, Austria, Malta e Italia, donde conoció la ciudad de Venecia, que influyó intensamente en su vida personal.

Casado con Elisabeth, madre de sus cinco hijos

Entre tanto hombre armado y uniformado, James tuvo la certeza definitiva de que su género era distinto al de sus compañeros y, como después escribiría, se sentía como "una espía en un amable campo enemigo". Pero su paso por la Armada no fue una experiencia traumática. Sus superiores nunca le trataron mal y aprendió técnicas de observación que luego le fueron muy útiles como escritor. Tras permanecer en el ejército hasta 1949, se matriculó en Oxford para cursar Filología inglesa y ejerció como editor de la revista de los estudiantes. Ese mismo año, se casó con Elizabeth Tuckniss, hija de un plantador de té de Ceilán, a la que había conocido cuando, al acabar la guerra, los dos alquilaron habitaciones contiguas en una casa londinense. "No le oculté nada de mi dilema y nuestra empatía fue absoluta", explicó en una ocasión Morris, que tuvo con su esposa cinco hijos -aunque uno de ellos murió a los dos meses-, uno de los cuales es el músico y poeta Twm Morys. A partir de ese momento, Elizabeth se convirtió en su principal apoyo y confidente, ayudándole en los momentos en que el desánimo por tener otro cuerpo hacía mella en él. Su compenetración y su excelente comunicación fueron tan decisivos que llegó a confesar que "el amor me salvó de la autodestrucción y le dio nobleza a mi vida".

Corresponsal en la ascensión al Everest

Por su imaginación y destreza como escritor, el diario "The Times" le designó en 1953 como corresponsal para cubrir la expedición británica de John Hunt en el primer ascenso al Everest. El 29 de mayo de ese mismo año, los escaladores Edmund Hillary y el "sherpa" Tenzing Norgay alcanzaron la cima. A pesar de las duras condiciones climatológicas, James dio una de las grandes exclusivas del siglo XX en vísperas del 2 de junio, fecha de la coronación de la reina Isabel II. Al regresar, Hillary y Tenzing se enteraron de que habían sido nombrados caballeros británicos.

Convertido en uno de los mejores periodistas de la época, James colaboró con "The Guardian", "The New York Times" y la revista "Rolling Stone" y empezó a escribir sus primeros ensayos y novelas de viajes, como "Sultan in Oman", "Coronation Everest" o "Venice", en homenaje a la ciudad de los canales donde vivió durante más de un año parte de su bonita historia de amor con Elizabeth. Ese libro le granjeó la admiración de célebres viajeros como Paul Theroux o Bruce Chatwin. En su calidad de periodista conoció a celebridades tan importantes como el Che Guevara, el actor Laurence Olivier, el cazanazis Simon Wisenthal, el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy o el dictador etíope Haile Selassie y cubrió acontecimientos históricos como la crisis de Suez o el juicio al dirigente nazi Adolf Eichmann.

A mediados de los 60, dejó el periodismo para dedicarse exclusivamente a la literatura con libros tan genuinos como "The presence of Spain", que relata sus experiencias durante un viaje por España en una furgoneta con su mujer y uno de sus hijos. Si en lo profesional había alcanzado un elevado estatus, a finales de la década decidió reconciliarse consigo mismo y empezó un tratamiento hormonal con el objetivo de realizar el tan ansiado cambio de sexo. El proceso fue duro porque la medicación tenía efectos secundarios desagradables. Mientras se realizaba la transformación interior, empezó a escribir la magnífica trilogía "Pax Británica", un ensayo histórico sobre el auge y la caída del Imperio Británico, que se publicó en 1968, 1973 y 1978.

Operación de cambio de sexo en Casablanca

Antes de operarse, James aseguró sentirse "en tierra de nadie", ya que en ciertos sitios le exigían corbata y en otros que no se pusiera pantalones. Lo más curioso le pasó con un taxista de Fiji cuando le preguntó si era un hombre o una mujer, a lo que Jan respondió: "Soy una madura, respetable y rica viuda inglesa". El taxista puso su mano en la rodilla y añadió: "Hmmm, justo lo que buscaba". En el verano de 1972 viajó a Casablanca y, al conocer al doctor George Burou, afirmó que se sentía como si fuera a visitar a un mago. "Me veía como un personaje de cuento de hadas a punto de ser transformado. ¿De pato a cisne? ¿De sapo a príncipe? Era más mágico que cualquiera de aquellas transformaciones porque iba a pasar de hombre a mujer". La operación de cambio de sexo se hizo clandestinamente y con mucho riesgo, ya que la probabilidad de morir en el quirófano era muy alta. Tras ver que su "parafernalia" (eufemismo referido a sus atributos masculinos) había desaparecido, James, reconvertido en Jan, se sintió la mujer más feliz del mundo porque había dejado de ser un híbrido. Al regresar a Inglaterra tuvo que divorciarse de Elizabeth, ya que la ley impedía los matrimonios de personas del mismo sexo, "pero seguimos amándonos y nunca dejamos de vivir en la misma casa con nuestros hijos". Describió su transición de hombre a mujer en 1974 en "Conundrum" (en España "El enigma"), que fue el primer libro publicado con su nuevo nombre. En décadas posteriores publicó otros títulos tan conocidos como "Destinations", "Among the cities", "Stones of Empire: Buildings of the Raj" o "Hav". Hace algunos años protagonizó una curiosa anécdota con la reina Isabel II. Jan se le acercó en una reunión y le dijo: "¿Recuerda la noticia de la coronación del Everest el día antes de su coronación?"; "Desde luego, ¿por qué lo pregunta?", le replicó la reina, y la escritora, que en 1999 recibió la Orden del Imperio Británico, le contestó: "Bueno, yo fui quien dio la exclusiva", quedándose la soberana estupefacta ante aquella venerable anciana.

Segunda y definitiva boda con su mujer

Considerada como una de las mejores escritoras de viajes de la historia de la literatura inglesa, casi seis décadas después de su primera boda, Jan y Elizabeth volvieron a casarse en una ceremonia íntima en Pwllheli (Gales) tras la aprobación de las uniones homosexuales. Ese 14 de mayo del 2008 fue un día muy especial porque "por fin estamos juntas otra vez de manera oficial", afirmó Elizabeth. Jan, tan enamorada como el primer día confesó: "Cuando muramos, nos gustaría que nos enterraran cerca de la casa en la que vivimos con el epitafio: 'Aquí hay dos amigas, al final de una vida juntas".