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viernes, 7 de enero de 2022

Arantxa Sánchez Vicario: La única tenista española que ha sido número uno

 


Arantxa Sánchez Vicario nació el 18 de diciembre de 1971 en Barcelona, donde sus padres, el ingeniero de caminos madrileño Emilio Sánchez Benito, y la abulense Marisa Vicario Rubio, hija de militar, se habían asentado en junio del mismo año, tras residir en Valladolid, León, Madrid y Pamplona. En la capital habían nacido sus dos hijos mayores, Marisa y Emilio; el tercero, Javier, vino al mundo en Pamplona en 1967.

Encauzar a la familia por la senda del deporte

Pese a que no tenían ningún antecedente tenístico en la familia, el padre quiso encauzar a la prole por la senda del deporte y, para favorecer su integración social en Barcelona, se hicieron socios del Real Club de Tenis Barcelona. Así, mientras sus hermanos mayores entrenaban, ella, con apenas un año de edad, jugaba con la raqueta de frontón que su madre le había dejado. "El primer día que la cogió ya emplataba todas las pelotas en el centro. Siempre he creído que es la más dotada de la familia", decía su hermano Emilio años después. Algo de eso debía de haber porque las primeras palabras que aprendió a decir fueron papá, mamá y "aqueta". Con sólo 4 años, Arantxa ya dio sus primeros golpes sobre una cancha y, a los 8, peloteaba a las órdenes de Juan Ventura, su primer entrenador. Ponía tanta ilusión en su juego que su padre la inscribió en la escuela del Real Club de Tenis Barcelona. Un buen día la vio jugar el extenista Andrés Gimeno y se la llevó al Club Vilana, convirtiéndose en su preparador. "Me levanto a las siete y media. Antes de desayunar hago gimnasia durante media hora. A partir de las nueve entreno y, por la tarde, también practico. Después juego al fútbol y al baloncesto para adquirir fuerza y rapidez en las piernas", explicaba Arantxa, hablando de lo que era una de sus jornadas. Acompañada siempre por su madre y con el respaldo de su padre, que se había puesto a trabajar a media jornada para poder dirigir la carrera tenística de sus hijos, Arantxa empezó a destacar en los torneos infantiles en los que participaba, asombrando por su potencia al golpear a la pelota y por su capacidad para llegar a todas las bolas pese a su baja estatura. En 1985, se proclamó campeona de España absoluta, convirtiéndose en la tenista más joven -tenía 13 años- que lo conseguía. A esa edad tuvo sus primeros premios: un coche Panda y un reloj que le regaló Juan Antonio Samaranch. Aquel año, la familia tomó una decisión fundamental en su vida: Arantxa dejaría los estudios, excepto el inglés, para ir a vivir a Marbella, donde entrenaría a las órdenes del holandés Eric van Harpen. Pero la primera época en aquella escuela, donde sólo se hablaba alemán, fue durísima para ella, hasta el punto de que llegó a escaparse en una ocasión "cogiendo prestada" la motocicleta del cocinero.

Tenista profesional con apenas 15 años

Hasta su traslado a Marbella, la joven había estudiado en el Centro Cultural Casa Nostra, una escuela mixta de carácter religioso, donde hizo amigos que todavía conserva. En mayo de 1986, tras siete meses de intensos entrenamientos en Marbella, entró en el circuito internacional profesional y empezó a ganar dinero, de cuya administración se encargaba su padre. Pocos meses después llegó a la final del Open de Argentina, aunque perdió ante Gabriela Sabatini, y, en 1988, fue derrotada en la final de Tampa por Chris Evert, una de las tenistas a las que Arantxa más admira.

El 10 de junio de 1989, en París, se convirtió en una fecha inolvidable para la barcelonesa, ya que, con 17 años y ocupando la décima posición en el "ranking" de la WTP, dio la sorpresa al imponerse en la final a la entonces número uno, Steffi Graf, y se adjudicó su primer Roland Garros. "Ganarlo a esa edad es como tocar el cielo, pero hacerlo frente a la número uno del mundo supera todo lo que uno pueda imaginar", escribe la extenista en "Arantxa ¡Vamos!", el libro de memorias que publicó y que provocó una fuerte polémica por las acusaciones que en él vierte contra su familia. A la inmensa alegría por la victoria de entonces, se sumó un regalo muy especial para ella: un cachorro de Yorkshire, que le regaló Pastas La Familia, la primera empresa que la patrocinó, y a la que puso el nombre de Roland.

En los años siguientes, la tenista también triunfó en dobles, especialmente cuando empezó a formar pareja con la aragonesa Conchita Martínez. Juntas se alzaron con la medalla de plata en dobles femeninos en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. La rumorología aseguraba que tenían una pésima relación fuera de la pista, pero Arantxa afirma que siempre fueron buenas amigas. En 1994, la barcelonesa conquistó su segundo Roland Garros, siendo felicitada personalmente por los Reyes de España, que vieron el partido. "¡El Rey me dio dos besos fortísimos y la Reina me dio tal abrazo que parecía que yo fuera su hija! Para mí fue tan emocionante que se me puso la piel de gallina", explicó días después.

El periodista Joan Vehils, su primer marido

Aunque lo mantuvo en secreto durante más de un año, en 1994 la tenista había iniciado un noviazgo con el periodista deportivo catalán Joan Vehils, que cubría los partidos de tenis para Antena 3. Pero no todo eran cosas positivas y el año se cerró con mal sabor de boca para la deportista, ya que Hacienda inició un proceso contra ella, reclamándole impuestos impagados entre 1989 y 1993. Durante esos años, Arantxa había fijado su residencia en Andorra, pero la Agencia Tributaria española consideraba que no había pasado los 183 días anuales preceptivos en aquel país, por lo que debía tributar en España. El contencioso entre ambas partes se alargaría más de 15 años y, en el 2009, el Tribunal Supremo estableció que Arantxa debía pagar una cantidad que ascendía a más de 3 millones de euros.

En las pistas, no obstante, la pequeña de los Sánchez Vicario siguió encadenando una victoria tras otra. En 1994, ganó el Open de Estados Unidos y, un año después, llegó a las finales de Wimbledon y Roland Garros, en las que fue derrotada por Steffi Graf. Estos éxitos la llevaron, en febrero de 1995, a ocupar durante tres meses el número uno del ranking de la WTP. El mismo año, también lideró la lista en la categoría de dobles, convirtiéndose en la segunda jugadora de la historia que se encontraba al mismo tiempo en lo más alto de ambas clasificaciones. A pesar de sentirse inmensamente feliz por este hecho, la tenista confesaba que sus triunfos la habían obligado a renunciar a muchas cosas. "Siempre he echado de menos mi infancia, porque ha sido un periodo de mi vida que no he podido disfrutar como cualquier otra niña. Y ahora, la verdad es que tampoco puedo disfrutar al 100% de mi juventud, porque, si realmente quiero seguir ocupando un lugar como el que ahora tengo en el tenis, tengo que dejar de lado muchas cosas. Yo no puedo salir con mis amigos por las noches, ni dispongo de tiempo para estudiar una carrera", explicaba.

Premio Príncipe de Asturias de los Deportes

Siendo parte del equipo español de la Copa Federación (el equivalente femenino de la Copa Davis), Arantxa saboreó la victoria en cinco ocasiones: 1991, 1993, 1994, 1995 y 1998. Con 26 años, ganó por tercera vez Roland Garros, imponiéndose a Mónica Seles en la final. Por esta victoria y por la ingente cantidad de éxitos conseguidos, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1998. En julio de 1999, la tenista hizo público su compromiso matrimonial con Joan Vehils y anunció que pasarían por el altar antes de su participación en los Juegos Olímpicos de Sydney del 2000. "No quiero que la boda afecte a mi carrera. En ningún momento mi futuro en el tenis dependerá de mi matrimonio, siempre he intentado mantener al margen el tenis de mi vida privada", declaraba. La pareja se dio el "sí, quiero" el 21 de julio del 2000 en los jardines del castillo de Sant Marçal de la localidad barcelonesa de Cerdanyola del Vallès. Más de 500 invitados asistieron al enlace, al que no faltaron famosos y personalidades políticas como el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, o la infanta Pilar y su hijo Bruno Gómez-Acebo en representación de la Familia Real.

Retirada del tenis en noviembre de 2002

A los 10 meses de la boda, Arantxa emitió un comunicado en el que anunciaba el fin del matrimonio. "Quiero manifestar que, después de seis años de mantener una excelente relación con Joan, he decidido estar un tiempo sola", aseguraba. Separada, la tenista compaginó el tenis con la actividad solidaria que había emprendido años antes. Colaboraba con la Fundación Enriqueta Villavecchia, que trabaja con niños enfermos de cáncer, y con la Fundación Sánchez Vicario, creada por su familia y destinada a la ayuda de jóvenes tenistas sin recursos.

En verano del 2001, se la relacionó sentimentalmente con su nuevo entrenador, Antonio Hernández, su primera pareja tras su ruptura. Aunque no lo hizo público hasta un año después, por aquel entonces en la mente de Arantxa ya rondaba la idea de dejar el tenis. Una lesión sufrida en el 2000 mermó sus condiciones físicas, y, tras meditarlo mucho, decidió abandonar la competición. Lo comunicó en una rueda de prensa el 12 de noviembre del 2002, poco antes de cumplir los 31 años. "Nadie mejor que uno mismo conoce cuando ha llegado el momento, por mucho que te den consejos", declaró entre lágrimas, remarcando que era ella quien había tomado la decisión unilateralmente. "Ha llegado el momento de decir adiós y de empezar a pensar en mí misma. A partir de hoy lucharé por ser feliz y útil a la sociedad como una ciudadana más. Ahora empieza una nueva vida para mí. Me he sentido una privilegiada en todos los sentidos. No puedo pedir más", aseguró la ya extenista.

Retirada de la competición, Arantxa incrementó sus actividades solidarias y empezó a ser imagen pública de una conocida firma de joyería y complementos. Siguió vinculada al tenis haciendo de comentarista en Televisión Española y como directora deportiva del torneo Barcelona Kia. Tras romper con Antonio Hernández, salió con otro entrenador, Javier Rius, que después sería sustituido por otro joven, Jorge, hasta que en el 2007, llegó a su vida Pep Santacana. La pareja se conoció en una cena en casa de unos amigos y el flechazo fue inmediato. Pocos meses después, se fueron a vivir juntos y, en el 2008, decidieron formalizar su relación. Tras el anuncio de la segunda boda de la tenista, empezaron a surgir rumores sobre el precario estado financiero de su futuro esposo y se temió que el enlace no se celebrara, pero la extenista aseguró conocer los problemas de su prometido y siguió adelante con la boda, que se celebró el 12 de septiembre en el Castillo de Perelada, en la provincia de Girona, con la presencia de su familia, aunque se rumoreaba que Santacana no era muy del agrado de los Sánchez Vicario.

"Ser madre, el mejor partido de mi vida"

Apenas unos meses después de la boda, Arantxa hizo público que esperaba su primer hijo. La pequeña Arantxa vino al mundo el 27 de febrero del 2009 en la Clínica del Pilar de Barcelona. "Ni Roland Garros ni Wimbledon. Nada me ha dado tanta satisfacción como ser madre. Ese sí que ha sido el mejor partido de mi vida", declaró la excampeona. Encantada con la maternidad, repitió experiencia y, el 28 de octubre del 2011, dio a luz a su segundo hijo, Leo. "Así es mi vida en la actualidad: la de una madre dichosa y la de una esposa enamorada dedicada en cuerpo y alma a los suyos, que encuentra la razón de la existencia en el día a día de una familia bien avenida y feliz", escribe Arantxa, que además es capitana del equipo español de la Copa Federación.

En febrero de 2012 publicó su autobiografía Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, donde acusó públicamente a sus padres de controlar en exceso su vida y dinero, y de arruinarla por su mala gestión económica (incluyendo el fijar su residencia en Andorra). También acusó a sus padres de quedarse con todo el dinero que ganó, arguyendo que su hermano Javier tenía más dinero y propiedades a pesar de haber ganado mucho menos dinero durante su vida. Su madre, Marisa Vicario, calificó dichas acusaciones como "falsas", al tiempo que acogió con dolor y sufrimiento las mismas

Sin embargo, años después pidió perdón públicamente a su familia por esas acusaciones, achacándolas a manipulaciones por parte de su segundo marido.



martes, 4 de enero de 2022

Antonio Mercero: Director de cine y realizador de series de televisión.

 


Antonio Mercero Juldain nació el 7 de marzo de 1936 en Lasarte, Guipúzcoa. Se crió solo con su madre porque, cuando tenía apenas 6 meses, su padre fue asesinado al principio de la Guerra Civil por comandos anarquistas que consideraron un enemigo a aquel hombre que trabajaba como jefe de personal de la fábrica local de Michelín. Los trabajadores de la empresa hicieron todo lo posible para que la madre entrara a trabajar allí y pudiera sacar adelante al pequeño huérfano. Aquella tragedia no marcó su carácter, y Antxon, o Txomin, como le llamaban, fue un niño alegre, que jugó muchísimo con sus amigos. En su infancia feliz en Lasarte tiene un lugar privilegiado el recuerdo de cuando, como él explicaba en una entrevista, "nos colábamos en el hipódromo y, con los papeles de las apuestas a la espalda, corríamos como si fuéramos caballos".

A los 13 años, se fue a estudiar con los Marianistas en un colegio de San Sebastián, pero en las vacaciones volvía siempre a Lasarte. Acabado el bachillerato, optó por cursar Derecho en la Universidad de Valladolid para satisfacer la ilusión de su madre de tener un hijo notario. En aquella ciudad castellana, hospedado en el Colegio Mayor de Santa Cruz, Antonio descubrió la magia del teatro y, sobre todo, del cine. Estudió, leyó y actuó de la mano del padre Martín Descalzo, agitador cultural y organizador de la Semana de Cine de la ciudad.

Actor e imitador en los festivales de su pueblo

La interpretación le caló tan hondo que, cuando volvía en verano a su pueblo, montaba festivales y se subía al escenario para hacer sketches y parodias, imitando a quien se pusiera por delante. Tenía mucha gracia actuando, pero lo que él realmente quería era explicar historias a través del cine. "El día que le dije a mi madre que no iba a ser notario sino que quería ser director de cine, ella se llevó un disgusto monumental. Tuve muchos problemas familiares por eso", recordaba en una entrevista el director, al que un cura del pueblo intentó convencer para que siguiera por los caminos del derecho en lugar del efervescente ambiente de la farándula. Educado y respetuoso, pero firme en su decisión, Antonio Mercero no dio su brazo a torcer, y después de un tiempo, consiguió entrar en la Escuela de Cine de Madrid, donde se diplomó como realizador en 1962. Su madre no pudo evitar emocionarse el día que proyectaron en el cine "Trotín Troteras", trabajo de fin de diplomatura que fue premiado en la Bienal de Arte de París. También estaba allí su novia, Isabel, con la que se casó en 1963, con la que ha tenido 6 hijos.

Su primer largometraje fue un gran fracaso

Después de trabajar como ayudante de dirección de Jorge Grau y Herald Reinl, hizo su primer cortometraje, "Lección de arte", que ganó la Concha de Oro del prestigioso Festival de San Sebastián y el galardón del Círculo de Escritores Cinematográficos. Aquellos premios le granjearon la posibilidad de dirigir su primer largo, "Se necesita chico". "Mi primera película fue un fracaso. No fue nadie a verla, vamos que no gustó y se me cerraron las puertas. Fue una lucha tremenda. Durante seis años lo pasé muy mal. Estuve a punto de tirar la toalla y hacer las oposiciones a notarías como quería mi madre. Era tremenda la sensación de haberme equivocado", aseguraba. Tuvo la suerte de que un amigo, Horacio Valcárcel, le consiguiera trabajo en el departamento de cine y publicidad del Instituto Nacional de Consumo, donde estuvo durante dos años. Tras un tiempo dedicado a guiones y publicidad, en 1969, rodó un corto titulado "La balada de los cuatro jinetes", que le brindó la Espiga de Oro del festival de Valladolid y, al poco, entró a trabajar en Televisión Española, donde hizo primero documentales y después series. La primera de ellas fue "Crónicas de un pueblo" (1971), a la que siguieron "Verano azul" (1982), "Turno de oficio" (1986) -con Juan Echanove como su alter ego- y, con la llegada de las televisiones privadas, dirigió para Antena 3 "Farmacia de guardia" (1991), cuyo capítulo final batió récords de audiencia que ninguna otra serie de ficción española ha podido superar. "Trabajar era una fiesta, una verdadera gozada. Éramos unos críos de 14 años y, en ningún momento nos levantó la voz, rodar con él era como un juego. Tenía mucha autoridad; si te decía que había que estudiar más, te ponías las pilas. En el fondo él mismo era un actor y le veías poniendo la cara del Piraña o de Tito para dirigirlos. Yo nací como actor gracias a él. Me enseñó que éste es un mundo de sueños donde se puede crear una realidad distinta y se puede hacer jugando", aseguraba en una entrevista Juan José Artero, uno de los actores adolescentes que encarnaron a los chavales de "Verano azul", protagonizada por Antonio Ferrandis, que se ha repuesto hasta siete veces en TVE y que tuvo también una enorme difusión internacional.

"La cabina", una obra maestra con Emmy

Pero antes de los "bombazos" que supusieron sus series, Mercero rodó una verdadera pieza obra maestra. Realizada en 1972, en formato de 30 minutos e interpretada por un inconmesurable José Luis López Vázquez, "La cabina" ganó un Emmy (los oscar de la televisión), una hazaña que ningún realizador español ha repetido. En aquel inquietante y desasosegador guión trabajó José Luis Garci. "La cabina" que para Mercero ha sido "su mejor película porque, a pesar del tiempo, sigue estando vigente", fue galardonada con el Premio de la Crítica Internacional de Montecarlo, el Premio Marconi de Milán y el Quijote de Oro al Mejor Director.

Los trabajos para televisión ocupan un importante espacio en la carrera profesional de Mercero, pero sus incursiones en la pantalla grande han dejado también una marca profunda en los aficionados al Séptimo Arte. En 1977, dirigió "La guerra de papá", un largometraje inspirado en la novela "El príncipe destronado", de Miguel Delibes, uno de sus novelistas favoritos. Protagonizada por Verónica Forqué y el niño Lolo García, la película supuso un taquillazo que le permitió estrenar, al año siguiente, "Tobi" también con Lolo y que iba de un niño al que le salían alas. En 1982, tras un paréntesis ocupado por el rodaje de "Verano azul", que le hizo descubrir la localidad malagueña de Nerja, Mercero volvió al cine con "La próxima estación", una pequeña joya no suficientemente valorada y protagonizada por Lola Herrera y Alfredo landa. Al año siguiente, dirigió la película infantil "Buenas noches, señor monstruo" y, en 1987, estrenó el largometraje "Espérame en el cielo", un delicioso filme sobre el supuesto doble del dictador Francisco Franco. A "El tesoro" (1988), basada en otra obra de Delibes, le siguió "Don Juan, mi querido fantasma" (1989). Su siguiente trabajo para la pantalla grande, "La hora de los valientes" (1998), con un anarquista como protagonista, dejó bien claro que Mercero es un hombre que no conoce el rencor. Excelente conversador, optimista, amante de la buena mesa, forofo de la Real Sociedad y con un sentido del humor que le hace reírse muchas veces al día, algunos de los que han trabajado con él le describen como "el niño que se hizo genio, pero que supo seguir siendo niño". Dotado de una paciencia infinita para dirigir a niños (un elemento que, con los animales, convertía un rodaje en un infierno según Hitchcock), Mercero siempre ha dicho de sí mismo que no es "un hombre de proyectos, sino más bien de realidades". Por eso y aunque el cine es su gran pasión, pone por delante a su familia. "La familia me equilibra. Soy un poco gallina clueca y quiero tenerles a todos bajo mis alas. Mi casa siempre está llena, nos juntamos muchos", explicaba cuando ya peinaba canas y malcriaba nietos.

El alzheimer, eje central de su último trabajo

Poseedor de una fórmula magistral para combinar dolor y ternura, Mercero llevó al cine el guión que Albert Espinosa escribió sobre los 10 años que pasó enfermo de cáncer. "Antes de cada día de rodaje, Mercero hablaba con una fotografía de de John Ford que tiene en su casa. Mercero le comentaba cómo iba a rodar la secuencia y le pedía consejo al maestro", contaba Espinosa, añadiendo que en su cine "siempre hay homenajes a 'Cantando bajo la lluvia' (su película favorita) y a los sonidos hechos con la boca (él hace sinfonías con sus carretes)". Mercero demostró su gran humanidad al hacer del alzheimer, enfermedad que sufre, el tema de su último trabajo: "¿Y tú quién eres?".

El 14 de febrero de 2010 Mercero recibió el Goya de Honor por los casi 50 años que este hombre, de 73, ha pasado tras las cámaras. Demasiado enfermo para asistir a la gala, mercero recibió en su casa el galardón, que después ha agradecido públicamente su familia.


lunes, 3 de enero de 2022

Antoni Tàpies: Uno de los grandes pintores contemporáneos

 


Antoni Tàpies i Puig nació el 13 de diciembre de 1923 en Barcelona en el seno de una familia burguesa, catalanista y culta. Su padre, Josep Tàpies Mestres, era un prestigioso abogado y su madre, María Puig Guerra, pertenecía a una familia de libreros y editores. Desde su más tierna infancia estuvo influenciado por la actividad política de su abuelo y por las personalidades de la cultura y el republicanismo catalanista más importantes del momento.

Tifus, fiebre de Malta y enfermo del corazón

Entre el 1926 y el 1932, pasó por varias escuelas de Barcelona, donde estudió primaria y, al igual que sus hermanos, enfermó de tifus. Tras el estallido de la Guerra Civil española, prosiguió sus estudios en el Liceo Práctico de Barcelona mientras, en sus horas libres, aprendía a pintar y dibujar de forma autodidacta. Gracias a la revista catalana "D'Ací i d'Allà", en la que había reproducciones de artistas de la talla de Picasso, Kandinsky o Miró, empezó a familiarizarse con el arte contemporàneo. Sus estudios de bachillerato se vieron interrumpidos por unas fiebres de Malta y un grave problema de corazón. "Fue uno de los golpes más duros de mi vida, me dieron casi por muerto y me llegaron a dar los últimos sacramentos", explicó en una ocasión. Se recuperó, aunque al poco tiempo sufrió una enfermedad pulmonar que le obligó a guardar reposo durante dos años en varios sanatorios. A los 21 años, ya restablecido y a instancias de su padre, empezó Derecho en la Universidad de Barcelona, donde hizo amistad con el poeta Jaime Gil de Biedma y el político y exdirector de RTVE Alberto Oliart. Pero, debido al influjo del poeta y crítico de arte Josep M. Junoy dejó la carrera y se dedicó al arte. Impresionado por la guerra y el lanzamiento de la bomba atómica, las primeras obras que realizó datan de 1946. Al año siguiente, descubrió en el cartón el soporte material más adecuado para su temperamento "porque su color es anónimo y como material permite la violencia. Podía rascarlo, frotarlo, destrozarlo y, al mismo tiempo, hacerlo vivir". Centró su interés en la tierra, la materia, el polvo y las partículas, que se convirtieron en los materiales que le gustaba emplear, ajenos a la expresión plástica academicista. En aquellos años conoció a las personalidades que más influencia tendrían en su obra: Dalí, Miró y el poeta Joan Brossa, con el que fundó la revista "Dau al Set", elemento fundamental en el aperturismo en el mundo del arte. En esos momentos sus dibujos mostraban su fascinación por el esoterismo, el jazz, los sueños o el simbolismo.

Artista abstracto con un estilo inconfundible

En 1950, hizo su primera exposición en solitario en Barcelona y se marchó a París becado por el Instituto Francés. En la capital gala conoció a Picasso y se familiarizó con el cubismo, el marxismo, el existencialismo y las vanguardias del momento, que le llevaron a convertirse en artista abstracto, con un estilo tan propio que resultó inconfundible desde el principio. En 1952, participó en la prestigiosa Bienal de Venecia y realizó varias muestras individuales. Especialmente importante fue la de Nueva York, en la galería de Martha Jackson, que se convertiría en su marchante americana hasta el fallecimiento de ésta. Al año siguiente, Tàpies usó una técnica llamada "mixtura" en la que mezclaba polvo de mármol con pintura al óleo con el objetivo de resaltar el carácter matérico de su obra. "Negro con macha roja" (1954) es uno de los cuadros hechos así.

El artista utilizó elementos tan diversos a lo largo de su carrera artística como la caligrafía, los signos y símbolos pertenecientes a su universo interior relacionados con la muerte o la sexualidad. Así, eran habituales en él el círculo ("Óvalo blanco", 1957), el cuadrado ("Puerta gris", 1958), el triángulo ("Forma triangular sobre gris", 1961) y, sobre todo, la cruz -latina, griega, en aspa o en forma de T, asociada a la inicial de su apellido-, que simbolizaba la meditación o el límite del conocimiento humano frente a la naturaleza o el espíritu.

Artista comprometido con la lucha social

A principios de los 50, se convirtió en el precursor de lo que los críticos llamaron "muros", al buscar la expresividad en los materiales más que en las formas y el color, y al usar en los cuadros tierras, incisiones o "collages". Nunca olvidó su compromiso social y en todas sus obras se plasmaban sus inquietudes nacionalistas, poéticas, políticas e intimistas.

Culto, reservado y apasionado por Oriente, en 1954 se casó con Teresa Barba, con la que tuvo 3 hijos: Antoni, Clara y Miquel. Uno de los elementos más representativos de su arte -la silla- surgió de un sueño de Teresa. "Me contó con emoción que había soñado que estaba sentada en una silla, que aparecía como elevada y suspendida en el espacio y a sus pies observaba briznas de paja, desperdicios y objetos rotos. Aquella imagen tan sencilla la plasmé en seguida en un cuadro", explicó sobre esta mujer fundamental en su vida y su obra, cuya etapa más importante fue a finales de los 50 y principios de los 60. De entonces es la obra más cara del pintor: "Blanc amb signe vermellós", de 1963, vendida por 1.14 millones de euros.

A principios de los 60 se compró una antigua masía en Campins, en el Montseny, donde instaló un taller, que simultaneaba con un gran espacio en su casa barcelonesa de Sant Gervasi. Antifranquista a ultranza y defensor del catalán -no renunció al acento abierto de la "a" de su apellido ni a ser Antoni-, firmó numerosos manifiestos y participó en muchas manifestaciones y actos contra el régimen de Franco. De semblante serio y distante, aunque tenía un gran sentido del humor, no tenía reparos en confesar que "me gusta ensuciarme cuando trabajo. Voy con el clima, con el buen tiempo. Cuando llega la primavera siento ganas de pintar. En verano puedo trabajar casi desnudo, me levantó muy temprano, trabajo en pijama y levanto mucho polvo. En otoño hago los encargos que tengo pendientes y en invierno, hiberno". Su gama cromática fue desde el colorido neutro con predominio de grises, negros, blancos y ocres, hasta tonos más vivos como amarillos, azules, rojos, naranjas y rosas. Artista polifacético, ha trabajado en pintura, escultura, serigrafía, tapices y mosaicos. Entre sus obras más representativas figuran "Homenaje a Picasso" (1990), "Nocturno y Gesto" (1995) y el cartel del centenario del Fútbol Club Barcelona (1999). Influido por el budismo, llegó a decir que "conocer el dolor hace que sus efectos atenúen y mejore la calidad de vida". Uno de los golpes más duros como artista se produjo en 1992 cuando el Museo Nacional de Arte de Cataluña le encargó una escultura. Tàpies propuso un calcetín roto de 18 metros de largo, pero la maqueta de la obra fue rechazada. Sin embargo, no renunció a ella y hace unos años instaló una versión más pequeña -sólo 2.75 metros- en la Fundació Tàpies -creada en 1990- donde comparte protagonismo con otra obra polémica, "Núvol i cadira", ubicada en el tejado de su sede.

Ni capilla ardiente, ni funeral ni homenajes

Los Reyes le otorgaron en el 2010 el título de marqués de Tàpies a este hombre que, a lo largo de su vida, ha obtenido los galardones más prestigiosos del mundo y cuya producción artística -cifrada en unas 8.000 piezas- está repartida por más de 100 museos y figura en las más prestigiosas colecciones privadas. Con la salud muy deteriorada a causa de dolencias cardíacas, intestinales y de la vista, su última aparición pública fue a finales de 2011 en la inauguración de la que sería su postrera exposición en la galería de su hijo. Tras una cortísima agonía, Antoni Tàpies falleció el pasado 6 de febrero de 2012 en su casa. Tenía 88 años y con su muerte se perdía uno de los más grandes artistas contemporáneos. Por expreso deseo de su familia y pese a que los elogios hacia el artista se extendieron por todo el planeta, no se instaló capilla ardiente, ni hubo funeral ni ningún otro tipo de homenaje institucional. Sólo se abrieron las puertas de la Fundació para que, quien quisiera, firmara en el libro de condolencias, llamamiento al que respondieron, con emoción contenida, miles de barceloneses.


martes, 14 de diciembre de 2021

Antonio Ozores: Uno de los maestros del humor surrealista español

 


Antonio Ozores Puchol nació el 24 de agosto de 1928 en Burjassot (Valencia). Sus padres, Mariano Ozores y Luisa Puchol, eran descendientes de varias generaciones de actores. Se casaron en 1920 y tuvieron tres hijos varones, José Luis, "Peliche" (1922), Mariano (1926), director y guionista clave en la etapa del "destape", y Antonio, que también siguió los pasos de sus padres y debutó, a los 8 años de edad, en un teatro de barcelona haciendo, en catalán, "Els Pastorets", y pasó su infancia de pueblo en pueblo con la Compañía de Comedias Cómicas Puchol-Ozores, con la que hizo numerosas comedias. En 1950, debutó en el cine con "El último caballo", al lado de Fernando Fernán Gómez, Conchita Montes y Julia Caba Alba. Sería la primera de las 168 películas en las que intervendría. En 1958, se casó con la también actriz Elisa Montes, hermana de Emma Penella y Terele Pávez, con la que tuvo a su única hija, Emma, nacida en 1966. Al poco, la pareja se separó, aunque no consiguieron el divorcio hasta 20 años después. La relación acabó tan mal que, en una entrevista, Ozores afirmó: "Afortunadamente me separé de Elisa hace más de 40 años. Lo único que me queda hacia mi ex mujer es rencor porque se portó muy mal con Emma y eso no se me podrá olvidar nunca". Pese a los problemas personales, el actor dejaba las penas en casa y se esforzaba por hacer reír a los demás, que era lo que más le ha gustado en la vida. De ahí, que a partir de los años 50 se especializara en registros cómicos, en los que su desgarbado porte y su hablar anárquico y surrealista, así como su capacidad para la improvisación se convirtieron en su marca de identidad artística.

En 1952, junto a su padre y sus dos hermanos, había publicado chistes en la famosa revista de humor "La Codorniz", dibujos que años después recuperó para estamparlos en camisetas, bolsos y joyas, lo que le ayudaba a redondear una economía en tiempos en los que ser actor no era sinónimo de riqueza.

Presentador del primer concurso de televisión

Durante su juventud, salió a menudo de parranda con otros actores como Paco Rabal o Fernando Fernán Gómez, con los que las juergas duraban hasta altas horas de la madrugada. Con su hermano José Luis presentó en 1956 "Piense, acierte y premio", considerado el primer concurso televisivo, y protagonizó la primera serie de TVE titulada "¡Qué felices somos!". En aquellos años en que se rodaba con poco presupuesto, Ozores llegó a trabajar hasta en tres películas a la vez. "Era tan duro y estaba tan cansado que me iba a un rodaje y me dormía. Al despertarme, preguntaba: '¿Qué película es ésta?', me decían el título y ya me hacía con ella", explicaba. Ahí quedarán para siempre títulos emblemáticos como "Manolo guardia urbano" (1956), "¡Cómo está el servicio!" (1968) o "El turismo es un gran invento" (1968), en los que trabajó al lado de los más grandes como Concha Velasco, Tony Leblanc, Gracita Morales, Pepe Isbert, o Paco Martínez Soria. Ya en la segunda fase de su carrera cinematográfica, a finales de los 70, participó en casi todas las películas de su hermano Mariano, actor y productor de muchas de las películas del destape y el "landismo".

Cuando su hija cumplió 11 años, se fue a vivir con él y, desde entonces, han sido inseparables. Con tanto trabajo le costó apañárselas para cuidarla: "Lo pasé fatal porque entre función y función iba a casa a hacerle la cena, la dejaba acostada, volvía al trabajo... Desde luego mi hija tiene un estómago a prueba de bombas porque comía todas las tonterías que yo le cocinaba. Así está ella de sana, fuerte y llena de vida".

Compartió su vida con Maribel Tello durante unos años, pero la relación también se deterioró y, tras la separación, decidió anteponer la risa al sexo y al amor. "La gracia de vivir en pareja es jugar. Por ejemplo, en la cama les hablo de usted y les propongo decir mentiras. Un día una mujer aceptó y le dije: 'Tienes un culo gordísimo y la celulitis te desborda por los lados de la silla'... ¡Me dio un bofetón y se enfadó! No lo entiendo", así era su sentido del humor. En 1983, debutó en la dirección con "Los caraduros" y actuó junto a Fernando Esteso y Andrés Pajares en la comedia "Agítese antes de usarla", pero fue en 1986 cuando logró sus mayores cotas de popularidad gracias al concurso "Un, dos, tres... responda otra vez", donde daba vida a un personaje que explicaba cosas sin pies ni cabeza con una peculiar y atropellada forma de hablar y donde hizo famosa la coletilla "No, hija, no". Repitió en el concurso de Chicho Ibáñez Serrador en el 2004.

Radio, libros y la gestión del teatro Arlequín

Otra de sus facetas más conocidas fue la radio. Trabajó con Luis del Olmo desde 1985 hasta 1994 en "El Estado de la Nación", espacio del programa "Protagonistas" junto a Mingote, Tip y Coll, Gila, Forges, Chummy Chúmez o Manuel Summers. Tras aparecer  por última vez en la gran pantalla en "El pelotazo nacional" (1993), se dedicó a escribir y dirigir obras de teatro -"Achipé, achipé" o "Mientes con todos tus dientes"-, editó varios libros -"La profesión más antigua del mundo" o "Antonio Ozores. Su autobiografía"- y, gestionaba junto a su hija el teatro Arlequín de Madrid, donde estrenó "El último que apague la luz". Le gustaba decir que era "un hombre muy vago. No quiero trabajar, aunque siempre tengo que hacerlo". El dinero le servía para completar la pensión de 810 euros que percibía, aunque él, con su estrafalario sentido del humor aseguraba que "como soy un señor mayor y he ganado mucho dinero, tengo para jamón de York y pan hasta que me muera".

Durante los últimos años su hija Emma se había convertido en su principal apoyo, la persona que le acompañaba a todas partes: "Es absolutamente anormal porque tiene una bondad innata, un gran sentido del humor, es muy buena gente y quiere a todo el mundo", decía de la joven, que ha seguido sus pasos, al igual que su prima, Adriana, hija del ya fallecido José Luis. En la faceta sentimental, Ozores bromeaba diciendo que esperaba "a una chica guapa, alta, de ojos claros, inteligente y más joven que yo. Pero como no llega, me quedo con mi perra, llamada No sé, a la que considero mi señora porque la quiero muchísimo. Creo que el perro y el hombre son los únicos animales que mueven el rabo cuando están contentos".

Un homenaje al que ya no podría asistir

Consciente de lo muchos homenajes que le estaban dando en vida -el 31 de mayo del 2010 le dieron, en el VII Festival de Cine de Alicante, el Premio a Toda una Vida, que ya no pudo recibir personalmente-, solía comentar que "he trabajado muchísimo y quedamos pocos, porque todos se han muerto. Me da igual cómo vaya a ser recordado porque como no voy a estar, que piensen lo que quieran". Durante muchos años se le denominó "el Groucho Marx español" y se le comparaba con Charles Chaplin, porque actuaba, escribía y dirigía.

El actor falleció al mediodía del 12 de mayo del 2010 en la Clínica Oncológica Anderson, de Madrid, tras perder una dura batalla contra el cáncer.


viernes, 26 de noviembre de 2021

Fabiola de Mora y Aragón: La española que reinó en Bélgica

 


Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón nació el 11 de junio de 1928 en Madrid. Fue la penúltima de los siete hijos de Gonzalo de Mora y Fernández, marqués de Casa Riera, y de Blanca de Aragón y Carrillo de Albornoz. Antes que ella nacieron Alejandro, Gonzalo, Jaime, Nieves y Ana María y María Luz fue la benjamina de la familia. Amadrinada por la reina Victoria Eugenia, la formación de Fabiola corrió a cargo de profesores particulares y una institutriz alemana.

Pasó sus primeros años en el Palacio de Zurbano -actual sede del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas-, que el padre de Fabiola convirtió en un pequeño Versalles: hizo construir un pórtico de acceso neoclásico, habilitó un salón de baile, un comedor de gala y un gabinete para el té co mobiliario rococó y cuadros de Goya y Rembrandt. Su madre le transmitió un profundo amor por los animales, así como una marcada religiosidad. La casa disponía de una capilla propia, donde se celebraba misa diaria a la que obligatoriamente asistían los hijos y el servicio. Los veranos los pasaban en "Villa Pilar", en Zarauz.

Joven autora de un libro de cuentos

Inteligente, dulce y alegre, Fabiola tenía afición por el dibujo, la música y la escritura. En 1952, bajo el seudónimo de Cleopatra, publicó el libro "Los cuentos maravillosos". Un año antes -el 17 de julio de 1951- el príncipe Balduino se había convertido en el rey de Bélgica tras la abdicación de su padre, Leopoldo III. Balduino tenía 20 años y su vida había estado marcada por la prematura muerte de su madre (la princesa Astrid murió en un accidente de coche cuando él tenía 5 años) y por el exilio de la familia durante la Segunda Guerra Mundial. De talante serio y carácter introvertido, Balduino aceptó su destino con resignación, aunque su verdadera vocación era la religiosa. Liliana de Rethy, la segunda esposa de su padre, habilitó para él un ala del Palacio Real de Laecken, donde Balduino residía.

Trabajo, oración, música religiosa y astronomía

De nada sirvieron los esfuerzos que hizo su madrastra para que entablara relación con chicas de su edad. Balduino vivía entregado al trabajo y a la oración. Su tiempo libre lo dedicaba a oír música religiosa y estudiar astronomía.

Pese a su proverbial timidez, el destino tenía reservado un gran amor para aquel joven que apodaban "el rey triste". Según el periodista Jaime Peñafiel, en el verano de 1956, Balduino acompañó a su abuela, la reina madre Isabel de Bélgica, a España, donde ésta era atendida por el doctor Arruga. La soberana belga solía residir en el Hotel Ritz de Barcelona o en la finca que el ilustre oftalmólogo tenía en la Costa Brava. Por su parte, aquel verano Fabiola había aceptado la invitación de su hermana, la marquesa de Aguilar, para pasar unas semanas en la villa que ésta tenía muy cerca de la del médico. Una tarde que las dos jóvenes acudieron a casa de Arruga, Balduino conoció a Fabiola. Entre los dos hubo un flechazo, aunque muy pocos se enteraron. La mala suerte se interpuso en el camino de los dos enamorados. Al poco tiempo de aquel primer encuentro, falleció el padre de Fabiola, y la chica, chapada a la antigua, se impuso un duelo de tres años durante los cuales trabajó como enfermera de Sanidad Militar en Carabanchel y colaboró activamente con el hospicio de las Hermanitas de los Pobres. La pareja volvió a verse en febrero de 1959, en el más riguroso incógnito. En el tiempo que no se habían visto, Liliana de Rethy había convencido a su hijastro para que se hiciera algunos retoques de estética que mejoraran su aspecto. Al parecer, también Fabiola se operó la nariz.

Así, contra todo pronóstico, el 17 de septiembre de 1960, se anunció públicamente el compromiso matrimonial de Balduino con una aristócrata española, de la que nadie -ni en Bélgica, ni en España ni en el resto de Europa- sabía nada.

España, el país donde buscar a la futura esposa

Pero, según otras fuentes, la gestación de aquel noviazgo tuvo un proceso muy diferente. Al parecer, después de que la revista "Paris Macht" publicase la noticia de que Balduino pensaba abdicar para ingresar en una orden trapense, el rey le dijo a su confesor, el cardenal Suenens, que había "confiado a la Virgen de Lourdes el problema de mi matrimonio" y añadió que había que buscar a su futura esposa en España, el país más católico del mundo en aquella época. Suenens se puso en contacto con verónica O'Brian, promotora de la Legión de María, que se presentó ante el nuncio de Madrid para informarle de su "misión". Finalmente, dieron con la mujer perfecta: profundamente católica -Hija de María, congregante de San Vicente de Paul y militante de Acción Católica-, sin ningún novio conocido, entregada a las obras de caridad, razonablemente culta y capaz de expresarse con fluidez en inglés, francés y alemán.

Perfecta salvo un detalle: su hermano Jaime

O'Brien se entrevistó con ella para explicarle el asunto que llevaba entre manos. Ella no se lo creyó hasta que el nuncio le confirmó que no se trataba de una broma. Así fue como se organizó un primer encuentro "clandestino" entre los dos jóvenes, que volverían a verse en el santuario de Lourdes en julio de 1960. Según esta versión fue allí donde Fabiola le dio el "sí" a Balduino. Todo era perfecto en Fabiola salvo un pequeño detalle: su hermano Jaime. Vividor, bohemio y siempre con problemas de dinero, "Fabiolo" -apodo que le pondrían tras conocerse el compromiso- no perdió un instante en rentabilizar el nuevo status de su hermana y concertó la exclusiva de un reportaje del dormitorio de Fabiola en el palacete familiar. Sería el primero de los desencuentros que la joven tendría con uno de los símbolos de la época dorada de Marbella. Su estilo de vida era tan diferente al de su hermana -fue camarero, taxista, pianista o actor- que no le invitaron a la boda de la pareja, que se celebró el 15 de diciembre de 1960 en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. Fabiola iba vestida de Balenciaga y muchos españoles se compraron su primer televisor para poder ver la retransmisión de la ceremonia, todo un acontecimiento de aquella década. Uno de los regalos de boda más polémicos que recibió Fabiola fue una diadema-corona de plata antigua con incrustaciones de piedras preciosas que, adquirida personalmente por Carmen Polo de Franco, finalmente resultó ser falsa. Fabiola la lució en una única ocasión: la noche de su primera aparición pública en el Palacio de Lacken con motivo de la recepción dada la víspera de su boda.

Vacaciones estivales en su villa de Motril

Los recién casados disfrutaron de su luna de miel en una finca de los marqueses de Salinas en Hornachuelos, Córdoba, en la que supondría la primera de una serie de estancias del matrimonio en España, que convirtieron en su lugar de vacaciones. Primero en Zarauz, pero después se construyeron en Motril (Granada) una casa que llamaron "Villa Astrida".

Desde el primer momento de su reinado, Fabiola supo ganarse el cariño de los belgas ejerciendo de discreta y entregada consorte. La armonía que siempre reinó entre los esposos sólo se vio ensombrecida por la falta de herederos. Fabiola sufrió cinco abortos. Años de consultas ginecológicas, intervenciones quirúrgicas y tratamientos no pudieron evitar que llegase a la cuarentena sin haber sido madre. Ante esa circunstancia que privaba a Balduino de un heredero, la reina le planteó a su esposo la posibilidad de declarar nulo el matrimonio para que pudiera volver a casarse con una mujer fértil. El rey belga no aceptó esa posibilidad y ambos cónyuges se volcaron en la educación de su sobrino, el príncipe Felipe, nacido pocos meses antes de que ellos se casaran. Balduino lo educó como sucesor y, oficiosamente, se le consideraba el heredero, en detrimento de su padre, el príncipe Alberto, que había dado muchos quebraderos de cabeza a Balduino con sus escándalos conyugales con Paola de Lieja.

Alberto y Paola nuevos reyes de Bélgica

Contra todo pronóstico, fue Alberto quien subió al trono belga cuando, inesperadamente, el 31 de julio de 1993, Balduino falleció de un ataque al corazón en su casa de Motril, donde él y su esposa estaban de vacaciones. En su entierro, rigurosamente vestida de blanco, Fabiola sobrellevó el duelo con enorme entereza amparada en su fe. Tres días después, compareció ante el pueblo belga en el balcón de Laeken apoyando a sus cuñados Alberto y Paola como nuevos soberanos. Al parecer, se había alegado que el príncipe Felipe, de 33 años y todavía soltero, no estaba preparado para reinar.

Desde entonces, Fabiola dejó de ser la reina de los belgas para pasar a ser la reina viuda, sin status oficial, aunque sigue participando en las actividades de la Familia Real belga. Con una asignación anual de 1,4 millones de euros y 25 personas a su servicio (incluyendo una secretaria personal que se encarga de su agenda de compromisos), en 1998, se trasladó a vivir al palacio de Styvenberg, donde ha dedicado todos estos años a cultivar su arraigada religiosidad (sintoniza con el movimiento ultracatólico Renovación Carismática) y la memoria de Balduino, cuyas libretas personales ha guardado celosamente sin permitir que los historiadores tengan acceso a las notas que tomaba el fallecido monarca. Siempre atenta a los problemas de las mujeres del campo, los niños y los enfermos mentales mientras fue reina, Fabiola cedió el protagonismo a  Paola, la actual soberana, y a las tres princesas reales: Astrid, Claire y Matilde. El cariño que esta última, esposa de Felipe de Bélgica, siente por Fabiola le ha devuelto un gran protagonismo a esta mujer, con más carácter del que aparenta, que desde hace más de 50 años es fiel al mismo peinado: una media melena con las puntas vueltas y ligeramente cardada.

El 5 de diciembre de 2014, a los 85 años, falleció por causas naturales en su residencia, el Castillo de Stuyvenberg en Laeken. Los reyes Felipe y Matilde y los reyes eméritos Paola y Alberto visitaron la capilla ardiente instalada en el Palacio Real de Bruselas.

A su despedida final asistieron los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía de España, la princesa Beatriz de los Países Bajos, los reyes Harald V de Noruega (con su hermana Astrid), Margarita II de Dinamarca y Carlos XVI Gustavo de Suecia (con su esposa Silvia), así como el príncipe soberano Juan Adán II de Liechtenstein y el gran duque Enrique de Luxemburgo (con su esposa María Teresa), entre otros soberanos del resto del mundo, en un sencillo pero alegre funeral. De Europa no estuvieron representadas ni la Familia Real Británica ni la Familia Principesca de Mónaco.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Eduard Punset: Escritor y divulgador científico

 


Eduard Punset Casals nació el 9 de noviembre de 1936 en Barcelona. Fue uno de los cuatro hijos de un médico rural que, cuando él tenía unos 3 años, se instaló con su familia en el pueblo de Vilella Baixa, en la comarca tarraconense del Priorat. Sus primeros años en esas tierras le marcaron profundamente. "En casa no había muchos besos ni demasiado contacto, pero tuve una infancia muy feliz. Recuerdo cómo trillaban los agricultores, las meriendas, los paseos por el pueblo, los atardeceres... Aprendí a vendimiar, a domesticar lechuzas y gorriones, hablaba con las perdices, me entendía con los roedores del campo y buscaba intestinos de oveja para alimentar a mis lechuzas. Fue una época muy dura porque vivimos la posguerra, pero, gracias a los animales, aprendí qué era la inteligencia emocional", ha explicado en alguna ocasión. Eduard fue un niño muy curioso, dado a hacer preguntas y que se fijaba en la conducta de la gente. Con apenas 8 años le gustaba acompañar a su padre, en las tardes del sábado, en las visitas que el médico hacía al manicomio de VilaSeca-Salou. Precisamente a esta localidad se mudaron cuando él tenía 11 años y allí vio por primera vez el mar. Emocionado con el descubrimiento, no se lo pensó dos veces a la hora de coger una barca y salir a navegar con uno de sus hermanos, lo que disparó las alarmas. "Estábamos tan alucinados con la experiencia que, al ver una barca cerca de nosotros, les saludamos entusiasmados pero, cuando se acercó, vimos que era de la guardia civil. Mi padre me dio unas buenas bofetadas", ha recordado de aquel episodio. También le dejó una fuerte impronta su paso por el colegio de salesianos de Tarragona, donde tenía que ir cada día a misa antes de empezar las clases.

Hizo bachillerato en Estados Unidos

Su padre le envió a estudiar a Madrid y, poco después, obtuvo una beca para hacer bachillerato en Estados Unidos, concretamente en el North Hollywood High School de Los Ángeles. Su experiencia americana fue muy agradable. "En España había mucha represión y allí conocí la auténtica libertad. En la biblioteca leí muchos libros sobre feminismo y contra la xenofobia". También quedó impactado por las camisas de colores, las primeras neveras que veía en su vida y los helados.

A mediados de los 50, volvió a Madrid para cursar la carrera de Derecho en la Universidad Complutense, al tiempo que se afilió al entonces ilegal Partido Comunista, en el que coincidió con Jorge Semprún. Esta militancia clandestina le llevó a pasar miedo muchas veces. Un temor justificado, porque al caer en manos de la policía de entonces no era ninguna tontería. En una ocasión estuvo a punto de ser detenido, pero se libró gracias a llevar encima el pasaporte, que le permitió huir. Desde entonces, siempre lleva ese documento encima.

Casado con la hija de unos psiquiatras

Así fue como se fue a Burdeos (Francia), donde encontró trabajo como "au pair" de un matrimonio de psiquiatras apellidados Bannel, cuya hija mayor se convertiría en su esposa y madre de sus tres hijas: Elsa (escritora y pedagoga de las emociones), Carolina (abogada penalista, especialista en cooperación al desarrollo y concejala de urbanismo en la localidad alicantina de Altea) y Nadia, quienes, a su vez, le han dado cuatro nietas.

Al poco de casarse, Punset y su mujer se marcharon a París, donde él estudió en la Escuela Práctica de Altos Estudios. Después, vivieron en Ginebra (Suiza) y, más tarde, se instalaron en Londres, donde obtuvo un máster en Ciencias Económicas. En 1966, gracias a la mediación de Alberto Oliart, entonces consejero delegado de Renfe, pudo volver a Madrid y cumplir el servicio militar como cabo segundo de Infantería de Marina.

De regreso a Londres, entre 1967 y 1969 fue redactor económico de la BBC y director de la edición para América Latina del semanario "The Economist".

Político durante la Transición española

Después de la muerte del general Franco, fallecido el 20 de noviembre de 1975, Punset volvió a España y entró en la política de la mano de Centristes de Catalunya-UCD, partido por el que fue elegido Conseller de Economía de la Generalitat preautonómica de Catalunya el 19 de octubre de 1978, tras la vuelta del president catalán  Josep Tarradellas. Un año antes, ya había sido Secretario General Técnico del Gobierno de Adolfo Suárez  salido de las primeras elecciones democráticas. El 9 de septiembre del 1980, fue nombrado Ministro de Relaciones para las Comunidades Europeas, puesto que desempeñó hasta el 27 de febrero de 1981.

Tras abandonar la UCD, se presentó como independiente en la candidatura de Convergència i Unió a las elecciones generales, en las que obtuvo un escaño, que abandonó un año después. En 1985, se sumó al partido de Adolfo Suárez, el Centro Democrático y  Social (CDS), en cuyas listas fue elegido eurodiputado en 1987 y 1989, permaneciendo en el Parlamento europeo hasta

1994. Los últimos tres años estuvo como independiente, porque en 1991 se había dado de baja del CDS tras la dimisión de Suárez. Ese mismo año 1991 había creado un nuevo partido, al que llamó Foro y con el que se presentó a las elecciones europeas de 1994. No logró ningún escaño, disolvió el partido en 1995 y dejó la política.

Autor de diversos libros sobre análisis económico, en 1996 los directivos de TVE le pidieron que hiciera un programa de economía, pero él estaba más interesado en hacer uno de ciencia. "Cuando les propuse el nombre de 'Redes', me dijeron que la gente lo confundiría con un programa de pesca. Me costó convencerles de que no había un nombre más apropiado para un programa que buscaba reflejar la inevitable fusión del conocimiento, en lugar de su especialización, a nivel planetario", explica Punset en su página web sobre el espacio que dirige y presenta con notable éxito, demostrando que hablar de ciencia puede ser algo entretenido. Excelente divulgador de temas tan variados y difíciles como el funcionamiento del cerebro, la esperanza de vida, los enigmas de las emociones o la nanotecnología, Punset es también autor de libros sobre estas temáticas, como "El viaje al poder de la mente", "El viaje al amor" o "Excusas para no pensar", de los que ha vendido más de un millón de ejemplares y que le han valido 992.000 seguidores en la red social Facebook. "La gente es infeliz porque se niega a cambiar", asegura este hombre, que también postula: "Sé bondadoso con la gente cuando subas porque los encontrarás a todos cuando bajes".

Además, ha sido colaborador en el programa de Andreu Buenafuente en La Sexta y es director de la revista "Redes para la Ciencia", presidente de la productora audiovisual Smartplanet, profesor de Ciencia, Tecnología y Sociedad en la Universidad Ramón Llull, miembro de los consejos de administración de Sol Meliá y Telvent y ha publicitado un conocido pan de molde.

Cáncer de pulmón

A finales del 2007 le detectaron un cáncer de pulmón que superó tras una operación y quimioterapia. En aquellos momentos en los que se sintió un poco desamparado, le ayudó recordar una de las frases del premio Nobel de Física Heinrich Rohrer, que asegura que "la diferencia entre la vida y la muerte es más difusa de lo que se cree". Dejó su masía ampurdanesa de Fonteta y se instaló en un apartamento con vistas al mar en Pineda de Mar (Barcelona), donde este hombre directo, enérgico y buen conversador, que contaba en su haber con numerosos premios, vivía rodeado de sus libros favoritos y ponía a punto sus ideas. Satisfecho con la vida que llevaba, Punset falleció el 22 de mayo de 2019, a causa del cáncer, a los 82 años.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Camilo Sesto: La voz romántica de la década de los 70

 


Camilo Blanes Cortés nació el 16 de septiembre de 1946 en Alcoy (Alicante). Fue el sexto hijo de Eliseo Blanes de Mora, electricista, y de Joaquina Cortés Garrigós, ama de casa. Pese a la dureza de la posguerra, la familia Blanes Cortés llegaba a final de mes sin problemas económicos, por lo que Camilo, que era el benjamín, fue un niño mimado que jugaba con coches de hojalata, trenes de cuerda y pelotas de trapo.

A los 3 años estuvo a punto de morir por una infección estomacal, pero varias transfusiones de sangre de su hermana Chelo, 12 años mayor, le salvaron la vida. El futuro cantante le devolvería el favor cuando, años después, la salvó de morir ahogada en una balsa de riego. De su infancia, el artista siempre ha recordado que nació "rodeado de montañas, me crié muy en contacto con la naturaleza y mis recuerdos infantiles están impregnados de aire libre. Fui un chico revoltoso, más amigo de las pandillas que de los libros y en un par de ocasiones me echaron del colegio".

En los Salesianos, donde estudiaba, los profesores descubrieron que tenía una voz portentosa y lo incorporaron al coro del colegio como solista. Las actividades extraescolares se le daban muy bien, pero sudaba tinta para aprobar las matemáticas. Siendo un crío, tenía muy claro que de mayor no quería ser ni bombero, ni futbolista, ni electricista. "Durante muchos años quise ser Joselito. Me sabía de memoria todas sus canciones, veía todas sus películas, fue mi primer ídolo y, aunque era muy diferente físicamente a mí, era el espejo en el que yo deseaba verme", explicó Camilo en una ocasión.

Sus inicios como cantante de bodas y bautizos

A los 13 años dejó sus estudios de bachillerato para dedicarse a la pintura, que le apasionaba, y se matriculó en la Escuela Municipal de Bellas Artes, al tiempo que empezaba a trabajar con su padre, llevándole los asuntos de la oficina. Pero la música seguía siendo su gran sueño y, con 18 años recién cumplidos, formó con unos amigos el grupo pop "Los Dayson", con el que cantaba en bodas y bautizos por la zona de Alcoy. Además de interpretar temas de Bee Gees, Beatles o el Dúo Dinámico, Camilo empezó a componer temas y, tras editar un primer disco en 1965, el grupo decidió ir a Madrid para participar en el concurso de TVE "Salto a la Fama", donde tocaron "Flamenco", de Los Brincos. Instalado allí, la vida en la capital era muy dura porque la música no le daba para vivir, así que se ganaba un dinero extra haciendo coros para otros artistas y vendiendo en el Rastro los paisajes y bodegones que pintaba. Con todo ello, pagaba la habitación de la pensión que compartía con un amigo.

Laura Cassale, el primer gran amor de su vida

"Los Dayson" pasaron sin pena ni gloria, pero a Camilo lo contrataron como solista de "Los Botines", que actuaron en aquella época como teloneros del dúo Juan & Junior (Juan Pardo y Junior). Su voz y su físico empezaban a ser muy populares y, con 21 años, ya había intervenido en dos películas: "El flautista de Hamelin", con Miguel Ríos, y "Los chicos de PREU", uno de los filmes más vistos en la historia del cine español. Comenzaba a ser famoso entre las quinceañeras, pero Camilo sólo tenía ojos para Laura Cassale, una compañera de profesión rubia, guapa y muy simpática. "Me enamoré por primera vez a los 19 años. Ya no era virgen y vivía en Madrid. Fue un gran amor, con todas sus consecuencias, para bien y para mal, y siempre lo recordaré", ha explicado.

Su incipiente éxito musical se vio eclipsado al tener que cumplir el servicio militar en Almería, pero a su regreso a Madrid intimó con Juan Pardo que, en 1970, le produjo su primer sencillo en solitario bajo el nombre de Camilo Sexto -por ser el número seis de sus hermanos-, que no tuvo una gran acogida. Su imagen con pantalones ajustados y acampanados, su pelo largo y su extraordinaria voz le convirtieron en todo un referente, especialmente con las canciones "Lanza tu voz" o "Ay, ay, Rosseta", dedicada a su novia, Rosseta Arbex, hermana del fundador de Los Brincos. Pero el éxito definitivo le llegó en 1971, -ya con el apellido artístico de Sesto-, con la canción "Algo de mí", una de sus letras más emblemáticas, con la que cruzó el Atlántico por primera vez en 1972. En Argentina triunfó y recibió su primer disco de Oro, y, en 1973, logró el quinto puesto en el Festival OTI de la Canción. Los dos años siguientes se convirtieron en los más fructíferos de su carrera con éxitos musicales como "Ayúdame" o "¿Quieres ser mi amante?", así como con la puesta en marcha de la ópera rock "Jesucristo Superstar". En ella, él daba vida a Cristo, Teddy Bautista era Judas y Ángela Carrasco hacía de María Magdalena. Al acabar la obra, la empresa Gillette le ofreció 40.000 euros si se afeitaba la barba en uno de sus anuncios, dinero que el cantante donó a un asilo de niños huérfanos.

En el capítulo sentimental se dijo que en aquella época vivió un idilio con Lucía Bosé, con quien compuso el tema "Amor, amar". En cualquier caso, entre ambos hubo una gran amistad y, en 1976, Camilo produjo el primer disco de Miguel Bosé, el hijo de la actriz. Famoso ya en todo el mundo, desde Japón hasta América Latina, una de sus actuaciones en el Radio City Music Hall de Nueva York recaudó 300.000 euros, y en su "show" en el Madison Square Garden fue presentado a los asistentes como "The Sinatra of Spain". En 1978, grabó una de sus canciones más conocidas y exitosas, "Vivir así es morir de amor".

Soltero empedernido y nada derrochador

Poco a poco empezó a nadar en la opulencia, pero lejos de comportarse como un advenedizo, llevó a rajatabla las enseñanzas de sus padres: "No me gusta la ostentación porque todo lo que brilla por su suntuosidad es una ofensa para quien no tiene nada. No soy un derrochador, pero tampoco un tacaño; lo que he ganado a lo largo de mi carrera lo he invertido porque quiero una vejez tranquila".

Pese a los continuos rumores sobre su posible homosexualidad, Camilo siempre ha estado rodeado de mujeres hermosas, "porque me divierten, me distraen, me gustan y me apasionan, pero no pienso casarme jamás. Me confieso un poco egoísta al no querer perder mi completa libertad". Por sus brazos pasó la artista argentina Marcia Bell, con la que vivió un tórrido romance en 1974, que después se convirtió en una fuerte amistad hasta que ambos dejaron de hablarse en los últimos años: "Se ha convertido en una persona muy extraña, no sale de casa, es un ermitaño. Durante nuestra relación mantuvimos relaciones sexuales a pesar de que se dijo que era gay y en sus ratos libres le encantaba peinarme, vestirme y pintarme", declaró ella. También estuvo enamorado de la modelo Denise Brown. Con la actriz Maribel Martín estuvo a punto de casarse, la miss puertorriqueña Lizette Rodríguez le dejó una profunda huella y Andrea Bronston, hija del director Samuel Bronston, fue una de sus mejores amigas.

Un hijo con Lourdes Ornelas, una de sus fans

Pero fue la mexicana Lourdes Ornelas, una de sus fans más entusiastas, quien le dio su bien más preciado el 24 de noviembre de 1983, cuando nació su hijo, Camilo Michel, llamado familiarmente Camilín. No pasó mucho tiempo antes que aquella paternidad fuera puesta en entredicho. "¿Si fue un hijo querido o un accidente? Cuando alguien es amiga íntima surgen situaciones en las que el amor y la pasión estallan. Con nosotros pasó eso y mi hijo es fruto del amor", aseguró el cantante.

En 1987, Camilo se retiró por primera vez de los escenarios "porque quiero hacerme mayor viendo crecer a mi hijo. No porque me esté muriendo, como dicen algunos, sino porque quiero vivir de otra manera". Sin embargo, desde algunos sectores se apuntaba que la retirada del cantante se debía al gran cansancio que sentía después de los más de 6.000 conciertos realizados desde su debut. Dos años más tarde, protagonizó un gran revuelo al distanciarse de Lourdes y obtener la custodia de su hijo en medio de una agria disputa entre ambos. Lourdes alegaba que Camilo quería comprarle a su hijo y el cantante aseguraba que "Lourdes no le puede dar una buena vida porque no sé a qué se dedica ni sé cuál es su domicilio". Desde entonces, el cantante ejerció de "pama" (papá y mamá). "Dejé de cantar para estar a su lado. La paternidad en solitario es dura, pero tiene un halo de luz que te abraza y te hace ver uno de los milagros de la vida. Lo que mi hijo me aporta es algo tan grande que no se puede describir en palabras", declaró. En 1991, volvió a la música con el disco "A voluntad del cielo" y realizó giras multitudinarias por diferentes países de habla hispana. Tras residir en Miami durante varios años, en 1997 volvió a España, donde sacó el disco recopilatorio "Camilo Superstar" y se puso manos a la obra para grabar "El fantasma de la Ópera", uno de sus proyectos musicales de más envergadura qué, sin embargo, no llegó a comercializarse por motivos legales.

Enfermedades varias y un trasplante de hígado

Personaje misterioso y enigmático (siempre permanece recluido en su casa, ajeno a las fiestas y eventos sociales), su delgadez, su extrema palidez y su característica melena han dado lugar a los más variados rumores sobre su estado de salud. Se dijo que había muerto en diferentes ocasiones, que había donado sus ojos, que tenía SIDA, hepatitis, leucemia, enfermedades contagiosas, agorafobia y que era maníaco depresivo. "Todo han sido mentiras. Me han adjudicado todas las enfermedades del mundo, menos mal que sé resucitar o que tengo cien vidas como los gatos", asegura. Sin embargo, los rumores sobre su delicado estado de salud dejaron de serlo, en el 2001, para convertirse en una realidad cuando tuvo que someterse a un trasplante de hígado. "Mi mayor éxito es estar vivo. En esta vida no le tengo miedo a nada y me sigo aferrando a las cosas terrenales con más fuerza que nunca", admitía semanas después de la operación.

En cuanto se recuperó, editó el disco "Alma", cuyo sencillo "Mola Mazo" fue un auténtico bombazo entre la gente joven. Este trabajo musical le trajo quebraderos de cabeza, ya que su amiga Isabel Patton le acusó de no haberle pagado ni un euro por haber publicado varias canciones en las que la voz femenina era la de ella. Desde entonces, son muchos los sucesos que han intentado manchar el nombre de Camilo, como, por ejemplo, las declaraciones de su ex novia Marcia Bell contando en diferentes programas las rarezas y manías del artista, el extraño accidente de su hijo al caerse desde el tercer piso de un hotel o cuando salió a la luz el crudo distanciamiento con su hermana Chelo, una situación polémica ya que se dijo que el cantante la había echado de casa.

Ajeno a los dimes y diretes, Camilo siguió con su trabajo y, en 2008, inició su gira de despedida que tituló "Camilo Pura Vida", con la que ha recorrido Ecuador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Venezuela, EEUU, Chile o Madrid, donde en 2010 grabó el único disco en directo de toda su carrera, llamado "Todo de mí", que asegura que será el último disco que editará.

Desde 2014 y pese a su retiro anunciado, Camilo continuó realizando actuaciones esporádicas en países como Argentina, Chile, Perú, Colombia, Puerto Rico, México y Estados Unidos.

A finales de 2016, coincidiendo con su cumpleaños número 70, se publica un nuevo recopilatorio llamado Camilo70, este CD contiene 60 canciones, entre éxitos y temas inéditos.

En 23 de noviembre de 2018, se publicó el álbum Camilo Sinfónico, donde que incluyen algunos de sus grandes éxitos con la Orquesta Sinfónica de RTVE.

El 8 de septiembre de 2019 el equipo de Camilo Sesto anunció su fallecimiento a través de la cuenta oficial del artista en la red social Twitter: «Queridos amigos y amigas, lamentamos mucho comunicaros que nuestro gran y querido artista Camilo Sesto nos acaba de dejar. Descanse en paz». Posteriormente, la madre de su hijo, Lourdes Ornellas y también su representante, Eduardo Guervos, confirmaron su deceso a los medios.

La causa de la muerte de Camilo Sesto fue un paro cardiorrespiratorio asociado a un fallo renal, por el cual ya mantenía un delicado estado de salud desde hacía varios años.

Varias figuras del mundo del espectáculo lamentaron el deceso del cantante, entre ellos Raphael, Julio Iglesias, Isabel Pantoja, Alejandro Sanz, Antonio Banderas, Marta Sánchez, Pablo Alborán, Paloma San Basilio, José Luis Perales, Yuri, Ángela Carrasco y Carlos Baute entre otros.


domingo, 21 de noviembre de 2021

Baltasar Garzón: Exmagistrado y abogado

 


Baltasar Garzón Real nació el 26 de octubre de 1955, en Torres (Jaén), localidad que tiene una calle con su nombre. Fue el segundo de los cinco hijos del agricultor y empleado de gasolinera Ildefonso Garzón y, desde los 11 años, estudió en el seminario, hasta que, a los 16, dejó los estudios eclesiásticos. "Yo pedí entrar en el seminario en contra de la voluntad de mis padres. Quería ser misionero porque los relatos de un sacerdote que nos visitaba me parecían fantásticos", recuerda Garzón. Se trasladó con sus padres y hermanos a Sevilla, donde estudió Derecho, pese a que en su familia no había ninguna tradición jurídica, licenciándose en 1979. "En COU, el padre de un compañero nos habló sobre las salidas de la carrera de Derecho. A mí, aquello se me quedó grabado. Me gustaba la idea de ser juez", explica. Tras ganar las oposiciones, inició su carrera judicial el 13 de febrero de 1981 en el juzgado de Valverde del Camino (Huelva)

La operación Nécora, golpe al narcotráfico

Unos meses antes, en noviembre de 1980, había contraído matrimonio con Rosario Molina, una profesora de ciencias de secundaria de la que se había enamorado a los 16 años y con la que ha tenido tres hijos: María, Baltasar y Aurora. Tras pasar por juzgados como el de Villacarrillo (Jaén) y Almería, el 29 de enero de 1988 tomó posesión como magistrado del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional.

A partir de los 90, su nombre empezó a aparecer en los medios de comunicación a causa de las operaciones contra el tráfico de drogas en Galicia, que puso en marcha. Fue la época de la operación Nécora, que en 1990 desarticuló la organización criminal de Laureano Oubiña, y de la operación Pitón, que llevó a la detención del "clan de los Charlines". En 1993, Garzón dejó la judicatura para presentarse a las elecciones como independiente del PSOE. Según Loretta Napoleoni, autora del libro "Garzón, la hora de la verdad" (Ed. Principal de los libros), "acusado el PSOE de corrupción, fichar a Garzón ayudó a González a ganar la elecciones. Él, entre ingenuo y soberbio, creyó que Felipe le haría ministro", pero le ofrecieron el cargo de delegado para el Plan Nacional sobre Drogas. Humillado, Garzón dejó la política y volvió a la Audiencia Nacional. Allí, algunos creen que como venganza, instruyó el caso de los GAL, que sentó en el banquillo a altos cargos del PSOE. Según su hija mayor, María, autora del libro "Suprema injusticia" (Ed. Planeta), donde reivindica la figura de su padre, "cuando estaba investigando ese caso, por venganza, alguien mató a nuestro perro". Garzón siguió con su carrera judicial y, a finales de los 90, su nombre empezó a cobrar fama internacional por perseguir los crímenes contra la humanidad de las dictaduras latinoamericanas.

El juez que imputó a Augusto Pinochet

El 10 de octubre de 1998, dictó una orden de detención contra Augusto Pinochet, que estaba en Londres, por la muerte y tortura de ciudadanos españoles durante su mandato. El proceso contra el dictador chileno duró 16 meses, hasta que la Cámara de los Lores británica resolvió que no gozaba de inmunidad y podía ser juzgado.

El que ya era conocido con el sobrenombre de "juez estrella" también se ocupó de desarticular el entramado de ETA y su entorno en el 2002, mientras que, al año siguiente, se enfrentó al terrorismo islámico pidiendo la detención de Osama Bin Laden. "Mi padre es un idealista. Cree en la justicia internacional. Si ve una injusticia sobre la que nadie hace nada, él tiene que actuar. Su obsesión ha sido perseguir delitos con independencia de dónde ocurran", dice su hija María. Desde otros sectores, lo califican como un hombre sin miedo, que no se frena ante nada, pero que es demasiado individualista, vanidoso y poco generoso en reconocer el trabajo de los fiscales de sus casos.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica presentó en el 2006 una denuncia por la desaparición de miles de personas durante la Guerra Civil y el franquismo ante el juez Baltasar Garzón. A pesar de la oposición de la Fiscalía, tomó la decisión, en septiembre del 2008, de pedir información sobre el número de desaparecidos a la administración del Estado. Aquello hizo que el sindicato ultraderechista Manos Limpias presentara en el 2009 una querella contra él, acusándole de prevaricación. El pleno extraordinario del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidió, en mayo del 2010, suspenderle cautelarmente en sus funciones, después de que el magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela acordara la apertura de juicio oral por ese caso. Sin embargo, el 27 de febrero del 2012, Garzón fue absuelto.

La trama de la Gürtel acabó con su carrera

Poco importó esa resolución, porque tres semanas antes, el 9 de febrero, el Tribunal Supremo le había condenado por otro caso a la pena de "11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado". Y es que al mismo tiempo que en el 2010 fue suspendido por su investigación sobre crímenes del franquismo, se admitió a trámite otra querella contra el magistrado, que había empezado a investigar una trama de corrupción que operaba en Madrid, Valencia y la Costa del Sol, conocida como el caso Gürtel. La denuncia era por el hecho de que había ordenado grabar las conversaciones de los imputados con sus abogados. Así, lo que no habían logrado ni las amenazas del GAL, ni las organizaciones criminales, ni otros grupos poderosos lo consiguió la corrupción política: acabar con su carrera judicial de 31 años.

Defensor de Assange

Desde su inhabilitación, Garzón se estableció en Buenos Aires y fue nombrado asesor de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento argentino, labor que ha compaginado con otros servicios a gobiernos de la zona, como asesor en la misión de apoyo al proceso de paz de Colombia. También en el 2012, después de abrir su propio bufete de abogados en Madrid, aceptó su primer gran caso mediático: defender a Julian Assange, creador del portal WikiLeaks, acusado de violación. En marzo del 2013, la revista mexicana "Quién" se hizo eco del rumor de que el exjuez mantenía un "affaire" con Cristina Fernández, presidenta de Argentina. Como padre, Garzón sabe que no ha podido dedicarse tanto a sus hijos como le hubiera gustado, pero los conoce muy bien. "María, la mayor, se parece a mí porque es emprendedora e hiperactiva. Baltasar es reflexivo como yo y tenemos el mismo sentido del humor. Y Aurora es inconformista", explica el magistrado, un hombre que adora la ópera, el flamenco de Camarón y la música clásica, y es un entusiasta culé. Además de su profesión, siempre ha encontrado tiempo para colaborar con causas solidarias, practicar deporte (famosas han sido sus participaciones en el anual partido contra la droga), hacer rafting y submarinismo y leer novela histórica, poesía y ensayo. No obstante, reconoce que "por mi vocación, he dejado muchas cosas, como tocar el piano. Algún día me encantaría corregir esta frustración".


domingo, 17 de octubre de 2021

Carmen Cervera: Baronesa Thyssen

 


María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra nació el 23 de abril de 1943 en Barcelona. Fue la benjamina de los tres hijos de Enrique Cervera, ingeniero industrial según algunas fuentes y, según otras, mecánico de coches, y María del Carmen Fernández, ama de casa. Tita, como la llamaban en casa, no conoció a su hermana mayor, Gloria, fallecida de niña por una neumonía. Cuando tenía 5 años, sus padres se separaron y ella y su hermano, Guillermo, se instalaron con su madre en un piso de la zona alta de Barcelona. Estudió en el Liceo Francés y, tras dos años en un internado de Madrid, estuvo en L'Estonac, un centro de religiosas, donde protagonizó la siguiente anécdota: "Me encantaba Esther Williams y su película 'Escuela de Sirenas' por lo que, durante un permiso de fin de semana, lucí un bañador en las piscinas del Turó Park de Barcelona contraviniendo las normas de las monjas. Me castigaron y mamá me cambió de colegio".

Concurso de belleza

Abierta, divertida y coqueta, Tita pasaba los veranos en Los Arcos, localidad navarra de donde era originaria la familia de su madre. Con 14 años tuvo su primer novio, Manuel Pierre, de 24 y que, al no tener dinero ni una elevada posición social, no encarnaba el ideal de hombre que doña Carmen ansiaba para su hija, por lo que la obligó a cortar por lo sano. Mientras perfeccionaba su inglés en Londres, una amiga le enseñó un recorte sobre un concurso de belleza y a Carmen le pareció una buena posibilidad para convertirse en estrella. Un jurado presidido por Luis Miguel Dominguín, la duquesa de Alba y Natalia Figueroa la eligió "Miss España" en 1961. Después, quedó tercera en "Miss Europa" y, antes de presentarse a "Miss Mundo", viajó hasta Long Beach (California) para participar en "Miss Internacional Beauty", donde conoció a algunos de sus ídolos cinematográficos como Frank Sinatra, Dean Martin o Sammy Davis Jr.

"Marilyn Monroe era pequeñita y bellísima"

Pero sería el recuerdo de Marilyn Monroe el que dejaría mayor impronta en ella: "De adolescente coleccionaba sus fotos y, de repente, tenía al mayor 'sex-symbol' de la historia ante mí. Recuerdo que Sinatra me estaba contando un chiste, que no entendí y debía de ser algo subido de tono, porque ella se enfadó y le dijo: '¿Por qué le cuentas esos chistes verdes? No la perviertas. Parece una chica buena e ingenua'. Marilyn era pequeñita, parecía una sirena, llevaba un traje de lamé plateado y era bellísima".

Tras quedar tercera en "Miss Mundo", el destino de Carmen estaba a punto de cambiar. Durante las Navidades de 1962, cuando viajaba con su madre desde Roma hacia Gstaad (Suiza), donde su hermano estudiaba, vieron en el aeropuerto al actor estadounidense Lex Barker, famoso por haber sido Tarzán en la pantalla grande. Doña Carmen la instó a que le pidiera un autógrafo y ella, nerviosa y con vergüenza, simuló que se lo pedía para una amiga. El actor le dijo: "Te lo doy pero, a cambio, me has de dar tu teléfono". Horas después, en pleno vuelo, Tita escribió en su diario:"Aquí, entre las nubes, acabo de conocer... a mi marido". Después de las fiestas navideñas y pese a la diferencia de edad -ella tenía 20 y él, 46-, se vieron en Barcelona e iniciaron un romance que el 6 de marzo de 1965 acabó en boda. Tras la ceremonia, que tuvo lugar en Ginebra, Tita se convirtió en la quinta señora Barker. El matrimonio se instaló en Los Ángeles y pasaron a ser figuras habituales en las fiestas de Hollywood. Dos años después, Alfonso de Hohenlohe les propuso que se compraran una mansión en Marbella (entonces centro emergente de la jet-set), pero al final adquirieron un terreno en Sant Feliu de Guíxols (Costa Brava), donde se construyeron una casa que llamaron Mas Mañanas. Parece ser que Lex no quería que su mujer hiciera cine, pero Tita participó con él en una película -"Mister Dynamit", 1967- y le acompañaba a todos los rodajes. La única pena de la joven era que, desde el principio, Lex le había dejado claro que ya tenía tres hijos y no quería más. El padre de Carmen Cervera murió en 1971, sin que, según se recoge en el libro "Carmen Cervera. La baronesa", de Teo Lozano y Goya Ruiz, aquella fuera una gran pérdida para ella porque estaba muy distanciada de su progenitor, al que veía muy poco.

Dos años después, saltó a la prensa la noticia de que Tita y Lex se iban a separar porque el matrimonio iba de mal en peor y ella ya no aguantaba el carácter celoso y controlador de su marido. Pero el divorcio no llegó a producirse porque el 11 de mayo de 1973 el actor falleció en Nueva York, víctima de un infarto fulminante.

Espartaco Santoni, un "playboy" que la cautivó

Con sólo 29 años, Tita se convirtió en viuda de Barker y heredera de su fortuna tras litigar con los hijos del actor. Enseguida encontró consuelo en Kirk Kerkorian, el multimillonario dueño de los estudios MGM que quería convertirla en estrella de Hollywood. Pero el todopoderoso productor no logró su propósito, porque en el camino de Carmen Cervera se cruzó Espartaco Borja Santoni, un actor y productor venezolano de 38 años que desplegó todos sus encantos para seducirla. Y lo consiguió. A Carmen le encantó aquel hombre atractivo, divertido y amante de la juerga, pero a su madre no le gustaba Santoni, sabedora de que había dilapidado la fortuna de sus anteriores mujeres -Tere Velásquez y Marujita Díaz-. Aún así, la pareja contrajo matrimonio el 28 de febrero de 1975 en Nueva York. Tampoco a Kerkorian le gustaba aquel matrimonio de Tita y había intentado disuadirla, asegurándole que Santoni no le convenía. Lo cierto es que le acabó dando problemas ya que, cuando cumplieron un año de casados, Espartaco fue encarcelado por presunta estafa y falsedad de documentos. Tita pagó la fianza, se arruinó y le embargaron hasta los muebles pero, pese a los consejos maternos, siguió unida a Santoni. Probó de nuevo suerte en el cine y, en 1977, protagonizó "Objetivo:matar", en el que hizo su primer desnudo cinematográfico, destape que completaría con un posado ligera de ropa para "Interviú". Pero, al año siguiente, llegaría su segundo divorcio. Según dijo Tita en una entrevista, "me enteré de que el matrimonio era nulo porque Espartaco era bígamo al seguir casado con Tere. Me lo dijo el juez que nos casó, Di Falco, que era amigo mío". Sin embargo, los hijos de Santoni, muerto en 1998 de un cáncer, aseguran que tal bigamia nunca existió.

Borja, el hijo que llevó sus apellidos

Soltera de nuevo, Kerkorian volvió a desplegar su multimillonario encanto y la citó en Marbella con intención de volverla a conquistar. Tampoco esta vez lo consiguió. A través de su amiga Paula Patier -que años después la traicionaría vendiendo las fotos de Tita desnuda y embarazada a la revista "Interviú"- conoció a Manolo Segura, un exitoso publicista al que tildaban de "playboy" por haber tenido romances con Ursula Andress y Raffaella Carrá. Lo suyo parecía ir en serio, pero cuando Manolo supo que Tita se había quedado embarazada, rompió la relación. Así, el 24 de julio de 1980, Carmen dio a luz a su hijo, Borja Alejandro, como madre soltera. En aquel momento, hubo un montón de rumores sobre la identidad del padre y, aunque Tita dijo entonces quién era, las dudas persistieron durante años.

La maternidad se convirtió en su prioridad, aunque no le impidió vivir varios romances, como el que mantuvo con el ginecólogo de las famosas Adolfo Abril -aquel romance si disgustó a Doña Carmen-, o con el actor estadounidense Al Pacino. Pero fue en agosto de 1981 cuando la vida de Tita cambió para siempre. Estaba en Mas Mañanas cuando recibió una invitación de la familia Davidoff, dueños de la conocida marca suiza de productos de lujo y amigos suyos desde su matrimonio con Lex Barker, para que pasara con ellos unos días en Cerdeña. Fue allí donde se conocieron Tita y Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, magnate industrial, propietario de la mayor colección privada de arte del mundo y uno de los hombres más ricos de Europa. El multimillonario austríaco estaba a punto de divorciarse de su cuarta mujer, la brasileña Denise Shorto, y quedó prendado de aquella hermosa rubia que, según después diría, "estaba radiante, viva, desbordando alegría y simpatía". El romance estaba servido: Tita se quedó más días en Cerdeña y después acompañó al barón a Nueva York para visitar una exposición. Los rumores se difundieron enseguida por España, donde el productor José Frade -ex de Norma Duval- le ofreció trabajar en la película "El primer divorcio", dirigida por Mariano Ozores y que sería su última aparición en cine. Durante los dos siguientes años estuvo desaparecida de la escena pública para reaparecer después en las revistas del corazón de la mano del barón. Heini estaba tan enamorado que, antes de casarse, adoptó como hijo a Borja. La ceremonia se celebró el 16 de agosto de 1985 en el espectacular castillo inglés de Daylesford, propiedad de Heini. Con posesiones en todo el mundo, los recién casados se instalaron en Villa Favorita, una mansión suiza del siglo XVII que albergaba la impresionante colección de arte de la familia. En cuanto la nueva baronesa -que en 1986 fue coronada Lady España, título que la encumbraba como reina de la "beautiful people" española- supo que la colección Thyssen dejaría Villa Favorita, influyó en su marido para que fuera a España en lugar de a Inglaterra, ya que el príncipe de Gales había demostrado un gran interés.  Gracias a la labor del ya fallecido Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz y cuñado del rey Juan Carlos, en 1988 el entonces ministro de Cultura, Javier Solana firmó el contrato de préstamo de la colección. Años después, su sucesor, Jorge Semprún, refrendó el contrato de venta.

Diamantes, mansiones, avión privado y yate

Desde que se casaron, los Thyssen acapararon las portadas de la prensa rosa europea y se convirtieron en anfitriones de las fiestas más glamurosas que se celebraban en todo el mundo. Los diamantes brillaban en el cuello de Tita, sus trajes de alta costura eran referente para miles de mujeres y su elevado tren de vida -ocho mansiones repartidas por el mundo, un yate y un avión privado- provocaba la envidia de muchos. Pero los ricos también lloran y, en febrero de 1992, Tita recibió uno de los golpes más duros de su vida con el fallecimiento de su madre, uno de los pilares de su vida. Ocho meses después, se inauguró oficialmente el Museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid, con la asistencia de los Reyes de España.

Tita estaba encantada con su ritmo de vida, aprendía sobre arte, había comenzado su propia colección privada y, sobre todo, le estaba dando a Borja todos los caprichos, algo que nunca fue del agrado de los otros cinco hijos del barón. En 1997, ocurrió lo que muchos habían vaticinado años antes: estalló la guerra de los Thyssen, cuando Georg, primogénito de Heini, se enfrentó a su padre para controlar el holding familiar, valorado en 3.100 millones de euros, y éste le demandó por malversación de fondos. A partir de ese momento, Tita supo proteger sus intereses y los de Borja y luchó contra quien se pusiera por delante. Francesca, la única hija del barón, se posicionó del lado de Georg y manifestó: "La Cenicienta no se ha escrito por casualidad. El síndrome de la madrastra malvada ha destruido un sinnúmero de familias". Pero Tita hacía oídos sordos a palabras que consideraba necias, sonreía y posaba con la familia como si no pasara nada. De puertas adentro, las cosas eran muy diferentes y los gastos en abogados eran considerables. Aquel duro enfrentamiento familiar empezó a minar la delicada salud de Heini, que ya había sufrido varias apoplejías. En cada reportaje fotográfico, el barón aparecía más alicaído y sus ingresos hospitalarios eran cada vez más frecuentes. A duras penas caminaba y casi no hablaba, aunque era normal oírle repetir que "Tita ha sido una de las mejores enfermeras que he tenido y la única mujer que me ha querido de verdad. Más allá de mi dinero". El 14 de febrero de 2002 se firmó el "Pacto de Basilea", nombre que se le puso al acuerdo tras la guerra familiar iniciada unos años antes. Georg, Francesca, Lorne, Alexander y Borja se repartieron la herencia del barón en vida. Al hijo de Tita le correspondieron 620 millones de euros y 30 cuadros. El 27 de abril de ese mismo año, Heini falleció de un ataque al corazón en la mansión de Tita en Sant Feliu y fue enterrado en el castillo familiar de Landsberg (Alemania). "Le quise tanto que sé que llegará un momento en que, fuera del espacio y del tiempo, nos volveremos a reunir", comentaba la baronesa tiempo después.

Madre de dos hijas por vientre de alquiler

Tita encontró refugio en sus obras de arte y en su hijo, a quien intentaba inculcar su pasión por el arte. Pero el joven, como cualquier chico de su edad, prefería despilfarrar el dinero divirtiéndose y Tita tenía miedo de que cayera en manos de alguna cazafortunas. Así las cosas, Borja, de 17 años, conoció en un desfile a Blanca Cuesta, una aspirante a modelo de 22. Iniciaron un romance y, en principio, la relación de Tita con esta joven barcelonesa fue excelente. Algunas fuentes aseguran que la baronesa le pagó una operación de aumento de pecho y era normal verles juntos por Barcelona, Marbella, Ibiza o disfrutando de la Semana Santa andaluza. La alegría parecía completa cuando, en el 2006, la baronesa adoptó a sus dos hijas mellizas, María del Carmen y Sabina, nacidas de un vientre de alquiler en Estados Unidos. Pero las cosas se torcieron cuando Borja y Blanca anunciaron que estaban esperando un hijo y que iban a casarse. La ceremonia tuvo lugar en una iglesia de Terrassa (Barcelona) en octubre del 2007 sin que la baronesa se dignase asistir. Cuatro meses después, en enero del 2008, nació Sacha en una clínica de Barcelona. La llegada del primer nieto de la baronesa pareció limar asperezas, a pesar de que Tita le reclamó a su hijo que se hiciera las pruebas de paternidad. Cuando ésta se confirmó, Carmen declaró: "Acepto los resultados de las pruebas y estoy muy contenta por los tres, pero no tengo por qué pedirle disculpas a nadie", añadiendo, para echar más leña al fuego del conflicto: "Me sorprendió el embarazo de Blanca porque hoy hay medios para evitarlo". No hay constancia de que Tita haya conocido a su segundo nieto, Eric, nacido en agosto del 2010, ni al tercero, Enzo, nacido en octubre del 2012.

Contra el abandono de animales y la tala de árboles en Madrid

Además de su pasión por el arte, la baronesa, que tiene 24 perros, es una firme defensora de los derechos de los animales -en especial de las mascotas abandonadas- y medioambientales, lo que la llevó, en el 2007, a manifestarse públicamente contra la tala de 700 árboles del paseo de Recoletos de Madrid. En el 2009, negó que tuviera una relación sentimental con Javier Báñez, que había sido profesor karateka de su hijo. En marzo del 2011, se inauguró el Museo Carmen Thyssen de Málaga, apadrinado por el actor malagueño Antonio Banderas, y en mayo Borja llevó a su madre a los tribunales reclamándole parte de una herencia. Así, la tormenta entre madre e hijo no parece amainar. Tita intentó parar, sin éxito, la producción de la serie "La baronesa" en la que tres actrices -Esmeralda Moya, Mar Regueras y Silvia Tortosa- interpretaban su vida.