miércoles, 4 de agosto de 2021

Michael Caine: El "gentleman" del cine británico

 


Maurice Joseph Micklewhite, verdadero nombre de Michael Caine, nació el 14 de marzo de 1933 en un humilde hogar de un barrio del sur de Londres (Gran Bretaña). Su padre, Maurice, era mozo en un mercado de pescado y su madre, Ellen Frances Marie, asistenta. Durante los bombardeos alemanes de la segunda guerra mundial, él y su hermano Stanley, tres años menor, fueron evacuados y trasladados a una granja en Norfolk. Acabada la guerra, toda la familia se trasladó al East End, barrio obrero por excelencia. En la biografía que escribió en 1992, Caine recordaba que los dos únicos lujos de su infancia los tuvo por dos taras físicas: "Unas botas ortopédicas como remedio a una cojera producida por el raquitismo y unas gafas que necesitaba debido a una enfermedad llamada blefora, que tenían los cristales tan gruesos como su montura de concha negra".

Fascinado por el cine y las lecturas, Maurice vivió una infancia llena de privaciones y una primera juventud bastante conflictiva ya que se integró en una banda, de la que llegó a ser cabecilla. Por suerte, cuando tenía 14 años conoció a un sacerdote que le permitió salir del entorno de "hooligans" y le abrió las puertas al teatro de aficionados.

Soldado en la guerra de Corea y actor teatral

En 1949, con 15 años, dejó la escuela para desempeñar trabajos poco cualificados hasta que cumplió el servicio militar en Corea con los Fusileros Reales. Cuando lo licenciaron, continuó con el mismo tipo de ocupaciones, pero empezó a estudiar interpretación por las tardes. Su primer trabajo en teatro fue como ayudante de regidor y, al poco, ingresó en el Lowestoft Repertory Theatre de Suffolk, como joven protagonista con el nombre artístico de Michael Scott. Allí se enamoró de la primera actriz, Patricia Haines, con la que se casó en 1955 y tuvo una hija, Dominique. Su confianza en sí mismo y un cambio de apellido, tomado de "El motín del Caine", película que vio anunciada en la marquesina de un cine, le animaron a regresar a Londres, donde ingresó en la compañía Theatre Workshop de Joan Littlewood. Hizo un pequeño papel en la película "Un infierno en Corea" y trabajó como figurante en montajes del West End, pero todo eso no era suficiente para llegar a fin de mes. En 1958, ya divorciado de Patricia con la que la relación no había funcionado, Michael se fue a París, intentando una nueva vida. Al cabo de unos meses, volvió a Londres y, con la ayuda económica de su madre, siguió en el teatro, trabajando por todo el Reino Unido.

Después de muchas obras y televisión de segunda fila, suplió a Peter O'Toole en una obra teatral que tuvo mucho éxito en Londres y que le supuso una larga gira.

Disimuló su acento de barrio para ser teniente

Pero el gran giro en su carrera se produjo cuando, a los 30 años, obtuvo el papel del degenerado y aristocrático teniente Bromhead en "Zulú" (1964), para el que tuvo que disimular su acento "cockney" (típico de barrio y considerado muy vulgar en Londres, pero del que él se siente muy orgulloso). Los críticos se fijaron en un excelente trabajo y, traspasada la barrera del anonimato, encarnó a dos de sus personajes favoritos: Harry Palmer, el antihéroe triste y laborioso de "Ipcress" (1965) y el mujeriego y derrochador profesor de "Alfie" (1966), film que le convirtió en estrella y le valió su primera candidatura al Oscar. En lo que quedaba de años 60 y principios de los 70, Caine aumentó su prestigio como actor versátil, dando vida a personajes muy diversos en películas dirigidas por realizadores de la talla de Vittorio de Sica, Joseph Losey, Robert Aldrich, John Huston, Otto Preminger, John Frankeheimer o Joseph L. Mankiewicz. Su trabajo en un film de éste último, "La huella" (1972) -en magistral duelo con el gran Laurence Olivier -le valió una nueva nominación para el Oscar, premio que le arrebataría Marlon Brando con "El padrino".

Miembro activo de una pandilla de seductores y bebedores del calibre de Peter O'Toole, Richard Harris, Oliver Reed y Terence Stamp (con el que compartió piso), la bebida llegó a ser un serio problema para Caine en los años locos del "swinging London", hasta que un día vio un anuncio de café en televisión. No es que decidiera sustituir el "gin tonic" por los cortados, sino que se quedó fascinado con la protagonista. Removió cielo y tierra hasta dar con la que creía una bellísima brasileña. Resultó ser Shakira Baksh, una joven de ascendencia india nacida en la Guyana Británica, que, conocedora de su fama de crápula, se negó a salir con él. "Ella vivía en la zona de Fulham con su madre, que me cogía el teléfono y me decía que su hija no podía salir conmigo porque en ese momento se estaba lavando el pelo...Tras varias negativas idénticas, pensé que era la chica con el pelo más limpio de Londres", ha explicado el actor con su proverbial ironía. Tras dos semanas de insistencia, se conocieron y, en 1973, se casaron. Ahí acabó la vida disoluta de Caine, que, al poco, fue padre de su segunda hija, Natasha Halima. "Si solo me hubiera dedicado a actuar me habría vuelto loco", ha dicho, reconociendo que encontró en su segundo matrimonio una estabilidad emocional que aun dura. 

Dos Oscar para un caballero de la Reina

Amante de la jardinería, la vida hogareña y el "fish and chips", este actor, propietario de siete restaurantes y un productora de cine, se marchó en 1979 a EEUU para escapar de la presión fiscal británica. Logró su primer Oscar en 1987 por su trabajo en "Hannah y sus hermanas", de Woody Allen, mientras que el segundo llegó 13 años más tarde por su entrañable médico de "Las normas de la casa de la sidra". Ese mismo año 2000, Isabel II le nombró "sir". "Lo considero una victoria de mi gente, la clase obrera", declaró este hombre que ha trabajado en más de un centenar de películas. 

En 1997 encarnó al expresidente de Sudáfrica, Frederik de Klerk, que sacó a Nelson Mandela de la cárcel en la película "Mandela and the Klerk".

En 2000 la Corte Real británica le nombró caballero, lo que le convirtió en Maurice Micklewhite. Él escogió recibir su caballería bajo su verdadero nombre como un signo de respeto por su padre, que se llama de la misma manera. En el interior del Actors Studio en 1998, indicó que se trataba de una tradición gitana la de poner el nombre Maurice al primogénito en la familia. Contrariamente a la costumbre generalizada entre los actores, Caine siempre ha utilizado su nombre verdadero en la vida real.

En 2013, a sus 80 años interpretó a Matthew Morgan en la película "Mr. Morgans Last Love" junto a Clemence Poesy, personificando a un viudo octogenario que entabla una cercana relación con una mujer joven (Pauline). En la película aparecen también Gillian Anderson y Justin Kirk.

Recientemente ha explicado que la muerte (natural o por algún cáncer) es su principal preocupación y está librando una batalla para prolongar su longeva existencia mejorando drásticamente su estilo de vida siendo apoyado por su esposa. Michael Caine se ha posicionado a favor de la separación de Reino Unido de la Unión Europea, votando a favor del "Brexit".



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