miércoles, 12 de mayo de 2021

Jane Fonda: Activista y actriz ganadora de dos Oscar

 


Jane Seymour Fonda nació el el 21 de diciembre de 1957 en Nueva York. Fue la primogénita del actor Henry Fonda y de su segunda esposa, Frances Seymour, perteneciente a una familia de la alta sociedad norteamericana y que ya tenía una hija, Pan Brokaw de un anterior matrimonio. A los pocos meses del nacimiento de Jane, la familia se trasladó a Los Ángeles, donde Henry Fonda empezaba una prolífica carrera cinematográfica que le llevaría a convertirse en leyenda del Séptimo Arte. Los Fonda vivieron en una gran casa en Beverly Hills, en la que la pequeña -una niña hermosa, tímida y juguetona a la que apodaban "lady Jane"- recibía los arrumacos de estrellas como Greta Garbo, Judy Garland, James Stewart o Ginger Rogers. Tras nacer su hermano Peter, en 1940, toda la familia se trasladó a una enorme granja en las colinas de Santa Mónica, donde había establos y huerto.

Su madre se suicidó

A pesar de vivir en un aparente cuento de hadas, la infancia de Jane estuvo marcada por la falta de afecto. Henry empalmaba una película con otra y nunca le demostró cariño, mientras que  su madre se preocupaba más por los actos sociales que por sus hijos. Aquello marcó profundamente a la futura actriz, que décadas más tarde afirmó que, "si un padre y una madre que te mimen y te digan 'te quiero', resulta muy difícil llegar a quererse uno mismo. Mi padre era un héroe para los que les gustaba el cine, pero a casa no traía aquel espíritu. Su trabajo solo nos dio problemas y desavenencias, jamás la felicidad. Y mi madre siempre  estuvo desequilibrada con grandes depresiones". La situación familiar se hizo insostenible. Henry pidió el divorcio, lo que fue un durísimo mazazo para el delicado equilibrio psíquico de la madre. La internaron en un sanatorio y el 25 de abril de 1950 se quitó la vida cortándose el cuello con una cuchilla de afeitar. A Jane y Peter, que se fueron a vivir con su abuela materna, les dijeron que Frances había muerto de un ataque al corazón, pero, años más tarde, descubrieron por la prensa lo que había pasado.

Graves problemas de bulimia y anorexia

Tras estudiar en la Brentwood School y en la Emma Willard School, ingresó en un internado donde empezaron sus trastornos alimenticios. Quería ser una chica guapa y delgada para atraer a los chicos. Esos problemas derivaron en una bulimia grave, alternada con períodos de anorexia, que mantuvo en secreto durante más de veinte años.

Adolescente poco brillante en sus estudios, trabajó en dos películas junto a su padre. A instancias de éste, que estaba en contra de que Jane siguiera sus pasos profesionales, ingresó en el elitista Vassar's College y se especializó en música y pintura, lo que la llevó a trasladarse a París para continuar su formación. Pero, al poco tiempo, regresó a casa con la firme intención de dedicarse a la interpretación. Influida por una amiga, la actriz Susan Strasberg, en 1956 se matriculó en el célebre Actor's Studio, de Nueva York. Para pagarse las clases, trabajó como modelo, siendo muy cotizada.

Tras intervenir en varias  obras teatrales, en 1959, el director Joshua Logan, que era su padrino, la contrató para su primera película: "Me casaré contigo", que protagonizó junto a Anthony Perkins. Durante el rodaje se le disparó la bulimia, tuvo episodios de sonambulismo, de miedo a los hombres y problemas de identidad. En esa época descubrió el ballet, al que se hizo "adicta" porque le permitía controlar y cambiar la forma de su cuerpo. Hasta que empezó con el "Programa de Gimnasia de Jane Fonda", en 1978, practicaba ballet en cualquier parte del mundo donde estuviera. Tras su primer gran éxito con "Un domingo en Nueva York" (1963), el director francés Roger Vadin, descubridor de la actriz Brigitte Bardot, la llamó para protagonizar "Juegos de amor a la francesa". Durante el rodaje surgió el amor y se casaron en 1965. A partir de ahí, Jane alternó el cine francés con el americano. Tuvo un gran éxito con "Descalzos por el parque" (1967), junto a Robert Redford, y, al año siguiente, estrenó "Barbarella", que la convirtió en "sex symbol" de la época. Apodada la "Bardot americana", en 1968 tuvo a su primera hija, Vanessa. Tras el Mayo francés y un iniciático viaje a la India tomó  conciencia política, una faceta que nunca ha abandonado.

Por su trabajo en la excepcional "Danzad, danzad, malditos" (1969), de Sidney Pollack, recibió su primera candidatura al Oscar, pero su relación con Vadim se iba desmoronando. Sus colaboraciones profesionales no tenían éxito y, a veces, complacía a su marido realizando tríos sexuales. "Nunca me obligó a nada, sabía lo que estaba haciendo, pero sentía que si no lo hacía, Vadim me dejaría. Pensaba que, sin él, no existiría", confiesa descarnadamente en su biografía, "Jane Fonda. Memorias" ("Temas de hoy"), publicada hace unos años.

Oscar por "Klute" y boda con Tom Hayden

En 1970 la pareja se separó, Jane dejó a Vanessa al cuidado de su padre y se metió de lleno en temas sociales. Tras ganar el Oscar a la Mejor Actriz por "Klute" (1971), en cuyo rodaje se enamoró de Donald Sutherland, se convirtió en uno de los personajes famosos que se manifestaba contra la guerra de Vietnam: apoyó a los norvietnamitas, denunció la actuación de los soldados americanos y viajó al país asiático. Fue acusada de "traidora" y la apodaron "Hanoi Jane". Además, se convirtió en feminista radical, luchó contra la marginación de indios y negros, fue detenida en cinco ocasiones y el FBI le abrió un expediente. Les llevó a juicio, que ganó al demostrar que habían atentado contra sus derechos civiles. En 1973, se casó con Tom Hayden, un radical de origen apache que comulgaba con sus mismas ideas. Seis meses después nació su segundo hijo, Troy Garity. Durante los años 70 intervino en filmes tan conocidos como "El pájaro azul" (1976), "Julia" (1977) -que le valió otra nominación al Oscar por su interpretación de la escritora Lillian Hellman-, "El regreso" (1978), junto a John Voight, con la que ganó su segunda estatuilla, y "El síndrome de China" (1979), apología contra las centrales nucleares que le valió una tercera nominación al más preciado premio de Hollywood.

Después de muchos años distanciados, a principios de los 80 se produjo la reconciliación definitiva con su padre, entonces ya muy enfermo. Su nueva relación quedó plasmada en una gran película: "En el estanque dorado" (1981), en una de cuyas escenas se dijeron por primera vez "te quiero". Aquella interpretación le valió a Henry Fonda el Oscar al Mejor Actor, que no pudo recoger porque falleció al año siguiente víctima del cáncer.

El aerobic la convirtió en multimillonaria

Para superar sus problemas de autoestima, Jane encontró su tabla de salvación en el aerobic, ideó un programa de televisión con ejercicios, comercializó libros y vídeos, que son, hasta la fecha, los más vendidos de la historia de su especialidad. Aquello la convirtió en multimillonaria. Durante los 80, Fonda intervino en "Agnes de Dios" (1985), "A la mañana siguiente" (1986) -un trabajo por el que fue nuevamente nominada al Oscar- "Gringo viejo" (1989), con un entrañable y veteranísimo Gregory Peck, y "Cartas a Iris" (1989). junto a Robert de Niro, con la que decidió retirarse de la interpretación.

Tercera boda con el presidente de la CNN

Para entonces, se había separado de Tom y, en 1990, consiguió el divorcio. Cuando se hizo pública la noticia, recibió una llamada de Ted Turner, propietario de la cadena de televisión estadounidense CNN, que la invitó a salir. "No estoy con ánimos, llámame en tres meses", le contestó, pero el magnate de la comunicación insistió hasta derrotar las resistencias de la actriz. El 21 de diciembre de 1991, día de su 54º cumpleaños, Jane y Ted se casaron en Atlanta y ella asumió el papel de devota esposa. "Siempre estuve tan desesperada por complacer a los hombres de mi vida que me volví completamente desapegada de mi yo auténtico", explicó en una ocasión. Aunque descubrió, al poco tiempo, que su marido tenía una amante, la pareja no se rompió. Por su parte, el empresario seguía anclado en una parte de su pasado, ya que su padre también se había suicidado y seguía sin superarlo. En sus múltiples apariciones públicas ofrecían la imagen de pareja feliz, pero Jane seguía sin sentirse una mujer completa y, a pesar de disfrutar de aviones privados, mansiones de ensueño y trajes de alta costura, decidió divorciarse en abril del 2001.

Sola de nuevo, y sin intención de volver a ponerse el anillo de casada, la actriz reside en Atlanta, donde disfruta de la compañía de sus dos nietos: Malcolm y Viva. En los últimos años se dedica a la filantropía y el activismo, colabora en la prevención de los embarazos en adolescentes, la educación sexual y el desarrollo del concepto de resilencia (capacidad para sobreponerse a las circunstancias adversas que experimentan algunas personas siendo niños). Abrió el "Jane Fonda Center for Adolescent Reproductive Health" en la universidad de Emory.

En el 2005, tras casi veinte años retirada, aceptó un papel en "Una suegra de cuidado", y "Georgia Rule". En septiembre del año 2007, la entonces princesa Letizia le entregó un premio de la fundación "Save the Children" por su defensa de los derechos de la infancia.

En los últimos años Jane Fonda ha incrementado su presencia en el cine. Encarnó a Nancy Reagan en The Butler (El mayordomo), participó en la comedia This Is Where I Leave You (Ahí os quedáis) y también ha tenido un papel en la multipremiada Youth (La juventud) de Paolo Sorrentino, codeándose con Michael Caine y Harvey Keitel.

En 2019, comenzó unos "Fire Drill Fridays", donde se dedicaba a protestar frente al Capitolio de los Estados Unidos para intentar evitar lo peor de la crisis climática. Por ello, ha sido arrestada cuatro viernes seguidos.


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