Harrison Ford nació el 13 de julio de 1942 en Chicago. Su padre, Christopher Ford, fue un ex actor y publicista de origen católico-irlandés y su madre, Dora Nidelman, una ex actriz radiofónica de origen judeo-ruso. Su infancia transcurrió en el seno de una familia de clase media, sin ninguna ostentación.
Aficionado al cine junto con su hermano, Terence
De pequeño le encantaba escuchar las historias de su abuelo, un ex comediante de vodevil y, junto a su hermano Terence iba mucho al cine, siendo "Bambi, de Walt Disney, la primera película que le marcó. Este "hobby" aumentó a medida que empezó a salir con chicas ya que "las salas de cine eran los mejores lugares para ir con ellas, eran oscuras, baratas y pasábamos buenos momentos", explicó, una vez convertido en estrella. En la escuela fue un alumno normal y corriente y, a diferencia del resto de sus compañeros, jamás perteneció a ninguna pandilla, no se metía en problemas y era un chico muy educado.
Solitario, introvertido y tímido con las chicas
Aquella personalidad solitaria e introvertida le marcó durante algunos años, hasta que se inscribió en los Boy Scouts de América, donde participó en todo tipo de actividades. En el instituto prosiguió con su carácter reservado, a duras penas hablaba con las chicas, pero poco a poco se fue abriendo y participando en la asociación de alumnos, acudía a las clases de gimnasia, al Club del Ferrocarril y, de tanto en tanto, ejercía como locutor en la emisora de de la escuela. Tras graduarse en 1960, a los 18 años, se matriculó en Literatura Inglesa y Filosofía en Ripon, una pequeña universidad de Wisconsin. "Era una persona muy perezosa, me costaba abrir un libro, siempre tenía la sensación de estar al borde del fracaso y carecía de ambición. No me interesaba nada lo que enseñaban", así que, al no sacar adelante su tesis sobre el dramaturgo Edward Albee, abandonó la universidad pocas semanas antes de su graduación. Sin embargo, no todo fue tan negativo, ya que durante sus estudios se enamoró de su compañera Mary Marquardt: "Éramos dos jovenes alocados, en aquel momento creíamos que no había ningún problema en la vida que un chico y una chica sinceramente enamorados no pudieran solucionar", decía de esa época. Tras dejar los estudios y pese a su timidez, se matriculó en un curso de arte dramático. Le daba terror enfrentarse al público, pero le fue pillando el tranquillo a la actuación y ésta se convirtió en su pasión. En esa época se sacó el carnet de conducir y, debido a su poca experiencia, tuvo un accidente de coche que le dejó una cicatriz en la barbilla que nunca se arregló con cirugía estética. Tras casarse con Mary en 1964, dejaron Wisconsin para instalarse en Los Ángeles, en busca de una nueva oportunidad.
Camarero, vendedor de yates y ebanista
En aquella época había miles de actores buscando su primera oportunidad, así que Harrison, para llegar a final de mes, tuvo que trabajar como camarero, vendedor de yates, pizzero, aprendiz de contable en unos grandes almacenes y ebanista. Tras intervenir en una modesta producción local, le gestionaron una entrevista con un cazatalentos de los estudios Columbia y consiguió un contrato de siete años por 150 dólares semanales. Su primera película fue "Ladrón y amante" (1966), a la que siguieron otras con papeles insignificantes. En 1967, enfadado, rescindió su contrato y entró en la nómina de la Universal. Empezó a intervenir en series tan populares como "El virginiano" o "Kung Fu", pero las cosas no marcharon como el esperaba y se planteó dejar de ser actor para mantener debidamente a sus dos hijos, Benjamín (nacido en 1968) y Williard (1969). Dedicó gran parte de su tiempo a estudiar carpintería y le llovieron un montón de ofertas. "Siempre he tenido una gran habilidad con las manos y me alegré enormemente cuando el músico Sergio Mendes me llamó para que le reconvirtiera un antiguo garaje en un estudio de grabación. A partir de ese momento me llamaron muchísimas personas para que arreglara su casa y empecé a ganar mucho más dinero como carpintero que como actor", ha admitido. Entre esos clientes y amigos estaba un director de cine llamado Fred Roos, que no dudó en poner su nombre entre las decenas de aspirantes a participar en "American Graffiti" (1973), realizada por un entonces desconocido director llamado George Lucas, con el que entabló una sólida amistad. Una de las anécdotas más divertidas de su carrera ocurrió en esa época, "ya que la actriz Sally Kellerman me contrató para que hiciera unas reformas en su casa, pero me llamó Lucas para incorporarme al rodaje y no fui a casa de Sally. Cuando me la encontré años después me dijo que todavía estaba esperando a que fuera a hacerle aquella reparación. No sé, tal vez me anime algún día...".
"American Graffiti", su primer gran éxito
Para sorpresa de todos , "American Graffiti" se convirtió en un gran éxito y la carrera de Harrison empezó a despegar. Compró una casa más grande y confortable para su familia, con la que salía a comer a orillas del Pacífico y, de tanto en tanto, montaban excursiones los fines de semana. Sin embargo, meses después las ofertas empezaron a escasear, tenía la moral por los suelos y pensó en volver a la carpintería. Por fortuna, la suerte volvió a cruzarse en su camino. Lucas estaba preparando una película de ciencia ficción, "La guerra de las galaxias. Episodio IV. Una nueva esperanza" (1977), pero uno de los actores tuvo un accidente de coche y llamó a su amigo Harrison para dar vida al capitán Han Solo.
Éxito profesional y crisis de su matrimonio
Este personaje le reportó 650.000 dólares y fue su plataforma a la fama, ya que la película se convirtió en objeto de culto en todo el mundo. Sin embargo, su éxito profesional coincidió con una gran crisis en su matrimonio, que terminó en divorcio en 1979. "Ninguno de los dos tuvo la culpa de la separación y nos empezamos a preocupar por nuestros hijos, ya que no queríamos que sufrieran", ha explicado. Tras protagonizar "La guerra de las galaxias. Episodio V. El imperio contraataca", Steven Spielberg le llamó para hacer de Indiana Jones en "En busca del arca perdida" (1981), que aún sigue siendo una de las películas más taquilleras de la historia. Aquel papel (al que había renunciado Tom Selleck porque tenía que protagonizar la serie "Magnum") le cambió la vida en dos sentidos: por un lado, se convirtió en la estrella más grande de todos los tiempos y Spielberg le presentó a su futura mujer, Melissa Mathison, guionista de "E.T.". La pareja se casó en marzo de 1983 y, en palabras del actor, "aquella unión era perfecta ya que los dos nos dedicábamos al mundo del cine y podíamos entender todos nuestros problemas". Junto a ella encontró nuevamente la estabilidad sentimental. No les gustaba frecuentar las fiestas y se compraron una gran mansión cerca de Hollywood a donde invitaban a sus amigos. Tras hacer "Blade Runner" (1982), protagonizó "La guerra de las galaxias, episodio VI. El retorno del Jedi" (1983), al año siguiente "Indiana Jones y el templo maldito" y, en 1985, "Único testigo", que le valió su primera nominación al Oscar. En 1987, nació su tercer hijo, Malcolm y, a los cuatro años, su hija Georgia.
El nombre de Ford empezó a cotizar bien alto y, siendo consciente de que varias de sus películas estaban entre las más taquilleras de la historia, exigió un aumento de salario. Así, en poco más de 20 años, había pasado de ganar 150 dólares semanales a cobrar 12 millones y medio de dólares por "Presunto inocente" (1990), 22 millones por "Air Force One" (1997) o un millón de dólares por minuto por "K-19" (2002). Es decir, 25 millones de dólares más un 20% de la recaudación de taquilla.
Unido a la joven actriz Calista Flockhart
En el 2003, anunció que protagonizaría la última entrega del superhéroe de aventuras Indiana Jones y, al año siguiente, después de 21 años de matrimonio, se separó de Melissa. El acuerdo de divorcio fue multimillonario y, a pesar del dolor de esta decisión, enseguida encontró consuelo en Calista Flockhart, protagonista de Ally McBeal y 22 años más joven que el actor. En los últimos años, la pareja pasea por todo el mundo su amor y, según se ha comentado, tiene intención de adoptar al hijo de ésta, Liam. "Calista no solo está criando un hijo de 5 años, sino también otro de 65. No es que me sienta así, pero ella piensa que todavía lo soy. Es una mujer excepcional, con ella estoy pasando algunos de los mejores momentos de mi vida y me encantaría trabajar con ella porque es una actriz de gran talento", confesaba el autor que se considera un hombre normal y corriente. En lo político es un demócrata acérrimo y un luchador incansable por la conservación del medio ambiente.
Un rancho, aviones, helicópteros y motos
Aunque hace más de dos décadas, 1998, fue elegido por la revista "People" el hombre vivo más sexy del mundo, sigue siendo bastante tímido, es muy celoso de su vida privada, le enloquece jugar con sus nietos y no le gusta la ostentación. Gran parte de su fortuna la ha invertido en la compra de propiedades inmobiliarias, entre ellas, un rancho de 3,2 kilómetros cuadrados en Jackson (Wyoming), valorado en 30 millones de euros y que considera como su hogar. Cede cerca de la mitad de sus tierras al Jackson Hole Land Trust con fines de conservación de la naturaleza. Obtuvo su licencia de piloto privado en 1996 y extendió su práctica, más tarde, al pilotaje de hidroaviones monomotor y de helicópteros. Posee media docena de aviones y varios helicópteros que pilota él mismo y con los que ayuda en tareas de rescate. El 23 de octubre de 1999 fue víctima de un accidente de helicóptero durante un vuelo de entrenamiento de rutina sobrevolando el lago Piru, cerca de Santa Clarita en California. Durante una práctica de autorrotación, pierde altitud y se estrella violentamente contra el suelo. Ni él, ni su instructor resultan heridos de gravedad. Durante una entrevista televisiva en el programa Inside the Actor's Studio le preguntaron sobre el suceso, y él respondió simplemente: «Lo rompí». Tiene una flota de coches de lujo de coleccionista, unas cuantas Harley Davidson con las que se pierde por las carreteras de su país, una impresionante bodega de carísimos vinos y una colección de arte del siglo XIX valorada en 12 millones de euros.
En 2008 se estrenó en todo el mundo "Indiana Jones y el reino de la calavera de Cristal -con Cate Blanchett y John Hurt y dirigida por Steven Spielberg- en la que el héroe tiene la misión de encontrar un cráneo de cristal y evitar que caiga en manos de agentes soviéticos que quieren utilizarlo con fines siniestros.
Crossing Over, se estrenó en marzo de 2009; en ella desempeña el papel del juez Max Brogan y comparte protagonismo con Ray Liotta y Ashley Judd. Este filme nos muestra a inmigrantes de diferentes nacionalidades que se esfuerzan en conseguir un estatus legal en Los Ángeles. Trata sobre las fronteras, la falsificación de documentos, el asilo, la naturalización y el choque de culturas.
En 2020 protagoniza The Call of the Wild, película de aventuras que combina imagen real y animación por computadora basada en la novela de 1903 del mismo título escrita por Jack London.
El oficio de actor, según él, no es nada más que un simple «curro» y que no tiene vocación de hacer feliz al espectador sino más bien ayudarlo a ser más altruista.
Contrariamente a sus comienzos, cuando reprochaba a los productores que no le permitían expresarse lo suficiente, él se califica de «servidor de la historia» e interpreta lo que se le dice. No se considera a sí mismo como una estrella, sino como alguien que tuvo mucha suerte al inicio de su carrera y todavía más para estar siempre en lo alto de la cartelera.
Contrariamente a la opinión que Ford tiene de sí mismo, el realizador Mike Nichols manifestó que le consideraba como «el Ferrari de los actores».